domingo, 26 de junio de 2011

Por el Plano, entre encinas y coscojos






Va a estar complicado andar por el campo. Ayer hizo un calor de espanto y para hoy anuncian todavía más. Buscando la sombra no se nos ocurre otro sitio mejor que subir al Plano. Mis acompañantes no conocen el pozo de Cabriteras, así que aprovecharemos la sombra de la encinas para hacerle una visita. A las 7,30, a lo lejos, se oye cantar la aurora del Corpus.

Son las 08,00 horas. Magán marca 24º y la farmacia 26º. El día viene de bochorno. En las Escuelas Comarcales, Inma y yo nos juntamos con Rosa y Juanjo. Salimos por los enredos. A las 08,20 horas llegamos a la finca de Txirolas. Ha madrugado menos que nosotros. Seguimos adelante y paramos en la fuente de Los Falces. Todavía baja agua. Los árboles que plantó Txirolas hace tiempo están lozanos. La cercanía del agua es vital para ellos. Las obras del canal se han llevado por delante todos los orillos de zarzas y endrinos.






Un poco más adelante, a la izda. una extensa pieza sembrada de maíz está regada y promete una buena cosecha. Cuando comenzamos el último repecho de la cuesta, un desconocido corredor nos adelante y nos saluda. Hay quien tiene más moral que nosotros.

A las 08,55 horas estamos arriba del Plano, junto a la gravera. Aprovechamos que nuestras mujeres vienen un poco lejos para cobijarnos en la sombra de una frondosa encina y echar el primer trago de agua.

El bochorno sopla con más fuerza que en el pueblo y, a la sombra, la sensación es de oreo. Entretanto contemplamos el paisaje que rodea a Tafalla. Siempre se ha dicho que "día de bochorno, buena fotografía en el monte". La Sierra de Alaiz, con la Peña; la Higa y a su dcha. Izaga y, más cercano, San Pelayo, recortan sus siluetas azules en el cielo limpio de este caluroso domingo.





Cuando llegan Inma y Rosa, caminamos unos pasos y disfrutamos de la vista del Corral del Plano, que luce sencillo y limpio después de la rehabilitación que se le hizo hace un par de años.

En el interior del Plano no hay nadie. Buscamos las sombras en el camino y nos vamos acercando, poco a poco, hasta la Cruceta. Son las 09,10 horas y estamos en la muga con Olite. Ya lo he contado alguna vez. Hasta hace unos años había un pequeña cruz de piedra que alguien se llevó. En el mismo sitio, ha tenido que ser gente "muy civilizada", han dejado un montón de plásticos, latas y basuras.

Por el camino que desciende en dirección O. bajamos al extremo norte del Saso.

"El primer año de la postguerra, el 1940, la ciudad comienza a recuperar su normalidad (...) La corporación municipal es ahora monocolor, de ideología carlista, presidida por Alicio Zufiaurre como alcalde (...) Este fue un ayuntamiento caracterizado también por su austeridad. Superaron el déficit financiero y consiguieron ahorrar dinero, a costa de no haber realizaciones ni obras durante el período que duró su mandato: -Tiene que arreglar nuestra calle, señor alcalde, que está muy mal- le increpó una vecina. -Algo peor está el camino del Saso- contestó Alicio (...) (J.C. Lorente Martinena)(Tafalla siglo XX. Segunda mitad)

A nuestra izda. las cebadas están cosechadas, en cambio a la la dcha. los trigos esperan pacientemente la siega.

Tenemos delante el Saso en toda su extensión. La Chiquitina y Gregorico nos saludan enfrente. El Caserío de Manuel está escondido detrás de un cerro y la Navascuesa sestea a la sombra de los pinos. Al lado de Moncayuelo hay una grúa que se eleva por encima de los molinos. Hasta conseguimos divisar el monumento que recuerda el paso de Abderramán III por la Zona Media. Por lo visto, su obsesión fue dominar a los reinos cristianos del norte de España y no lo consiguió. A los de Tafalla, en el 1043, se les hincharon las narices de tanto paseo por los alrededores, que decidieron bajar a Barranquiel y darles "pal pelo" a los descendientes del califa.

Tomamos el primer camino que sube hacia el Plano en dirección N.





A las 09,35 horas llegamos a la Balsa de Cabriteras. Está casi seca. En los muchos años que llevo por el campo, nunca la había visto así. Me contaba Ignacio Carro que el 9 de Octubre de 1979 estaba cazando a la "pasa" en las casetas de tiro que hay junto a la balsa. Se puso el cielo muy oscuro y entró el "viento negro" de la parte de Estella. Cayó una tormenta impresionante. Desde las casetas veían como bajaba el camino desde el Plano; igual que un barranco. En pocos minutos comenzó a subir el nivel de la balsa y salieron corriendo con riesgo de encontrarse atrapados en aquel lodazal. Para subir hasta el Plano lo hicieron entre las matas y árboles porque el camino era un río. Tenía el coche aparcado arriba. Se volvió para casa y al llegar a las Baratas se dio cuenta de la magnitud de la tormenta. El Abaco se había desbordado por segunda vez en poco tiempo y los vecinos estaban sacando enseres, agua y barro a la vez que mostraban, furiosamente, su indignación contra las autoridades municipales por su inoperancia ante la nueva desgracia.








A la sombra de las encinas que están cerca de la balsa, tomamos nuestro refrigerio. Vamos a pasar calor a la vuelta; ya lo sabíamos, pero es el tema de conversación de este fin de semana.





Cuando terminamos de almorzar nos acercamos un momento al pozo. Tiene, aparentemente, mucha agua. No está muy limpia. No hace muchos años, los cazadores la cogían de ahí para hacer sus calderetes.

Subimos al Plano. Por un camino de la izda. vienen cuatro paseantes. Los hermanos Lerga, Nicolás Eraso y Félix Llorente. Han dejado el coche en el aparcamiento de caza y se han ido hasta Santa Brígida. Nos echamos cuatro risas con ellos. Cuando los dejamos, salimos al Raso. El calor aprieta. El sol cada vez está más alto, pero Juanjo ha tenido un buena idea: Bajaremos por el Canto, que más que camino tiene una estrecha senda, hasta la Cuesta del Melón. Por esa senda aprovechamos con deleite la sombra del arbolado. En la Cuesta del Melón todo ha cambiado. Ha desaparecido toda la vegetación. El camino está perfecto para los vehículos, pero el encanto que tenía con aquellos sombríos ya no volverá.

A las 11,00 horas llegamos de nuevo a la finca de Txirolas. Félix nos oye hablar y viene corriendo a saludarnos. Le pedimos agua y nos saca una botella de un cajón. Nos cuenta sus proyectos. Quiere tallar en una gran piedra los principales términos de Tafalla y colocarla en la esquina de la finca para que la gente los pueda conocer.

Del pozo que está junto a la caseta, bombeamos agua y nos refrescamos la cabeza. También bebemos. Está fresca y buena. Nos despedimos de él.

Por el mismo camino que hemos tomado a la mañana volvemos a los enredos. Pasamos por lo que fue el Árbol del Gitano y entramos en el pueblo. Son las 11,20 horas. Nos apresuramos porque hay que ir a la procesión.

El domingo que viene intentaremos subir a la Valdorba. Tenemos pendiente un buen paseo por la zona de Iriberri.


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domingo, 19 de junio de 2011

A Ujué por nuestros montes y cañadas





El 24 de Abril de 1987, en la antigua revista Merindad, me publicaron el itinerario de Tafalla a Ujué por el monte. Aquel invierno, con la ayuda inestimable de amigos que me recogieron en el Alto de Lerga y en Ujué, tomé notas y tiempos, en dos jornadas mañaneras, para tratar de escribir lo más exactamente posible este trayecto, tan distinto, hasta la villa.

Eran tiempos en los que no se habían instalado los parque eólicos. Los caminos eran de labranza y del antiguo molino de Olleta no quedaba más que la base de piedra. Tampoco existía Google y la palabra gps no estaba en nuestro vocabulario. Después de la publicación en la revista fui muchas veces con amigos, familiares y conocidos. A todos les pareció un recorrido increíble. La última vez, hace algunos años, con el Templao y sus yernos, Alberto y Goyo.

Mi buen amigo Juanjo, a quien le dediqué el itinerario en el 87, no pudo hacer el viaje con Los Doce este año. Decidimos subir hasta el Santuario por el monte para que conociera, de paso, esta parte extraordinaria de Tafalla y sus alrededores.

Ayer por la noche le llamé al Templao. Llevaba un par de semanas sin hablar con él. Me dijo que se encuentra muy bien. Le animé a que retomara los paseos dominicales. Tiene visita médica la semana que viene y me contestó su clásico "ya veremos". Al saber nuestros planes para hoy, manifestó su envidia y recordamos aquella excursión con sus yernos.

Son las 05,45 horas. Magán marca 14º y la farmacia 12º. Comienza a amanecer y se ve el cielo limpio. Juanjo acude puntual a mi casa y salimos. Bajamos las escaleras del Conde y nos vamos por el "paseo marítimo" hasta la nueva urbanización. De allí salimos a la Fuente del Rey y comenzamos a subir por Valgorra hasta llegar a Pozuelo. Algunos campos de cebada están ya cosechados. Sopla un cierzo agradable que nos hace más llevadera la marcha. Por un rastrojo, una perdiz asustada, sale corriendo a refugiarse en una viña cercana.






El camino sigue ascendiendo. Atravesamos una pieza de trigo y llegamos a la Cruz de los Mugas. Son las 07,10 horas. Apenas paramos y tomamos el camino de la izda.

Con el pinar a la drcha. la pendiente se hace cada vez más fuerte. Llegamos a unas rocas que están a la izda. Alguna vez hemos parado ahí a almorzar cuando íbamos solamente hasta Guerinda. Penosamente, conseguimos llegar a los molinos. Contemplamos la otra vertiente. Debajo está Sansoain, un poco más allá Bézquiz y a su izda. Benegorri. Vemos Maquirriain y Amatrian, y al fondo la Sierra de Alaiz, la Higa y la Peña de Izaga. Hacia el sur hay brumas. El Moncayo apenas se distingue. El día viene de calor.








Seguimos adelante y entre molinos y campos de labor llegamos a la cima de Guerinda. Mi gps marca 839 mts. y son las 08,05 horas. Buscamos un abrigo del cierzo y paramos a echar un bocado.

En el mirador de al lado hay una panorámica que nos da información de lo que tenemos enfrente. La laguna de Pitilas, a pesar de la sequía, pone el contrapunto azulado en medio del cereal.

Seguimos y llegamos al otro mirador con la panorámica hacia el N. Nos detenemos un momento y continuamos por los caminos de los molinos.

Más abajo, en el camino principal, varios vehículos todo terreno circulan velozmente en nuestra misma dirección.

Bajamos a ese camino. Cuatro clicoturistas de Tafalla nos adelantan. Uno de ellos nos saluda ruidosamente. Es Javier Zufiaurre.

Entramos en una zona algo diferente. El roble y el boj abundan. Atrás hemos dejado el pino y la ilaga.








A las 09,15 horas llegamos al Molino de Olleta. El arquitecto Iñaki Urquía lo diseñó basándose en planos de los molinos manchegos, porque de éste no quedaba nada, pero le dio el estilo de aquí. Mi cuñado Inchaurrondo hizo todo el trabajo de madera y ha quedado un edificio magnífico. Colegios y otros grupos concertan visitas guiadas y aprenden los entresijos de la antigua molinería.

"Yo sueño que en melodías radiantes de mayo, la sierra de Guerinda o Molino, el viento gozará a sol pleno con las risas y juegos de todos los niños de Navarra, aprendiendo en plena naturaleza el proceso milenario de cómo granos, infinitos de trigo dorado y áspero se hacían polvo blanco de harina volátil y sedosa para poder comer "el pan de cada día". Y, cómo al atardecer, en el silencio de la sierra callada y el molino quieto y mudo, se oirán los ecos de un mozo en ronda de amores: Vente conmigo al molino/y serás mi molinera/ echarás trigo en la tolva/ mientras yo pico la piedra" (P.M. Flamarique Zaratiegui)(Cajón de sastre tafallés)

En lugar de seguir por el camino-carretera que nos sacaría a la de Olleta, seguimos de frente, sin perder altura, orillando varios campos de cereal y salimos bastante cerca del cruce de carretera San Martín-Lerga-Olleta. En esta altitud los trigos todavía verdean. La cosechadora tardará en visitarlos.

Deberíamos de haber bajado hasta San Ginés para empezar a subir desde allí al Txutxo, pero tomamos el camino de la derecha en el mismo alto de Lerga y nos liamos un poco. Este pequeño despiste nos costará llegar veinte minutos más tarde a Ujué.






Cuando enmendamos el error comenzamos a subir hacia Txutxo. La pendiente es matadora. Vamos siguiendo los caminos de los molinos. El cierzo ha parado y el calor empieza a apretar. El cansancio también ayuda a hacer mas fatigosa la subida. Pero aparte de las cantimploras, hay algo que nos reconforta; disfrutar desde aquí de toda la Val de Aibar es un privilegio.







Por fin llegamos a la cima. Son las 10,40 horas. El vértice geodésico está rodeado de robles. Todavía está colocado el buzón de la S.M. Alaitz que pusimos en una Fiesta del Finalista de hace mas de 20 años. Según mi gps estamos a 932 mts. de altitud

Poco a poco recuperamos el resuello. Tenemos muy cerca Ujué. Por la antigua senda del monte bajamos sin dificultad.










Cuando llegamos al primer molino nos paramos ante la cruz de piedra, que tiene un brazo más corto que el otro, y que pide, humildemente una Salve. Por el viejo camino de herradura que está a la izda. continuamos dirección Ujué. Poco a poco se va desviando hacia la dcha. para sacarnos a la carretera pero, junto a una pequeña balsa, sale otro camino a la izda que, ascendiendo, nos volverá a llevar sin pisar asfalto.

Este tramo está más abandonado que los anteriores. Enseguida nos vuelve a poner en la misma disyuntiva que el anterior. Salimos a la carretera o ascendemos por el de la izda. al cementerio. Nos decidimos por la primera opción. Enseguida me suena el móvil. Es Inma preguntando por dónde vamos. Estamos a 5 minutos de la Cruz. A las 11,25 horas llegamos a ella y le damos el beso del saludo.








A las 11,45 horas entramos en el santuario. En la misa, se están dando la paz. Nos sentamos en el último banco. Hoy han subido los de Barasoain. Es la última romería que se celebra este año, desde que el uno de Mayo las iniciara Tafalla.

Terminada la misa saludamos al amigo Mikel Burgui, al "hermano" Ignacio Carro y al pariente Alfonso Iriarte y salimos a la calle, pero antes, me acerco a tocar la pila bautismal. La trajeron de la iglesia de Benegorri; en ella bautizaron a mi madre.

En el coche de Rosa y Juanjo volvemos a Tafalla. Nos hemos dado una buena paliza. El gps marca que hemos andado 24,6 kms.; además subiendo Guerinda y Txutxo. Pero ha merecido la pena. De vez en cuando viene bien hacer una salida de éstas.



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domingo, 12 de junio de 2011

A Almoravit por el Curtido












Son las 7,30 de la mañana. Cuando cesan los murmullos en la calle suenan los instrumentos. Los auroros han parado debajo de casa y comienzan el canto de la aurora de Pentecostés. El día viene bueno. El año pasado, en esta festividad, me fui con Juanjo a dar una vuelta por La Gariposa. Este año nos vamos a bajar con Inma y Rosa a Olite. Echaremos un bocado en Las Fuenticas y después visitaremos la presa de Almoravit. Nuestras mujeres no la conocen y les haremos una "visita guiada".
Calle arriba, los auroros emprenden la marcha hacia la Plaza. En este video de 1990 se puede ver y oir la aurora de hoy.

Ayer no estuve en Tafalla y no pude hablar con El Templao; intentaré hacerlo entre semana. Tengo ganas de que se incorpore a nuestras salidas.
Son las 08,00 horas. Magán marca 17º y la farmacia 15º. El cielo está nublado. Las nubes parecen altas y no amenazan lluvia. Para la tarde han dado agua. Ya veremos. En la esquina de La Moraleja nos están esperando Rosa y Juanjo. Pasamos junto al Polideportivo y nos adentramos en los "enredos". Por el camino que sale al lado del Corral de la Somatilla, continuamos dirección sur.









Una culebra ha sufrido un atropello y cuando Juanjo la toca con su bastón, se retuerce, pero parece que de dolor. En las Badinas los maíces empiezan a brotar, pequeños y verdes. El riego continuo los hará altos y frondosos. Es el nuevo paisaje de Tafalla.






A las 08,35 horas pasamos junto a la subestación de Iberdrola y continuamos en dirección S. por el camino de la izda. Poco a poco nos vamos aproximando al puente que cruza la autopista y que comunica el Monte Plano con Olite. A las 08,50 horas pasamos al otro lado para dirigirnos a allí. El calor empieza a apretar. Alguna pieza de cebada ya está cosechada.





Entramos en la población. Son las 09,20 horas. Por la calle, junto al frontón y piscinas, salimos a la carretera y nos dirigimos al convento de los Franciscanos.
"27 de Junio de 1813.Siguen llegando tropas británicas y con ellas espíritus observadores y literarios, que luego dejarán escritas sus emociones en libros casi desconocidos. "Hicimos un alto poco antes de Olite -escribió más tarde John Blakiston- después de haber pasado Tafalla, a la cual llaman La Flor de Navarra. Los habitantes estaban con sus vestidos de fiesta, asomados a los balcones de las calle, atronando el aire con sus gritos y aclamaciones. La gente de esta ciudad es la de aspecto más opulento de las que he visto desde mi llegada a España". No está mal el piropo si se tiene en cuenta que las tropas británicas venían desde Portugal. Blakiston se alegra de que patrullas de caballería vigilen de los soldados y de sus seguidores "las bien cultivadas huertas, abundantes de gran variedad de frutas". Y reconoce que entre Olite y Tafalla los soldados acampados cortaron olivos para hacer fuego" (JM Esparza Zabalegui)(Historia de Tafalla)


De allí, torciendo a la dcha., pasamos por un pequeño túnel la vía férrea y salimos a un camino de huertos y al puente del río.







Son las 09,35 horas y estamos en Las Fuenticas. Los caños echan agua, poca, pero echan. A la sombra de los plátanos, en una mesa de piedra con asientos paramos un poco y almorzamos. No hay nadie en los alrededores. La tranquilidad es absoluta. Se está bien aquí, pero tenemos que ir volviendo. A las 13,30 tenemos la misa en San José con los Doce y, después, la comida. El suegro de Lucito Velasco prepara un calderete de cordero, como para presentarlo (y ganarlo) a cualquier concurso. Y antes, en plan vermouth, las Magañas llevan pimientos asados en tiras y Calandria un perolón de caracoles en fritada. Si los riegas con un rosado fresco, se te quitan todas las penas.
Volvemos en dirección a Tafalla. Tenemos enfrente el caserío de Solrío o de Aldaz y encima, la punta blanca de Valmediano; por sus alrededores, solemos hacer unas excursiones estupendas.





Junto a la muga de Tafalla han puesto una pieza enorme de tomate; si vivieran el suegro de Juanjo y el mío, saltarían de contentos.




A las 10,25 horas llegamos al Solrío. Al pozo que se descubrió al hacer el nuevo camino de concentración le han puesto, a modo de barandilla, un pequeño quitamiedos que evita cualquier accidente. Camino adelante llegamos al antiguo Vivero Forestal. Torcemos a la izda y por el camino que lo rodea llegamos a la vía férrea. Rápidamente la cruzamos y orillamos una viña. Estamos en el Escal. Salimos a un camino y rodeando una pieza, también sembrada de maíz, cruzamos la pasarela sobre el Cidacos. Son las 10,45 horas.
Orillando varios huertos, salimos al camino que viene de Gerón y, nuevamente en dirección S., nos acercamos a la Presa de Almoravit.




Son las 11,00 horas. La presa ya no salta. Juanjo, Rosa e Inma bajan al río. La vegetación es exuberante. Una yegua que estaba comiendo cebada en medio de una pieza y que ha salido huyendo al vernos llegar, piensa que nos hemos ido de allí y regresa a seguir dándose el festín. Cuando nos ve salir, sale al trote, al encuentro de otra yegua que, prudentemente, se ha quedado en un cantillo comiendo hierba.
Volvemos en dirección N. por el camino por el que hemos venido.






Después de las cuadras de Garro, a Juanjo se le ocurre que podíamos pasar por debajo de la autopista, por la orilla del río, y subir a la Ermita de San Gregorio. Le hacemos caso. Agachados bajo esa mole de hormigón, los ruidos de los neumáticos retumban en la escollera que sujeta los cimientos.





Subimos a la ermita. Son las 11,25 horas. Contemplamos el paisaje. Tenemos delante el Escal y Solrío y al fondo, en el portillo de Valmayor, se asoma pequeño y limpio, el refugio de Los Doce. El cielo se ha despejado. Hace calor. Nos detenemos un momento ante la lápida de la batalla de Barranquiel y bajamos a la carretera. La cruzamos y por el camino que va junto a la fábrica de los chinos pasamos el puente sobre el Abaco y subimos dirección Tafalla. En los campos de fútbol hay chavales jugando y muchos coches aparcados. A las 11,45 horas llegamos a la rotonda del 1043 y cerramos esta especie de "circuito" que hemos hecho esta mañana.
Ahora toca la ducha y después la celebración.

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domingo, 5 de junio de 2011

A la sombra de Valdiferrer









El sábado estuvo algo revuelto. Cayeron cuatro gotas y el cielo se puso oscuro y amenazador. Las previsiones de lluvia para hoy eran inciertas. Entre el 45% y el 55% de probabilidades de lluvia. No entraba en nuestro planes dejar de salir al campo. No pude hablar con el Templao. Supongo que seguirá bien. Hoy nos vamos por el Vaquero a Valdiferrer. Hace tiempo que no visitamos el caserío y... ya le toca.

Son las 08,00 horas. Magán marca 14º y la farmacia 13º. El cielo está limpio. Va a hacer bueno. Inma y yo nos juntamos con Juanjo y Rosa, que ya nos están esperando en la puerta de su casa. La excursión de hoy va a ser "familiar".

Subimos por la carretera de Artajona y cuando se termina el polígono tomamos el camino que asciende por el Vaquero. Las cebadas están cabizbajas; ha hecho demasiado calor y no han recibido suficiente agua. Están muy secas. La semana que viene, si deja el tiempo, van a empezar a cosecharlas. En el campo ya no van a mejorar y lo peor que puede pasar es que caiga un nublado y las malogre.

Cuando llegamos a lo alto de la cuesta tomamos el camino de la izda. Hay varias fincas cercadas.








En una de ellas, unos potros están tumbados o comiendo paja. Cuando se dan cuenta de que me paro a hacerles una foto, dejan lo que están haciendo, se acercan a la valla y con ademán "postinero" me muestran su mejor perfil.

A las 08,25 horas cruzamos el canal, que en este lugar va subterráneo. Tiene una bajada espectacular. Seguimos en dirección E.




Diez minutos más tarde estamos en la cruz de Corpus Alegría. El alambre rodea, desnudo, la cabeza de la cruz. Cortamos unas ramas de romero y las unimos a un ramillete de manzanilla en flor. Vuelve a estar de nuevo adornada.




Seguimos adelante. A nuestra izda., en un carasol, está la Abejera de Garbayo. Rosa e Inma no la conocen. Bajamos a visitarla. Son las 08,40 horas. El calor empieza a apretar. A nuestras mujeres les gusta la abejera, aunque Inma reconoce que es más bonita la que visitamos el domingo pasado en Valmediano.

Desde aquí divisamos el corral en ruinas, del que no hay manera de saber el nombre, y decidimos subir a echarle un vistazo. Nos sigue sorprendiendo su construcción. Parece que tuvo

o su importancia y además, por sus paredes y distribución, tuvo que estar habitado. Hacia la parte de Yoar las nubes están fuertemente agarradas, en cambio, hacia el N. la visibilidad es total. Tenemos de frente San Pelayo, Izaga, la Higa y la Peña de Unzué; y mucho mas cercano, humilde y solitario, el Corral de la Quitana al que contemplamos con cariño. En este punto estamos a 516 mts. de altitud.



Valdiferrer está a tiro de piedra. Orillando un par de piezas salimos al monte de chaparros e ilagas y después al camino, un poco más abajo de la balsa, que en este tiempo tendrá el agua corrompida.







Por camino ancho comenzamos a subir. A nuestra izda. dejamos una pieza plantada de lavanda. Las matas están floridas y hermosas.

Son las 09,30 horas. Estamos en el Caserío de Valdiferrer. Le propongo a Juanjo que rodeemos el caserío por el lado N.




Descubrimos el pozo. No tiene tapa y un par de tejas y un palo sirven de protección. Es muy profundo y muy ancho. No tiene agua. Las paredes está bien construidas. Suponemos que sería de aljibe. Lo llenarían con el agua recogida de los tejados y metiéndole paladas de nieve. Caben unos cuantos metros cúbicos de agua. Aprovechamos que el día está de bochorno para quedarnos a almorzar encima del pozo.

A la sombra de los cipreses y resguardados del aire, cualquier cosa que lleves en la mochila sabe a gloria.

Encima del caserío hay una bifurcación de caminos. Tomamos el de la izda. que nos lleva, en fuerte descenso, hasta la carretera de Estella. Esta zona es dura, erosionada. Las repoblaciones forestales han hecho mucho bien a este terreno.

A las 10,2o horas cruzamos el puente de Valditrés. El barranco tiene agua. En lugar de rodear el pinar por Porputiain, decidimos tomar el segundo camino a la izda que asciende entre los pinos.










Es un acierto. Descubrimos una zona distinta. Antes de adentrarnos en el pinar nos detenemos ante varios olivos asilvestrados. Están en flor y no los poda nadie. Sus ramas tiran para arriba buscando la luz. Son unos ejemplares singulares. Seguimos ascendiendo.










Se ha hecho algo de limpieza en el monte y alguien, para entretenerse, ha tallado a motosierra un tronco tirado. Parece un totem abandonado por su seguidores.

Salimos al camino que atraviesa los Altos del Planillo. Ahora nos dirigimos en dirección O.

"El nombre fue aplicado a la parte oriental llana próxima a Margalla; hoy se designa un espacio bastante extenso. Lo domina las altiplanicies del Alto de las Cruces y del Monte Plano. De E. a O. va emergiendo un cordal de yesos, que separa el Planillo de Porputiain (S), por cuya cresta pasa la cañada de Roncal a Andía, perfectamente señalizada. El corte meridional fue denominado "Canto el Planilla" (J.M. Jimeno Jurío)(Toponimia Histórico-Etnográfica de Tafalla)

A las 10,45 horas llegamos al punto geodésico del que queda solamente la pequeña base. El gps marca 464 mts. Nos asomamos al cortado que da vista al Prado de Rentería. Queríamos que Juanjo y Rosa conociesen este lugar. El paisaje los atrapa. La vista es maravillosa. Abajo, en el Prado, los aspersores riegan sin cesar un campo extenso que suponemos plantado de girasoles. Tenemos enfrente la Laguna y su Caserío. Detrás, el Plano. A su lado Moncayuelo. Se ve la Cantera de Ros, algunos caseríos de Candaraiz, gran parte del Saso y si miramos hacia el N. vemos, en la lejanía, el caserío de Valdiferrer y nos sorprendemos de la vuelta que hemos dado.

Algo tiene el campo que te atrapa.

Hay que volver. La mañana va en bueno y nos queda todavía una "tirada".

El camino desciende suavemente.




Un trozo de ladera se ha quemado. No habíamos oído nada. Estos terrenos tan pobres necesitan esa vegetación; de lo contrario la lluvia arrastrará la poca tierra buena que tienen. Salimos al tramo que se ensancha y llegamos a las instalaciones del gas. Poco a poco, entre viñas, cebadas y futuros girasoles llegamos a la hípica. Un poco más adelante salimos a la carretera de Mirada y la cruzamos. Entramos en el camino de Margalla. Por Galloscantan y el Caracierzo de la Celada subimos a la cooperativa agrícola y entramos en los chalets. Son las 11,40 horas.

Hemos pasado una mañana estupenda. A Juanjo y Rosa les ha encantado descubrir el Alto del Planillo. Los cuerpos acusan el esfuerzo. Hoy ha habido que subir y bajar muchas cuestas.



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