domingo, 28 de agosto de 2011

Dos tamarices solitarios






Estoy desentrenado de darle a la tecla. Han sido un par de semanas para desconectar. Una, la de Fiestas, algo movida (aunque poco) y la otra de vagancia total. Salimos de nuevo al campo. La temporada se presenta ilusionante. Tenemos un montón de proyectos. Intentaremos realizarlos todos. Ya veremos. Este otoño tenemos que dar la vuelta a las mugas siguiendo las anotaciones que me pasó Tomás, el consuegro de Nicolás Ciérvide. Son cinco etapas que nos permitirán recorrer todo el perímetro de nuestro término. La idea es apasionante y me servirá para rendirle un pequeño, pero sincero homenaje, a mi buen amigo "Nicolasín". En algunas excursiones que hicimos los dos solos le solía llamar "Nicolasín Chispas Mediaoreja". Depende de cómo le pillara de humor, me contestaba que "a mucha honra" o levantaba el bastón en actitud amenazante, aunque yo sabía que era su forma de seguir la broma.

Estas Fiestas he estado un par de veces con El Templao. Le he comentado la posibilidad de ir a Ujué el próximo día 11. Me ha dicho que no... pero sin mucha convicción. Aún quedan días para hacerle cambiar de opinión.
Son las 08,00 horas. Magán marca 14º y la farmacia 13º. El cielo, despejado, augura un día de calor, pero la mañana va a estar estupenda para andar.
En su casa, Rosa y Juanjo nos esperan con el coche en marcha. Nos vamos a Tamarices. Hemos estado varias veces por allí este año. A Juanjo le entusiasma el lugar y estas vacaciones ha hecho varias "exploraciones". Quiere enseñarme algunos de sus descubrimientos que yo no conozco.
A las 08,20 horas, con el coche aparcado, salimos en pleno valle de Tamarices. El paisaje que se abre ante nosotros es encantador. Los cerros repoblados de pinos lucen un verde intenso que contrasta con el amarillo pardo de la tierra llana. En medio del valle, dos tamarices solitarios esperan impacientes nuestra llegada.






Nos acercamos a ellos. Probablemente serán los dos únicos ejemplares silvestres que haya en todo el término. Han sido listos y crecen en el cauce del ahora seco barranco porque saben que, cuando escasean las lluvias, las primeras aguas serán para ellos.
"Año 1782: Cogió el ganado de Manuel Elizondo en los Tamarizes , término de La Sarda, vedado, que estaba con dicho ganado menudo pastando dentro del dicho término vedado y lo custodiaba el criado del mismo Manuel denunciado, que por apodo le llaman el Mamón" (Fernando Maiora)(Tafalla del Reino de Navarra)
Seguimos caminando por el camino paralelo al barranco. Vamos en dirección S.O. y a las 08,50 horas llegamos a Candaraiz.
Tenemos a nuestra izda. el Corral de la Escolara y, un poco más abajo, el Caserío de Eulalio. Por el camino que va encima de éste, seguimos en dirección O. Vamos a tomar la dirección N. y nos acercaremos hasta la Lagunilla de Cascarruejos. Con la sequía tan grande que padecemos se han secado todas las balsas y queremos comprobar si allí queda agua.
Cruzando un barbecho nos encontramos con Javier Salinas "el churrero". Está cazando con el hijo y un amigo. Comenta que lo de cazar es un decir. No han visto nada en toda la mañana. El perro, inquieto y con un palmo de lengua, sube y baja por entre las ilagas y romeros. "Ahora -nos dice- se puede cazar la codorniz y el conejo. Pero ni lo uno ni lo otro se dejan ver y, el caso es que por la parte de Valditrés se ha oído algún tiro, pero aquí no hay nada que hacer" y su cara se ilumina con una sonrisa. Nos vamos.



A las 09,15 horas llegamos a Cascarruejos. Decidimos rodearla para ver en qué estado se encuentra. Comprobamos con ilusión que tiene agua; poca, pero tiene.



Una hilera de tamarices "enjaulados" ha sido plantada cerca del camino.





Después de San Sebastián planeamos dar otra vuelta por aquí. Si en otoño y en invierno hace lo que tiene que hacer, Tamarices y la zona donde estamos tendrán mucha humedad. Y este paisaje en invierno hay que visitarlo.
Por el camino de concentración que ha aprovechado la antigua cañada volvemos en dirección S.O. Andamos un poco por el viejo camino.




Los mojones a dcha. e izda. dan una idea de la amplitud de este sendero. La trashumancia fue importante en siglos pasados. Un poco más adelante, a nuestra dcha., un mojón rodeado de tres tablillas nos marca el lugar exacto donde nos encontramos. Estamos en el extremo más occidental del término. La muga de Tafalla, Miranda de Arga y Berbinzana.
Siguiendo por la cañada volvemos a aparecer en Candaraiz. Tenemos a nuestra izda. el Corral de Moreno.




En el hoyo donde desaguan las piezas ha crecido otro tamariz silvestre.





A las 10,00 horas llegamos allí. Aunque más pequeño, es muy parecido al Corral del Plano. Tiene cuatro arcos y está totalmente en ruinas. Los labradores lo conocen por el de la Rentería o por el Corral del Rincón. Este último nombre le va como anillo al dedo. Es el último corral de Tafalla, junto al rincón que hace la muga por la que hemos pasado. "En el extremo occidental se distinguen, además del Rincon de Candaraiz, los parajes de Tres Mugas (Berbinzana-Tafalla-Miranda; Larraga-Tafalla-Berbinzana" (J.M. Jimeno Jurío)(Toponimia Histórico-Etnográfica de Tafalla)






Ha llegado el momento de reponer fuerzas. Juanjo y Rosa han preparado una tortilla de patatas de dos dedos de grosor que impone un poco viéndola en la fiambrera. Pero haciendo un esfuerzo...
Nos alejamos de las paredes. No se las ve muy estables y es mejor prevenir. Mientras almorzamos miramos hacia el S. Debajo nuestra está el Caserío de Sánchez, enfrente Gregorio el Grande, al que desde esta altura se le distingue el pozo en forma de huevo. Al fondo Moncayuelo y a la izda. el final del plano. En su ladera, junto al Caserío de Cortés, los maíces, altos y prietos, se empapan del agua de los aspersores anunciando una cosecha prometedora. "¿Con este almuerzo, en este lugar y con esta compañía -reflexiona Juanjo- qué mas se le puede pedir a un domingo?" Y tiene razón. El día que la gente descubra lo que es un paseo por el término tendremos que cambiar de afición porque no se podrá dar un paso.
Por los pinos que separan Candaraiz de Beratxa y Tamarices, iniciamos el regreso. Un jinete, montando un caballo tordo, nos pregunta si hemos visto a un compañero suyo que va con un caballo blanco. No hemos visto a nadie. Entramos de nuevo en el valle.




Hay un cogote cilindríco que llama la atención. Se encuentra aislado en medio de la llanura y no fue repoblado con pinos. Poco a poco, buscando la sombra llegamos al coche.
Son las 11,15 horas. Comentamos que es un paraje, como se dice ahora, "imprescindible". Hay que volver en primavera y en invierno. Un lugar de ensueño. Distinto a Valgorra, al Monte o a Valmediano, pero único.

Dos tamarices solitarios at EveryTrail
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domingo, 7 de agosto de 2011

En la desembocadura del barranco de Tamarices




Otra vez estamos aquí. La semana pasada nos fuimos a andar por un circuito micológico de la Valdorba. El paseo fue fenomenal. Disfrutamos del verdor del monte entre robles y bojes y nos adentramos en el hayedo más meridional de Navarra. Pero no había muchas más cosas que contar. Una vez más Besagatz se nos rió en las barbas.
Para este domingo hablamos de dar una vuelta por los caseríos de Candaraiz. El 4 de Abril hice en solitario esta excursión y tenía ganas de repetirla con Inma, Rosa y Juanjo.


Hace un par de semanas que no hablo con el Templao. Cualquier mañana de Fiestas nos juntaremos y echaremos un "pote" a gusto.


Son las 08,00 horas. Magán marca 19º y la farmacia 17º. En el cielo hay nubes y claros. Las previsiones son de calor y nada de lluvia. Por si acaso meto mi paraguas en la mochila. En el coche de Rosa y Juanjo nos vamos al caserío de Cortés en Don Galindo.


08,15 horas. Aparcamos en el caserío. La transformación del paisaje ha sido total. Grandes extensiones de maizales se extienden ante nosotros. El verde de las plantaciones, en algunas los aspersores están trabajando a destajo, contrasta con el amarillo pálido de las rastrojeras. Bajamos a la carretera de Miranda.



Enfrente nuestra hay una vieja abejera, bien conservada, y a su izda. se alzan los edificios de compactación de residuos de Mairaga. En diez minutos estamos en la vieja construcción. En su interior quedan algunos cunachos de cañas insertados en los agujeros, en los que las abejas iban confeccionando los panales. Tenemos "controladas", además de ésta, la abejera de Garbayo, la de Valgorra, la de Valmediano, otra que desapareció detrás de los pinos de Ereta cuando se hizo la autopista, además de las que había en el Canto del Plano, como la de mi amigo Félix Solchaga. Juanjo me comenta que eso da una idea de los ingresos extra en las economías familiares de antaño.




Rodeando una pieza de maíz y un cercado que no sabemos para qué sirve, comenzamos a subir por el cauce seco de la barrancada de Romerales. A los pinos les han hecho un buen trabajo de poda y limpia. Todo lo que se ha aclarado en los cerros está apilado en pequeñas tronqueras, listas para que se las lleven los camiones a la papelera.




08,35 horas. Laguna de Romerales. Está completamente seca. Como otras veces que la hemos visto así, el aspecto es desolador; blanca de salitre y cal, no hay el menor atisbo de vida. Este lugar es increíble. Si vienes en invierno o primavera, te seduce con su belleza inigualable, pero en este tiempo, cuando se sufre una sequía como la de este año, no habrá en nuestro término un lugar con tan poco atractivo; ni siquiera el Saso.




Seguimos por el camino en dirección O. A nuestra izda. rastrojeras y a la dcha. los cerros poblados de pinos. A mitad de camino dos cazadores están dando de beber a una jauría de perros. Ansiosos se empujan unos a otros tratando de meter el hocico en el cubo y echar el trago más largo. Nos dicen que están al conejo. La veda de la perdiz no se abre hasta Noviembre; en cambio, la codorniz se podrá cazar desde el 15 de Agosto.



A las 09,15 horas estamos en la Cantera de Ros o de Malamadera. Entramos un momento porque queremos ver la balsa de Valditrés. Es la única que tiene agua. El manantío la alimenta sin fallar y los carrizos han encontrado un lugar para prosperar.

Nos dirigimos en dirección S. Subimos la cuesta que nos introduce en Candaraiz. A las 09,30 horas, a nuestra izda., se queda el Corral de la Escolara y, campo a través, descendemos para subir una suave ladera y llegar, en diez minutos, al Caserío de Eulalio, también conocido por el de Candaraiz.




Está abierto y algunas partes han sido arregladas no hace mucho tiempo. En el interior de los bajos de la casa hay nombres escritos en sus paredes. En grueso trazo negro leemos: Ildefonso Goñi 1947.

"19 de febrero de 1503. Se toma el acuerdo de recuperar todas las tierras del término que han ocupado los vecinos de Olite, Miranda, San Martín y Pueyo. Son los terrenos más periféricos, la mayor parte liecos hasta que los cultivan los primeros que llegan. Pero ese derecho se entiende que es para los vecinos tafalleses en exclusiva. Como Esteban Çurico, que va a construir el corral de Candaraiz, y se le autoriza a cortar treinta pies de alcinos para cubrirlo" (J.M. Esparza Zabalegui)(Historia de Tafalla. Tomo I)


Empezamos a descender para llegar al Caserío de Sánchez. Ahora da gusto andar por el campo. Las piezas están en rastrojo y eso permite avanzar en línea recta sin tener que dar continuos rodeos para no hacer mal en los sembrados.

10,00 horas. Caserío de Sánchez. Es el que mejor conservado está del entorno. En la cuadra yo recordaba dos burros pero hoy hay uno más. Nos miran curiosos. Parece que sonríen y enseñan unos dientes grandes y feos. Hay que tener cuidado y no acercarse demasiado. Te pueden pegar un mordisco y darte un disgusto. Por algo les habrán puesto el nombre de burros.


Es hora de almorzar. Nos sentamos en un abrigo del cierzo. El día esta muy agradable, incluso hace calor, pero al parar es mejor evitar el aire. Se puede quedar el sudor frío y no apetece pasarse toda la semana que viene en la cama viendo las fiestas en el periódico.


Cuando vine solo, almorcé sobrasada mallorquina; hoy en cambio, en este secarral hemos traído unas latas de sardinas con tomate que levantan la boina. Los burros han salido al serenado a mirar lo que hacemos. Uno de ellos, seguro que al olor de las sardinas, comienza un rebuzno largo y profundo. Nos quedamos en silencio. Es un sonido que hacía un montón de años que no escuchábamos.


Desde aquí hay una vista preciosa. Larraga se asoma rodeando la torre de su iglesia. Montejurra recorta su silueta en un cielo azul y limpio y más a su izda. la sierra de Codés trae recuerdos de una mañana de verano en la que con el Templao subimos al Yoar. Con sus 1.416 mts. de altitud, es un excelente mirador hacia las tierras llanas de Navarra y La Rioja, aunque a nosotros, una inoportuna niebla nos privó del disfrute de sus vistas.

Miramos hacia el N. y observamos el Corral de Moreno, casi en la muga con Miranda de Arga. No hemos estado allí nunca. Otro día dejaremos el coche donde estamos ahora y nos daremos una vuelta por esos parajes.


"La altitud no rebasa los 400 mts. Cerretes de margas, muy erosionados, emergen en los grandes llanos aluviales (rasos de Candaraiz y el Saso), formados por depósitos de tierras arrastradas por los barrancos, secos gran parte del año, cuyas salidas hacia el Arga marcan los niveles más bajos del término municipal, en las mugas de Miranda (336 mts. en el barranco del Saso), y Berbinzana (324 mts. en el barranco de Candaraiz) (J.M. Jimeno Jurío)(Toponimia histórico-etnográfica de Tafalla)

Bajamos hacia la carretera de Miranda. Antes de cruzarla nos acercamos a la desembocadura del barranco de Tamarices en el de Candaraiz.



Los carrizos han invadido los dos cauces. Estamos en un sitio clave. A partir de aquí el barranco de Candaraiz llevará sus aguas hasta entregárselas al Arga. En Tafalla somos así de chulos. Nuestro término tiene dos vertientes; una la del Cidacos y otra la del Arga.



Cruzamos la carretera e iniciamos el ascenso, por buen camino de concentración, en dirección al Saso. A las 10,45 horas. llegamos al Caserío de Gregorio el Grande. El pozo, con su cúpula en forma de huevo, mira con tristeza la balsa vacía y cuarteada. La sequía de este año es importante. Nunca había visto esta balsa seca. Juanjo me dice que la de Lucas, en la falda del Buskil, también lo está. Hace poco vimos Cabriteras con muy poca agua y ya se habrá secado. Algún día tendrá que llover...




Por el camino que sale a la izda., junto a la pajera, volvemos hacia el coche. El Corral del Zorricco se asoma tímidamente para saludarnos. Adivinamos detrás de los pinos el Caserío de Gregorico, que desde su cerro vigila el Pozo Zacanatero y la Balsa de Justo.

El camino nos lleva entre maizales y viñas. Lazarau y Don Galindo se han transformado. De aquellas piezas sembradas de cebada y girasoles sólo queda el recuerdo. Ahora el maiz y las habas, con la llegada del agua del canal, se han adueñado de toda la ladera.


Salimos a la carretera. En el caserío de Cortés se ve brillar el coche. Subimos la cuesta y llegamos. Son las 11,35 horas.

A mis acompañantes les ha parecido una excursión fantástica. Ha merecido la pena esta vuelta. Casi sin darnos cuenta y disfrutando, hemos estado en Romerales, Valditrés, Candaraiz y Don Galindo.

El domingo que viene es el cohete y no haremos salida al campo. Para el otoño se nos ha ocurrido seguir el cauce del barranco de Candaraiz hasta el Arga. Ya encontraremos un "alma caritativa" que nos vaya a recoger a Miranda.