miércoles, 21 de mayo de 2014

El camino de las Pilas



Domingo, 18 de Mayo de 2014


Hoy completamos la trilogía de los Senderos Locales de Ujué. El 24 de Marzo del año pasado hice en solitario este recorrido. Había sido un invierno muy húmedo y tuve problemas para pasar el barranco de Ardoi. Este año ha sido más normal en lo que a las lluvias se refiere y espero que no tengamos ninguna dificultad. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 11º y la farmacia 10º. El día está bueno para andar. 
Juanjo y Rosa me recogen con el coche y aparcamos en las ruinas de la ermita de San Miguel, donde arranca el SL NA-177-A. 



El cartel, como en los otros recorridos, está deshecho. Da pena ver el abandono y la dejadez en la conservación de estos itinerarios. Bien anunciados y con publicidad adecuada, serían un buen reclamo para senderistas y "descubridores" de parajes recónditos.
El camino desciende hasta el fondo del valle. 


Un grupo de personas se dirige hacia Ujué. Hoy peregrinan Lerga, Ayesa y Aibar. 
Nos saludamos. Vienen a buen paso y, para evitar dar un rodeo, toman una estrecha senda que sirve de atajo. 
En el barranco de Turtunbera el agua se remansa entre los chopos. 


09,15 horas. Barranco de Ardoi. Un poco más abajo están las ruinas del antiguo molino de Ujué. 





El agua salta el camino pero tiene fácil paso, al contrario que el pasado año en que me vi obligado a descalzarme para poder atravesarlo.
Abandonamos el camino principal que nos llevaría hasta las inmediaciones de Gallipienzo y torcemos a la izda. por uno más viejo que, en suave ascenso y luego descenso, nos lleva hasta un corral.




09,35 horas. Corral de Fausto. Tiene una nave arreglada y el resto está prácticamente hundido. Es el momento de parar a echar un bocado. 
A pesar de no haber llovido, al campo, semana tras semana, se le nota el cambio. En esta zona también han cultivado algo de avena, aunque lo que predomina es el trigo. La soledad es absoluta. 
Seguimos por un camino casi desaparecido que orilla una pieza y salimos a una viña abandonada. 
A nuestra izda. se encuentra el antiguo lavadero de Ujué. Las mujeres tenían que bajar hasta allí a lavar la ropa. Si en la casa había caballerías se llenaban los serones, pero si no, había que ponerse el cesto en la cabeza. Trabajos duros que nos parecen increíbles hoy en día.




Bajamos un momento al barranco y Juanjo tira de jarra para medir el caudal. 40 litros/minuto. 
Volvemos a la orilla de la pieza. 




10,40 horas. Por encima de una pequeña cascada, atravesamos el barranco y en la ladera del monte próximo comenzamos a subir, agarrándonos a los matorrales hasta que encontramos la senda que lleva al Portillo de Las Pilas. Es estrecha y con las piedras sueltas. Todavía quedan en pie dos mojones de la cañada. 





11,30 horas. Llegamos al Portillo y continuamos por el camino que lleva hasta la carretera, donde la antigua balsa. 
El amigo Mikel Burgui, con otro vecino de Ujué, viene paseando hacia nosotros. 
Nos paramos y comentamos la excursión. 
Un grupo de peregrinos, con el párroco incluido, llegan satisfechos. Nos dicen que son de Aibar y Mikel, como buen vecino, les da la bienvenida. 
Miramos hacia el E. y proyectamos futuras excursiones:
- En lugar de torcer a la izda., si seguís de frente, saldréis a Gallipienzo - 
- Por todo el cresterío que rodea las Pilas, los del Aitonak, hicieron un recorrido que está en Wikiloc -. Mikel disfruta dándonos ideas. 
Nos despedimos. Tenemos que volver a casa.
Empezamos el 1º de mayo viniendo a Ujué con Los Doce y llevamos tres domingos seguidos por aquí. 





lunes, 12 de mayo de 2014

El barranco de los berros (en Ujué)




Domingo, 11 de Mayo de 2014


El año pasado por estas fechas había llovido más de 500 litros. Pensé en hacer esta excursión siguiendo el mapa que había editado el Consorcio de la Zona Media. 

El amigo Mikel Burgui me desaconsejó que me metiera en estos andurriales porque iba a encontrar el paso del barranco en mal estado, debido a la cantidad de agua caída.
Ahora es distinto. No estamos en sequía aunque al campo, antes de San Isidro, le vendría muy bien una buena borrasca. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 16º y la farmacia 15º. El día está medio nublado. Anda cierzo y no va a llover. 






A las 08,30 horas aparcamos en la Ermita de la Blanca y empezamos el recorrido, que arranca junto al destrozado cartel que explicaba el sendero local N-178A. 
Orillamos una pieza. Las verdes espigas de trigo nos llegan a la rodilla. El sol se abre paso entre las nubes acariciando los árboles que rodean la finca. Salimos a un camino amplio y llegamos a las primeras ruinas de la mañana.




08,45 horas. Corral de Gabriel Ayesa. Es una construcción de unas considerables dimensiones.
Seguimos hacia el próximo corral. Orillamos otra pieza alargada y nos vemos obligados a cruzarla. Aquí las cebadas están más pequeñas que el trigo.






09,00 horas. En peor estado que el anterior, el Corral de Andrés Antero conserva únicamente las paredes. Forma una pequeña isla junto a una pieza. 
Continuamos. Entramos en un tramo pequeño de bosque bajo y salimos a la orilla de otra pieza que nos lleva hasta el siguiente corral. 



09,25 horas. Corral de Ozcoidi. Es el mayor de todos los que hemos visitado. Está bien conservado. Han arreglado el tejado y una puerta metálica cerrada con candado nos hace pensar que dentro guardan maquinaria. 
Una cadena cierra el camino impidiendo el tránsito de vehículos. 





Donde el camino da un giro de 90º, un hortelano está regando un huerto bien pertrechado. 
Nos paramos un rato y entablamos conversación. 
Estamos en la Fuente de San Nicolás. Hasta hace un par de años había una pila donde se recogía el agua, pero se la llevaron. Él limpia el manantío para poder regar. Antiguamente todos los corrales del contorno cogían el agua, para los ganados y las personas, de esta fuente. La única. Hoy día, con los vehículos, todo el mundo se trae todo de casa. 
Es el dueño del Corral de Ozcoidi y nos cuenta que ponen la cadena cerrando el camino para evitar los robos de aperos y herramientas. Los robos y destrozos son frecuentes. 
El campo que nos rodea está sembrado de avena. Nos dice que, aunque hay sequía, no es para alarmarse, pero que … un par de días con unas aguas buenas les vendrían fenomenal a las plantas





Tenemos enfrente otras ruinas. Es el Corral del Guiri.
Tomamos el camino de la dcha. Es amplio y con buen piso. Caminamos disfrutando del paisaje que nos rodea. Los campos verdes y frescos están rodeados de robles, chaparros y zarzas. El día está fresco. Al fondo se deja ver el pirineo todavía nevado. En la sierra de Leyre la cima de Arangoiti está cubierta de nubes.






10,30 horas. Abandonamos el camino y por estrecha senda bajamos al Corral de Vicente Mateo. También es una sólida construcción. Damos una vuelta por su perímetro y curioseamos un rato. 
Un poco más adelante hacemos la parada "obligatoria" para echar un bocado. 
El amigo Wiki nos introduce por una senda estrecha. 
En un tramo más confuso la abandonamos y terminamos en el barranco. 
Juanjo saca la jarra y medimos el caudal: 21 litros/segundo.



Decidimos buscar la senda que nos marca el gps para evitar complicaciones posteriores y, al encontrarla, nos topamos con una señal indicadora del SL tirada en el suelo. Es verdad que una imagen vale más que mil palabras. La escena no es más que una muestra del abandono de este precioso recorrido. 
El camino es amplio y limpio 
Llegamos de nuevo al barranco. El agua salta cantarina entre las piedras. En sus orillas proliferan los robles, escaramujos y zarzamoras. 





Una cría de pájaro, no sabemos de qué tipo, asustada y nerviosa trata de esconderse, sin conseguirlo, entre las matas. Le ayudamos a encontrar el abrigo del bosque aunque nos da la impresión de que va a servir de almuerzo a algún depredador. 
El camino asciende suavemente. Dos perdices, al oír nuestras voces, salen volando, del sembrado y se alejan buscando la espesura. 
Cuando llegamos a la última curva nos damos cuenta de que ya estamos en la carretera de Murillo. 
En diez minutos llegamos a La Blanca. 




A la vista de la cruz colocada a modo de espadaña, Juanjo, que ya nos ha demostrado otras veces su vena de poeta, se inventa una rima.

"La cruz de la Blanca
de la Iglesia es alegoría. 
Sostenida por dos pilares, 
de un lado el clero y de otro la feligresía".

Ha sido una excursión que nos ha sorprendido por la cantidad de corrales, tan cercanos unos de otros.   








martes, 6 de mayo de 2014

Las tres mugas (en Ujué)



 Domingo, 4 de Mayo de 2014


Después del viaje a Ujué con Los Doce el pasado jueves, salimos de nuevo al campo. Vamos a hacer una excursión corta, para estirar las piernas, por un lugar desconocido: el sendero local NA-179A que discurre por el término de Ujué en la muga con Murillo el Fruto. 
La semana pasada lo preparé en Wikiloc y hoy nos dejaremos sorprender por un rincón al que llaman Las Tres Mugas. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 9º y la farmacia 8º. El día está despejado, apenas si anda aire. Rosa y Juanjo nos recogen con su coche y vamos al punto de salida por la carretera de Zaragoza para evitar molestias a los romeros que suben a Ujué desde Olite y la vega del Aragón. 



08,45 horas. El cartel donde comienza el recorrido está deshecho. Salimos por camino ancho entre campos de cereal. 


El campo, en este Mayo recién estrenado, merece una visita. Las cebadas verdean en las inmensas piezas. En el monte, la algarabía de sus habitantes,enmudece al notar nuestra presencia. 


08,55 horas. A la dcha. del camino hay una cuidada construcción. Es el Corral de la Huerta. Está limpio y bien conservado. Una modesta placa colocada encima de la puerta tiene una fecha: 1988. Será el año de su rehabilitación. 
Seguimos adelante. 


El camino principal continúa hacia el interior de la sierra. Nosotros tomamos a la izda. otro menos transitado que nos lleva, orillando una pieza lleca, hasta un punto en que podemos bajar a buscar el barranco de Lakumulatu.
Al atravesarlo, en medio del bosque, una tentadora senda nos invita a seguirla. 


Pero el amigo Wiki dice otra cosa. Nos manda en dirección contraria. Enseguida encontramos una estrecha senda que asciende suavemente entre robles y bojes. 
El trayecto es penoso. No vemos ninguna señal del sendero local. La maleza cierra con frecuencia el paso, pero el lugar es fantástico.


Donde el terreno es más limpio, nos sorprende encontrar una especie de tallos de lirios morados que más parecen espárragos subidos. 


09,50 horas. Corral de Domingo Ibáñez. Estamos a 445 m de altitud.

"Es probable que la mayoría de los corrales se construyeran en los siglos XVIII, XIX , y hasta los años 20 del siglo pasado, coincidiendo con una explosión demográfica  de Ujué que determinaría la roturación de todos los terrenos disponibles para la agricultura. Hasta entonces, el sustento mayor fue de los ganados que se criaban en su pastos, que se reputaban abundantes para sostener el ganado lanar, y también de la abundante caza, no sólo de perdices y conejos, sino también de lobos, jabalíes y venados." (Gaudencio Remón y otros)(Los corrales de Ujué y la vida de antaño. Santa María de la Oliveta)


Sobre una roca, a la sombra de los árboles, han puesto unos sillones que sirven para disfrutar del paisaje. Nos parece un lugar perfecto para almorzar. 
La vista desde aquí es extraordinaria. A nuestra izda. el pueblo de Ujué se apiña alrededor del Santuario mientras se despereza con la luminosidad del día. 
A nuestros pies se extiende el bosque salpicado por tierras de labor. En sus orillas hay varias corralizas. Tenemos que volver más veces por aquí. Hay mucho terreno por descubrir. 


Damos una vuelta por el entorno del corral y nos topamos con lo que tiene que ser una tumba. Está cercada y, además de un ramo de flores artificiales, han colocado media docena de lámparas eléctricas que se alimentan con unas pequeñas placas solares. A ver si hay suerte y el amigo Mikel Burgui, a quien le he puesto un mensaje diciéndole dónde estábamos, nos ilustra sobre todo esto. 


Junto a una pared del corral, hay una señal indicando el camino de vuelta. 
Comenzamos a descender. 


Enseguida llegamos a una pieza grande de cebada. La rodeamos y salimos al camino principal por el que hemos pasado a la ida. 
Volvemos al coche. Cuando nos montamos, Juanjo nos pregunta si conocemos la tumba de Raimundo Lanas "el ruiseñor navarro".


Como vamos a pasar otra vez por Murillo el Fruto hacemos una parada en el cementerio y visitamos al jotero.
Antes de volver a casa, aún nos detenemos en Traibuenas. Muy cerca de donde estamos, el Cidacos se funde con el Aragón. 
Algún día tendremos que hacer recorridos por las orillas de nuestro río, comenzando en la Valdorba hasta llegar a la desembocadura en Caparroso.