lunes, 30 de junio de 2014

La fuente del toro




Sábado, 28 de junio de 2014


Otro domingo que fue sábado. Como mañana tampoco podemos salir a andar, hemos decidido hacer hoy la excursión semanal. 
Sergismundo, que como dice Juanjo ha resultado ser un verdadero filón, tiene subida a Wikiloc una vuelta por las inmediaciones del Buskil en la que se pasa por la Fuente del Toro, ya en Artajona. 
Esa fuente es para nosotros desconocida, así que hoy la visitaremos. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 20º y la farmacia 18º. El día está estupendo para andar. El bochorno, aunque no refresca, por lo menos orea. 

                  San Pedro (29 de Junio) tormentoso, treinta días peligroso. 

En su casa, Juanjo me está esperando con el coche.




08,10 horas. Aparcamos junto al Caserío del Monte o de Camón. Han restaurado el sendero local y el cartel que indica un itinerario por Buskil es nuevo.
El camino asciende en línea recta.






Al darse cuenta de nuestra presencia, un lución serpentea para introducirse en la maleza. Juanjo lo sujeta con el bastón para poder fotografiarlo. 



Dejamos a la izda. la Balsa de Lucas que visitaremos a la vuelta y, cuando se acaban los pinos, llegamos a la caseta redonda.
Tomamos un camino que sale a la dcha. Nos lleva a una pieza que tenemos que orillar. 
Salimos de nuevo al monte bajo y llegamos a la Cruz de la Sarrea. Son las 08,55 horas




La vista desde este lugar es magnífica. En el horizonte se dibujan la Sierra de Alaiz, la Higa y la Peña de Izaga. San Pelayo, coronado por su ermita, celebró su fiesta este pasado jueves. A su dcha. Guerinda oculta a Ujué. 
Entre ilagas y coscojas, esquivando las ramas bajas de los quejigos, caminamos por una senda estrecha que nos devuelve al camino. 
Continuamos en dirección N. 



09,25 horas. Llegamos a la Cruz de Arroyo. En Junio del año pasado nos hablaron de ella y vinimos a verla. Todavía no habían colocado un cartel explicativo y no sabíamos cómo se llamaba; por eso nos sorprendió que Sergio la denominara Cruz de Arroyo. 



El cartel explica cómo se llama y por qué. 
Junto a la cruz hay una bifurcación de caminos. Tomamos el de la izda. que desciende en pronunciada pendiente, dando vista al canal y a Artajona. 
09,35 horas. Algún tramo está asfaltado. La vegetación, en esta ladera, difiere algo de la de la Sarrea. 


Fuente del Toro. Según indica la placa de la cruz, estamos en el término del Barranco del Toro. 
Es una construcción de dimensiones considerables. Tiene un par de mesas de obra y, en un rincón, un pequeño asador. 



El caudal es mínimo. Juanjo saca la jarra y medimos. 1 litro cada 3 minutos. 
Aprovechamos las mesas y la sombra para echar un bocado. 
Unos esforzados ciclistas suben la cuesta sin detenerse.
Salimos al camino y seguimos bajando hasta llegar al canal.


10,10 horas. Aquí el canal es majestuoso. Cuando se introduzca en el monte y salga por el túnel de la Lobera se dividirá en dos ramales, pero en este punto su anchura y caudal de agua son un espectáculo. 
Y ahora toca subir. Hay que volver a ascender todo lo que hemos descendido.  La mañana sigue buena.


En las orillas del camino, las zarzas, repletas de flores, anuncian las próximas moras. Los endrinos ya tienen los arañones, pequeños como guisantes. 


Llegamos de nuevo a la caseta redonda y caminamos en dirección S. hasta llegar a una pequeña balsa. 

La senda desemboca en una pieza con bancales de lavanda y, por un estrecho paso, en otra similar. 
Salimos a una pieza todavía sin cosechar. 


Desde la otra orilla llegamos al Buskil o Piedra Blanca, como también la conocemos. Son las 10,50 horas
La senda baja a nuestra dcha. buscando el camino por el que hemos subido al comienzo. 

Año 1839. Terminada la guerra en el Norte, después del convenio de Vergara, siguió más de un año en el bajo Aragón y Cataluña (…) Habiendo contraído el Ayuntamiento deudas con motivo de esta guerra, vendió los molinos Nuevo y Ereta y el trujal que hasta hace poco llamaban de la Ciudad y en la actualidad el del agua. 
La venta del Monte Alto se hizo en tres veces: la primera al terminarse la guerra de la Independencia, la segunda terminada ésta de los siete años. Don Bonifacio Garcés y un Huarte quisieron comprarlo todo, pero el Ayuntamiento lo partió en lotes y lo vendió en subastas. Como era recién roturada, esta tierra traía grandes cosechas, con labrados que entonces les llamaban de macho; se hicieron casas de mucha hacienda. (D. Angel Morrás)(Escenas de la vida tafallesa).


Es el SL NA-173. Un paseo interesantísimo de conocer porque pasa junto a los bojes más meridionales, casi nos atrevemos a decir, de Navarra.
Antes de bajar a la pieza que está junto al camino, la cosa se complica. Las llagas y las coscojas se ensañan con nuestras piernas. 
Juanjo se detiene y me obsequia con uno de sus ripios:

               Si subes hasta el Buskil
                  y llevas pantalón corto,
                  sentirás caricias mil
                  y dirás ¡¡¡no lo soporto!!!

Orillando la última pieza, giramos la vista a nuestra izda. y descubrimos, por la de al lado, un corzo que sube a brincos hacia el monte. 
Con las piernas arañadas salimos al camino.


11,20 horas. La Balsa de Lucas es una maravilla. En el agua limpia se ven los cangrejos agazapados, buscando el sustento. 
Incordiamos a uno y se yergue sobre su cola extendiendo, amenazante, sus descomunales pinzas. 


En la orilla, bajo un enorme roble, un jabalí ha estado revolcándose en el barro. 


En una pared del regacho que desemboca en la balsa, un borbotón de agua mana sin parar. El Templao nos ha dicho muchas veces que su padre tenía muy cerca una pieza y que él, de crío, iba por allí a mojar los vencejos para atar las gavillas. ¿Sería aquí?
Volvemos al camino. Andamos despacio, disfrutando de la mañana. Llegamos al caserío. Otra excursión para repetir. Buskil, la Sarrea, Arroyo, la Fuente del Toro,…. 

En este enlace está el recorrido de Sergismundo. Nosotros lo hemos seguido fielmente aunque cambiando el sentido de la marcha. 

lunes, 23 de junio de 2014

El pozo de Jurío





Sábado, 21 de Junio de 2014


El sábado que fue domingo, como dice Juanjo. Este domingo no podemos andar, así que hemos decidido adelantar la excursión un día. 
Aprovechando el filón que han supuesto los descubrimientoa de "Sergismundo", hoy nos vamos a ver el Pozo de Jurío. Está muy cerca del Caserío de Valdiferrer y desconocíamos su existencia. 
Son las 08,00 horas. Magán y la farmacia coinciden: 22º. El cielo está completamente limpio. Hace calor. Aunque para la tarden anuncian tormentas. 

        Las lluvias de San Juan, ahogan el trigo y aguan el vino

Al terminar el polígono industrial de la carretera de Artajona, entramos por el camino en el Vaquero. 
Las piezas de cebada están cosechadas. El trigo, casi a punto, necesita unos días más para terminar de perder el verdor. 
En las orillas del camino los escaramujos han perdido la flor y los botones verdes de los futuros "tapaculos" comienzan a engordar. 
Tomamos el primer camino a la izda. y salimos a la carretera de Estella. Nada más pasar la serrería de Martínez, tomamos el que entra a la dcha., que lleva a la granja del Churrero. 




Unos olivos centenarios nos dan la bienvenida. Sus troncos retorcidos y gruesos impactan al verlos de cerca. 



08,35 horas. Cruzamos el canal, que en este tramo está enterrado, y bajamos a ver el Corral del Vaquero. Una parte está medio en ruinas, aunque otro edificio parece mejor conservado, como si estuviera preparado para guardar maquinaria. 


Unos pocos metros más adelante, el Corral de la Mariana se hunde sin remedio. Abandonado y sin apenas techumbre, sobrevive en una especie de isleta ofreciendo al paseante su imagen lastimera y triste. 


En el Almendrolar salvamos el barranco de Valdiferrer cruzando un pequeño puente y comenzamos, en suave ascensión, la aproximación al caserío. 
El camino se abre paso entre grandes piezas de cereal. El trigo en esta zona tiene un color tostado, "sarraceno" me dice Juanjo. Las espigas ladean la cabeza obligadas por el peso del grano. Son días críticos en el campo. Las temibles tormentas pueden dar al traste con el trabajo de todo un año. 


09,00 horas. Caserío de Valdiferrer. En el caracierzo, a la sombra de los cipreses y acacias, está el pozo. Apetece la sombra y el poco oreo que anda. Sacamos los bocadillos y reponemos fuerzas. Todavía nos queda un rato de caminata. 
Rodeando el caserío, en el cruce que baja a la carretera de Estella, continuamos de frente. El camino se aleja para, dando un vuelta, volver en dirección E. Entramos en una zona de pinar. 


Estamos próximos a la muga con Artajona. Desde aquí se divisa el pueblo acurrucado bajo el Cerco.  
Le cuento a Juanjo una historia curiosa de estos parajes que me llegó por medio de Angel Esparza.

"En una de las casetas de piedra que abundan por el término, vivió un hombre que se llamaba Bordonaba. Este individuo, no se sabe bien por qué, decidió "retirarse del mundanal ruido" y vino a vivir por aquí. Sobrevivía como podía y agradecía las visitas de labradores y pastores. El padre de Angel, cuando tocaba ir a trabajar a una pieza que tenían por allí, lo visitaba y le daba alguna cosa. 
El tal Bordonaba se hizo popular y le sacaron una jota:

           Si vas a Valdiferrer
           pregunta por Bordonaba.
           Pero llévate de todo,
           porque él no tiene de nada". 



09,45 horas. Pozo de Jurío. Está en el cruce de caminos que unen Valdiferrer y la Aquitana. Medio escondido, es imposible verlo si no sabes que está ahí. Hemos pasado por ese camino montones de veces y no nos hemos enterado. Apartando alguna piedra, se puede apreciar el pozo. Tiene agua. No queremos enredarlo demasiado y lo dejamos como está. Con haberlo localizado nos basta. 



Continuamos en dirección N. A la dcha. del camino encontramos una antigua colmena marcada por Sergio en su recorrido. 
En la ladera del montículo, al abrigo del cierzo, se conserva bastante bien. 
Seguimos en la misma dirección. Entramos en un terreno frondoso. No vemos el agua, pero adivinamos que es una zona de aguas por la vegetación. 


Al terminar una pieza, en la ladera, hay una abejera de considerable tamaño y en buen estado de conservación. Subimos a verla. 


Todavía están las tapas al pie de los nichos. 
Seguimos por el camino y, al llegar a una curva a la dcha., en el fondo de una pieza, hay otra abejera como la anterior, aunque peor conservada. 
Orillamos la pieza y subimos a verla.


El techo está medio hundido, pero una sólida construcción con grandes piedras sujeta lo que queda de cubierta. 


Junto a ella hicieron un pozo de aljibe para el abastecimiento de agua. 
Volvemos al camino y entramos en La Lobera.  


Comenzamos a descender y damos vista al canal que viene del túnel. Lo cruzamos y, por su orilla izda., comenzamos a bajar suavemente.


11,00 horas. A nuestra izda., entre campos amarillos y monte bajo, emerge el Gurrutxo, que a duras penas se mantiene en pie.  
Junto a una caseta, un hermoso peral presume mostrando sus frutos. 
Hay varias bifurcaciones, pero seguimos siempre por el camino de la izda. 



Entre campos de trigo y cebadas cortadas, entramos en el pueblo. Son las 11,30 horas
Otra bonita excursión en la que hemos descubierto el Pozo de Jurío y las abejares de la Aquitana. 








lunes, 16 de junio de 2014

La cueva de Tamarices






Domingo, 15 de Junio de 2014

Esta semana he recibido la buena noticia de la existencia de tres sitios desconocidos para mí en el campo: La cueva de Tamarices, el pozo del Secretariado en el Saso y el pozo de Jurío en Valdiferrer. 
Alguien que firma como Sergismundo en Wikiloc me hizo llegar los recorridos de estos parajes. 
Cuando le hablé a Juanjo de la existencia de la cueva, sabía con toda seguridad a dónde iríamos a caminar este domingo. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 18º y la farmacia 17º. El cielo está limpio. El cierzo, suave pero constante, va a hacer llevadera la excursión de hoy. Por si acaso, meto en la mochila dos cantimploras con agua. Cuando empieza el calor, hace falta todo.

"Un junio claro y fresquito, para todos es bendito".

Desde la cooperativa del cereal bajamos por Galloscantan hasta la carretera de Miranda. 
La cruzamos y nos adentramos en el Planillo. 
En los olivos, la flor ya ha ligado y se pueden ver los incipientes frutos. Hay piezas de cebada ya cosechadas. Las cepas se han llenado de hojas y, en las orillas de los caminos, las zarzas están floridas. 


La laguna se extiende a nuestra izda. poniendo un contrapunto azul entre las mieses amarillentas. 
Bajamos al Prado de Rentería y nos paramos un momento a contemplar el riego intenso que le están dando a un trigal. 
La balsa redonda de Porputiain contempla el espectáculo mientras recibe las aguas que fluyen por la pendiente. Un par de abejarucos, inquietos y juguetones, sobrevuelan nuestras cabezas haciéndonos ver que somos unos intrusos. 
Salimos a Valditrés y torcemos a la izda. siguiendo el camino que entra de la carretera. 
La cantera de Ros, descarnada y oscura, no se sorprende por nuestra visita. Somos viejos conocidos. 



Por el camino herboso, flanqueado por los carrizos, llegamos a la fuente. 
09,25 horas. Fuente de Valditrés. Juanjo abre la mochila y saca la jarra medidora. 8 litros/min. 
Salimos al camino principal y en un orillo, con la cantera a nuestra espalda, paramos a echar un bocado. 


Continuamos por el camino que va en dirección O. Entre campos de cereales, junto a los pinos que pueblan los cerros, salimos al cogote que siempre nos llama la atención. 
En ese paso estrecho torcemos a la izda. y orillamos una pieza labrada.



10,00 horas. Cueva de Tamarices. Aunque está en la misma orilla del pinar, pasa desapercibida. Gracias a que está marcada en el itinerario, nos detenemos y subimos a verla. 


Por su interés, reproduzco lo que dice Sergio en su recorrido.

"En este paseo vamos a visitar la cueva que se encuentra en los Lados de Berroeta, junto al barranco de Tamarices, a poca distancia de la Cantera de Ros. Se trata de una oquedad producida en el terreno por la presencia de yesos y margas, y que antaño servía de refugio a pastores y agricultores. Lamentablemente, sólo podemos ver restos de la cueva, puesto que en la repoblación del terreno con coníferas, destruyeron gran parte de la misma al excavar los bancales sobre los que plantaron los pinos. Hoy día sólo podemos ver la parte final de la cueva, que se encuentra rellena de escombros".

Es un momento importante para nosotros. La hemos buscado en nuestros muchos paseos por esta zona. Hemos hablado con labradores y gente de campo. Nadie nos ha sabido dar razón de ella. Y ahora la tenemos delante. 
Juanjo, que ha fantaseado con ella en un proyecto de relato, me da inmerecidamente las gracias. Le digo que la "culpa" es de Sergismundo. 
La ruta sigue en dirección S. hacia Candaraiz. 
Por piezas en barbecho, salimos al camino que lleva a los caseríos. A lo lejos, un zorro nervioso se adentra en la espesura del pinar. 




10,20 horas. Llegamos a la confluencia de los barrancos de Valditrés y de Tamarices. Es una amplia campa con agua, hierba verde y carrizos. Estas aguas desembocan en el barranco grande de Candaraiz y finalmente en el río Arga.  




El camino hace una curva a la dcha. y llegamos al Caserío de Eulalio. Una pareja de azores sale espantada del corral que está enfrente de la casa. 



En las paredes de su interior, alguien quiso dejar constancia de su paso en 1947.
El camino hace una amplia curva simulando que va a Piedrafita y las Alcantarillas, pero vuelve otra vez hacia el N. El lugar famoso por sus canteras de piedra de Tafalla es pobre en vegetación.



Lo que más abunda es el esparto que en esta época está en flor.



10,50 horas. Llegamos al Corral de la Escolara. Los azores revolotean encima de su tejado sin quitarnos ojo. 
Bajamos otra vez a Valditrés. A la altura de la cantera, un camino se introduce en dirección O. Discurre entre pinos y campos de cereal. La cebada ya está en el granero. Al trigo sin embargo, aunque amarillea todavía, le faltan unos días hasta que pierda su último verdor. 


11,25 horas. Laguna de Romerales. La vista desde el lugar en que nos encontramos es maravillosa. El viento agita la superficie del agua y el olor salitroso, como podrido, le quita el encanto al paisaje. 


Para no pisar lo que todavía está por cosechar, tomamos el camino que baja a nuestra dcha. y que nos conduce directamente hasta el espacio en que se depositan las arenas de la fundición de Fagor. 
Como la orilla de la valla metálica tiene mal andar, atravesamos el pinar y salimos a la carretera que va al vertedero. 



Pasamos junto al Caserío de la Laguna y la contemplamos desde este lado.



12,40 horas. Fuente de Resano. Baja mucho caudal. No la medimos porque, igual que la de los Falces, en la otra ladera del Plano, es ahora artificial. Recoge todo los excedentes de los riegos cercanos.  
Entramos en el pueblo por el camino que va paralelo a Margalla. 

En este enlace se puede ver el recorrido de Sergismundo. Es de 7,7 km.
Nosotros basándonos en el suyo, hemos hecho uno más largo de casi 18 km.
Cualquiera de los dos es útil para dar una vuelta agradable visitando la cueva de Tamarices. 

martes, 10 de junio de 2014

Cabriteras y El Predicadero








Domingo, 8 de Junio de 2014

Desde el mes de Abril no hemos andado por el término de Tafalla y hoy toca. 
Vamos a ir al Alto del Predicadero, donde El Plano termina y la vista se precipita hacia la inmensidad del Saso. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 15º y la farmacia 14º. El cielo está despejado, no anda aire y las predicciones de los que saben del tiempo dicen que vamos a pasar calor. 
Mejor. Los Doce tenemos la fiesta de Pentecostés en San José y, cuando los días salen así, es un placer saborear un buen calderete a la sombra de los pinos.
Salimos por lo que el Templao ha bautizado como "los enredos" porque la urbanización se proyectó en la zona que llamaron la UR2. 
Por el camino que lleva al Plano no hay nadie. Los maíces  están sembrados y esta noche han recibido una buena ración de agua. 





08,30 horas. Fuente de Los Falces. Juanjo dice que se ha olvidado la jarra para medir el caudal. No importa. Con los riegos de las piezas cercanas, esta fuente es ahora artificial. Echa agua todo el año como no lo había hecho nunca. 
Subimos la cuesta que nos lleva a la antigua gravera y llegamos al Corral del Plano. 
Un panel explica el recorrido del paseo por el denominado Oinez Basoa. Con motivo de la celebración en 2011 del Nafarroa Oinez de Tafalla, se plantaron 6.700 encinas y quejigos en 92 robadas de comunal en el Raso del Plano. Unas tierras roturadas para la siembra del cereal que nunca resultaron rentables. 
Continuamos por el camino principal hasta llegar a los dos monolitos hechos con piedras que indican la entrada hacia la Caseta. 





09.20 horas. Caseta del Plano. Está limpia y ordenada. Abierta a todo el mundo. Cuando las cosas se respetan, se conservan para todos. 
Almorzamos en la mesa de obra junto al edificio. 
Dos perros inquietos llegan corriendo hasta nosotros. Brincan y jadean mientras nos olfatean. Su dueño los llama y nos saluda. Les echa agua en un recipiente y les ordena que se recuesten. Los animales, asombrosamente, le obedecen sin un ladrido. 
Terminamos y nos adentramos en el pinar para llegar hasta el borde del plano.





Junto a un puesto para cazar palomas, encontramos un pequeña base de hormigón. 
Como en los Altos del Planillo, tuvo que haber ahí, si no un vértice geodésico, algo que indicara el punto más alto del lugar. El Gps nos dice que estamos a 466 mt de altitud, altura que tiene oficialmente el Alto del Predicadero. 





Junto al puesto de palomas han montado una especie de cabaña que es un auténtico chabisque. Cutre y sin gusto; llena de pintadas, por lo menos tiene la ventaja de que está escondida entre los árboles y no se ve hasta que no llegas a ella. 






La ladera que baja hacia el Saso está llena de basura. Latas, garrafas, maderas, plásticos y un largo etc. ¿Cómo es posible?
Aprovechando la terraza de la repoblación, avanzamos en dirección E. El interior del bosque está intransitable. Han hecho limpieza del arbolado y han dejado todas las ramas extendidas. El olor a resina es agradable, pero el peligro del fuego en estos próximos meses de verano es enorme.





En las paredes del cortado, las madrigueras de los zorros son profundas y oscuras. Aunque seguimos en el Predicadero, esta zona es más conocida como Las Zorreras. 
Bajamos buscando el camino que nos llevará cerca del Caserío de la Chiquitina.



El terreno es abrupto y empinado. Hay que bajar tomando todas las precauciones posibles. 
Llegamos a una especie de senda que en realidad es un barranco y salimos a una pequeña balsa, ahora seca, que recoge las aguas. 
La vegetación es pobre. Sólo prospera el esparto. 
Cruzamos una acequia y subimos a una pieza. Es un barbecho de maíz.




10,20 horas. Lo cruzamos y orillando otra finca sembrada, caminamos en dirección E. Hemos dejado atrás La Chiquitina. 
Tomamos un camino nuevo y salimos al que sube hacia la balsa. Las diminutas plantas de maíz despuntan tímidamente en las enormes piezas que se extienden desde el camino que va a la Cruceta hasta los caseríos lejanos de Gregorico  y Manuel. 




11,00 horas. Balsa de Cabriteras. Está rebosante. Juanjo comenta que hace un par de años podíamos andar por el centro del vaso debido a la enorme sequía que padecimos. 
Caminamos por la orilla. Las ranas, conforme nos vamos acercando, saltan al agua sin prisa. Dos cangrejos "americanos" ni se inmutan.





Encontramos la pequeña senda, casi desdibujada, y nos acercamos hasta el pozo. Levantamos la tapa y comprobamos que tiene una buena cantidad de agua. 
Subimos otra vez al Plano. Avanzamos en dirección N. y llegamos al cruce que baja a la Cuesta de la Calera. Tomamos un pequeño desvío y, por el viejo sendero, salimos a la Cuesta del Melón. 




Les pregunto a mis acompañantes si saben por qué se llama así. 
Les cuento lo que me dijo Rafa, el marido de mi prima Angelines, que le había contado su padre:

Resulta que un día, podría ser en los año 30, tres mozos volvían de fascalar en el Saso. 
Hacía calor y, en esa cuesta, el manantío formaba una pequeña balsa. Algún agricultor vecino había dejado un melón a refrescar en el agua. Ellos, al verlo, muertos de hambre y de sed, lo cogieron y, donde comienza la cuesta, a la altura de la finca de Chirolas, se lo comieron. 
El dueño fue a merendar y se encontró sin melón. Como había visto pasar a los tres mozos, salió corriendo y los pilló comiéndose la última tajada. Les empezó a llamar ladrones y otras cosas y ellos le contestaron: "No tienes ninguna razón en lo que estás diciendo. Estábamos aquí sentados, descansando, y de repente ha venido este melón rodando por la cuesta. Como pensábamos que no era de nadie y para que no se malperdiera, nos lo hemos comido".

11,30 horas. Con estas historias volvemos a entrar de nuevo por "los enredos" en Tafalla. El día viene de calor.