martes, 23 de junio de 2015

A Ujué por el Guerinda y el Txutxu



Domingo, 21 de Junio de 2015


El grupo de canto gregoriano, en el que participan Inma y Rosa, actúa en Ujué. Juanjo me propuso que podíamos ir al concierto, pero ... andando por el monte. Si lo piensas en frío no apetece nada: Varias horas andando, el madrugón, subir  y bajar a Gerinda, subir y bajar al Txutxu y llegar a Ujué.
Pero bueno: Anuncian buen tiempo, hace un año que hicimos esta excursión...
Pues nada, a Ujué por el monte. 
Son las 05,00 horas. Magán marca 17º y la farmacia 16º. La noche está agradable para andar. 
Antes de llegar a la Plaza de Navarra, el griterío de la juventud dirigiéndose a la discoteca nos sugiere que vayamos hacia la Fuente del Rey por el "Paseo Marítimo".
Atravesamos el puente de la autopista y por el Juncal nos dirigimos a Valgorra. La ausencia de nubes hace que la noche no esté muy cerrada. Juanjo ha traído una linterna y alumbra los baches para evitar cualquier percance. 
En la finca anterior a la de los Cañas, el perro nos ladra asustado. Por la pista que va encima del canal, un coche policial viene en dirección nuestra. 


06,00 horas. Fuente de Valgorra. Escondida entre unas enormes zarzas,  conseguimos dar con ella a bastonazos. Como es habitual en esta época del año, se ha secado.



Un poco más arriba, la Caseta del Fraile se deja ver cuando el día comienza a clarear. 
El camino discurre entre chaparros, escaramujos y enebros. Una extensa pieza de trigo se desliza, ladera abajo, hasta toparse con el encinar.



Entre dos luces, las ruinas del Caserío de Pozuelo apenas se distinguen. Nos quitamos ropa. 
El camino que sube hasta las últimas piezas, antes de llegar a Santa Zita, está duro y descarnado. 
La última pieza que se cruza está labrada. 


06,30 horas. Cruz de los de Pueyo. Donde comienza el descenso a la ermita, solitaria y humilde, nos muestra el Santuario de Ujué por primera vez. 
Continuamos en dirección N. Por mal camino, lentamente, vamos tomando altura. El día, sin darnos cuenta, va ganando terreno a la noche. 



A nuestra dcha. la panorámica del valle donde se encuentra Santa Zita es espectacular. 


Las últimas lluvias ablandaron el suelo y eso nos permite disfrutar de las huellas de los animales.
La cuesta se termina y volvemos a  saborear el paseo. 


Llegamos a la subestación del parque eólico y continuamos por la pista. 
Unos minutos más tarde estamos en el camino que lleva a la cima. 

El cartel informativo hace de portal.


07,30 horas. Guerinda. Nos encontramos a 878,3 mts de altitud, según reza la placa colocada en el vértice geodésico. 


Unos metros a la izda. se encuentra el mirador. El cartel ha sufrido las inclemencias de la intemperie. Nos sentamos un momento en la bancada y contemplamos el paisaje. La Laguna de Pitillas pone el contrapunto a las tierras secas de la vega del Cidacos. Al fondo el Moncayo. Azul e imponente, parece emerger milagrosamente de la inmensa llanura, mientras Olite, Beire y Pitillas la humanizan.
Decidimos seguir hasta el molino y almorzar allí. 
La pista del parque eólico continúa en dirección E. El pequeño bosquete de robles forma, a veces, una pantalla protectora contra el sol que empieza a asomarse. 


08,20 horas. Molino de Olleta. Bien conservado, el entorno está limpio. En el cobertizo que sirve de refugio echamos un bocado. Nos lo hemos ganado. 
Los generadores eólicos que en Valgorra giraban con viento N. ahora han virado y miran hacia el E. El viento castellano va a traer calor. 
Orillando una pieza y bajando a un camino, salimos a la carretera que lleva a Olleta. 
En el Alto de Lerga decidimos bajar hasta otro que pasa cerca del Corral de Ginés. Algunas veces hemos subido desde el Alto por un camino viejo que lleva a una antigua gravera. El de hoy es un poco más largo, pero tiene mejor andar. 
La pista se pone cuesta arriba.


Un cartel indica que vamos a entrar en el parque eólico del Txutxu y ofrece una serie de recomendaciones. 
La subida es dura. El desnivel hace que las paradas "para contemplar el paisaje" sean frecuentes. El Molino de Olleta, inmóvil y diminuto, nos contempla desde su collado. En el fondo del valle, el pueblo de Lerga se despereza preparándose para un domingo tranquilo y caluroso. 
Un último esfuerzo nos permite alcanzar el último molino y, por senda estrecha, llegamos a Txutxu.



10,00 horas. Cima del Txutxu. 930 mts de altitud. El esfuerzo ha merecido la pena. Junto al vértice geodésico se conserva el buzón de montaña, en forma de cantimplora, que colocamos hace ya muchos años los de la S.M. Alaitz. 
Aprovechamos la parada para echar un vistazo a los alrededores. Montejurra, Guerinda, Arangoiti, San Pedro y Santa Agata. Montes conocidos a los que queremos volver en breve.  
Comenzamos a bajar. 



El pequeño nacimiento que encontramos este invierno, sigue intacto. 
La senda, estrecha y empinada, obliga a clavar los bastones para superar algunos tramos.



Junto al primer molino nos paramos ante la cruz sin brazos que indicaba antiguamente el viejo camino. 

En el término de Ujué existen varias cruces en memoria de personas asesinadas. Una cerca de la Fuente de la Bomba. Otras más por los alrededores del pueblo y algunas en términos lejanos. Según Feliciano Jurío, en el monte Chuchu hay una y otra en el barranco de Lerbez, en la Oliveta, aunque cree que ya no está. (Gaudencio Remón y otros)(Los corrales de Ujué y la vida de antaño. Santa María de la Oliveta)
Continuamos por ancho camino hasta llegar a una balsa junto a la carretera. Las ranas se lanzan al agua al ver interrumpida la paz que disfrutaban.
Tomamos un camino de herradura que asciende un tramo y volvemos a descender hasta la salida a la carretera.




11,00 horas. Cruz del Saludo. Nos detenemos un momento y continuamos hacia el pueblo. 



Terminada la misa, el Grupo de Canto Gregoriano y Religioso (José Luis, el párroco, los presenta como Coral) ofrecen media docena de canciones que evocan las romerías de Tafalla y los pueblos de alrededor. 

martes, 9 de junio de 2015

El muladar de Romerales




Domingo, 7 de Junio de 2015


Tenía guardada una excursión para un día con prisas que me pasó Sergismundo. Es una vuelta bonita. Se visitan la Laguna y la Balsa de Romerales, el muladar y se vuelve por las Rocas al Planillo. Hoy es el Corpus. Los auroros han cantado cerca de casa y, por sus atuendos, se adivina que viene el día caluroso. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 18º y la farmacia 16º. Sin viento y con estas temperaturas, vamos a sudar la gota gorda. 

Cuando se seca el río, llora la huerta. 

Subimos a la cooperativa del cereal para salir a la carretera de Miranda. 


Entre el Caracierzo de la Celada y Margalla, los trigales comienzan a perder el tono verde oscuro. Las cebadas, resignadas ante la falta de agua, inclinan sus  cabezas amarillas esperando la inminente siega. 
En el primer cruce del Planillo, descendemos por el camino de la izda. en dirección a La Laguna. 


En la hípica ya hay actividad. 
El camino que rodea la balsa es amplio y está en buen estado. 


La cerca, con alambre de espino, deja un espacio herboso que en invierno se inunda, impidiendo incluso el paseo de hoy.


Cruzamos el barranco que alivia a la balsa y ascendemos hacia el Caserío de la Laguna. Son las 08,45 horas. 
La estrecha carretera asfaltada nos acerca hasta el antiguo vertedero comarcal. 


La montaña de los residuos que se han ido enterrando a lo largo de los años, poco a poco se va cubriendo de vegetación. 


09,00 horas. Balsa de Romerales. La superficie esta en calma. El tiempo parece detenerse en este lugar. Rodeada de pinos, campos de labor y cerros poblados de romeros, es uno de los paisajes más hermosos de Tafalla. A finales de verano se suele secar y muestra su fondo salitroso, salpicado de manchas de fango. 
En invierno, entre algaradas de nieve, o en primavera con los romeros en flor, este paisaje nos deja sin palabras. 

¿Dónde se prefería poner las viñas?¿En terrenos expuestos al sol, al abrigo, en zonas

donde no había peligro de heladas? ¿Cuándo solía helar?

Se preferían las tierras oreadas. La uva “se hace” hacia 

San Fermín, y si no está en zona fresca y oreada, se “cuece” en 

verano.

El mayor peligro de heladas era por San Marcos (25 de 

abril), cuando en las cepas, después de la etapa “en yesca” 

(sin “mover”), ya se habían roto los “botones” y habían salido 

los pámpanos que eran los que más sufrían.

En los “caracierzos” había menos peligro de heladas, porque 

normalmente corría el aire. Sin embargo en los “hoyos” helaba 

más. Había dos viñas en zonas bajas, próximas a la carretera 

de Miranda, propiedad de dos viticultores (cuyos nombres 

menciona) y otra de unas 7 robadas, propiedad de su familia, 

cerca de la balsa de “Romerales”, también en zona baja, donde 

“helaba todos los años sin helar” (aunque no helara, 

propiamente). Eran como el “termómetro” de las heladas.

Las viñas situadas en terrenos con semejantes 

características, se helaban las que más, casi sin caer hielo. 

Pero las mantenían, porque como la tierra era muy buena en 

los hondos, echaban parras enseguida, y se recuperaban 

pronto.

(De una entrevista de Juanjo Costa a Gabriel Armendáriz "Margain")

La ruta de Sergio sigue en dirección a Valditrés. 


Antes de salir al camino que lleva a Candaraiz, torcemos a la derecha y nos adentramos en el pinar. La senda es buena; vieja y poco transitada, tiene buen andar. Da un giro de 180º y caminamos paralelos al camino que traíamos. 
Se agradecen las sombras de los árboles. 


En la orilla del camino, aprovechando las características del suelo, proliferan los cados. 
10,00 horas. Muladar. Entramos un momento. 


Los huesos blanqueados por el sol se asemejan a las piedras calizas tan abundantes por aquí. 


En lo más alto del cerro (462 mts) volvemos a disfrutar de la vista de la Balsa de Romerales. 
Buscamos una sombra y echamos un bocado.
El camino se convierte en senda mientras desciende a Porputiain. 


10,25 horas. Dolina de Porputiain. Nos acercamos a echarle un vistazo. El rumor del agua pone un punto de frescor en el fuerte calor que ya soportamos.


 El agua viene de la balsa cercana, de las fuentes de Porputiain, que se oculta bajo la tierra para volver a salir aquí. 
Cruzamos el Prado de Rentería y llegamos al camino que va junto a la ladera de Las Rocas. La pared cercana está llena de agujeros. Los abejarucos salen veloces hacia los campos cercanos. 


A la altura de la solitaria sabina, subimos por la ladera al camino de arriba y continuamos en dirección E. 
El calor aprieta y las cuestas se hacen duras.


10,50 horas. Llegamos a lo más alto donde se encuentran el mojón de la Cañada, el pino solitario y la piedra de Manolo. Echamos un vistazo rápido a la balsa circular de Porputiain y continuamos.  
Tenemos prisa. Queremos llegar a la Procesión y estamos lejos del pueblo. Apretamos el paso y el calor parece multiplicarse. 
Pasamos junto a la hípica y salimos otra vez a la carretera de Miranda. 



En Galloscantan echamos un rápido vistazo a la lápida encontrada recientemente.
A buen paso entramos en el pueblo. 
Un bonito paseo el realizado por Sergismundo. Aunque es una zona que visitamos con cierta frecuencia, cada vez que vamos nos sorprendemos con algo diferente. 



martes, 2 de junio de 2015

A Piedralosa con los Scouts


Domingo, 31 de Mayo de 2015


El año pasado, en Octubre, preparamos para el grupo Scout Ibaialde de Tafalla una salida por el término en la que les mostramos, entre otros lugares, la Abejera de Garbayo y la Torre de Beratxa. Con esa excursión comenzaban el curso 2014/15. 
Hoy quieren terminarlo con otra salida y nos pidieron que les "montásemos" un paseo bonito, cómodo e interesante. No hay problema, los llevaremos a la Piedralosa. 
A las 08,00 horas Magán marcaba 14º y la farmacia 15º. El cielo está limpio de nubes. No anda ni un pelo de aire, así que hoy toca pasar calor. 

Las mañanitas de Abril, son buenas para dormir; y las de Mayo..., las mejores del año. 

Iñigo Beunza, Consiliario del Grupo, después de la misa de 9 en San Pedro nos ha deseado que pasemos un buen día. 
Por los Jardines, la algarabía de los chavales hace salir a algunos vecinos a las ventanas. 
Cruzamos la vía, junto a la Plaza de Toros y salimos al camino del Eskal. El primer camino a la izda. nos introduce en Las Pozas. El olivar de Azcona ha ligado bien la flor. Los troncos centenarios parecen inclinarse curiosos, intrigados por el murmullo de nuestras conversaciones. 
Por debajo de la autopista salimos al Pontarrón. Un camino, paralelo a la autopista, termina en los pinos de la Cantera de Santa Marina. Comienza el calor. 
El camino que tuerce a la izda. en dirección E. es el que a nosotros nos interesa. Han  limpiado el pinar y los restos de ramas dificultan el paso por su interior. 





10,30 horas. Choza del Modesto. El suelo calizo presenta unas cavidades de considerable tamaño. En sus paredes se observan pequeños huecos utilizados para dejar utensilios. Los hundimientos, debidos a la poca dureza del terreno, hacen que tomemos muchas precauciones. Nadie sabe quién fue Modesto ni cuándo pudo vivir allí, pero lo cierto es que su nombre se ha impuesto en el lugar. Nunca nos referimos a los pinos de Santa Marina, sino que los conocemos por "los de la choza el Modesto".




Salimos al camino y unos metros adelante está el portillo que divide Valmayor de Solcanto. 



Bajo los pinos, buscando la sombra, hacemos la primera parada y almorzamos. La chavalería tiene hambre y está sedienta. 
Sentados, mirando hacia el N., disfrutamos del paisaje. La Carravieja es un mural verde, cortado por una raya blanca que es el Canal. 





El Corral de la Garganta y el Refugio de los Doces se recrean viendo los trigales, cebadas y viñas de Valmayor. Al E., el castillazo de Ujué emerge de la pequeña cordillera que la distancia ha pintado de azul. 
El camino hacia Valmediano es amplio. En cuanto empezamos la cuesta arriba, se oye por primera vez un sonsonete, que se repetirá a lo largo de toda la mañana: "¿Cuando vamos a llegar?




Abandonamos el camino y, sorteando un par de sembrados, nos acercamos a la cima de Montmediano (Valmediano).



Juanjo nos da una estupenda explicación sobre los castros prehistóricos. La zona en la que estamos es rica en yacimientos arqueológicos. Se tiene, casi, la certeza de que los primeros asentamientos humanos en el término de Tafalla se produjeron aquí. 
Son las 11,45 horas. El calor aprieta. 
Una estrecha senda desciende buscando el barranco de Valmayor. 
Lleva agua. Entre los carrizos encontramos la pequeña pasarela y cruzamos a la otra orilla. 





12,30 horas. La Piedralosa nos espera en su cerro. La hemos visto desde Valmediano y ahora nos parece otra roca. 





Padres e hijos se quedan asombrados. No podían imaginar una roca tan imponente en este último rincón de Tafalla. Las tablillas indican que estamos en el vértice común a Tafalla, Olite y San Martín de Unx.



Joselu planta el trípode y acciona el temporizador. La foto de grupo es obligatoria. 
Descendemos hacia los caminos blancos que discurren entre la Falconera y Valmayor. 





Aunque hace calor, el paseo hasta el caserío es agradable. Los trigales y cebadas imploran un poco de agua. 



La cercanía de los edificios cambia el semblante a los más pequeños, que se temían que no llegaría nunca la hora de comer. 
13,50 horas. Caserío de Valmayor. Como tiene agua corriente, lo primero que hacemos es llenar las cantimploras. A la sombra de los olmos, los monitores organizan el rato de la comida. 

A principios de siglo, en la primavera de 1912, el Ayuntamiento organizó una Feria de Ganados extraordinaria, en el mes de Mayo, distinta de la de Febrero. Y  para "atraer forasteros" montaron: Festejos de aviación, una corrida de toros y un Match de Foot Ball. 
A las cuatro y media de aquel día de Mayo, lucharon dos equipos de fuera. El Iruña Foot Ball de Pamplona, con los hermanos Azagra en su alineación y la Agrupación Deportiva de Logroño, con Gil, Aragón, López, etc. 
Dicen las crónicas que "era la primera vez en la Ciudad del Cidacos que se jugaba un partido formal de foot ball".
Y en el campo de Valmayor...., ganaron los pamplonicas. (P.M. Flamarique y Lucio Velasco)(Historia de la Peña Sport)





Lo primero es ir a conocer la balsa. El lugar es fresco y tranquilo, pero hay que tomar precauciones con los más pequeños. 
Junto al caserío, aprovechando las amplias sombras, nos sentamos a comer en grupos. 
Los molinos del Portillo del Aire permanecen inmóviles. El día está en calma, seco. 
Algunos padres más han venido a comer en coche. 




De uno de ellos sacan un larga soga y surge el pique. Desafío de sokatira: Padres contra hijos. Los chavales, más numerosos, ayudados por los monitores, consiguen derrotar a los mayores en un par de ocasiones. Las burlas y abucheos son inevitables.  
15,45 horas. Rellenamos las cantimploras y volvemos para casa. Atravesando Valmayor, otra vez por debajo de la autopista, salimos a Las Pozas. 





En la placeta cercana a la Plaza de Toros, monitores, padres y chavales terminan la excursión con el Agur Scout.

Las fotografías son de Joselu Zubiri. Un buen fotógrafo. Su participación es un honor para este blog. 

En este enlace se puede ver el recorrido de hoy