lunes, 25 de julio de 2016

La senda oculta del Plano



Domingo, 24 de julio de 2016


La mañana está buena para andar. El cierzo sopla suave y refrescante. Hace tiempo que no vamos al Plano y hoy nos apetece dar una vuelta por su Sendero Local, antes de que comiencen "los tiros".
Son las 08,00 horas. El cielo está limpio, azul. Magán marca 18º y la farmacia 17º. La calle está desierta. Con la mochila a la espalda nos acercamos a las inmediaciones de la Ciudad Deportiva. 

Venga julio fresco, el Carmen claro y Santiago abrasado. 

En la urbanización, algún madrugador ha sacado de paseo al perro. 
A la altura, más o menos, del Árbol del Gitano, enfilamos el camino que desciende entre viñas y campos de cereal. 
En la finca de Txirolas no hay nadie. 


Junto al cuidado huerto, una informe construcción de piedra aparece coronada por un tupido mechón de flores. 
08,30 horas. Fuente de Los Falces. 


Construida en el año 1960, no ha conocido una abundancia de agua como ahora. Los generosos riegos de la ladera del Plano contribuyen a llenar vetas y de su caño sale, como nunca en estos finales de julio, un chorro de agua continuo y potente. 
El camino es bueno para andar. 


En el último maizal de la parte izda. los aspersores están a pleno rendimiento. El aire empuja el agua hacia el camino y, sabiendo esperar, conseguimos pasar sin mojarnos. 


En la zona más alta de la ladera, junto a la antigua gravera, contemplamos Tafalla, la sierra de Alaiz y la Valdorba. 
Dejamos a la dcha. el panel indicador del SL y cruzamos el camino blanco. 
Una senda ancha se introduce entre las primeras encinas y la seguimos. 


A pocos metros un pequeño cahir marca la nueva dirección. Es un sendero estrecho que gira bruscamente a la izda. 
Nos adentramos entre encinas, chaparros y enebros. El silencio es total. La marcha es agradable: A un pequeño claro, sucede una zona arbolada. 
La senda termina en un cruce de caminos. Tomamos el de la dcha. y cruzamos por encima del canal, que en este tramo va subterráneo. 



Las tapias de piedra que levantó Toñín Olcoz, rodeando algunas encinas, decoran el camino. Seguimos adelante. 
09,20 horas. La Cruceta.


El cruce de caminos, que además es muga con Olite, está abandonado; sin alma. Dos tablillas oxidadas marcan los límites de los cotos de caza. Desde que desapareció la pequeña cruz de piedra, que daba nombre al lugar, este rincón parece mas mustio. 
¿No sería conveniente poner un poste con un pequeño letrero que indicara dónde estamos?
En este punto tenemos dos opciones: Bajamos hacia el Saso y nos dirigimos a la Balsa de Cabriteras o continuamos por el camino de enfrente, que está balizado porque es el SL NA 170-A.
Hoy apetece más caminar por el bosque. Seguimos de frente. 


Entre los árboles, las tierras del Saso vecinas de la Cañada palidecen después de la siega. Cerca de nosotros, al abrigo de Las Zorreras, los maíces verdean aliviados por los intensos riegos. 
El paseo es agradable. La zona conserva la vegetación. El suave cierzo, como una brisa, se cuela entre los árboles y refresca nuestro andar. 

29 de Diciembre de 1870. Arrecia el temporal de nieve y hielo. El Ayuntamiento reparte una libra de pan y un octavo de almud de alubias por cada individuo de familia "con el fin de remediar la necesidad y evitar un conflicto". Días más tarde repartieron habas y jornales para limpiar de matorrales del Monte Plano, pero la necesidad se alargó y se pidió ayuda a la Diputación. Mientras duraban estas ayudas, no se permitió la limosna por las calles. (J.M. Esparza)(Historia de Tafalla - Tomo I).


09,45 horas. Cuando salimos al camino principal buscamos una sombra para echar un bocado. 


Todavía tenemos que andar un trecho hasta encontrar otra construcción de Toñín y aprovechar el asiento. 
Mientras almorzamos, El Plano se va animando: Algún caminante, dos o tres ciclistas, vehículos... 
Camino adelante torcemos a la dcha. y pasamos junto a las repoblaciones del Oinez basoa. 


El Corral del Plano aguanta estoicamente el solazo que le da de lleno. 
Seguimos por su izda y después de pasar al lado de la escombrera, nos adentramos en la Senda de los Enamorados.


Aquí la sombra se agradece. Hacemos una breve parada para beber agua y seguimos. Este sendero en invierno es único. En la zona arbolada, la humedad no solamente se deja notar en los pies, sino que penetra por todos los sentidos. 
Y en primavera este lugar es una explosión de colores y aromas. 
Pero la dicha se acaba pronto y salimos a la irreconocible Cuesta del Melón. Es un camino ancho, blanco. Un vehículo sube velozmente sin importarle que dos personas bajen orillándose por lo que pueda pasar. 
10,50 horas. En la finca de Txirolas la bicicleta está apoyada en un nogal. 


No vemos a Félix. Estará enfrascado en las mil tareas que le ocupan sus días. 
Seguimos en dirección al pueblo. 
Pasadas las 11,00 horas entramos en la urbanización por donde hemos salido a la mañana. 
El día viene de calor aunque el cierzo, tan añorado la semana pasada, va a hacer que sea más llevadero. 



miércoles, 20 de julio de 2016

Bajo el sol de Valmediano




Domingo, 17 de julio de 2017


Desde el 21 de febrero no habíamos dado una vuelta por el término. Estos meses nos hemos dedicado a conocer los alrededores de Tafalla, procurando que el desplazamiento en coche no excediera los 30 minutos. 
Pero empezaba a echar de menos los viejos (y nuevos) caminos de nuestro campo. 
Así que esta mañana hemos decidido dar una vuelta por Valmediano, visitar su castro y terminar en el nacedero de la Fuente del Rey, aprovechando una ruta que me pasó hace tiempo Sergismundo y que voy a modificar intentando darle esquinazo al calor. 
Son las 08,00 horas. Magán, ya, marca 18º y la farmacia 17º. El cielo está despejado y sopla bochorno. Nos vamos a asar. 

El sol de verano, ablanda la cera y endurece el barro.

Por debajo de la vía salimos a la carretera de San Martín. 


Hacemos una primera parada en la ermita de San José. El lugar está limpio y cuidado. El riego continuo de los parterres mantiene las flores que adornan el contorno del edificio. 
Bajamos a la carretera y tomamos el camino que discurre paralelo a la autopista. En el Pontarrón los campos cosechados comparten vecindad con las extensas viñas. El verdor de sus cepas rompe la monotonía de los ocres y dorados. 
08,55 horas. Choza del Modesto. 
El pinar está sucio y dejado. El ramaje producido por antiguas podas está desparramado por todas partes, dificultando el acceso. 


La choza y sus aledaños son casi un basurero. La dejadez y la incultura hacen estragos. ¿Cómo es posible que se aproveche cualquier rincón para tirar lo que nos estorba en casa?
Salimos al camino y nos dirigimos a Valmediano. 
Una estrecha senda asciende por el pinar; la seguimos. 
La sombra de los árboles ayuda a hacer llevadera la pendiente. 



Los restos de la muralla prehistórica y del antiguo castro se adivinan entre la maleza.


Damos una vuelta entre piedras y matojos y volvemos por la otra ladera al camino. 


09,40 horas. Montmediano (473,10 m.) En el vértice geodésico hace calor, lo que nos obliga a seguir nuestra ruta buscando una sombra donde echar un bocado. 

21 de abril de 1532. Se corre la voz de que los vecinos de Olite han entrado en los términos de Tafalla, por Monmediano, rompiendo piezas y sembrados. El Concejo acuerda con urgencia retomar esas tierras. (J.M. Esparza)(Historia de Tafalla - Tomo I) 

Damos un pequeño rodeo y bajamos hasta el camino principal. 
Nos dirigimos hacia Valmayor. 
En el portillo que separa este término de Solcanto, aprovechamos la sombra de los pinos y paramos. 
Sentados y aliviados con el suave bochorno que en los sombríos parece que nos refresca, hacemos memoria de las distintas caras de este paisaje a lo largo de tantos paseos. Disfrutamos de Valmayor, la Falconera y la Carravieja en todas las estaciones del año. Hemos estado abrigados hasta las orejas, con los Altos de la Guindilla blancos, o acalorados como hoy, buscando la sombra. Lluvia, viento, calor. Y el paisaje imperturbable: El Corral de la Garganta, el refugio de Los Doce y, aunque desde aquí no la vemos, la Piedralosa. 
Bajamos al valle y enfilamos el camino que nos lleva al caserío. 
10,35 horas. Caserío de Valmayor o de Fernández. 


No hay nadie. Los tres perros que vigilan el lugar enloquecen al vernos llegar. Tensan las cadenas y casi se ahogan en su ladridos. 


Visitamos la balsa. Tiene magia. 
Lamentablemente, las basuras abundan en sus alrededores. Hay quien se acerca a pescar y de paso a merendar, y es incapaz de llevarse sus restos. 
Por el camino del Pontarrón salimos a la carretera de San Martín y seguimos de frente para entrar en el Mocellaz. 


En el lugar donde se encontraba la desaparecida (y aparecida) cruz devocional de Codés, y que ahora está en poder del Patronato de Cultura, han puesto un pequeño cahír.


Continuamos hasta el borde de la ladera del canal y tomamos el camino de la izda. que nos acerca hasta este. 
Descendemos hasta llegar a una pieza y bordeándola nos acercamos a la caseta. 
11,30 horas. Nacedero de la Fuente del Rey. 



Donde terminan las escaleras, el suelo está seco, pero se adivina que el agua que mantiene a la fuente, en esta época seca, fluye por debajo. También es verdad que las filtraciones del canal ayudan a que el caudal sea intenso todo el año. 
Entre campos cosechados y fincas de recreo llegamos al Juncal y de allí, por debajo de la autopista, a la Fuente del Rey, donde termina nuestro paseo.


Son las 12,00 horas. El calor aprieta de verdad. 
En los bancos de los Jardines, buscando la sombra, algunos desocupados comentan que lo de hoy no es nada en comparación con lo que viene esta semana. Así es el verano. 



martes, 5 de julio de 2016

El Dólmen de Sancho Martín (Larraga)




Domingo 3 de julio de 2016


Teníamos pendiente una excursión por el término de Larraga para visitar el dolmen de Sancho Martín. Sergismundo me había insistido para que diéramos una vuelta por allí, así que hoy nos acercaremos con el coche y haremos este recorrido circular por los campos ragueses. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 16º y la farmacia 13º. El fino cierzo que sopla va a hacer llevadera la mañana. Salimos.

Por mucho que quiera ser, en julio poco ha de llover. 

Aparcamos en la finca el Linte y visitamos las nuevas construcciones rememorando la vida rural, que han levantado en este lugar:



un hórreo,


un dolmen, 



una abejera antigua 


y hasta un pozo, forman un conjunto arquitectónico muy interesante. 
Cruzamos la carretera y nos adentramos en el campo. 



Junto al camino, un panel explicativo informa sobre la ruta del vino.
Unos metros adelante saludamos a un labrador que está trabajando su viña. 



Nos acercamos a echar un vistazo al corral del Linte y regresamos al cruce. 
Los caminos son amplios y buenos para andar. A los campos de girasol, les suceden los maizales. El regadío obra milagros en este inmenso secarral. 
Un par de enormes viñas llaman nuestra atención. En los pies de las cepas han colocado carteles con las variedades: Tempranillo, etc. 
Nos dirigimos hacia el dolmen.
En el O. el horizonte se cierra con Montejurra, Yoar y Monjardín. Al S. el Moncayo se alza azul y cercano. 
En una pieza cercana los aspersores están regando. El viento empuja el agua hasta el camino y tenemos que pasar, inevitablemente, por allí.
Una especie de lluvia fina nos refresca durante unos 150 metros. 
Cuando salimos del aguacero, nos reímos. No ha sido para tanto. 
09,20 horas. Dolmen de Sancho Martín. 



Está en un ribazo, junto al camino. 
Sergismundo define a la perfección su estado.

Llegamos al Dolmen de Sancho Martín. En bastante mal estado, está a pocos metros del camino. Gracias a que aparece indicado en la página que he puesto antes (http://wiki.txoperena.es/tiki-index.php?page=Santxo+Martin) se sabe que es un dolmen, porque si no... De todos modos contrasta con el dolmen reconstruido que hemos visto al principio del paseo.



Damos una vuelta por el montículo y bajamos al camino.
En diez minutos llegamos al corral que da nombre al término.



Corral de Sancho Martín. De grandes dimensiones, está en ruinas. Lo observamos desde el camino y continuamos. 
Un par de curvas adelante, el camino desemboca en otro que va paralelo a la carretera de Tafalla a Estella. 
Estamos en la Cañada Real de Tauste a Andía.



Todavía quedan algunos mojones del viejo camino.
10,00 horas. Fuente de los Enfermos. 



Abandonamos un momento la cañada y nos adentramos por camino viejo hasta la fuente. 
Estuvimos por aquí el 1 de diciembre de 2014. Hacía frío y había mucha humedad. Hoy sin embargo, el terreno está seco y polvoriento.



La fuente está perdida entre tanta vegetación. La balsa, grande y rebosante, cobija a diferentes aves. 
Dice Sergismundo: 

(...) y entraremos a la Fuente de los Enfermos. Curiosa fuente junto a una balsa, que desgraciadamente hoy día está casi perdida.

Aprovechamos el abrigo de un montículo cercano para almorzar. 
La vuelta la hacemos de nuevo por buenos caminos de concentración. 
Los campos de cebada están ya cosechados. 



Larraga se alza al fondo oteando el paisaje sereno. 
Llegamos al aparcamiento. Observamos, y admiramos, de nuevo las construcciones y volvemos para casa. 
Un paseo interesante por los campos de Larraga. 

En este enlace se puede ver el recorrido de Sergismundo que es el que hemos seguido nosotros hoy.