martes, 20 de diciembre de 2022

Por Las Rocas a Porputiain



Domingo, 18 de diciembre de 2022

Domingo antes de la Nochebuena. 

Como todos los años, al mismo tiempo que los montañeros navarros suben a Aralar, nosotros iremos a Las Rocas. 

Nos gusta recordar a un familiar fallecido que, en su infancia, acostumbraba a pasear por allí. 

Pomposamente, llamaba a este sitio "los santos lugares".

Son 08:15 horas. 

El día está despejado. El termómetro avisa de que solo son 4 los grados de temperatura, y hay que salir abrigados. 

En diciembre, nevadas y migas almorzadas.

Apenas si anda viento. Vamos a tener una buena mañana para andar.

Los carrizos en la balsa de Galloscantan tienen un color rojizo debido al frío. Como cada año, esperan estoicamente a que pasen estos largos meses invernales para reverdecer en primavera. 

En Margalla, imponen el silencio y la soledad del cementerio. 

Cruzamos la carretera y, en finca del Planillo, a pesar de que somos viejos conocidos, los perros nos ladran con desidia. 

El sol se está peleando con las nubes altas porque quiere iluminar la hondonada de La Laguna. 

Dominando la llanura, el Caserío se cobija asomándose a las laderas de Don Galindo y Lazarau. 

Seguimos por el camino principal que asciende suavemente. 

A nuestra izda. el Prado de Rentería es una alfombra verde y oscura que amarilleará cuando llegue la calor, como sólo la colza sabe hacerlo. 

El pino solitario, en lo más alto de Las Rocas, nos guía hasta nuestra primera parada. 

Caminamos por un terreno desolado por el fuego. Los escasos árboles se han quedado sin vida, calcinados por un incendio devastador. 

Las ramas de las coscojas, duras y ennegrecidas, defienden con saña su espacio con la certeza de que de sus raíces brotarán renuevos que volverán a teñir de verde estos cerros. 

09:20 horas. Alto de Las Rocas.

 

El pino, seña de identidad de este lugar, tampoco ha podido resistir a las llamas. 

El hito de la cañada y la base del que fuera un pequeño vértice geodésico siguen ahí, aunque mas desnudos. 

Nos asomamos al borde. La vista merece la pena. 

El Prado de Rentería y las fuentes de Porputiain, por las que pasaremos más tarde, dan paso al Muladar y a Romerales. 

En Candaraiz las nieblas están agarradas. 

Seguimos nuestra ruta. 

Nos detenemos en uno de los portillos para observar, con tristeza, los restos calcinados de la sabina. Era el ejemplar de esta especie con más porte. El fuego ha acabado con él, aunque no con nuestra esperanza de que vuelva a brotar con más fuerza. 

En el prado de Valditrés no hay nadie. 

Nos acercamos hasta la fuente levantada recientemente en el lugar donde estaba lo poco que quedaba de ella. 

10:00 horas. Fuente de Valditrés. 

Levantada por el Voluntariado Medioambiental de Tafalla, la construcción es magnífica. 

Es interesante comparar el estado en que se hallaba


Con esfuerzo, tesón e ilusión, este grupo de personas, desinteresadamente, han hecho que este rincón sea de obligada visita. 

La diferencia es notable. 

Volvemos hacia el Prado de Rentería. 

Encontramos un camino bueno, pero termina en una pieza. 

Hay que orillar el sembrado y ahí comienzan los problemas. El barro se agarra al calzado y caminar se hace pesado. 

Salimos a terreno lieco y nos acercamos hasta una balsa. 

11:10 horas. El terreno está impracticable. El agua ha convertido este espacio en una auténtica badina. 

Hay que hacer la fotografía de la balsa de Porputain a cierta distancia porque es imposible acercarse. 

Por medio de un pequeño pinar calcinado y buscando las orillas más herbosas, llegamos a un camino que nos conduce al que va paralelo al Prado de Rentería.

24 de junio de 1523. Carlos V (...) Que los alcaldes que ha sido de la fortaleza de la dicha villa antes de que se derribase gozaban de un alguacilazgo que hay en la feria de de la villa y de un término que se llama el Planillo y me suplicasteis que os hiciese merced del dicho alguacilazgo y término... porque por ello venía mucha utilidad e interés a ella por reparo de muros y pasto de vuestros ganados... consultado por haceros merced y bien acatando vuestros servicios... os hago merced del dicho alguacilazgo y del dicho término del Planillo y gocéis... etc (Historia de Tafalla)(R.P. José Beltrán)

Subimos al Planillo y llegamos a la carretera de Miranda de Arga. 

Un cartel en buen estado anuncia el itinerario de Beratxa. 


Nos detenemos a mirarlo. La información recoge también datos que quedan fuera del itinerario. Incluye  Candaraiz, Romerales y La Laguna. Una feliz iniciativa para situar al caminante y proponerle visitas a lugares de interés. 

Volvemos por Galloscantan y entramos en el pueblo. 

11:50 horas. La cuesta que baja hacia la Pesquera y el Abaco se ha llenado de unifamiliares. El Alto de las Cruces, desde este lado, muestra su lado más descarnado. El cielo con un brillo mortecino anuncia la inminente llegada del invierno. 

En este enlace se puede ver el recorrido de hoy. 



lunes, 28 de noviembre de 2022

Romerales desde el Muladar



Domingo, 27 de noviembre de 2022

Hace tiempo que no subimos al Muladar. Aprovecharemos esta tregua que nos dan las borrascas para dar una vuelta por allí. 

Son las 08:00 horas. El termómetro marca 2º. 

Por San Eugenio castañas en el fuego, lumbre en el hogar y ovejas a guardar.

La mañana está fría, pero la ausencia de viento hace llevadera la baja temperatura. 

La balsa de Galloscantan sin agua, vestida de otoño, se queda a la izda. del camino, escondida por miedo a los nuevos puentes y variantes que se adueñan de sus terrenos. 

Antes de cruzar la carretera de Miranda de Arga, nos detenemos un momento en el vértice de una pieza. 

Escondida entre la maleza, la pequeña cruz de piedra parece avisar al caminante de que en ese mismo lugar, antaño, se encontraba la fuente de Margalla. 

Los que dominaban en el Ayuntamiento eran los llamados “Grupo del Teatro”, lo que ahora llamaríamos conservadores. El abuelo pertenecía al grupo de la oposición y la ejercía a su peculiar manera. 

Los días festivos y los sábados, los alguaciles iban al Teatro con el pretexto de mantener el orden público y esto indignaba a Nicolás, quien decía que era un servicio particular. 

Los alguaciles no tienen por qué estar al servicio de “los del teatro”, decía. 

Un domingo llegó a contar hasta seis agentes: dos en la puerta principal, otros dos en la de “gallinero” y dos más en la taquilla del viejo Teatro Gorriti… Esto ya sacó a Nicolás de sus casillas. Al día siguiente, el ayuntamiento celebraba sesión plenaria, ocasión que aprovechó Martinena para interponer su protesta. 

Señor Alcalde, pi…..do la palabra. 

Concedida. 

Solicito que vaya Arrufat – que era alguacil – con Catano a echar fiemo a mi pieza de Galloscantan. 

Pero, ¿qué le pasa a este hombre, que quiere que un agente municipal vaya a echar fiemo? Sr. Martinena – le llamó al orden el alcalde – ¿es que se ha vuelto Vd. loco?

No Sr. Alcalde, no me he vuelto loco, ya sé lo que me digo ¿pues no estaban ayer seis alguaciles trabajando para éstos?, – dijo señalando a los del teatro – pues lo lógico es que mañana vaya uno a trabajar para mí. (Juan Carlos Lorente Martinena) (Nicolás, nuestro abuelo)


En el Planillo unos perros, aburridos y perezosos, "cumpliendo el expediente", nos ladran desde el otro lado de una malla.

Descendemos por el camino que va paralelo al Prado de Rentería. 

El incendio de este verano se cebó con saña en las laderas de Las Rocas. 

El fuego ha dejado al descubierto, no solo la tierra desnuda, sino también alguna curiosidad como el mojón de cañada que se yergue solitario en medio de la desolación. 

Los restos de una vieja cabaña de piedra se han quedado sin la protección vegetal que tenían. 

Al llegar al Prado de Valditrés giramos a la izda. 

09:30 horas. En la Cantera de Ros o de Malamadera no hay nadie. 

Nos detenemos un momento para contemplar la imponente pared caliza. 

No queremos entrar hasta la fuente recuperada en parte por el Voluntariado de Tafalla. Las últimas lluvias han empapado la hierba y la mojadura puede ser importante. 

Por el primer camino que gira a la izda. entramos en Romerales. 

El rincón por el que transitamos, lo he dicho en muchas ocasiones, es para mí uno de los más bellos de Tafalla. 

El sol nos da en la cara. Los cuatro cogotes alineados en la pieza y el incipiente verdor de la tierra ofrecen una imagen serena que invita a caminar despacio.

Pero ante tanta hermosura, siempre hay alguien que desprecia lo que es de todos.

Un motón de escombro en la orilla del camino supone una bofetada de fealdad que entristece el ánimo de cualquiera. 

Señor desaprensivo e irrespetuoso, ¿de verdad no había otro lugar para depositar sus escombros?

A pesar del fuego, de los suelos calcinados y pinares arrasados, el paisaje pugna por mostrarse bello y agradable. 

La laguna de Romerales nos recibe en silencio. 

El agua remansada está jugando con el sol otoñal. En las orillas una capa blancuzca de salitre nos recuerda que la vida no es posible en sus aguas. 

Paramos a echar un bocado. Es imposible resistirse ante tanta calma. 

Al otro lado del tramo estrecho de una pieza, discurre un camino viejo y ancho. 

Andando por él, podemos disfrutar de las laderas de Las Rocas con una perspectiva diferente.

10:30 horasDos postes nos avisan de que hemos llegado. Entramos. 

Hay una gran cantidad de huesos esparcidos por el cerro. 

El antiguo muladar cumplió la importante función de acoger los animales muertos. Alejado de la población, proporcionaba a las aves carroñeras una despensa bien provista.

 

Todo cambia y, ahora, aquel lugar inhóspito y escondido se ha convertido, como reza el cartel, en todo un "mirador de la Laguna de Romerales".

Y la verdad es que esta elevación es un lugar ideal para disfrutar de la Laguna.

Volvemos al camino y seguimos. 

Llegamos al cruce con otro camino que viene de una pieza y pasamos junto al antiguo vertedero. 

La montaña que se formó con las basuras de la comarca está cubierta de vegetación. Nadie diría que, debajo de ese montículo, quedan toneladas de residuos que se depositaron allí cuando la conciencia del reciclaje estaba en sus inicios. 

Pasamos junto al Caserío de la Laguna y tomamos el primer camino que desciende a la izda. 

El trayecto sigue una amplia curva que rodea la Laguna del Juncal. 

Al llegar a la parte baja de la hípica, salimos a las obras del TAV. 

Los caminos se han ampliado y embarrado. 

Volvemos al del Planillo y cruzamos de nuevo la carretera. 

Otra vez atravesamos Margalla hasta llegar a Galloscantan. 

La vieja lápida de piedra que indicaba el camino trasero del cementerio ha perdido su función, porque ahora el sendero no lleva a ninguna parte. 

11:40 horas. Entramos en el pueblo. 

El cielo sigue encapotado. La temperatura ha subido unos cuantos grados. Caminar en otoño por nuestro término es algo maravilloso.

En este enlace se puede ver el recorrido de hoy. 





martes, 25 de octubre de 2022

Tres casetas coplanarias



Domingo, 23 de octubre de 2022

Hace 10 años hicimos una de nuestras excursiones al Plano, que titulé "Dos casetas coplanarias". 

Hoy, recordando aquel paseo y tirando de la misma ironía geométrica vamos a hacer esa misma ruta con la idea de preparar una salida para el Senderismo por Tafalla de la Asociación San Sebastián. La diferencia es que, esta vez, en lugar de visitar dos casetas, visitaremos tres. 

Son las 08:30 horas. Domingo de Ferias de octubre. 

San Severino y San Servando, el frío ya se va notando. 

El termómetro marca 16º y el cielo está bastante negruzco. La previsión es que no va a llover. El viento del S. no molesta, aunque invita a salir un poco abrigados. 

Salimos por "los enredos" que decía el Templao y llegamos a la salida que encara el camino de Falces. 

La variante de reciente construcción obliga a pasar por el tubo que –a modo de túnel– permite continuar la ruta. 

La finca de Txirolas está limpia y cuidada. 

La cepas "a vaso" –como le gustaba decir a Félix– mantienen un verdor impropio de esta época del año.

Seguimos por el camino de la izda. 

Hacemos la parada obligatoria en la Fuente de los Falces. 

Un hilo de agua brota del caño de hierro. Los riegos de las fincas próximas se filtran hasta su aljibe, lo que hace posible que tenga agua todo el año. 

El camino, poco a poco, va ascendiendo hasta llegar al Plano. 

El pequeño bosquete que ha prosperado en lo que fue primero la gravera y después el vertedero de basuras ofrece una frondosidad agradable. 

Miramos al N. y descubrimos Alaiz, la Peña, la Higa y San Pelayo.

 En el Corral del Plano se oye actividad. El ganado protesta queriendo salir a buscar los pastos del monte. 

Cruzamos por el Raso y, al llegar al final del camino, giramos en dirección S. 

El ruido de un vehículo rompe el silencio absoluto. Un conocido cazador saluda con la mano. Lleva enganchado un remolque con perros, que nos miran con curiosidad. 

Los dos monolitos construidos con piedras indican el camino hacia la primera de las casetas. 

Caminamos con calma, saboreando el entorno y mirando, de reojo, al cielo que por momentos parece más encapotado. 

Al llegar al pinar seguimos una senda estrecha que rompe la monotonía del ancho camino. 

09:45 horas. Caseta del Plano. 

Está abierta. No hay nadie. Un par de vehículos han sido aparcados junto al arbolado. 

Nos sentamos a echar un bocado. En la espesura del pinar suenan varios disparos. 

En el Alto del Predicadero están ubicados algunos balcones; serán tiros a la malviz. 

Seguimos. 

Tomamos el camino habitual por el que llegan los coches hasta la caseta y, en una bifurcación, tomamos el de la izda. para bajar a la caseta de los Gregoricos. 

Cuando nos vamos acercando, la música electrónica de un altavoz –mezclada con voces y risas– nos hace detenernos y variar nuestro rumbo. No tiene sentido presentarnos improvisadamente interrumpiendo la reunión. 

Salimos al camino de arriba. Varios vehículos está aparcados en su orilla. Seguimos una senda que desciende y llegamos. 

10:30 horas. Caseta de Morán. 

Aquí no encontramos ningún impedimento para acercarnos a verla. 

Damos una vuelta a su alrededor. Aunque podríamos entrar (Manolo siempre me dice que lo hagamos con toda confianza), no lo hacemos.

Seguimos en dirección S. 

Por una especie de suelo bardenero ascendemos hasta el final de una pieza y, por el camino de la izda., salimos al principal del Plano. 

En un claro que deja la vegetación, dos pilares de hormigón indican la entrada al antiguo comedero de buitres. 

Entramos. Los restos de huesos blanqueados por el sol son los únicos vestigios de aquella instalación. 

Al final del camino, descubrimos varias colmenas modernas. Las contemplamos a una distancia prudencial porque la temperatura es alta y acercarse puede resultar peligroso. 

Año 1493. En el dicho concejo fue condenado que desde aquí en adelante ningún ganadero, como son dulero, boyero, cabrero y semejantes, sean osados de llevar perros a la guarda de los dichos ganados, en especial a los montes, so pena de 5 groses por cada perro y si los tales ganaderos o sus familiares vendían conejos y había sospecha que eran del monte o del Plano, cazados con perro o hurón, que los tales sean constreñidos a hacer juramento dónde y cómo los han cazado, y si manifestaren que en los dichos montes los han cazado, como dicho es, que hayan la pena usada y acostumbrada hasta aquí, y aquella será ejecutada por los dichos alcalde y jurados, o aquella fecha ejecutar por ellos al nuncio o corretor de la villa. (J.M. Jimeno Jurío)(Merindad de Olite III. Documentación del Archivo Municipal de Tafalla (2).

Otra vez estamos en el camino del Plano. 

Un poco más adelante pasamos junto a las caleras. No queremos entrar porque la vegetación está cerrada. Lo haremos cuando vayamos con los senderistas. 

En la pieza donde la Asociación de Cazadores realizó una repoblación, se ha quedado la viña del rincón sin vendimiar. Es triste ver los racimos negruzcos y arrugados colgando de las cepas. 

Salimos a la Cuesta del Melón. La bajada es cómoda. La vegetación ha cubierto por completo la balsa. 

En la finca de Txirolas no hay nadie. Entramos y disfrutamos de la pequeña huerta, bien llevada, y de la vista de la caseta. 

11:30 horas. Volvemos al camino y cruzamos nuevamente el túnel/tubo.

Al entrar en el pueblo se empieza a notar la animación. Las ferias de octubre, aunque con menos entidad que las de febrero, fueron una feliz ocurrencia de D. Casimiro Armendáriz, alcalde en los años 50, para dar vida a Tafalla entre las Fiestas de agosto y las Ferias de febrero. 

En este enlace se puede ver el recorrido de hoy.





martes, 18 de octubre de 2022

Tras las huellas de Thurscando



 (Lápida de Thurscando expuesta en la Casa de Cultura de Tafalla)



Domingo, 16 de octubre de 2022

Hace tiempo me señaló Atxu Ayerra el sitio exacto donde encontró la lápida del personaje romano Thurscando, que se puede ver en la Casa de Cultura. 

Hoy, aprovechando este domingo de otoño tan agradable, vamos a visitar el lugar, entre otros rincones también interesantes. 

Son las 08:00 horas. El termómetro marca 15. 

En octubre, la hoja en el campo se pudre.

El viento del sur refresca el ambiente, pero no parece que vayamos a pasar frío. 

Subimos por el camino del Vaquero entre campos parduzcos y labrados. 

La tierra, preparada para la siembra, recibió con ganas la lluvia del pasado martes. 

Seguimos por el camino de la dcha. y nos encontramos con el Canal que, a modo de muralla, cierra el paso hacia el interior de la Aquitana. 


El Gurrutxo a nuestra dcha. nos observa en la soledad de su cerro. 

Al otro lado del canal, el corral de la Aquitana se acomoda en lo alto del cerro mientras envejece lamentándose de su ruina.

Continuamos por ese camino nuevo hasta llegar junto al túnel de La Lobera. 

Escondida en un rincón, la cabaña de Chispas está totalmente en ruinas. 

Una de las mejores casetas de piedra que tenemos en Tafalla. Digna de figurar en el libro "Tafalla, arquitectura rural de la zona", necesita una urgente rehabilitación para evitar que desaparezca convertida en un montón de piedras.

Cuando damos vista al túnel, tenemos que girar a la izda. para buscar el camino o senda que nos llevará a nuestro objetivo. 

Volvemos sobre nuestros pasos pero por el otro lado del canal. Por una senda mal dibujada, llegamos hasta la malla que cierra la infraestructura. 

Caminar entre la vegetación y el cercado no es difícil, aunque tampoco fácil.

Por fin salimos a una pieza labrada, la cruzamos y llegamos a nuestro destino. 

09:50 horas. Isleta de Thurscando. 

Aprovechamos el lugar para echar un bocado. 

El hallazgo, en palabras de Atxu, tuvo su cosa y algún día lo contaremos. 

El viento que entra del S. hace necesario abrigarse cuando nos paramos. 

El silencio y la tranquilidad se rompen, muy de vez en cuando, con los disparos provenientes de una palomera cercana. 

Volvemos a cruzar la pieza y salimos al camino de La Lobera. 

Pasamos junto a la pieza cuadrada que alberga una abejera muy estropeada y nos metemos en el interior del bosquete para visitarla. 


Un par de ventureros, junto a la balsa seca, nos anuncian la proximidad de la construcción. 

La parte trasera de la abejera engaña. Aparece como una pared sólida que hace pensar que está en buen estado de conservación. Incluso la pared donde se halla la pequeña puerta se mantiene bien. 

Pero cuando la ves de frente, compruebas la ruina absoluta en que se encuentra. 

Javier Del Castillo en su informe sobre la abejeras de Tafalla dice: "Es muy complicado el modo de conservar esta abejera ya que hay que empezar de cero porque está todo muy inestable". 

En los alrededores de la construcción encontramos varios ventureros; por cierto, mejor conservados que la abejera. 

Salimos de nuevo al camino y comenzamos el descenso. 

La frondosidad del terreno hace que nos maravillemos del lugar tan privilegiado por el que caminamos. 

A nuestra izda. la abejera de Iriso, en el abrigo de los pinos, parece querer saludar a los paseantes. 

Y un poco más abajo, la "joya de la corona". 

La abejera de Froilán, desde la distancia, convierte el rincón donde se encuentra en un lugar, casi me atrevería a decirlo, de obligada visita.

Tapada desde hacía tiempo por la vegetación, el Voluntariado Mediambiental la desbrozó y sacó a la luz. 

En uno de sus agujeros todavía sobrevivía una colmena de abeja autóctona. 

Tuvimos el privilegio de llevar a Javier Del Castillo hasta allí para que la estudiara. Trató a las abejas contra la varroa y ha conseguido sacar varios enjambres para hacer del lugar un espacio de conocimiento y divulgación de la antigua apicultura. 

Casi en el cruce con el Prau Redondo se halla el Pozo de Jurío. 

Con su inseparable ciprés ciprés de arizona de centinela. Meto el bastón por el hueco de las piedras y, como era de prever, está completamente seco. 

Llegamos hasta la balsa. El agua corrompida, como siempre que es temporada seca, despide un hedor poco agradable. 

Por el primer camino de la izda. volvemos para casa. 

El Corral de la Mariana cada vez está, o a mí me lo parece, más en ruinas. 

Un poco más adelante, en el cruce de caminos, nos asomamos al Corral del Vaquero. 

Al llegar a la granja del Churrero, la cosa se complica un poco. Las obras del Tav han cortado el camino y tenemos que dar un pequeño rodeo para pasar al otro lado. 

Afortunadamente el terreno está seco. No queremos imaginarnos lo que tiene que ser eso cuando sea un barrizal. 

11:40 horas. Cruz devocional. 

Entramos en el pueblo por la zona de Losillas. 

Los cánticos y la megafonía de la celebración del Nafarroa Oinez llegan lejanos hasta donde nos encontramos. La presencia de autocaravanas, policía foral y voluntarios indicando las zonas de aparcamiento dan idea de la aglomeración que vivirá hoy Tafalla. 


En este enlace se puede ver el recorrido de hoy