martes, 29 de enero de 2019

El menhir de Oiangibela (Sansoain)



27 de enero de 2019


Después del, obligado, paréntesis de San Sebastián, hoy vamos a Sansoain. 
Sergismundo, que no para, me pasó una ruta que llega hasta Guerinda, después de haber conocido la existencia de un menhir a través del blog de Julio Asunción. 

A las 08:30 horas aparcamos junto al restaurante El Coto de la Valdorba. Damián, con la su galga Vera, ya nos está esperando. Saludamos a algunos cazadores de Tafalla.

- ¿Hoy qué cazáis?
- Lo que nos echen

El cielo está negruzco. En Alaiz una cortina de agua barre la sierra de O. a E. 
La temperatura es de 4º. Aunque hay una gran claro hacia Montejurra, nos tememos que la mañana se puede complicar. 

En el mes de enero, se hiela la ropa en el tendedero.

Nos abrigamos y salimos hacia el cementerio. 
En el interior, las lápidas se cobijan junto a las paredes. 





En la parte superior de las tapias, a modo ornamental, han colocado varias estelas discoideas que fueron apareciendo por las inmediaciones del pueblo. 
Salimos a la pista y comenzamos a ascender. 
El viento viene frío. 
La naturaleza ha entrado en letargo. 
Echamos la vista atrás y contemplamos Sansoain. 


La antigüedad de la iglesia armoniza con el moderno conjunto hostelero. 
Vera sale corriendo y, en un cantillo, comienza a olisquear y a restregarse. 
Damián va corriendo y la aparta. 
Nos muestra el motivo de la agitación de la galga. 

Es un esqueleto de algún depredador. 
La perra no lo iba a morder; solo intentaba impregnarse de su olor. 
09:15 horas. Menhir de Oiangibela. 
Salimos del camino y, junto al arbolado, descubrimos la enorme piedra. 


Mide unos 4 m de largo.



Tiene varias marcas características de este tipo de monumentos. 


A pesar del frío, permanecemos un rato observándola y disfrutándola. 




Sergismundo en Wikiloc: Después de un rato, llegamos al menhir. Está tumbado en el suelo, y tiene más de 4 mts de longitud. Ahusado en uno de sus extremos, y con lo que parecen marcas de haber tenido algún labrado o inscripción. Muy curioso de ver. 
En general, toda la Zona Media estuvo habitada desde la prehistoria, y cada vez salen a la luz más monumentos megalíticos. 


Volvemos al camino. 
Seguimos subiendo.
Los molinos del parque eólico mueven veloces sus aspas y nos avisan del vendaval que nos vamos a encontrar arriba. 
09:45 horas. Guerinda. (886 mt)


El fuerte viento nos empuja hacia el vértice geodésico. 
Las vistas desde esta altura son hermosas. 



A nuestros pies se extiende San Martín de Unx. Un poco más lejos, la Laguna de Pitillas y al fondo, la Bardena. 
La mañana no está para muchas florituras. 
Las nubes han cubierto las cimas de Alaiz y bajan veloces y amenazantes hacia la Valdorba. 
Continuamos la ruta y buscamos un abrigo en una ladera. Es hora de reponer fuerzas. 
Protegidos del viento y esperando que nos empiecen a caer las primeras gotas, damos cuenta del almuerzo. 




Vera mira con avidez nuestras manos, lo que obliga a su dueño a sujetarla para evitar males mayores. 
Volvemos al camino. 
Las nubes amenazantes han huido de Alaiz y se dirigen, como se suele decir, "hacia el pantano".




Al doblar una curva cerrada, la ruta nos indica una senda que más tarde se convertirá en camino. 
Los caballos la transitan con frecuencia y las últimas lluvias, y sus pezuñas, hacen algunos tramos prácticamente intransitables. 
Poco a poco el terreno se va despejando hasta que salimos al cruce de pistas por el que hemos pasado a la mañana. 
11:30 horas. De nuevo en Sansoain. 
La mañana no ha mejorado mucho. No nos hemos mojado, pero hemos tenido que soportar frío y viento. 
Ha sido una mañana estupenda. 
Conocer el menhir, disfrutar de las vistas en Guerinda y descender por el camino que, según dice Sergismundo, se llama Zorrolandia, ha sido un placer. Sin olvidar la buena compañía. 




lunes, 14 de enero de 2019

El menhir de La Navilla



Domingo, 13 de enero de 2019


"Habiendo tenido conocimiento de la existencia de un menhir en Tafalla, nos vamos a acercar a verlo. 
Resulta que habremos pasado cientos de veces por su lado, sin percatarnos de que estábamos junto a un menhir. Pero así es la cosa". 


Así empieza el comentario de Sergismundo a la ruta que subió hace poco a Wikiloc. 
Aunque Juanjo ya había estado días atrás echando un vistazo, quisimos ir a verlo para comprobar asombrados lo que queda aún por descubrir en el campo. 
Hoy hace frío y la ruta es corta. Hemos decidido retrasar una hora la salida. 
Son las 09:00 horas. La temperatura es de 7º y el frío cierzo obliga a abrigarse. El cielo, aunque encapotado, no amenaza lluvia.

Si en enero tomas helado, no preguntes de qué has enfermado.

Atravesamos el pueblo y llegamos a la Fuente del Rey.



Del caño sale un chorro irregular y potente. 
El ambiente, oscuro y desapacible, da al lugar un cierto aire de desolación. 
Atravesamos el túnel y llegamos al Juncal. 
Las zarzas forman una maraña parda, ocultando la pequeña balsa que se alimenta de una fuente escondida y desconocida. 
Continuamos la ruta por el sendero balizado de Valgorra. 
Una entrada en la última pieza debajo de la cabaña nos invita a cruzar el barbecho y ver la abejera. 


Oculta tras en montículo, es un placer poder visitarla cada vez que pasamos por aquí. 
Salimos al camino y subimos hasta la curva donde está el letrero. 
10:00 horas. Cabaña Redonda de La Navilla. 


Aprovechamos el banco de piedra exterior, que además nos ofrece abrigo del viento, para echar un bocado. 
Valgorra se extiende a nuestros pies. 
La soledad y el silencio se han adueñado del valle. 
En el O., coronando un campo amarillento, el vértice geodésico del Buskil reclama nuestra atención.
Abandonamos la Cabaña y salimos al camino.
En la orilla, Juanjo se detiene y nos muestra una piedra alargada. Es el menhir.

Año 1729. Dicho día, el mismo manifiesta, que el martes a las nueve de la mañana cogió al yerno de Larcha, el soldado, en viña de Balgorra de la farsa sacando uvas. (Fernando Maiora)(Tafalla del Reino de Navarra)


La observamos y descubrimos algún detalle que Julio Asunción refleja en su blog sobre este hallazgo. 


http://arqueologianavarra.blogspot.com/2018/12/menhir-de-el-juncal-tafalla.html


La Cabaña Redonda parece no perder detalle de nuestras pesquisas.
Subimos a los molinos.
En las proximidades del Alto de la Guindilla, el viento sopla con fuerza.



Las nubes se agarran a la Sierra de Alaiz y ensombrecen parte de la Valdorba.  
Torcemos a la izda. y, por una senda estrecha, descendemos por la ladera sur de Valdelobos. 
El suelo está seco y duro. Los enebros y las coscojas son las dueñas del lugar. 



El terreno agreste alberga en su interior vida. 

Entramos en un olivar y caminamos entre los árboles. 




Los han saneado a fondo y protegido con sulfato de cobre. 
Antes de volver al camino, en un rincón, descubrimos algo desagradable. 
Algún desaprensivo ha descargado un camión de escombro sin preocuparse lo más mínimo del daño ocasionado. 





Yesos, cascostes, botes de silicona y hasta un inodoro.
Toda una hazaña. 
Impactados por lo visto, bajamos hacia la abejera. 
En nuestro recorrido vamos recogiendo cartuchos para echarlos en Tafalla en algún contenedor. 
¡Hasta 28 cartuchos recogemos en unos pocos metros cuadrados!
11:20 horas. Abejera de Valdelobos.




La antigua se encuentra en mucho peor estado que la de Valgorra. 
Nos acercamos a la nueva. Hoy se puede caminar con tranquilidad por sus cercanías. 


El frío mantiene a las abejas en su interior y no hay peligro de salir corriendo. 




Vemos en una piquera que la actividad es intensa cuando hace mejor tiempo. 
Atravesamos el cuidado olivar y salimos al camino de La Navilla. 
Cargados con tres bolsas llenas de plásticos, cartuchos, latas y otras lindezas, saludamos a los paseantes con los que nos encontramos. 
A las 12:00 horas estamos de nuevo en la Fuente del Rey. 
Ha sido un paseo bonito, corto pero interesante. 
Valgorra, Valdelobos y, sobre todo, La Navilla con su sorprendente menhir. 


En este enlace se puede ver el recorrido de Sergismundo que es el que hemos seguido nosotros hoy.