En coche, a una hora escasa de Tafalla, existe un pequeño paraíso.
En el valle de Imotz, entre bosques y verdes prados, está Etxaleku.
Hoy vamos a pasar el día allí.
Como el lugar se sale del ámbito de los "recorridos por el término de Tafalla y alrededores" que subtitula este blog, me limito a recoger las colaboraciones de dos buenos amigos.
El recorrido en Wikiloc es de Damián y, por qué no decirlo, de su fiel galga Vera.
Y la magnífica aportación histórico-etnográfica de Juanjo Costa.
Gracias a los dos.
Harina de otro Costal por Juanjo Costa
ETXALEKU.
VALLE DE IMOTZ
1. La
Navarra donde se ha parado el tiempo (Ingurutxo de Iribas). Un pueblo.
“ETXALEKU
(Valle de Imotz)
Aquí no se cruzan los caminos.
Incluso el principal queda relegado a la servidumbre de los pueblos, de las
casas, de las vacas y, cómo no, de las personas. A seis kilómetros justos de
este lugar, discurre una perfecta autovía que comunica Pamplona con san
Sebastián ¡y más allá! Esta vía sí que costó, en su día, “sangre, sudor,
esfuerzo y lágrimas”. Pero eso fue antaño (aunque pasó, aún hay heridas sin
cicatrizar). Hogaño, salimos de Tafalla, enfilamos en Pueyo el corredor al
norte y, cómodamente, tras apearnos en Latasa de Imoz (gemela de la cercana
Latasa de Odieta, a la que los textos antiguos llamaban “Latasa cabe Ripa”,
para distinguirla de la primera), llegamos a nuestro destino.
Según nos dice el Diccionario de
Madoz, 1845-1850. Facsímil de Ámbito ediciones, Valladolid 1986: “Es
lugar con ayuntamiento en el valle de Imoz (…) situado a la izquierda del río
Larraun, en una pequeña llanura, rodeada por N y S de los montes de Basaburua
Mayor. Clima sano y los vientos reinantes N y NE. Tiene 60 casas, escuela
asistida por 20 niños y 10 niñas, cuyo maestro hace de secretario del
Ayuntamiento y percibe de dotación por ambos conceptos 1. 180 reales. Iglesia
parroquial de san Esteban, servida por un cura y cementerio próximo a la misma
y dos fuentes no muy distantes (…) Los montes están poblados de robles,
arbustos y pastos. El terreno es bastante estéril (…) Produce trigo, maíz,
patatas y legumbres. Cría ganado vacuno, lanar y de cerda. La industria la
componen un molino harinero, además de la arriería. Población 60 vecinos, 250
almas.”
Veamos,
ahora, qué actualiza el tomo IV de la Gran Enciclopedia Navarra (CAN Pamplona
1990). Dice que: “Se encuentra situado hacia el norte del término de
Imotz (…) y limita al N con Yaben, Garzaron
y Erviti. Al S con Oscoz y Eraso, al E con Beunza y al O con Udabe.
Tiene Cooperativa agrícola- Caja rural de Imoz fundada el tres de junio de
1906. Se realizó la concentración parcelaria en 1977.
Es una villa de señorío realengo y su pecha
actualizada por el rey Sancho VI el Sabio (1193) con los demás lugares del
valle, suponía en 1280 la cantidad de 38 sueldos más 10 cahíces, 3 robos y 2
cuartales de avena. En 1705 pagaba Imoz de pecha al real patrimonio tres robos
de avena y un real y medio por los montes de los lugares despoblados de Aizároz
y Equizaburúa (…) En 1847 tenía escuela (…) El retablo de la parroquia de San
esteban se atribuye a Juan de Beruete, que vivió a comienzos del siglo XVII (…)
En el caserío distribuido en distintos niveles abundan viviendas de grandes
dimensiones cubiertas a dos aguas.”
El
tomo VI de la misma obra apunta que: “El estrecho diapiro de Echalecu
(sic), de rumbo N-S, formado por arcillas abigarradas de Keuper (Triásico),
entre las que asoman pequeños apuntamientos del Cretácico Superior, de facies
flysch, con bancos de calizas intercalados, plegados en forma de dos
sinclinales de eje NNO-SSE, separado por un diapiro. Todo el término está
drenado hacia el sistema fluvial Larráun-Basaburúa (pido perdón, pero reconozco
que me gusta la geología). El clima es húmedo, las temperaturas bajas de tipo
subatlántico, sin sequía estival en invierno y moderadas en verano. Algunos de
sus valores medios son : 8º-11ºC de temperatura y 1.200-1.500 mm de
precipitaciones, caídas en 120-140 días (…) Desde el punto de vista geobotánico
el valle pertenece a la provincia botánica de hayedos y robledales (…) El escudo del valle es cuartelado. 1º y 4º de
azur y una cruz trebolada de oro, que recuerda la antigua insignia del palacio
de Echalecu; 2º y 3º de oro y un roble de sinople, simbolizando la producción
principal del valle, cuyos robles eran muy apreciados para la construcción de
la armada real (…) A comienzos del siglo XIX el principal recurso económico era
plantar y trasplantar robles que se vendían para realizar barcos para la armada
española.
Los castaños plantados anteriormente habían comenzado a dar frutos.”
2. El Valle
de Imotz. Esku dantza de Imotz
No
me resisto a consultar y transmitiros, a su vez, lo que escribe el maestro Don
Julio Caro Baroja en el Tomo IV de la Casa en Navarra (CAN Pamplona 1982) sobre
el valle de Imoz y que puede completar esta breve visita al mismo.
“Pasando
de Ulzama y de Anue al Sur y limitados al Oeste por Larráun hay, ya poco antes
de la cuenca de Pamplona, unos cuantos valles pequeños, que no dejan de tener
individualidad propia, en alguno de los cuales la ganta mayor habla el vasco en
forma dialectal no suficientemente conocida, y que encierran algunas sorpresas.
Uno de los que tienen pueblos más interesantes es el de Imoz, donde el vasco
está más vivo que en otros. El valle como tal aparece ya con un fuero concedido
por Sancho el sabio en agosto del año 1193 (…) En el tributo la avena desempeña
el papel principal. El nombre es difícil determinar qué significa, como ocurre
con otros muchos de los que terminan en “oz” (“otze”) (…) “Val de Ymoz” aparece
en 1280 y la lista de sus pueblos va sufriendo ligeras variaciones hasta llegar
a los apeos más modernos: Echalecu, Urriza, Latasa, Goldaraz, Eraso, Oscoz,
Zarranz y Múzquiz (…) El valle tiene 4.279,573 hectáreas y el año 1802 contaba
con 1036 habitantes. Sus ejes fluviales son muy pequeños, excepto el río
Larráun que corre en un trayecto no muy largo por la parte occidental del
valle, los varios “barrancos” que hay en el mismo condicionan la posición de
los pueblos. La industria principal consistía en plantar y trasplantar robles
los cuales luego se vendían a la Armada; es decir, que la arquitectura naval en
madera tenía un papel importante en el desenvolvimiento económico de la zona.
Parece que la hoja del roble y el estiercol de los ganados vacuno, lanar y de
cerda, producían un abono excelente, de suerte que se daban también buenas
cosechas de trigo y maíz. Por último, se indica que “de poco tiempo acá se
cultivan los castaños con muy conocida ventaja”.
Desde
el punto de vista de las comunicaciones antiguas hay que advertir que por el
valle, de Sur a Norte, entrando por Múzquiz y saliendo por encima de Echalecu,
pasaba el camino que iba de Pamplona a Goizueta y de allí a Guipúzcoa, un
camino de bastante importancia que es el número 17 de los que da el brigadier
Ramírez Arcas en su “Itinerario descriptivo, geográfico, estadístico y mapa de
Navarra. Pamplona 1848” (…) Todos los pueblos del valle, núcleos pequeños,
tienen casas parecidas: Grandes edificios del siglo XVIII, con extensas
cubiertas a dos aguas, algunos de a cuatro con aire más señorial. En algún caso
(el palacio antiguo de Eraso), alguno de los linajes es conocido desde antiguo
y fue acumulando mercedes y en el siglo XVI es de los que tiene la confianza de
Carlos V y Felipe II. Garibay se refiere a él y al palacio, como relacionado
con San Miguel de Aralar.
Para
tratarse de un lugar un tanto recóndito (y más en aquellos tiempos lejanos) las
amistades no son menores. Posiblemente, tendría que ver con lo mencionado
anteriormente del aporte del valle a la construcción de los barcos que
contribuyeron a la gran hazaña española del descubrimiento de América.
3.Pero
no solo de hayas, robles, casonas, campos y vacas vive el hombre. Desde el
fondo de los tiempos: El viejo Euskera.”Kontrapas”, de Xabier Lete.
No
entraremos ahora a averiguar por qué al norte de Pamplona no se produce el
fenómeno de sinecismo (agrupamiento de poblamientos cercanos en uno mayor) que
tanto se da al sur de la capital. Este hecho tiene que ver con la romanización
y la zona que nos ocupa hoy no tuvo que ver mucho con la misma, si exceptuamos
el asunto de las vías de comunicación.
Este
proverbial aislamiento ha propiciado que en este valle se haya conservado la
lengua (curiosamente más cuanto más se alejaban las poblaciones de los caminos
principales). De las variedades fundamentales que se hablaron en Navarra aquí
ha pervivido el “Altonavarro septentrional” (aún vivo) y este valle es muga,
precisamente con el “Altonavarro meridional” que era el que se hablaba en la
zona central del reino y que llegaba por el sur hasta el contiguo valle de
Juslapeña. Tomo los datos del magnífico mapa “Carte des sept provinces
Basques montrant la délimitation actuelle de l’euscara. Par le Prince
Louis-Lucien Bonaparte. Londres 1863”, una herramienta fundamental y
milagrosa que nos ha permitido conocer la evolución de una de nuestras lenguas,
a partir del siglo XIX.
Traigo
a colación el asunto porque en este valle de Imotz nació y vivió una de las
figuras más señeras del bertsolarismo navarro a caballo de los siglos XIX y XX:
Andrés Astiz Odériz (1863-1924), “el bertsolari de Goldaraz”, cuya producción
literaria, oral, fue recogida por Príncipe de Viana en el libro “Goldarazko
bertsolariaren kontu eta bertsoak. Iruña 1960). Era un hombre de imaginación y
verbo fecundo (amén de padre prolífico de 18 hijos en varios matrimonios) que
colaboró con el padre Resurrección María de Azkue primer director de
Euskaltzaindia) en la gran recopilación en cuatro volúmenes este tituló
“Euskalerriaren Yakintza”.
Hasta
tal punto era persona “shelebre” en el valle que, como dice su hijo Franzisko
Astiz Arregui (Aita Andrés, Pasionista) en el libro de Príncipe de Viana antes
citado:
- Erriko jaietan, Andrés
astiz ez bazan, dena alperrik…etza festarik (Si en las fiestas del pueblo no
estaba Andrés Astiz, todo era en vano… no había fiestas).
Era también, como se estilaba por nuestra Navarra
un gran pelotazale. Para finalizar, transcribiré una de las cancioncillas que
nuestro hombre enseñó a don Resurrección y que este transcribe en el Tomo IV de
su obra. El euskera es absolutamente dialectal y, claro está le falta la
melodía:
1.
Txolin txolin
barbero, Bilabonako semea txintxintxin.
Andratxo batek txintxintxintxin antxe zeduzkan rau rau rau
Iru alaba politak txin
txin txin.
2.
Eskatu nion
txintxintxin bat bear nuela neronek rau raurau.
Errespuesta txintxintxin
eman ziraden raurauraurau txaketa zarra
Neukala txintxintxin.
(Chilín cholín barbero,
hijo de Villabona chinchinchín.
Una mujercita
chinchinchinchín allí tenía tres lindas hijas chinchinchín.
Le pedí yo
chinchinchinchín que una necesitaba yo rauraurau,
la respuesta chinchinchín
me la dio rauraurau, que tenía yo chaqueta vieja chinchinchín.)
Para la próxima vez que los Caminantes visitemos
este valle, un refrán:
“ Behi ta ardiak gorputzan inarrostu geroz,
nekhaitza” (Si las vacas y las ovejas sacuden el cuerpo, tempestad).
Buen
camino. Vale.
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