
08,25 horas: Aparcamos en Lerga, junto a la iglesia. De allí sale un calle, que luego se transformará en camino. Al comienzo de la calle, a la izda., hay un letrero indicador de sendero local que marca el itinerario que llevaremos. El recorrido es Abaiz-San Ginés.
El suelo encementado y con una franja de baldosas rojas en el centro, deja paso a un camino blanco de concentración. Caminamos entre campos de cereal, viñas y árboles. Nos admiramos del paisaje. Andamos por Tafalla y nos encandila lo que vemos. Salimos a un despoblado y es una maravilla cada loma, ver el agua correr por un regacho a nuestra dcha...La naturaleza no deja de sorprendernos.
Lo bueno que tiene ir a Abaiz es que siempre lo estás viendo al fondo. La silueta de las ruinas de su iglesia nos orienta. Hay un par de cruces de caminos, pero tener esa referencia al frente nos permite observar, y saborear, lo que tenemos alrededor.
08,50 horas. Cruce de caminos. El de la izda. parece que sube al despoblado, pero pronto nos damos cuenta de que no es así. Volvemos y tomamos el de la dcha. que, aunque desciende, enseguida comienza una suave ascensión que nos lleva hasta Abaiz. Son las 09,00 horas.

Abaiz matuvo su carácter de lugar de señorío hasta la desaparición de este tipo de régimen jurisdiccional, en el primer tercio del s. XIX. Era entonces señor del lugar el duque de Granada de Ega. Del mismo señorío formaba parte el despoblado de Aldea (1366, 4 fuegos de labradores. En 1437 un sólo fuego).
Con la reforma administrativa del la primera mitad del s. XIX, en que perdió su carácter de villa de señorío, quedó como villa propia del valle de Aibar. Más tarde se incorporó al municipio de Lerga. En 1366 contaba con tres fuegos. Quedó despoblado en 1428 hasta el s. XVII. En 1646 tenía tres fuegos, reduciéndose a uno en 1678. En los nomenclátores de población posteriores aparece com 22 habitantes en 1786; 35 en 1857; 14 en 1887; 29 en 1910; 5 en 1920 y ninguno en 1930". (Enciclopedia de Navarra. Tomo I, p. 23)


Cerca de este edificio, hay una roca plana que nos sirve de mesa. Echamos un bocado. Salimos hacia San Gines. Para ello tomamos la dirección del alto de Lerga. Cuando estuvimos el Templao y yo hace siete años, ese camino era de herradura y se convertía después en una estrecha senda. Hoy está ampliado, con arena blanca y gravilla, ideal para que puedan transitar vehículos. Pasamos junto al corral de Casasierra. Los robles ya están verdeando, pero abajo, a nuestra altura, en la cima del Chucho, todavía se ve el tono marrón invernal. En un alto vemos tres o cuatro chopos muy frondosos. La presencia de agua allí es indudable. El barranco, que puede ser el Indusi, que discurre a nuestra izda. y que recoge las aguas del Chucho y del alto de Lerga, lleva agua, pero desde el camino no se ve. Está lleno de matas, árboles y zarzas.


A mediados del siglo XV está documentada la construcción del monaterio de San Ginés, próximo a la villa, por el camino que se va a Ujue de romería, lugar de visita recomendado.
En la basílica dedicada a San Ginés, resto de un antiguo convento de templarios, había un prior que era de provisión del rey. (Todavía hoy se cuenta que entre los restos del monasterio se encuentra el "anillo del abad")"


Regrasamos a Tafalla.