martes, 10 de mayo de 2022

Villa romana de San Esteban (Falces)




Domingo, 8 de mayo de 2022

Hace quince días estuvimos visitando el yacimiento romano de Los Villares en Falces. 
Sergismundo, autor de la ruta, citaba otra villa romana, la de San Esteban. 
Encontré una ruta que me pareció fiable e interesante.
Hoy nos vamos a conocerla. 
Son las 08:30 horas. 
Aparcamos nada más pasar el río y atravesamos todo el pueblo. 
El día está despejado. La temperatura es agradable: 13º. 

Busca pan para mayo y leña para abril, y échate a dormir.

Vamos a tener una mañana estupenda para caminar. 
Llegamos a la plazuela del Pilón.

Unos paneles nos informan de la historia de este curioso encierro que atrae a tantos visitantes en el mes de agosto. 




Nuestra ruta sube por el estrecho recorrido de apenas 800 m por el que bajan vacas y mozos como una exhalación. 
A nuestra dcha. el hondo barranco cubierto de vegetación da una idea de lo peligrosa que llega a ser esta carrera. 
09:10 horas. Toriles
El camino está cortado por unas chapas verdes cerradas con candados desde donde salen las vaquillas.



Un paso estrecho a la dcha. permite acceder al ancho camino que, entre pinos, asciende hasta la planicie de los campos de cereal. 
Terminada la cuesta, el paseo es llano y agradable. 
Al llegar a un cruce, torcemos a nuestra izda. y, después de caminar un tramo por pista, tomamos un sendero que nos lleva hasta el alto de Vedadillo. 
09:50 horas. Vedadillo (445,4 m).



Somos los únicos caminantes en todo el lugar. 
Grupos, mas o menos numerosos, van todos en bicicleta. 
Nos saludamos, pero ellos salen veloces hacia otros lugares. 
Las vistas desde aquí son buenas. 
Reconocemos las cimas de Alaiz, Higa, Izaga y hasta Peña Oroel.
Si nos giramos, encontramos el Perdón, Andía y Montejurra.
Y al S., siempre vigilante, el Moncayo, al que se le ha ido el manto blanco. 
Volvemos sobre nuestros pasos. 
Abandonamos la pista y tomamos un tramo de carretera que nos conduce hasta la siguiente parada. 
10:40 horas. Subestación de Vedadillo. 



El edificio está bien cuidado. 
El portalón que da acceso al patio está abierto. 
Entramos. No hay nadie. 
Unos troncos colocados como bancos nos invitan a sentarnos y degustar nuestro sencillo almuerzo. 
En el carasol comienza a hacer calor. 
El pozo de piedra situado en medio del patio está acompañado de varios espinos albares que aportan color verde al entorno. 
Salimos y descendemos por un camino.
Hay dos pequeños cabezos que conforman el Alto del Umbano.
Decidimos subir al que está al S. La pendiente de bajada es de tierra suelta y está muy degradada por las motos. 
Volvemos al recorrido y comenzamos a descender. 
12:00 horas. Mirador. 


El camino hace una curva pronunciada. 
Un panel nos informa de que estamos en un observatorio de cigüeñas. 
Unos bancos de madera permiten sentarse y disfrutar de unas vistas impresionantes. 
El lugar carece de protecciones y barandillas, por lo que acercarse a la orilla del cerro supone un riesgo alto. 



Descendemos por el ancho camino disfrutando de la panorámica.
Una cigüeña, oteando el horizonte, nos mira fugazmente y continúa a lo suyo. 





Al pasar junto al depósito de aguas, vemos que nuestro recorrido está llegando a su fin. 




Pero antes de marcharnos, tenemos que entrar en la villa romana de San Esteban, que ha sido el motivo de nuestra excursión. 





Damos una vuelta por el interior de las excavaciones y bajamos a la carretera que va al pueblo. 
Son las 12:45 horas
Una bonita excursión. Variada y cercana.