martes, 26 de diciembre de 2023

Muruarte de Reta - Tirapu - Olcoz



Domingo, 24 de diciembre de 2023

Este año ha caído Nochebuena en domingo. 
Como ya tenemos la cena familiar casi preparada, vamos a dar una vuelta por Valdizarbe. 
Hace tiempo que tenía ganas de visitar la torre de Olcoz y caminar enlazando algunos pueblos de este bonito rincón de Navarra. 
19 minutos en coche nos separan de casa. 
Hoy es un buen día para recorrer un trozo del Camino de Santiago Aragonés y visitar estos pequeños pero entrañables pueblos. 
Son las 08:30 horas. 




Aparcamos en Muruarte de Reta. 
El termómetro del coche dice que estamos a 2º. 

Ni en invierno viñadero, ni en estío sembrador, ni con nieves seas vaquero, ni de ruines seas señor. 

Hace frío pero, como no anda aire, no se siente tanto. Una señora nos saluda desde la terraza de su casa. Le comentamos nuestro plan para esta mañana y nos desea que disfrutemos mucho. 


Una calle que asciende  nos lleva hasta la parroquia de San Esteban.
Paramos un momento y continuamos. 
A nuestra izda. dejamos el cementerio del pueblo. La parcela parece dividida en dos: una con el cementerio viejo y otra de más reciente construcción. 
El camino es bueno, ancho. 
Al abrigo del monte se encuentra a cierta altura el depósito de aguas. 


Nos acercamos a ver el paisaje desde ahí. 
El cercano pueblo de Biurrun tiene todavía la luces encendidas, como si fuera un pequeño belén colocado entre extensos campos verdes. 
El camino, a partir de aquí, cambia. Es viejo, de herradura. 


Tres colmenas, con semblante triste, subsisten detrás de una desvencijada alambrada. 



A nuestra dcha. hay un pinar que ocupa todo el cerro. 
 



A nuestra izda., Olcoz comienza a desperezarse en esta fría mañana invernal.
Bajamos hasta el pueblo, pero no entramos. 



Un mojón nos avisa de que vamos a entrar en el Camino de Santiago Aragonés. 
Seguimos su indicación. Enseguida el camino se convierte en senda y nos obliga a andar en fila de a uno. 
Pasamos por encima del Canal de Navarra que, en este tramo, atraviesa el monte mediante un túnel. 
Descendemos hasta llegar a un cruce de carreteras.
Tomamos la de la izda. 



Otro mojón indica por dónde transcurre el Camino de Santiago. Justo en dirección contraria a la nuestra. 
Subimos despacio disfrutando del paisaje. 


Pasamos junto a la ermita de San Nicolás, que también alberga el cementerio, y entramos en Tirapu.




Son las 10:00 horas. 
El pueblo está desierto. 
Junto al frontón cubierto se encuentra la parroquia de Santa María Inmaculada. 


En el porche, encontramos un rincón iluminado y templado por el sol. Tiene un banco de piedra y nos parece el lugar ideal para echar un bocado. 
La mañana sigue fría, pero en este soleado rincón se está estupendamente.

El poeta y capuchino Víctor Herrero de Miguel tiene una magnífica poesía que habla de Diciembre:

En diciembre sabemos que el oro de los arces 
se fundirá en el pico de los tordos. 
Dará agua las nieves a los geranios. 
Abrirán las hormigas, hacia la primavera, 
silenciosas, sus túneles. 
Y una música leve nos templará la piel
cuando otra vez pensemos que todo está perdido. 
Abrazándote comprendo 
los secretos de las lenguas. 
Que en hebreo piel y luz
suenen de la misma forma. 
Que orilla del mar y risa 
se digan igual en griego.
Que exista en sánscrito un término
para expresar el placer 
de ver volar a las aves. 

Salimos de nuestro cobijo. 
Nos quedamos un momento contemplando el paisaje. 




La Peña de Unzué y San Bernabé nos saludan entre los montes cercanos. 
Callejeamos para volver a salir al campo mientras disfrutamos viendo las casas antiguas y nuevas de este limpio y tranquilo pueblo. 
El camino desciende hasta llegar a la orilla del Canal de Navarra. 
En lugar de pasar a la otra orilla, torcemos a la izda. para girar enseguida a la dcha. y cruzar el canal por un puente. 




La larga recta plateada del agua se pierde en el fondo del paisaje. 
Entre campos de cereal y alguna viña comenzamos a subir hasta nuestra siguiente parada. 
En el vecino pueblo de Añorbe comienza a sonar la megafonía con villancicos navideños. 
Volvemos la vista atrás.



La música y la imagen del pueblo evocan un Nacimiento coronado en los alto del monte por lo que, dejando volar la imaginación, sería el castillo de Herodes. 
11:00 horas. Olcoz.



Entramos directamente a la plaza donde se encuentra su torre. 
Rehabilitada hace unos trece años, es un monumento que hay que visitar. 
Cuando te acercas a ella resulta imponente. 




Un pozo cercano llama nuestra atención. 
Salimos del pueblo y, por un camino medio asfaltado y muy estropeado, volvemos a Muruarte de Reta. 



Un grupo de ciclistas viene de frente. Nos saludamos sin detenernos.




Cuando llegamos a las cercanías del pueblo, un poste nos indica que nos hallamos de nuevo en la ruta Jacobea aragonesa. 
11:30 horas. Muruarte de Reta. 
Entramos en el pueblo. Un perro pequeño sale de la primera casa y nos sigue ladrando sin parar. 
La furgoneta del panadero llega en ese momento. Los bocinazos convocan a unas cuantas mujeres cerca de donde tenemos el coche. Convenientemente abrigadas, charlan entre ellas animadamente. Cuando se abre la puerta de la furgoneta y le llega el aroma del pan, el perro se olvida de nosotros y corre raudo "a ver si cae algo".
Volvemos a casa. 
Una mañana de Nochebuena estupenda caminando entre campos verdes, con frío en el cuerpo y sol en el rostro. 





 








lunes, 18 de diciembre de 2023

Cauces y barrancos del Aragón (Caparroso)



Domingo, 17 de diciembre de 2023

Hoy también vamos a hacer una ruta corta. 

El Consorcio de la Zona Media ha habilitado un recorrido por la ribera del río Aragón en Caparroso. 

Los 21 km que nos separan de Tafalla facilitan que podamos salir más tarde a caminar y evitemos el madrugón. 

Son las 09:30 horas. Aparcamos el coche junto al panel que nos informa del itinerario. Salimos. 

Nuestro termómetro marca 2º. No anda aire y se agradece. El frío no es tan intenso. La contrapartida es que la niebla está agarrada en el cauce del río y nos va a impedir disfrutar de algunas vistas. 

Otoño presente, invierno en la acera de enfrente. 

No importa. Hemos venido a conocer este sendero y nos ponemos en marcha. 

En el panel informativo podemos leer que el recorrido de hoy está dividido en tres tramos. Se pueden hacer por separado o, como nosotros hoy, enlazándolos en un recorrido circular. 



Un camino de tierra nos conduce entre el cementerio y el campo de fútbol. El lugar está lleno de escombros. 

Cruzamos un pequeño barranco y salimos a la carretera que va a Mélida. 

Enfrente tenemos una bonita estampa. 

El despoblado de Rada. 

Enseguida entramos en un pinar y caminamos por un tramo de Cañada.

Todavía queda algún mojón. 

El paseo entre el arbolado es agradable. 

Como hay varios caminos que discurren entre los pinos, seguimos la flecha que  indica por dónde discurre nuestro trayecto. 

En un cruce de caminos, otra flecha y un panel nos llevan a nuestra primera parada. 

10:00 horas. Mirador del río Aragón. 

La niebla tapa todo el paisaje. Al fondo de la ladera, adivinamos el cauce del río, pero no vamos a poder disfrutar de todo lo que indica el panel-mesa

Lamentamos no poder estar un rato disfrutando de las vistas, pero es lo que tiene caminar en invierno por senderos fluviales. 

Nos contentamos con leer el panel. 

El camino desciende hasta llegar a la orilla del río, que está imponente.

Es un espectáculo contemplarlo con tanto caudal. 

Seguimos nuestro sendero. 

El rumor del agua crece a medida que vamos avanzando. 

10:30 horas. Presa del Machón. 

La oímos, pero todavía no la vemos. 

La vegetación del soto está cerrada y, desde una orilla más alejada, conseguimos verla entre el arbolado. 

Aprovechamos para echar un bocado en un banco cercano. 

Una flecha nos indica nuestra próxima parada. 

11:00 horas. Puente Viejo.

Bajamos hasta su único ojo. En sus paredes interiores han colocado una gran cantidad de "presas" para hacer escalada deportiva. 

Pasamos al otro lado. Un cormorán planea a gran velocidad sobre el agua en busca del almuerzo. 

Subimos al puente y lo cruzamos. 

Nos detenemos un momento y contemplamos el monumento en homenaje al agricultor que está situado a la dcha. del puente. 

Al otro lado comienza el Parque Fluvial. 

Un agradable paseo por la zona inundable del río en la que han puesto mesas y bancos. 

Subimos una pequeña rampa hasta la carretera y entramos en el pueblo. 

En un campanario, una pareja de cigüeñas permanecen inmóviles. 

Terminamos la excursión. Son las 11:45 horas. 

Esta mañana fría pero agradable de diciembre es un regalo para nosotros. Hemos conocido, y disfrutado, de un entorno maravilloso en los sotos y orillas del río Aragón.


En este enlace se puede ver el recorrido de hoy. 







lunes, 11 de diciembre de 2023

El horno de aceite de enebro (Ujué)






 Domingo, 10 de diciembre de 2023

Hoy vamos a hacer una ruta corta. No llega a 7 km. Pero pasará lo de siempre. Se alargará en el tiempo porque las laderas, con tanta vegetación, están prácticamente impenetrables. 
Nos vamos a la sierra de Ujué, pero por abajo, por La Oliveta. 
Hace tiempo que le estoy dando vueltas a una visita a un horno de aceite de enebro. 
Hoy haremos esa ruta. Como la he trazado a mano en wikilok, veremos cómo sale. 
Son las 09:00 horas. Aparcamos en La Oliveta. 


La temperatura es buena. 8º marca nuestro termómetro. No anda ni un pelo de aire.

En diciembre sale el sol con tardura y poco dura. 

El terreno por donde caminaremo se ve blando por las últimas lluvias, pero no se aprecian grandes barrizales. 
La Oliveta está desierta. 
Un pequeño farol tiene una bombilla encendida. 


Como una imagen vale por mil palabras, conviene leer el letrero que está encima de la puerta para conocer el origen del nombre de este lugar.
Salimos por camino ancho y bueno. 
El paisaje, con el río Aragón a nuestra dcha., es otoñal. 
El rumor del agua nos avisa de que estamos llegando al barranco de Lakumulatu.



Baja alegre y cantarín. Sabe que tiene a cuatro pasos el río; y el agua, limpia y fría, se apresura para fundirse con él.
El primer camino que tuerce a la dcha. es el nuestro. 
Caminamos tranquilos, entre el monte bajo y dos piezas de esparragueras que se han vestido de invierno. Andamos despacio.
Nos paramos y disfrutamos de los grandes madroños que, aunque desnudos de fruto, verdean en la ladera compitiendo con las coscojas y los enebros. 


El monte Aurino y la Peña de los Huevos, viejos conocidos nuestros, no nos quitan ojo. 
Estamos a punto de llegar al final del mejor tramo del recorrido. 


Junto al Aragón, el Corral de La Torraza parece contemplar el discurrir de las aguas que vienen del vecino Gallipienzo. 
Para llegar a la senda que se ve desde el camino hay que subir un terraplén incómodo. Casi gateamos, pero llegamos a ella. 
El sendero nos va llevando, poco a poco, hasta el horno. 
La vegetación está baja. De vez en cuando, alguna ilaga orgullosa nos avisa de que estamos invadiendo sus dominios. 
10.00 horas. Horno
La construcción se divisa a cierta distancia, lo que nos da una idea de su tamaño.
Nos acercamos por su parte delantera. 


La boca del horno, abierta, nos permite ver algo de su interior. 
El sol, que lleva toda la mañana peleándose con las nieblas, también quiere estar presente en el descubrimiento y nos regala un contraluz. 
Rodeamos la construcción. 
En este enlace, aunque con una técnica diferente, se puede ver la forma de obtener el aceite y las aplicaciones que este tenía. 




De malas maneras nos asomamos por una de sus paredes y conseguimos ver el aro central donde se depositarían las raíces de los enebros para obtener el preciado aceite. 
Permaneces un rato en el lugar. Estamos en la falda del Aurino. A esta altura, algunos madroños lucen sus frutos rojos que dan un colorido especial al entorno. 
Continuamos. 
La senda está bien marcada entre la vegetación. 


Llegamos a unas rocas y divisamos el Corral de Nazario. Como era de esperar, la ruina es total. 
El lugar en el que estamos ofrece asiento. Así que decidimos parar y reponer fuerzas. 


A nuestros pies, el río Aragón toma una curva suave. Discurre tranquilo. No sabe que unos km más abajo la presa de Carcastillo lo va a poner en aprietos y va a dividir sus aguas. 
Una vez terminado el tentempié, bajamos al Corral de Nazario.


Nos adentramos en sus ruinas tras comprobar que no hay peligro alguno. 
El monte se ha cerrado y, aunque lo intentamos por varios puntos, no hay forma de cruzar al otro lado. 
Por fin vemos un pequeño hueco por el que poder pasar y salimos a una especie de aprisco. Volvemos a tener dificultades para conseguir llegar al otro lado. 
El camino viejo nos parece una autopista en comparación con la ruta que hemos seguido desde que abandonamos el camino principal. 
Orillamos alguna pieza. Seguimos algún sendero desdibujado y llegamos a un viejo corral, pequeño, cuyo nombre desconocemos.


Lo rodeamos y, por la orilla de una pieza, salimos al camino del Soto. 
Volvemos hacia La Oliveta. 
El camino es bueno y amplio.
Disfrutamos de las vistas. Tenemos a nuestra dcha. el pinar en el que se esconde el Corral de Domingo Ibáñez. Desde ese lugar, hemos visto otras veces el término de Ujué en todo su esplendor. A nuestras espaldas, el Aurino y el Chinchón —que solo se llevan 10 m de altura— intentan acompañarnos hasta el final. 


Cuando alcanzamos las ruinas del Corral de Joaquín Arana, sabemos que la excursión está llegando a su fin. 
En el cruce de caminos del comienzo del itinerario, volvemos a saborear el alegre barranco de Lakumulatu. 
12:00 horas. Final del trayecto. 
En La Oliveta nos espera el coche. El lugar sigue desierto. 


La placa con la imagen de nuestro patrón también merece un minuto de atención. 
Vale la pena adentrarse por estos lugares. 




domingo, 3 de diciembre de 2023

Sendero fluvial 1 (Miranda de Arga)




 Domingo, 3 de diciembre de 2023

El sendero fluvial del Arga recorre 26 km siguiendo el cauce del río por las localidades de Larraga, Berbinzana y Miranda de Arga. 
El recorrido es lineal, lo que significa que hay que ir y volver por la misma orilla, y eso lo complica todo para hacerlo a pie. 
Sergismundo, con buen criterio, lo ha desglosado en 4 tramos. 
Nosotros hoy  vamos a ir al nº 4 en Miranda de Arga.
Son las 09:00 horas cuando aparcamos a la entrada del pueblo. 
La niebla es intensa y el termómetro, que no ha parado de bajar, se ha detenido en -1,5º.

En invierno el mejor amigo, es un buen abrigo. 

No anda aire, lo que baja la sensación de frío, pero aún así la mañana está desapacible para andar. 


Nos adentramos por el sendero señalizado. 
El comienzo no es bueno. Un barrizal se ha adueñado de un tramo del terreno y mantener el equilibrio supone esfuerzo y mucha atención. 
A nuestra izda. el Arga discurre imponente. El agua llega hasta el borde mismo del camino y en el centro del cauce lleva una velocidad de vértigo. 
La niebla, persistente, permite distinguir el arbolado del sendero. 
09:10 horas. La Noria. 
Salimos un momento del camino y nos acercamos a un edificio. 


La construcción es engañosa. Tiene una apariencia sólida, pero el estado que se aprecia al acercarnos es bastante ruinoso. 
A pesar de ello merece la pena acercarse a verlo. 
Volvemos al camino.
La vegetación en algunos tramos permite ver el río. 


No deja de sorprendernos el caudal tan exagerado del Arga. 
Un panel informativo nos ilustra sobre lo que tenemos delante. 
09:30 horas. Las Canales de Avelino. 


El espacio para poder disfrutar de la obra es muy reducido, pero nos permite apreciar la importante obra de ingeniería que realizó el vecino de Miranda, Avelino Ibero, para consolidar un sistema de riego a ambos lados del Arga. 


El panel ofrece una información muy interesante de la obra. 
Caminamos unos cuantos metros y llegamos a un pequeño merendero. 


El día está tan desapacible que decidimos continuar nuestro camino sin sentarnos. 
Después de un amplio meandro, hay que pasar dos veces un barranco.
No es problema.

 
Han fabricado unos sencillos, pero prácticos, escalones de obra que permiten salvar el barranco. 

10:20 horas. Presa de Cahués.
La niebla ha vuelto a espesarse y, para colmo, el agua está en la orilla del camino.

 
El fragor del agua, el frío y la desolación se han adueñado del lugar. 
Fotografiar la presa es imposible. 


Con permiso de Sergio, me he permitido tomar prestada una de sus fotos de Wikiloc para poder mostrar lo que hubiéramos visto en otra época del año.
Una corta distancia nos separa del Puente del Cajo, pero es imposible pasar hasta la carretera. 
Regresamos por el mismo camino. En poco más de una hora, entramos en Miranda de Arga. Aprovechamos una calle para evitar volver a pasar por el barrizal de esta mañana. 
A pesar del día y las dificultades finales, nos ha gustado la excursión y, ya en el coche, decidimos que volveremos a hacerla en primavera, cuando todavía no ataquen los mosquitos.