lunes, 19 de febrero de 2024

El roble de Orkin (Ultzama)




Domingo, 18 de febrero de 2024

El Catálogo de Monumentos Naturales de Navarra cita 47 árboles de diversas especies. 

Entre mis muchos proyectos está el de "tacha árboles".

Poco a poco voy visitando los que puedo. Aprovecho para hacer una excursión montañera o campera de varios km y conocer también el entorno donde se encuentran. 

Por eso, hoy, aprovechando que Tafalla se viste de carnaval, nos vamos al valle de Ultzama. Un lugar conocido por sus muchas maravillas: sus prados y bosques, su riqueza micológica y por la belleza de sus pueblos. 

Son las 08:50 horas. Aparcamos en Olagüe. 

La mañana está buena para andar, aunque hace frío. El termómetro marca 5º. 

Ni creas en invierno claro, ni en verano nublado. 

Atrás hemos dejado una niebla persistente y aquí el paisaje, aunque con cielo tristón, está despejado. 

Salimos del pueblo y cruzamos un puente sobre el río Elzarrain. 



Baja rápido, silencioso, frío. 

Caminamos unos cuantos metros dejando atrás las últimas casas y tomamos el primer desvío a nuestra izda. 


El camino se pone cuesta arriba. 

El valle se va quedando abajo. 

Unas hilachas de niebla se resisten a abandonarlo. 

Entramos en un prado y, por una orilla, salimos para buscar nuevamente la pista. Acabamos de tener nuestro primer contacto con el barro y, sospechamos, no va a ser el único. 

En una curva a la dcha. un poste nos avisa de que estamos en el acotado de setas. 

Seguimos subiendo en medio del bosque. 

10:00 horas. Urritzola. 

Un pequeña, pero hermosa, regata nos detiene admirados. 

Una fuente nos recibe junto a la primera casa del pueblo. 

Nos acercamos hasta la iglesia. 

Un perro atado en una bajera se desgañita ladrándonos. 

La parroquia de La Asunción es sólida y sobria. 



Un porche, que protege su puerta de entrada, servirá también de cobijo en los días lluviosos. 

Junto a la iglesia, un pequeño tobogán llama nuestra atención. 

Salimos del pueblo. 

Continuamos subiendo. 

Las vistas desde esta altura son magníficas. 

La Higa de Monreal se asoma entre los montes azules. 

Cuando llegamos a una balsa artificial, el terreno se vuelve llano. 

Un sencillo letrero clavado en un árbol nos indica el sendero que tenemos que seguir para llegar a la cima del Arañotz. 

Continuamos. 

El camino, por terreno llano, a veces se vuelve impracticable. 

Grandes charcos nos obligan a abandonarlo y poder avanzar sin dificultad. 

11:30 horas. Ermita de Santa Lucía.

Dos ciclistas están a punto de marcharse cuando llegamos. Charlamos un rato con ellos y nos dan algunos consejos útiles para el regreso a Olagüe. 

Aprovechamos el pequeño banco que hay junto a la puerta y reponemos fuerzas. 

Las vistas desde esta campa también son espectaculares. 

A la Higa se ha unido la Peña de Izaga, con su ermita de San Miguel recortada en el horizonte. 

Y al otro lado, San Donato y la Malloas. 

En pocos minutos llegamos a la cima

Arañotz (838 m)

La pequeña cima alberga un par de buzones y un vértice geodésico. 

Comenzamos a descender. 

El camino es ancho y está en buen estado. El bosque frondoso es un regalo para la vista. 

A nuestra dcha. encontramos la entrada a la senda que nos aparta de la pista. 

El reloj ha corrido más de lo previsto y nos replanteamos la excursión. 

A las 14:30 tenemos reservada la comida. Volveremos ahora a Olagüe y después de comer iremos a Orkin. 

La vuelta por este lado es complicada. 

Los trabajos forestales han deshecho el camino con su maquinaria pesada. Hay grandes extensiones de barro y agua que nos obligan a sortear como podemos lo dificultoso de la ruta. 

Salimos del bosque y, entre verdes prados, entramos de nuevo en el pueblo. El barro nos llega hasta media pierna. 

13:50 horas. Como hemos tenido la precaución de llevar ropa y calzado limpio, nos cambiamos y nos vamos a comer. 

Antes, aprovechamos para dar una vuelta por el pueblo. 

Después de comer, nos acercamos al pueblo de Orkin, aparcamos y recorremos los casi dos km entre ida y vuelta hasta llegar al roble. 

Roble de Orkin. 

Protegido por un vallado de madera, contemplarlo es una maravilla 

Nos parece que estamos ante el hermano gemelo del valdorbés roble de Echagüe. 

El pequeño panel, junto al vallado, aporta muy poca información. 

En este enlace se pueden ver las dimensiones y otros datos de interés de este ejemplar. 

Lo rodeamos y fotografiamos. Tenemos que volver a casa, pero nos cuesta irnos. 

Cuando regresamos al pueblo, nos cruzamos con un grupo de personas que también van a ver esta maravilla. 

Con tan buen sabor de boca, volvemos a casa. Hemos pasado un día estupendo en este valle tan maravilloso como es la Ultzama y a tan solo 50 minutos. 


En este enlace se puede ver el recorrido de hoy. 





miércoles, 14 de febrero de 2024

Sendero micológico de Iratxeta (ruta 12)


Domingo, 11 de febrero de 2024

Domingo de Ferias. 

Para estas ocasiones tengo guardadas unas rutas cortas. Hay que dar una vuelta por la Feria, pero también hay que darla por el campo. 

Hoy vamos a Iracheta. 

El Consorcio de la Zona Media tiene allí la ruta nº 12. 

Un paseo agradable de unos 7 km en medio de un bosque. 

Como no es tiempo de setas y hace frío, creemos que vamos a estar solos. 

Son las 09:30 horas. Aparcamos junto al panel informativo que está junto al cementerio y salimos.

El cielo está despejado, limpio. La temperatura es de 4º.

Ni en invierno ni en verano te dejes la manta en casa del amo.

Las laderas próxima al Besagaz tienen un color verde oscuro producido por la espesura del pinar. 

Descendemos por pista encementada y llegamos a un pequeño puente que salva el cauce del río Leoz. 


Las aguas frías y cristalinas descienden veloces entre la vegetación. El cauce queda casi tapado. 

La pista comienza un ascenso suave pero prolongado. 

El recorrido tiene un desnivel de 233 m y a la ida toca subir todo el tiempo. 

Nos adentramos en la zona arbolada. 

El arroyo de Urguruz cruza el camino. No hay mucho caudal, pero cruzar el arroyo requiere dar un buen salto para no "hacer pato".

10:00 horas. Desvío a la izda. 

Un poste con dos flechas nos avisa de que debemos tomar la senda de la izda. 

El sendero micológico tiene un recorrido de 2,5 km.

El terreno se vuelve más boscoso y... siempre cuesta arriba. 

Los postes con marcas rojas y blancas abundan en todo el trayecto. 

Llegamos a un murete de piedra en ruinas. La vegetación de ha apoderado de todo el entorno. 

Su antiguo claustro  o "Camino de Santiago" ahora ya desmontado y desaparecido, sirvió de cementerio. Había alguna estela y un sarcófago de piedra, del Comendador de Leache, de 1620. 

Ahora es el cementerio, la "Era" o los aledaños de la antigua ermita de San Miguel, abajo del pueblo, junto a la carretera. (Pedro Mª Flamarique. Historias, sueños y leyendas de la Valdorba. Cuaderno nº 3)

Robles, encinas y enebros son los dueños del lugar. 

Los bojes pugnan con ellos y se aferran al terreno sin ceder un palmo.

 

El recorrido tiene rincones que son un espectáculo. 

De pronto el terreno se pone llano y podemos caminar cómodamente en medio del bosque. La temperatura sigue fría, pero el encanto del lugar hace que disfrutemos de esta mañana invernal. 

El altímetro nos dice que estamos a 835 m de altura. Hemos llegado a la cota más alta de la excursión. Ahora toca bajar. 

Por senda estrecha comenzamos el descenso. 

La humedad reinante hace la bajada un poco peligrosa. 

El suelo está muy resbaladizo y, gracias a los bastones, evitamos las caídas. 

Nos detenemos un instante. Un acebo joven está junto a la senda. 

Limpio y brillante disfruta de la soledad de este sitio tan recóndito. 

Seguimos bajando. 

Salimos a un camino viejo, ancho y cómodo. Atrás se han quedado las penurias de la bajada por la senda. 

Junto a un roble con una marca muy útil paramos para echar un bocado. 

El silencio es absoluto. Somos los únicos caminantes en esta fría mañana. 

Seguimos. 

El sendero micológico es de los denominados de raqueta. 

Esto quiere decir que hay un primer tramo que es de ida y vuelta. El tramo siguiente es circular. 

Estamos a punto de llegar al cruce que hemos dejado al comienzo. 

Pero antes llegamos al Corral de Liberal que está escondido en medio de la vegetación. 

Nos incorporamos de nuevo al camino del "mango de la raqueta". 

Otra vez cruzamos de un salto el arroyo de Urguruz. 

A la izda. un pequeño puesto llama nuestra atención. Tiene pinta de ser una pequeña palomera. Su camuflaje es perfecto. 

Pasamos junto a otro puesto y, donde el terreno se abre, admiramos la belleza de la campa que tenemos delante. 

Seguimos descendiendo hasta llegar de nuevo al río Leoz. 

Dos caminantes vienen hacia nosotros. Son las únicas personas que hemos visto en toda la mañana. 

11:50 horas. Ascendemos por la pista hasta el aparcamiento. 

Aún queda mañana para poder disfrutar de la Feria de Tafalla. 

Volvemos la vista hacia el monte. Un paseo estupendo para cualquier época del año que no tardaremos en volver a realizar. 

En este enlace se puede ver el recorrido que hemos seguido hoy.