miércoles, 23 de febrero de 2022

Las fuentes de Valditrés




Domingo, 20 de febrero de 2022

En Tafalla estamos viviendo un momento dulce en lo que se refiere al patrimonio rústico. 

Los corrales, cabañas, abejeras y otros están diseminados por todo nuestros término. 

Recientemente se ha constituido un grupo de ´voluntariado mendioambiental´ formado por unos cuantos jubilados que tienen ganas y conocimientos. 

Solo falta que las instituciones, que ya están en ello, apoyen estas iniciativas con medios económicos y con los correspondientes permisos. 

Los trabajos acometidos por este grupo, tanto en la ciudad como en el campo, están a la vista de todos. 

Lo último que han hecho ha sido en Valditrés. Las dos fuentes, ocultas y olvidadas, han salido a la luz merced al buen trabajo de estos hombres (y una mujer) al que hay que sumar la inestimable ayuda de la pala de la Brigada Municipal.

Así que, con todos estos argumentos, no me queda otro remedio que dar una vuelta por esos parajes que en cualquier época del año tienen un encanto especial. 

Son las 08:30 horas. El cielo está medio nublado, pero no amenaza lluvia.

Si no llueve en febrero, ni buen pan ni buen centeno. 

La temperatura es fría: 4º. Comienzo el paseo. 

En la balsa de Galloscantan, el fondo está cubierto por los carrizos. La repoblación tiñe de verde las laderas del cerro. 

Desde el puente de la nueva variante, la imagen del Caracierzo de la Celada combina la modernidad de los edificios con los cultivos de viñas y cereal.

Cruzo la carretera de Miranda de Arga y me detengo un momento ante el cartel que informa del sendero de Beratxa. Hace unos años, el Ayuntamiento nos pidió a Sergismundo y a mí que trazáramos este recorrido, que preparamos con mucho gusto. 

La ´Launa´, como decimos en Tafalla, brilla como un espejo en medio de los verdes campos.

Hace rato que los perros de la hípica han olisqueado mi presencia y me reciben con una sinfonía de ladridos. Al otro lado del camino, una viña limpia y bien trabajada de garnacha ya está podada. 

Por el camino que bordea el Prado de Rentería, camino cómodamente.

La muralla natural de Las Rocas resulta imponente y obliga a levantar la cabeza para ver su cresterío. 

Enfrente, la Torre de Beratxa también ha olisqueado mi presencia, pero a diferencia de los perros, permanece muda. 

Un grupo de ciclistas enfila veloz el repecho pronunciado que sube a la torre. 

Tuerzo a la izda., donde el Prado de Valditrés se extiende en todas las direcciones. 

Camino tranquilo, sin prisas. Es un placer disfrutar de la soledad y del silencio en esta mañana fría. 

En una pieza, un hito llama mi atención y me acerco a mirarlo.

No tiene ninguna inscripción, pero está muy bien trabajado.

La cantera de Ros siempre me impacta. Da igual cuántas veces la vea.

Es un espectáculo contemplar su paredón calizo.  

Cruzo el regacho y, por el sendero que va al lado de las viejas construcciones, me acerco a mi primera visita de hoy. 

10:00 horas. Fuente del Prado de Valditrés. 

Cuando Isabel y Agustín vinieron a conocer este paraje, nos costó encontrar la fuente porque la vegetación se había apoderado del lugar.

El trabajo de desbroce y canalización del agua ha puesto al descubierto un abrevadero y el caño. 

Ahora quieren adecentar el lugar y que se pueda ver también la balsa. ¡Todavía les queda trabajo!

Por el amplio sendero que han abierto, cruzo el barranco y salgo al camino. 

Regreso al cruce del Prado de Rentería. 

10:25 horas. Fuente de Valditrés.


La ayuda de la pala municipal ha sido fundamental para mover las losas y descubrir el pozo.

3,00 x 1,60 metros cuadrados aparecieron como por arte de magia al comenzar los trabajos. 

Y la profundidad de 2 m no se queda atrás. 

En estos momentos, se encuentra llena de agua, que va sobrándose a la balsa. 

Fuente de Valditrés. En la cabecera del barranco y del prado, al borde de la carretera de Larraga (entre los kilómetros 29 - 30). Manantial con arca rectangular de sillería, de una anchura aproximada de 1,50 metros, cubierta con grandes losas. Es uno de los ejemplares históricos de fuentes más importantes del término. Tuvo abrevadero. Actualmente abandonado, el agua pasa a una balsa excavada a sus pies en 1986. (J. M. Jimeno Jurio)(Topominia Navarra)(IX.Tafalla)

Cuando salgo al camino, me encuentro con Angel, integrante del voluntariado que esta vez no pudo participar en los trabajos.

Le llevo de nuevo a la fuente y, después, nos acercamos hasta la abejera. 

La han apuntalado para evitar el derrumbe. 

Hay que evitar que esta pequeña joya se hunda. Merece la pena disfrutarla. 

Nos despedimos. 

Salgo a la carretera y camino un trecho por su arcén. 

Un camino que se adentra en el pinar me lleva hasta las inmediaciones del Corral de la Mariana. 

En unas rocas cercanas, aprovecho para echar un bocado y hacer balance de la mañana. 

De momento no está nada mal: dos fuentes, la abejera, la paz del Prado de Valditrés...

Salgo al camino y tuerzo a la dcha. en el cruce.

El Corral del Vaquero está solitario.

Me acerco hasta la balsa y compruebo, con satisfacción, la cantidad de agua que tiene. 

Camino hacia el E. y un buen conocido que tiene un olivar muy cerca me ve y viene a saludarme. 

Jorge me enseña algo que no conocía. 

Un pozo bien construido y con agua, en medio del cerro. 

Me dice que ya no lo usan, aunque él lo limpia de vez en cuando. Hasta hace pocos años, incluso bebían de él. 

El rato se pasa volando hablando de muchas cosas. Me despido y, cruzando una pieza, llego a la pequeña abejera que está detrás del desguace. 

Pequeña y abandonada, muestra una imagen tan desvalida que enternece.

La rodeo y la miro. Me quedaría toda la mañana ahí. Pero hay que volver. 

Salgo a la carretera. La nueva rotonda distribuye el escaso tráfico hacia Miranda y hacia Larraga. 

12:20 horas. Entro en Tafalla. La gran cruz devocional no tiene flores como otras veces. 

El día no ha terminado de espabilarse. El ambiente, que no es frío, es invernal. 


En este enlace se puede ver el recorrido de hoy. 









martes, 15 de febrero de 2022

En el castro de Muruzarán




Domingo, 13 de febrero de 2022

Hoy son las Ferias de Febrero en Tafalla. 
Eso significa que hay que hacer una de las rutas cortas que guardamos para cuando hay prisa por volver. 
Y es que una vuelta por el centro del pueblo es obligatoria en unas fechas tan señaladas. 
Nos vamos a Mendívil. 
El amigo Sergismundo me mandó hace bastante tiempo una ruta interesante, corta y por un paraje desconocido para nosotros: El Castro de Muruzarán. 
Son las 09:00 horas. 
El cielo está despejado aunque el frío viento S. está trayendo abundantes nubes. 
Nuestro termómetro marca 4º

Febrero el revoltoso, no pasó de veintiocho, si treinta tuviera, nadie con él pudiera. 

Aparcamos el coche y cruzamos la N-121.
Pasamos con mucha precaución la vía del tren y comenzamos una larga subida por camino ancho hasta que llegamos a un enorme depósito de agua. 




Una escalerilla metálica nos permite ver la capacidad del recipiente (a ojo de buen cubero calculamos unos 12 m de diámetro).





De vez en cuando, los árboles nos permiten disfrutar del paisaje tan querido y conocido.
Llegamos a un cruce. El camino de la dcha. termina en una pieza.
El de la izda. pronto se convierte en senda y nos adentra en el encinar. 




Un altísimo generador de hormigón no nos quita el ojo de encima. 
El sendero termina abruptamente en una malla metálica coronada de alambre de espino. 
Por un claro del bosquete descendemos a una pieza y, orillándola, llegamos a un tramo de la valla que nos permite el paso. 
La pista que sube al molino es de reciente construcción. 
Dos vehículos están aparcados y en uno de ellos hay varios operarios resguardándose del frío bochorno. 
Nos saludan con la mano y nos adentramos en el bosque. 
Una senda estrecha y pronunciada nos introduce en el castro.
10:10 horas. Alto de Muruzarán (635 m)


El castro, como tantos que hemos visitado, es irreconocible a primera vista. 
Damos una vuelta por su interior y enseguida descubrimos los restos de muralla ocultos por la vegetación y las piedras. 
Su forma redondeada y el foso de su base nos recuerda al de Gazteluzar y también, en parte, al de Montmediano. 

Según Javier Armendáriz Martija, en su libro "De aldeas a Ciudades, poblamiento en Navarra durante el primer milenio A.C, el castro estuvo poblado desde el Hierro Antiguo hasta la romanización.
Quedan de él los derrumbes de muralla, de considerables dimensiones, los restos de varias torres que la jalonaban, alguna construcción interior, y otra muralla defensiva exterior de menor entidad que la interior.

Lo curioso es que se ve perfectamente lo que queda de la muralla (derrumbada), formando un rectángulo casi perfecto, con un gran espacio interior y una montonera grande de piedras en un extremo, que indica la existencia de edificaciones interiores.
También se puede apreciar dónde estaba la puerta de acceso al castro, las murallas exteriores y el castro.
Naturalmente que el bosque ha crecido, tapando parte de lo que queda del castro, pero aún se puede distinguir entre la maleza, después de más de 2000 años.

Muy interesante (Sergismundo en Wikiloc)



Los jabalíes también visitan el lugar.


Las viejas encinas son rascaderos ideales para ellos.


 
Con sus hocicos y patas escarban a fondo el terreno buscando ¿quizá trufas?
Bajamos del monte y buscamos un abrigo, curiosamente en un caracierzo. 
Es la hora de echar un bocado y disfrutar de esta mañana soleada de febrero. 
Tenemos enfrente la Peña de Unzué, a la que se le aprecia el pequeño torreón reconstruido.

 
A a su dcha. el Artatxu, que con sus 945 m de altura mira desde abajo a la altiva figura de la roca blanquecina. 
Regresamos a Mendívil. 
Las nubes cada vez son más abundantes. 
El viento sopla con fuerza.
Desandamos el camino que hemos traído por la mañana y llegamos al coche. 
La excursión, aunque corta, nos ha dejado un buen sabor de boca. 
Hemos conocido un lugar muy interesante y recóndito cargado de historia. 






 


miércoles, 9 de febrero de 2022

La Piedralosica de La Falconera



Domingo, 6 de febrero de 2022

Hoy vamos a caminar por Valmediano y La Falconera. 
Sergismundo me pasó el otro día una ruta, muy interesante como todas las suyas, que nos va a venir muy bien para preparar el nuevo sendero que balizará el Ayuntamiento de Tafalla. 
Son las 08:30 horas. Aparcamos junto al Refugio de Los Doce. 
El cielo está despejado. El viento N. y la temperatura -2º.

El sol de febrero saca al lagarto de su agujero

Vamos a tener una mañana estupenda para andar. 
Cruzamos la carretera de San Martín y tomamos el camino que desciende hacia la Falconera. 
Lo primero que nos encontramos a nuestra izda. es una gran roca.


Salimos del camino y le echamos un vistazo. Estos pedruscones siempre llaman nuestra atención. 
Continuamos por camino ancho. 
A nuestra izda el Prado de Valmayor se extiende hasta el Pontarrón. 
Nos adentramos en el pinar de Valmediano y pronto el trayecto se convierte en sendero. 
Salimos a un sembrado y, caminando por su orilla, llegamos a las cinco rocas tumbadas. 


Permanecemos un momento observándolas. 
Volvemos sobre nuestros pasos al pinar. 


Nos planteamos dar una vuelta por el Castro y por el resto de la muralla, pero preferimos continuar la ruta. Tenemos mucho que registrar y anotar. 
Salimos al camino y, a poca distancia, llegamos al olivar de Chanete. 
El merendero resulta un rincón entrañable. 


Los rosales muestran una diminutas flores.
Ya lo hemos dicho otras veces: un acierto de buen gusto que invita a los caminantes a sentarse un rato. 
El camino, que muere en una pieza, tiene una bifurcación a la izda. 
Una estrecha senda empalma con la que asciende a Montmediano.
La seguimos y, al llegar a la intersección giramos a la izda.

10:10 horas. Montmediano. 
El vértice geodésico está solitario. 


Nos acercamos y le damos una palmada en los hombros, que sostienen el cilindro blanco. 
La vista desde aquí siempre es fantástica. 
El Portillo del Aire se asoma a la izda. del Corral de la Garganta, mientras los molinos agitan sus aspas en lo alto de la Carravieja.

Año 1627. (...) Por ejemplo la distribución territorial de los pastos: la concesión a la Mesta de las hierbas y aguas de los "términos comunes" (calificativo aquí impreciso) quedó condicionado en primer lugar a guarda "ante todas las cosas el pan el vino y los Vedados antiguos de la Villa" concretados "en el Monte Grande (o Alto, o del Camino de Artajona) y todos los regadíos y los términos de la Carrera Vieja, Valmayor, Molmediano (Valmediano) y todas las viñas y dehesas señaladas para el ganado de la Carnicería pública (...) (Felipe Esquíroz Armendáriz)(Tres hitos en la Trayectoria Comunal de Tafalla/Navarra).



Al S. Olite, con sus torres y almenas, da paso al gigantesco Moncayo con su cumbre nevada. 
Por el sendero que nos ha traído, bajamos en busca del barranco.

 
Pasamos junto al pequeño pozo y nos detenemos un momento. 
Está seco, como siempre, pero no pierde ni un ápice de su encanto. 
Un poco más abajo, abandonamos la senda. 
Sergio, en su recorrido, propone ir hacia la izda. para buscar la pasarela. 
La verdad es que es muy buena idea porque el terreno está mucho más limpio que el del otro lado. 
Al llegar al barranco, descubrimos la pasarela. 


La cruzamos con precaución disfrutando con el caudal de agua que discurre bajo nuestros pies.

 
Salimos a un camino y nos desviamos a la izda. para visitar una antigua cabaña de piedra en ruinas. 
Volvemos a la ruta y, donde vemos que la ladera está más limpia de vegetación, comenzamos a subir. 
10:35 horas. Piedralosa


En la cara S. buscamos un abrigo para echar un bocado y contemplar las maravillas que desde aquí se divisan. 
Podemos disfrutar de la vista de la abejera de La Falconera, resguardada en un rincón del frío cierzo. Los trabajos recientes del Voluntariado Medioambiental de la Asociación de Jubilados han hecho posible, con su desbroce y limpieza, que ahora sea visible desde aquí. 
Descendemos por el sendero que se oculta entre los chaparros y llegamos a la viña de Ayerra. 
La bordeamos y salimos al camino que nos lleva a la abejera.
11:10 horas. Abejera de La Falconera. 



El trabajo que realizó este grupo de voluntarios ha sido magnífico. Y aún no ha terminado porque tienen previsto dejarla habilitada para que pueda ser visitada incluso en su interior.

(Mientras escribo estas líneas, Miguel Valencia, presidente de la Asociación, me envía estas fotos de los nuevos trabajos realizados hoy mismo y que dan idea de las maravillas que esconde nuestro término)
 






Con este buen sabor de boca, nos acercamos a las ruinas de la otra abejera (nosotros la conocemos como Falconera 2).



Está en las últimas pero no le vendría mal un 'trabajillo' de consolidación. Serviría como vestigio de los trabajos que se hacían con esa especie de argamasa en lugar de con piedra. 

Por el camino viejo que llevamos, salimos al cruce por el que hemos pasado por la mañana y volvemos hacia el coche.

En una isleta de una pieza, algo llama nuestra atención. 
Nos acercamos y quedamos sorprendidos. 


Una roca con la misma estructura de la Piedralosa se encuentra en medio de la vegetación. 
No sabemos como llamarla: ¿Piedralosica, la hermanica, la Piedralosa de la Falconera?


El parecido es asombroso.
Salimos a la carretera y llegamos al aparcamiento. 
En el interior del Refugio se oyen sonidos de txistu. 


Subimos. Una persona conocida, aprendiz de txistulari, nos dice que viene a este paraje a ensayar porque así no molesta a los vecinos. 
Volvemos para casa. 








martes, 1 de febrero de 2022

Cuatro piedras, cuatro historias



Domingo, 30 de enero de 2022

Hace mucho tiempo que no subimos al Plano y hoy nos vamos a dar una vuelta por allí. Queremos ver el cercado que han puesto y visitar la plantación que la Sociedad de Cazadores de Tafalla realizó en el mes de octubre del año pasado. 

Son las 08:30 horas. El cielo está despejado. 

En el mes de enero, se hiela la ropa en el tendedero. 

Hace frío. Nuestro termómetro marca 1º. No anda aire. Salimos abrigados. 

Atravesamos la UR-2 (los enredos que decía el Templao) y pasamos junto al Corral de la Somatilla. El lugar, que antaño era una construcción en el campo, está ahora, debido a la expansión de las urbanizaciones, justo tocando al pueblo. 

El camino está bueno para andar. 

En las Badinas el suelo está duro y seco. 

Cuando llegamos a la subestación (conocida en Tafalla como “la Central”) tomamos el primer camino a la dcha. 

Ascendemos suavemente y torcemos a la izda. hasta llegar a una pieza, que cruzamos. 

09:40 horas. Abejera del Estremal. 

La mitad de la edificación está derrumbada

Con más de un metro de largo y casi cuarenta cm de altura, da la impresión de estar abandonada. Aunque fue explotada hasta hace poco, todavía quedan varias celdas activas.

El frío nos permite acercarnos sin peligro hasta la misma puerta. 

Alguna abeja, temeraria, sale al detectarnos para velozmente volver a su colmena. 

En el año 1986 figuraba a nombre de Elena Esquíroz Armendáriz. 

Orillando la pieza, llegamos a un camino ancho y subimos al Plano. 

Enseguida nos encontramos con el cercado que se ha colocado, por iniciativa del Ayuntamiento, para introducir ganado que desbroce de forma natural el monte. 

Los cortes en la alambrada, de los que se ha hecho eco la prensa, dan idea del vandalismo producido. 

El cercado está magníficamente preparado. 

Los pasos canadienses... 

se alternan con los de burladero. 

Joaquín Costa estudió la vida de los pueblos (...). Solo emplearemos de él un texto, por lo instructivo: "Los árboles son los reguladores de la vida y como los socialistas y niveladores de la creación. Rigen la lluvia y ordenan la distribución del agua llovida, la acción de los vientos, el calor, la composición del aire. Reducen y fijan el carbono con que los animales envenenan en daño propio la atmósfera y restituyen a ésta el oxígeno que aquellos han quemado en el vívido hogar de sus pulmones; quitan agua a los torrentes y a las inundaciones, y la dan a los manantiales; distraen la fuerza de los huracanes, y la distribuyen en brisas refrescantes; arrebatan parte de su calor al ardiente estío y templan con él la crudeza del invierno; mitigan el furor violento de las lluvias torrenciales y asoladoras y multiplican los días de lluvia dulce y fecunda (...) (Felipe Esquíroz Armendáriz)(La Reforma de los Comunes Agrarios de Navarra y otros temas).

Entramos por la senda oculta en un tramo pequeño. 

Pasamos junto a la balsa de la Gravera

y llegamos a dar vista al Corral del Plano. 

10:30 horas. Cuatro piedras, cuatro historias. 

El monumento que se erigió a cuatro entusiastas del Plano nos acoge en esta mañana fría. 

Las placas colocadas en cada una de las piedras nos hablan de cada persona. 

Toñín Olcoz, infatigable constructor de hitos y alcorques. Eugenio Vidaurre, celador de montes, presidente de Anan y, por qué no decirlo, gran pelotazale. Félix Txirolas, ecologista consecuente y amante de las repoblaciones forestales y, por último, Felipe Esquíroz, estudioso, divulgador y defensor del comunal. 

A los cuatro los conocimos y los tratamos. Tuvimos la suerte de compartir con ellos historias, anécdotas e ilusiones sobre lo que se refiere al campo tafallés. 

Nos embarga la emoción cuando caminamos por el interior de este monumento. 

Nos acercamos un momento hasta la repoblación que hizo la Sociedad de Cazadores de Tafalla en octubre pasado. 

Implicaron a los escolares tafalleses y plantaron 1500 ejemplares de encinas, lentiscos, escaramujos y endrinos, en 57 robadas. Fuimos invitados a este acontecimiento y disfrutamos de un par de jornadas gratificantes. 

En la orilla de esta pieza aprovechamos para echar un bocado. 

11:20 horas. Por la cuesta del Melón bajamos hasta la caseta de Txirolas. 

Entramos. El interior está limpio y ordenado. Permanecemos un rato. 

Cada rincón, cada utensilio, las fotos... 

Todo nos recuerda al bueno de Félix al que tratamos y apreciamos sabiendo que el sentimiento era recíproco. 

Volvemos a casa. 

El camino se va animando de paseantes. 

Cruzamos por el tubo de la variante y llegamos a la urbanización. 

Son las 11:40 horas. El sol brilla en un cielo azul limpio y, como en un espejo, se refleja en la cubierta de la Ciudad Deportiva. 

En este enlace se puede ver el recorrido de hoy.