Domingo, 18 de febrero de 2024
El Catálogo de Monumentos Naturales de Navarra cita 47 árboles de diversas especies.
Entre mis muchos proyectos está el de "tacha árboles".
Poco a poco voy visitando los que puedo. Aprovecho para hacer una excursión montañera o campera de varios km y conocer también el entorno donde se encuentran.
Por eso, hoy, aprovechando que Tafalla se viste de carnaval, nos vamos al valle de Ultzama. Un lugar conocido por sus muchas maravillas: sus prados y bosques, su riqueza micológica y por la belleza de sus pueblos.
Son las 08:50 horas. Aparcamos en Olagüe.
La mañana está buena para andar, aunque hace frío. El termómetro marca 5º.
Ni creas en invierno claro, ni en verano nublado.
Atrás hemos dejado una niebla persistente y aquí el paisaje, aunque con cielo tristón, está despejado.
Salimos del pueblo y cruzamos un puente sobre el río Elzarrain.
Baja rápido, silencioso, frío.
Caminamos unos cuantos metros dejando atrás las últimas casas y tomamos el primer desvío a nuestra izda.
El camino se pone cuesta arriba.
El valle se va quedando abajo.
Unas hilachas de niebla se resisten a abandonarlo.
Entramos en un prado y, por una orilla, salimos para buscar nuevamente la pista. Acabamos de tener nuestro primer contacto con el barro y, sospechamos, no va a ser el único.
En una curva a la dcha. un poste nos avisa de que estamos en el acotado de setas.
Seguimos subiendo en medio del bosque.
10:00 horas. Urritzola.
Un pequeña, pero hermosa, regata nos detiene admirados.
Una fuente nos recibe junto a la primera casa del pueblo.
Nos acercamos hasta la iglesia.
Un perro atado en una bajera se desgañita ladrándonos.
La parroquia de La Asunción es sólida y sobria.
Un porche, que protege su puerta de entrada, servirá también de cobijo en los días lluviosos.
Junto a la iglesia, un pequeño tobogán llama nuestra atención.
Salimos del pueblo.
Continuamos subiendo.
Las vistas desde esta altura son magníficas.
La Higa de Monreal se asoma entre los montes azules.
Cuando llegamos a una balsa artificial, el terreno se vuelve llano.
Un sencillo letrero clavado en un árbol nos indica el sendero que tenemos que seguir para llegar a la cima del Arañotz.
Continuamos.
El camino, por terreno llano, a veces se vuelve impracticable.
Grandes charcos nos obligan a abandonarlo y poder avanzar sin dificultad.
11:30 horas. Ermita de Santa Lucía.
Dos ciclistas están a punto de marcharse cuando llegamos. Charlamos un rato con ellos y nos dan algunos consejos útiles para el regreso a Olagüe.
Aprovechamos el pequeño banco que hay junto a la puerta y reponemos fuerzas.
Las vistas desde esta campa también son espectaculares.
A la Higa se ha unido la Peña de Izaga, con su ermita de San Miguel recortada en el horizonte.
Y al otro lado, San Donato y la Malloas.
En pocos minutos llegamos a la cima
Arañotz (838 m)
La pequeña cima alberga un par de buzones y un vértice geodésico.
Comenzamos a descender.
El camino es ancho y está en buen estado. El bosque frondoso es un regalo para la vista.
A nuestra dcha. encontramos la entrada a la senda que nos aparta de la pista.
El reloj ha corrido más de lo previsto y nos replanteamos la excursión.
A las 14:30 tenemos reservada la comida. Volveremos ahora a Olagüe y después de comer iremos a Orkin.
La vuelta por este lado es complicada.
Los trabajos forestales han deshecho el camino con su maquinaria pesada. Hay grandes extensiones de barro y agua que nos obligan a sortear como podemos lo dificultoso de la ruta.
Salimos del bosque y, entre verdes prados, entramos de nuevo en el pueblo. El barro nos llega hasta media pierna.
13:50 horas. Como hemos tenido la precaución de llevar ropa y calzado limpio, nos cambiamos y nos vamos a comer.
Antes, aprovechamos para dar una vuelta por el pueblo.
Después de comer, nos acercamos al pueblo de Orkin, aparcamos y recorremos los casi dos km entre ida y vuelta hasta llegar al roble.
Roble de Orkin.
Protegido por un vallado de madera, contemplarlo es una maravilla .
Nos parece que estamos ante el hermano gemelo del valdorbés roble de Echagüe.
El pequeño panel, junto al vallado, aporta muy poca información.
En este enlace se pueden ver las dimensiones y otros datos de interés de este ejemplar.
Lo rodeamos y fotografiamos. Tenemos que volver a casa, pero nos cuesta irnos.
Cuando regresamos al pueblo, nos cruzamos con un grupo de personas que también van a ver esta maravilla.
Con tan buen sabor de boca, volvemos a casa. Hemos pasado un día estupendo en este valle tan maravilloso como es la Ultzama y a tan solo 50 minutos.
En este enlace se puede ver el recorrido de hoy.
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