martes, 18 de junio de 2024

Cañada Real de Tauste - Andía (La Planilla - Venta Lizarraga)






 Domingo, 16 de junio de 2024

Terminamos hoy el proyecto que comenzó el 21 de mayo de 2023.
En aquella ocasión salimos del Caserío de Gregorico y, pasando por el de Manuel, llegamos a la Cañada Real de Tauste a Andía. 
Queríamos recorrer toda la Cañada a pie, sin prisa pero sin pausa, porque, dentro de pocos días, tendremos un par de jornadas conmemorativas de los cien años de la marcha de Valeriano Iriso, pastor en el Saso, a México. 

Son las 07:00 horas. Tenemos el horario bastante apretado. Vamos con dos coches para dejar uno en la Venta de Lizarraga y volver al cruce de la Cañada en el que nos quedamos la última vez. 
Dejamos el otro coche bien aparcado y salimos. 

08:30 horas. La mañana está buenísima para andar. El cielo despejado presagia calor; menos mal que un suave cierzo refresca el ambiente. 
El termómetro marca 13º.

Cielo de junio, limpio como ninguno. 

Cruzamos la langa y entramos en La Planilla.
Es una zona con la hierba limpia. Muy espaciosa y con una gran arboleda. 




Un informante de Lezaun nos dice que en este lugar los pastores que venían de Tafalla y de más al S. pasaban su segunda noche durmiendo al raso. 

Caminamos por el interior del bosque. 


Algún poste nos enseña el camino. Sin embargo no encontramos ningún mojón de piedra. 



Pasamos junto a una pequeña balsa. 
Y unos metros más adelante, antes de cruzar la carretera, nos encontramos una sorpresa. 



Una lápida de buen tamaño y perfectamente legible está en la orilla de la senda. 
Pasamos al otro lado de la carretera y continuamos paralelos a ella. 
El paseo es muy agradable. 


Las vacas interrumpen su rumia para mirarnos de arriba a abajo y volver después a lo suyo. 
Entramos en una zona arbolada muy interesante. 
Los robles son cada vez mayores.


Los pastos frescos y sombríos nos traen sonidos de esquilas cercanas.

10:10 horas. Arce de Lezaun.


Rodeado de una cerca en la que se ha colocado un pequeño letrero informativo, es un buen ejemplar. 
Aprovechando una piedra plana colocada a modo de banco, paramos a echar un bocado. 
Contemplamos el arce. 


Consulto mis notas y lo apreciamos aún mejor.
Tiene una altura de 10 m y una proyección de copa de 12 x 11 m. 
Esta amplitud la producen seis ramas situadas a dos metros de altura.


Su diámetro a 1,30 m de altura es de 1,19 m.
Ya hemos repuesto fuerzas y tenemos que seguir. 
Cruzamos la pista de Zaborrate y seguimos de frente. 


Algún aska nueva


 
y un par de bordas humanizan el paisaje.
 
Una vez rebasada la Venta Zumbelz, llegamos a una langa que cruzamos para pasar al otro lado de la carretera. Hemos abandonado el termino de Lezaun y caminamos por Andía. 
Estamos en zona de caballos . 



Comen y comen sin parar. Así que, cuando nos pasan por delante, corren ansiosos al abrevadero. Nada más meter allí sus hocicos, el nivel del agua baja vertiginosamente. 



Continuamos por la senda. Cada pocos metros hay mojones de piedra que no tienen inscripciones. 
Entramos en la zona boscosa; el trayecto deja de ser llano. 
El camino, en pendiente, nos va llevando sin descanso a los prados más altos.
Salimos a un claro grande y divisamos un cercado de piedra.
13:00 horas. Sima Tximua. 


Está protegida por una valla de piedra que la rodea. 
Desde afuera es imposible ver nada porque, además, la vegetación se ha apoderado de la sima. En una piedra tallada, se lee que su profundidad es de 165 m. Y también esta grabado en la misma piedra que no se arroje basura. Sin comentarios. 
Seguimos subiendo. 



En un cruce un poste señala la dirección a Lizarraga. 


Y unos pocos metros más arriba llegamos al collado que separa el camino que sube a la ermita de San Adrián del que lleva a la Venta y túnel de Lizarraga.
Nosotros torcemos a la dcha. 
Son tres kilómetros que se hacen largos. 
Nos encontramos con bastante caminantes que suben desde la Venta. Nos saludamos. Preguntan por la ermita, por la sima. 
13:45 horas. Final. Ventas de Lizarraga. 
Una cuesta pronunciada, aunque corta, nos lleva hasta el aparcamiento. 



Cuando hemos dejado el coche esta mañana, no había mas que dos vehículos. Ahora, casi está lleno. 
Se nos ha hecho tan tarde para volver a casa que casi no tenemos tiempo de saborear el final de la Cañada. Hemos conseguido nuestro propósito y ya tenemos todos los datos para poder hacer la celebración familiar como se merece. 







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