viernes, 16 de agosto de 2024

Una mañana de perros en la Valdorba

Domingo, 11 de agosto de 2024

Hace mucho calor para andar. Sí, ya lo sé, pero subimos a la Valdorba a ver si allí encontramos algún paraje más fresco. 

Tengo una ruta, que me pasó Sergismundo hace un año, que hace una parada en Benegorri. Y hace mucho que no visito a mis antepasados. 

Aparcamos el coche enfrente de Siete Fuentes. Son las 08:20 horas. El termómetro ya marca 23º. Ya veremos. Igual algo de calor sí que pasamos. 

De Virgen a Virgen, los sesos se derriten. 

El día está despejado. El viento del E. en la sombra solamente orea. Al sol no calienta, pero tampoco refresca. 

Salimos. Cruzamos por debajo de la autopista y tomamos el camino de la izda. 

Suavemente vamos ascendiendo entre rastrojos y alguna pieza de girasoles. 

El camino es una pista blanca. 

Llegamos junto a una finca-vivienda. Dos perros blancos de aspecto agradable se desgañitan ladrándonos detrás de la valla. 

Abandonamos la pista y, por un camino antiguo, rodeamos la finca mientras los perros nos persiguen defendiendo su territorio con uñas y dientes. 

Aquí la vegetación se ha apoderado del trayecto pero, como este es el acceso a las piezas de cereal, las matas están aplastadas y se puede caminar con cierta comodidad. 

Al llegar al camino que va de Pueyo a Sansomain, divisamos este último pueblo en la lejanía.

Poco a poco nos vamos acercando a nuestra primera parada. 

09:00 horas. Sansomain. 

No vemos a nadie.  

Nos acercamos a la iglesia parroquial dedicada al apóstol San Pedro. 

Detrás de una barandilla, y menos mal que encerrados, dos perros enloquecen mientras pasamos. Ladran y saltan, pero nadie se asoma a las ventanas a pesar de la escandalera que se monta. 

Junto a la iglesia hay un pequeño cementerio. Está limpio y desbrozado. 

Rodeamos el edificio y nos paramos en su portada. 

La entrada es pequeña y está muy bien conservada. Es un placer contemplar su sencillo crismón. 

Consultamos nuestras notas y disfrutamos a la sombra de un almendro. 

Volvemos a la carretera y hacemos la parada obligatoria en el crucero de Urkamendi. 

Continúa erguido y en buen estado, aunque le haría falta un desbroce y algo de limpieza. 

Continuamos por la carretera un tramo corto y tomamos una subida desdibujada a la derecha antes de llegar a Benegorri.

Por senda estrecha, a veces inexistente, salimos a un rastrojo. Al fondo de la pieza, por el ribazo entre coscojas, ilagas y zarzas, llegamos a la cima de Urkamendi (625 m). 



Las encinas y enebros se han apoderado del lugar y las vistas son prácticamente nulas. 

Tomo prestada la foto de Sergismundo en la cima. 

Bajamos por el mismo lado. Nuestras maltrechas piernas son testigos de que las zarzas y las coscojas se han corrido una buena juerga a nuestra costa. 

En la carretera de nuevo, nos acercamos a Benegorri. Son las 10:20 horas. 

Un letrero en buen estado nos aporta datos y curiosidades. 

Por la corta calle principal, llegamos a casa de mis bisabuelos y nos acercamos a lo que queda de la iglesia. No hace muchos años, una reforma la desmochó por completo, convirtiéndola en un pequeño edificio sin identidad. 

Aprovechamos la sombra de una pared para sentarnos a echar un bocado. 

En el exterior, la pared del ábside de la iglesia servía de frontis para un frontón muy rústico. 

Al otro lado de la era, permanece la sólida cruz devocional que mira hacia Ujué.

Tomamos el camino de la izda. y nos acercamos al pequeño y coqueto cementerio.

Basta descorrer el pestillo de la puerta para entrar. 

Solamente hay una lápida. 

La licencia de construcción del actual y Bendición, en 1855, costó nueve reales. Mide 10 x 8 m. Ahora está recién restaurado, al E. del pueblo. Sin lápidas ni árboles. Limpio con paredes de piedra. Puerta de hierro con cerrojo sin llave. Una estela sobre el dintel de entrada. Con unos apellidos que no se ven y serían Goñi, Liberal, Frago, etc. (P. M. Flamarique)(Historias, sueños y leyendas de la Valdorba. Cuaderno tercero)

En un rincón, a modo de pequeño cromlech, una fila de piedras indica algún enterramiento antiguo. De los bisabuelos para atrás, generaciones de familiares reposan ahí.  

Volvemos a Benegorri. 

Al llegar a la primera casa, descubrimos una manguera junto a una pequeña arqueta y una llave de paso.

La abrimos y rellenamos nuestras cantimploras. Este aporte de agua nos vendrá de perlas para el camino de regreso. El perro (¡qué día llevamos de perros!) no para de ladrar. La dueña de la casa sale a ver qué pasa. Charlamos un buen rato con ella y con su marido, que aparca el coche y se incorpora con el pan y el periódico. 

Nos despedimos y comenzamos el camino de regreso. 

Por lo menos es cuesta abajo. 

El calor empieza a ser insoportable. Aprovechamos las escasas sombras que ofrecen algunos árboles para echar un trago. 

12:10 horas. Llegamos al coche. Tenemos enfrente a Pueyo. 

Apuramos las cantimploras, ponemos el aire acondicionado a tope y regresamos a Tafalla. 

Una bonita excursión, pero –lo hemos comprobado en nuestras carnes–: No se puede hacer en verano y, menos aún, en plena canícula. 

En este enlace se puede ver el recorrido de Sergismundo que hemos seguido nosotros hoy.







martes, 6 de agosto de 2024

Peñalén en Funes


Domingo, 4 de agosto de 2024

Hoy nos vamos a Funes. 

Tengo una ruta de Sergismundo que incluye Peñalén, el barranco del Rey y el alto del Gurugú. Casi nada. Tan interesante como para incluirla en la próxima temporada del programa “A pie y con dron”. 

Son las 08:30 horas. Aparcamos en Funes, a la orilla del Arga. 

La temperatura es buena: 17º. El cielo despejado 

Por Santa Lidia, el girasol mira hacia mediodía. 

Comenzamos a caminar. 

Vamos por la orilla del Arga, por una acera. Algunos paseantes ya regresan. 

Entramos en camino ancho y llano y abandonamos el asfalto. 

Alguna pequeña nube de mosquitos empieza a incordiarnos. Pronto abandonaremos la cercanía del agua y nos libraremos de ellos. 

Al llegar al Mirador de la Chopera nos detenemos un rato. 

Las vistas desde aquí son magníficas. 

Un poco más adelante, en un desvío a nuestra izda., bajamos hacia la orilla del río. 

El camino se pierde enseguida y tenemos que caminar entre la vegetación, con los consiguientes raspazos en las piernas. 

Pero el esfuerzo merece la pena. 09:20 horas. 

Confluencia de los ríos Arga y Aragón. 

Aunque el punto donde nos encontramos no es el mejor para contemplar el abrazo entre los dos ríos, la sensación de estar en la orilla del caudaloso Aragón produce en nosotros una cierta emoción. 

Volvemos al camino. 

Entre pinos, comenzamos a subir una cuesta larga. 

El río está a nuestra izda., aunque poco a poco se va quedando abajo. 

Pasamos por la base de Peñálén. 

El paredón descarnado impresiona. 

Después de dos curvas llegamos a la parte alta. 

En el cruce giramos hacia la dcha. 

Estamos en la Cañada Real de Milagro a la Aezkoa. 

Caminaremos un rato por ella. 

El terreno es llano. El paisaje distinto. 

Hay grandes extensiones agrícolas. Cereal e incluso, gracias al riego, pimientos. 

Un letrero nos indica nuestro siguiente destino. 


Por una senda estrecha, evitando la pista, nos acercamos al Barranco de Peñalén. 


Son las 11:10 horas. 

El entorno está muy bien dotado. Barandillas de madera, escalones seguros, paneles informativos, y... hasta un trono, hacen de este rincón un lugar agradable y con unas vistas increíbles. 

Nos detenemos un buen rato y nos ilustramos con la abundante información. 

Una senda bien protegida por barandilla de madera desciende hasta la punta de Peñalén.

En el lugar han colocado una reproducción del regicidio. 

Sancho Garcés IV, el de Peñalén fue despeñado desde este cortado.  

Nos asomamos al precipicio. La caída desde aquí es impresionante, lo mismo que el paisaje que se divisa. 

Volvemos al lugar del trono y aprovechamos una buena sombra para echar un bocado. 

Volvemos al camino. Vamos orillando el cortado de Peñalén hasta que llegamos a un aparcamiento. 

Por una estrecha carretera asfaltada llegamos a unos repetidores. Unos metros más adelante hacemos nuestra siguiente parada. 

12:10 horas. Ermita de la Virgen del Postergado.  

Debe de estar en obras porque todas sus paredes lucen los ladrillos descarnados. 

En los merenderos que están al lado y a la sombra, descansamos un momento. 

Una fuente cercana nos permite llenar las cantimploras. El día se ido poniendo caluroso y casi hemos agotado el agua que llevábamos. 

Junto a esta ermita está el alto del Gurugú de 465 m y con vértice geodésico. 

Junto a él, se alza un monumento al Sagrado Corazón, que fue levantado en 1961.

Damos una vuelta por sus alrededores y nos admiramos de las dimensiones de la obra.

 

Descendemos por una senda estrecha: un viacrucis que sube desde Funes hasta este monumento. 

El recorrido está jalonado de imágenes metálicas que corresponden a las distintas estaciones. 


En este terreno árido las retamas son las dueñas y señoras del lugar. 

Entramos en el pueblo. 

Son las 12:50 horas. El calor empieza a dejarse notar. 

Llegamos al coche y volvemos a casa. 

Comentamos durante el regreso la excursión de hoy. Un lugar que hay que conocer, donde se juntan paisajes e historia. Nuestra rico patrimonio natural y cultural a tiro de piedra de Tafalla. 




En este enlace se puede ver el recorrido de Sergismundo que es el que hemos seguido nosotros hoy.