Domingo, 23 de noviembre de 2025
Después de la ligera nevada de esta semana nos vamos a dar una vuelta por el vecino Pueyo.
Son las 08:30 horas y la temperatura es de 6º.
En noviembre ya están aquí los dos hermanos, moquita y soplamanos.
El cielo está despejado. No anda viento y esperamos encontrar los caminos con poco barro.
Nuestro recorrido de hoy comienza en la presa del Cascajar o Cascajal. Este nombre hoy totalmente en desuso ha sido sustituido por el de Rekarte.
Desde el siglo XV. Construcción de sillería contigua a la fuente de Rekarte. Con el agua retenida
el Hortanco, el Quiñón y Barranquiel Alto. (TOPONIMIA HISTORICO-ETNOGRAFICA DE TAFALLA) (J.M. Jimeno Jurío)
Después de la sequía que hemos sufrido durante el verano y comienzos del otoño, ahora el agua corre alegre y se precipita a la poza que está bajo la presa.
Un poste con un cartel y un par de flechas señala el comienzo de varios recorridos.
Unos metros más adelante está el antiguo Molino de Makotxa.
Un caserón bien conservado junto a una pieza que hemos conocido plantada con diferentes cultivos.
En la orilla del camino, un par de abetos de Arizona parecen unos huérfanos desvalidos en medio de una vegetación a la que no pertenecen.
En la bifurcación de caminos tomamos el de la dcha.
Por el de la izda. tenemos previsto regresar dentro de unas horas.
Antes de llegar a la finca de Benigno Berrio, nos detenemos frente al camino que se introduce en los huertos y que lleva a la Presa de Pericueta.
El camino está embarrado. No importa mucho porque hoy no queremos visitar el río. Próximamente, le haremos una visita.
Antes de llegar a las ruinas de la Ermita de Santa Catalina, tomamos un camino que asciende a la izda.
En un olivar próximo se oyen voces y el ruido de las vareadoras. Una cuadrilla está recogiendo la aceituna.
09:45 horas. Finca de los hermanos Arregui.
Subimos y entramos.
La magnífica caseta de piedra que construyeron con sus manos nos recibe como un centinela.
Damos una vuelta por sus alrededores y, cuando nos disponemos a abandonar el lugar, aparece de entre los almendros Iñaki, con quien tenemos una larga y productiva conversación.
Nos cuenta cómo se han recuperado los árboles después del incendio del año 2016. Dos robles nacidos de bellotas del milenario de Echagüe fueron arrasados por el fuego y, sin esperarlo, volvieron a brotar de la tierra totalmente calcinada.
Bajamos al camino.
Continuamos por la pista.
El cielo poco a poco se va nublando. La mañana está fría, probablemente más que cuando hemos salido.
10:45 horas. Fuente de Iturrozaldea.
Jimeno Jurío tiene escrito que este debió de ser el nombre original aunque actualmente todos la conocemos por la Fuente de Turrustaldia.
Es el momento de parar y echar un bocado en la mesa, que era una antigua rueda de molino.
El plátano que da sombra en verano a este rincón ha cambiado el color verde de sus hojas por el marrón-rojizo que ahora alfombra el suelo del abrevadero.
A pesar de no andar aire, el lugar no invita a detenerse mucho, por lo que salimos de nuevo al camino.
Echamos un vistazo antes a un cartel que han colocado en un poste. Da una información sucinta pero interesante.
Llegamos a un cruce de caminos. Los carteles señalan los distintos términos. Nosotros torcemos a la izda. en dirección a Makotxa.
Por buen camino, llaneando después de salvar el repecho que sube de la fuente, tenemos a nuestra dcha. la silueta que distinguimos desde Tafalla.
Es la Solanoa.
Hemos andado por esas cimas de molinos, sin caminos y descendiendo por barrancos. Un paraje abrupto e incómodo para andar.
11:00 horas. Lápida de Eulogio Olcoz
Tiene una fecha en su parte más baja: año de 1878.
En este blog he puesto el porqué de esta lápida que recuerda el fallecimiento de esta persona.
Seguimos caminando y descendiendo por pista amplia y limpia.
En los dos cruces de caminos siguientes tomamos siempre el que va a la izda. hasta que llegamos a un camino viejo. Estamos en la parte más bonita del recorrido de hoy.
Entre vegetación y suelo de hierba este sendero terminar en el barranco de Valdetina.
Un pequeño puente nos permite pasar al camino.
Regresamos.
Nos encontramos a gente corriendo y en bici.
En los altos se recorta la figura de un cazador con su escopeta, mientras un par de perros, inquietos y veloces, husmean las coscojas y enebros.
Entramos en el pueblo.
12:00 horas.
Antes de la urbanización. un camino estrecho y otoñal se esconde buscando la orilla del Cidacos.
Un bonito paseo para finales de noviembre.















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