El domingo pasado nos fuimos a Ujué. La noche estaba estupenda para andar, así que a las 2,30 salimos con el grupo de tafalleses que va todos los años a "felicitar" a la Virgen. Me dijo Juanjo que quería dar una vuelta por los alrededores del depósito de la Pedrera y hoy haremos esa ruta.
Son las 08,00 horas. Magán marca 14º y la farmacia 13º. El día viene bueno para andar. Está despejado y el poco aire que sopla es bochorno.
Salimos de casa de Juanjo y Rosa y, por la carretera de Artajona, llegamos a la curva que sube a Las Torres y tomamos el primer camino a la izda.
Ascendemos entre rastrojos, pasamos junto a un corral y llegamos al alto donde se encuentra el depósito.
Son las 08,30 horas. Han vallado toda la explanada y ya no se puede entrar. Hace años que no subía hasta aquí. Entonces podías llegar hasta el depósito con total libertad. Ahora hay más instalaciones y hay que protegerlas de los robos y el vandalismo.
En los terrenos colindantes han puesto plantaciones de almendros y de otras especies que desconocemos. La sequía está haciendo estragos en estos arbolillos que se han quedado abandonados en tierra de nadie.
"1 de Marzo de 1796. Felipe Alzórriz, guarda juramentado declara, que el día de ayer, entre diez y once de la mañana, cogió en viña de Antonia Berruezo, término de La Pedrera, una porción de ganado menudo de Miguel Monreal, que lo custodiaba Juan Francisco Andueza, alias Cisco". (Fernando Maiora)(Tafalla del Reino de Navarra).
Bajamos en dirección O. hacia el canal. Hemos divisado desde esta altura La Gariposa y queremos llegar allí. Inma y Rosa no la conocen.
08,45 horas. Cruzamos el canal y tomamos el camino antiguo de Añorbe que nos llevará por las tierras llanas y secas del Tajubo y la Pedrera hasta el corral.
Muchas piezas están maquinadas. Los labradores, fiándose de las predicciones meteorológicas, trabajan con prisa la tierra para que reciba las prometidas lluvias y poder empezar la siembra. Los quejigos en las orillas languidecen de sed. Hasta las zarzas ofrecen un color pajizo recordándonos que no hay agua por ningún lado.
Abandonamos el camino y cruzamos unas piezas en rastrojo y otras labradas.
Son las 09,15 horas. Llegamos a La Gariposa. El corral, imponente, tiene la puerta abierta.
En su interior se nota que hace tiempo que no se guarda ganado. En el serenado, antaño lleno de cardos de porte altivo, la hierba aplastada y terrosa anuncia a los visitantes que este otoño no se cogerán las apreciadas setas de cardo.
Y, a pesar de la sequía, el lugar es magnífico. En la cara norte, sobre una rocas protegidas del sol por las encinas, nos sentamos y disfrutamos del almuerzo.
Contemplamos hacia el SO. el paisaje. Tenemos a nuestro pies un característico bocage mediterráneo. Las piezas de cereal están cercadas, de forma natural, por quejigos y encinas. Recomiendo leer en este enlace lo que dice Wikipedia sobre los bocages.
Bajamos en esa dirección para introducirnos en las pequeñas parcelas que forman este singular paisaje.
Juanjo comenta lo diferente que es el término de Tafalla. El Tajubo es distinto a Valgorra y éste no es igual a Valmayor. La vega del Cidacos no se parece en nada al Saso y Candaraiz y el Plano son totalmente diferentes. Como es poeta aficionado, le pido que haga una jota al estilo de "Navarra es continente". Al cabo de un rato nos obsequia con esto:
"Rodeada de montes y llanuras,
de Navarra al cierzo, el corazón.
Tafalla un continente, rocas puras
y olas de cereales en sazón".
Le aplaudimos con fuerza.
Por rastrojos y tierras labradas llegamos al Corral de los Toros. Son las 10,40 horas. Habíamos pensado acercarnos hasta el Corral Nuevo y bajar al Caserío del Monte, pero se nos ha echado la hora y hay que volver.
Bajamos hacia el canal y lo cruzamos. En lugar de seguir el camino de enfrente, para evitar salir a la carretera, tomamos el de la izda., que dando una amplia curva, nos lleva hasta unas fincas escondidas. Aprovechando depósitos de plástico, los propietarios, han plantado unos pequeños huertos rodeados de cepas de uva y moscatel.
Continuamos por ese camino que desciende hasta llegar nuevamente a la curva que sube a Las Torres. El depósito de la Pedrera estira el cuello al vernos pasar preguntándose dónde habremos estado hoy.
11,50 horas. Entramos en el pueblo. Hoy es el último domingo de este verano seco y caluroso. Esperemos que el otoño traiga las ansiadas lluvias y que sean el pórtico a un invierno húmedo y frío que ponga las cosas en su sitio.
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