lunes, 12 de agosto de 2013

El mirador de Pueyo




Domingo, 11 de Agosto de 2013


Hoy despedimos el curso. El domingo que viene estaremos en plenas Fiestas y no saldremos a andar. Vamos a dar una vuelta por Macocha y subiremos a Pueyo. Queremos visitar el mirador que hay junto a la ermita de Santiago y luego volver por Turrustaldia. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 17º y la farmacia 16º. El día está de cierzo. Por si acaso, echamos las chaquetas a la mochila, aunque salimos de corto. 
Por el Rincón de los Mencos llegamos a la Plaza de Navarra. 
Atravesamos los Jardines y llegamos a la presa de Recarte, denominada antiguamente del Cascajar. Son las 08,25 horas





La imagen es insólita en Agosto. El agua corre abundante. Pocas veces la hemos visto así. 

"9 de Enero de 1735. Se ha quemado parte del Monte y se autoriza ir a por leña quemada. Lo ocasión se aprovecha para cortar también la buena y el abuso es tal que se prohíbe que nadie vaya a por leña, ni verde ni quemada. 
Este año se construye la presa de Makotxa para producir fuerza hidraúlica." (J.M. Esparza Zabalegui)(Historia de Tafalla. Tomo I)

Seguimos nuestra ruta por el Camino Viejo de Pueyo. Pasamos junto a Macocha la Pequeña y llegamos a la altura de la presa de Pericueta.

08,40 horas. No nos resistimos a acercarnos a la orilla del río a ver la presa. 
Un hortelano que está arrancando patatas nos saluda al pasar y recordamos cómo el año pasado por estas fechas el río parecía un camino reseco. 



En medio de un cañaveral, unas escaleras bajan hasta el cauce. La presa salta fresca y limpia. 





Hacia el N. el agua se remansa reflejando la tupida vegetación de sus orillas.
Salimos a los huertos. 
Ignacio Osés está trabajando su parcela. Nos acercamos a él y tenemos una larga y placentera conversación. 
Otra vez en el camino, llegamos al puente que cruza a los invernaderos. Aprovechando una sombra, almorzamos 
El camino se ha convertido en carretera.
El cierzo hace rato que ha parado y vamos a pasar calor. 
Cuando estamos arriba de la cuesta, tomamos un camino a la izda y entramos en Pueyo. 




10,10 horas. Callejeando llegamos al frontón. Seguimos para arriba. Pueyo es un pueblo que no es que tenga muchas cuestas... las tiene todas. 
Entramos un momento al atrio de la iglesia. Miramos a la Valdorba que tenemos enfrente. 





Salimos y seguimos subiendo. Llegamos al cementerio y lo visitamos. 
Pequeño, limpio y ordenado. Como nos gusta a nosotros. 



Damos una vuelta y comprobamos la devoción a la Virgen de Ujué de los poyeses que se plasma en sus lápidas.  



10,40 horas. Llegamos a la explanada donde se encuentra la ermita de Santiago. Está cerrada y encima de la puerta principal, en una hornacina, una imagen pequeña del santo preside el lugar. 
Bajamos al mirador. Un panel explicativo nos ofrece información de los pueblos y montes del paisaje. 




El lugar está limpio. Tiene bancos y hasta unos catalejos para poder apreciar mejor lo que nos explica el panel. 
Han plantado lavandas, santolinas y laurel con sus correspondientes letreros explicativos. Es un enclave magnífico que merece la pena visitar. 
Desde la trasera de la ermita, sale un camino que enseguida se convierte en senda. 
Desciende junto a unos humildes huertos. 
Salimos al camino principal y, al llegar a un cruce, tomamos el de la izda. que nos lleva, unos pocos metros adelante, a la fuente de Turrustaldia. 




11,15 horas. Estamos en la fuente. El chorro de su caño sale como en los mejores tiempos. El año pasado la vimos seca. Hacemos la medición de caudal: 15 l/min. La última medición nos dio 23 l/min, el 21 de abril de este año.
El camino desciende y, en una curva, vuele a ascender. 
Juanjo, buen conocedor de este terreno, nos dice que subamos hasta detrás del cerro porque desde ahí comienza a bajar hasta el término de Landerri donde su padre tiene un pequeño olivar. 



Caminamos un rato con la Solanoa a nuestra dcha. Los molinos se han puesto de bochorno. El día ya está fuerte. No nos preocupa porque hemos llenado las catimploras en Turrustaldia. 
Salimos de nuevo al camino de Macocha. Unos ciclistas nos gritan de lejos para que les dejemos paso. Nos saludan cordialmente al pasar. 
Dejamos atrás la finca de Benigno y el antiguo molino de Macocha y llegamos a Recarte. Son las 12,00 horas
Por la Panueva entramos en el pueblo. 
Hace calor y buscamos la sombra. 
En los jardines se agradece el enramado de los plátanos. En la carretera, junto a la Plaza, han instalado la meta de una carrera ciclista. 
Cuando llegamos al "boulevard" cinco corredores inician un sprint largo y rapidísimo que provoca los aplausos de los aficionados.
Dentro de tres días, a estas horas, Tafalla será distinta. 

Este es el enlace para ver el recorrido de hoy.

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