Domingo, 10 de Agosto de 2014
Terminamos el "curso paseador". Llegan las Fiestas y las vacaciones. A partir de Septiembre tenemos muchos proyectos: Recorrer las Cañadas que pasan por Tafalla con sus traviesas y pasadas. Volver a dar la vuelta a las mugas en sentido contrario al que llevamos en 2010. Y un montón de proyectos que tenemos para conocer y descubrir el término de Tafalla y los pueblos de los alrededores.
Nos vamos al Saso. -¿Al Saso con estos calores?, me dicen mis acompañantes.
- Sí, a conocer el pozo del Secretariado.
Son las 08,00 horas. Magán marca 22º y la farmacia 20º. El cielo está prácticamente despejado. Algunos cirros tiñen de blanco el fondo azul.
El sol de Agosto, cría aceite y mosto
Con el coche, aparcamos en el primer camino después de Piedrafita.
El sol de Agosto, cría aceite y mosto
Con el coche, aparcamos en el primer camino después de Piedrafita.
El recorrido que seguimos hoy nos lo pasó Sergismundo. Nos está descubriendo lugares desconocidos que nos hacen disfrutar como niños.
08,30 horas. Caserío de Gregorio el Grande y su pozo. Es un lugar fantástico. Junto al edificio se encuentra una balsa y, junto a ella, el pozo con la caseta ovalada que lo protege.
Esta pequeña construcción es una de las más bellas y curiosas de todas las que nos podemos encontrar en el término.
Su originalidad y buen estado de conservación hizo que, hace unos años, nos entrevistáramos con la alcaldesa para solicitarle que, en caso de que pasara por aquí el TAV, nos permitiera desmontarlo y numerar las piedras para que fuera levantado en otro lugar.
Su originalidad y buen estado de conservación hizo que, hace unos años, nos entrevistáramos con la alcaldesa para solicitarle que, en caso de que pasara por aquí el TAV, nos permitiera desmontarlo y numerar las piedras para que fuera levantado en otro lugar.
Al parecer, con los planos encima de la mesa, nuestros temores era infundados y el pozo no corre ningún peligro.
Nos acercamos al caserío y tomamos el camino que sale a la dcha. Algunas piezas están ya trabajadas; a otras, entre el rastrojo, les está empezando a nacer la hierba fruto de las últimas lluvias caídas.
El recorrido da un giro de 90º y, cuando estamos hacia la mitad de una gran parcela, abandonamos el camino y subimos al cerro próximo.
09,00 horas. Pozo del Secretariado. Está al final de la ladera junto al campo de labor. Bien construido, calculamos que tiene 1,50 m de diámetro. Está seco.
Como apunta Sergio en su recorrido, tiene la techumbre hundida y no es muy profundo.
Gabriel Armendáriz "Margain": "Este pozo estaba construido en la base del cerro porque recogía las aguas de toda la pequeña ladera. La lluvia resbalaba por la hierba y entraba limpia. Los ganados bebían de la balsa y del barranco que está más abajo. Allí el agua se ensucia con la tierra y los excrementos de las ovejas y los hombres no podían beber esa agua. Ahora las parcelas son extensas, pero antes los lotes eran pequeños y el que tocaba junto al pozo era largo y empinado. Gregorico le llamaba "la subida al Calvario".
¿Que cuál es el origen de ese nombre? Yo siempre he oído que el Secretariado de Caridad, lo que ahora es Cáritas, hacía algunas obras para aliviar a los que no tenían trabajo. Repoblaban algunos parajes con árboles, financiaban la construcción de casetas, pozos, … Por eso este pozo, que hizo el Secretariado, lleva este nombre".
Orillando la pieza salimos a un camino y llegamos al cruce donde se encuentra la Balsa de las Ontinas.
La cuesta es suave y sombría gracias al pinar que tenemos a la izda.
09,30 horas. Caserío de Gregorico. En el cobertizo donde se encuentran las placas de Valeriano Iriso y la de los Gregoricos, sacamos los almuerzos y recuperamos fuerzas.
Miramos hacia el Plano. Debajo del Corral de Arroyo, el paisaje se ha transformado. El maíz se extiende desde Las Zorreras hasta las estribaciones del cerro de la Navascuesa.
Los aspersores lanzan litros y litros de agua haciendo que unas tierras secas, áridas y duras se hayan convertido en un vergel.
Bajamos hasta llegar a la Balsa de Justo. Media docena de patos, asustados, escapan volando casi verticalmente. Las ranas se zambullen con rapidez y, solamente entre los carrizos, se atreven a croar sabiéndose protegidas por la espesura.
Continuamos nuestro camino y llegamos a un pequeño cerro.
10,10 horas. Pozo Zacanatero. Apartamos una de las losas para mirar en el interior. Está seco. Lo hemos conocido con algo de agua, aunque ya lleva bastante tiempo así.
Gabriel Armendáriz "Margain": "Este pozo era una maravilla. Está en un cerro arcilloso en el que no sale más que el esparto. Lo hicieron para que toda el agua de lluvia se filtrase por la parte alta de las paredes y se guardase en el fondo.
Era un agua buenísima. Limpia y fresca, yo he bebido cientos de veces.
Pero un mal día, un labrador fue a echar herbicida a una pieza. No tuvo mejor ocurrencia que meter la manguera en el pozo para coger agua y lo contaminó para siempre. Era un producto muy fuerte y muy venenoso. Una vez, se me mojaron unas alforjas con esa agua y las tuve que tirar porque no se podía aguantar el olor".
Del cerro salimos al camino que está junto al pinar y tomamos el de la izda. para llegar al que baja del Plano.
De las acequias, el agua baja abundantemente. Las balsas nunca han estado así en pleno Agosto. Todo lo que ya no puede tragar la tierra busca salida haciendo que los resecos barrancos de antaño se vuelvan ahora cantarines.
Donde no llega el agua, el Saso muestra su cara de siempre.
10,45 horas. Caserío de la Chiquitina. Como en todo el recorrido, no hay nadie. El deterioro del edificio nos apena.
Volvemos al camino. En el cruce giramos a la dcha. para bajar a la balsa. En ese punto nos dirigimos a la dcha.
11,15 horas. Corral del Zorrico. Le han puesto al lado un enorme montón de pacas que tienen al edificio como amedrentado.
El calor ya aprieta. No es tan fuerte como nos temíamos porque el viento "castellano" alivia la marcha.
Llegamos nuevamente al Caserío de Gregorio el Grande y trescientos metros más allá nos montamos en el coche.
Hacemos la vuelta a casa despacio. Nos gusta ver el Caserío de Eulalio y el Corral de la Escolara. El Caserío de Cortés y la fuente de Resano. Los cipreses de Margalla.
En Tafalla todo está preparado para las Fiestas, pero en lo profundo del Saso los tres pozos recuerdan tiempos pasados de conversaciones, companajes y sudores.
En este enlace se puede ver el recorrido de Sergismundo que es el que nosotros hemos seguido hoy.
Nos acercamos al caserío y tomamos el camino que sale a la dcha. Algunas piezas están ya trabajadas; a otras, entre el rastrojo, les está empezando a nacer la hierba fruto de las últimas lluvias caídas.
El recorrido da un giro de 90º y, cuando estamos hacia la mitad de una gran parcela, abandonamos el camino y subimos al cerro próximo.
09,00 horas. Pozo del Secretariado. Está al final de la ladera junto al campo de labor. Bien construido, calculamos que tiene 1,50 m de diámetro. Está seco.
Como apunta Sergio en su recorrido, tiene la techumbre hundida y no es muy profundo.
Gabriel Armendáriz "Margain": "Este pozo estaba construido en la base del cerro porque recogía las aguas de toda la pequeña ladera. La lluvia resbalaba por la hierba y entraba limpia. Los ganados bebían de la balsa y del barranco que está más abajo. Allí el agua se ensucia con la tierra y los excrementos de las ovejas y los hombres no podían beber esa agua. Ahora las parcelas son extensas, pero antes los lotes eran pequeños y el que tocaba junto al pozo era largo y empinado. Gregorico le llamaba "la subida al Calvario".
¿Que cuál es el origen de ese nombre? Yo siempre he oído que el Secretariado de Caridad, lo que ahora es Cáritas, hacía algunas obras para aliviar a los que no tenían trabajo. Repoblaban algunos parajes con árboles, financiaban la construcción de casetas, pozos, … Por eso este pozo, que hizo el Secretariado, lleva este nombre".
Orillando la pieza salimos a un camino y llegamos al cruce donde se encuentra la Balsa de las Ontinas.
La cuesta es suave y sombría gracias al pinar que tenemos a la izda.
09,30 horas. Caserío de Gregorico. En el cobertizo donde se encuentran las placas de Valeriano Iriso y la de los Gregoricos, sacamos los almuerzos y recuperamos fuerzas.
Miramos hacia el Plano. Debajo del Corral de Arroyo, el paisaje se ha transformado. El maíz se extiende desde Las Zorreras hasta las estribaciones del cerro de la Navascuesa.
Los aspersores lanzan litros y litros de agua haciendo que unas tierras secas, áridas y duras se hayan convertido en un vergel.
Bajamos hasta llegar a la Balsa de Justo. Media docena de patos, asustados, escapan volando casi verticalmente. Las ranas se zambullen con rapidez y, solamente entre los carrizos, se atreven a croar sabiéndose protegidas por la espesura.
Continuamos nuestro camino y llegamos a un pequeño cerro.
10,10 horas. Pozo Zacanatero. Apartamos una de las losas para mirar en el interior. Está seco. Lo hemos conocido con algo de agua, aunque ya lleva bastante tiempo así.
Gabriel Armendáriz "Margain": "Este pozo era una maravilla. Está en un cerro arcilloso en el que no sale más que el esparto. Lo hicieron para que toda el agua de lluvia se filtrase por la parte alta de las paredes y se guardase en el fondo.
Era un agua buenísima. Limpia y fresca, yo he bebido cientos de veces.
Pero un mal día, un labrador fue a echar herbicida a una pieza. No tuvo mejor ocurrencia que meter la manguera en el pozo para coger agua y lo contaminó para siempre. Era un producto muy fuerte y muy venenoso. Una vez, se me mojaron unas alforjas con esa agua y las tuve que tirar porque no se podía aguantar el olor".
Del cerro salimos al camino que está junto al pinar y tomamos el de la izda. para llegar al que baja del Plano.
De las acequias, el agua baja abundantemente. Las balsas nunca han estado así en pleno Agosto. Todo lo que ya no puede tragar la tierra busca salida haciendo que los resecos barrancos de antaño se vuelvan ahora cantarines.
Donde no llega el agua, el Saso muestra su cara de siempre.
10,45 horas. Caserío de la Chiquitina. Como en todo el recorrido, no hay nadie. El deterioro del edificio nos apena.
Volvemos al camino. En el cruce giramos a la dcha. para bajar a la balsa. En ese punto nos dirigimos a la dcha.
11,15 horas. Corral del Zorrico. Le han puesto al lado un enorme montón de pacas que tienen al edificio como amedrentado.
El calor ya aprieta. No es tan fuerte como nos temíamos porque el viento "castellano" alivia la marcha.
Llegamos nuevamente al Caserío de Gregorio el Grande y trescientos metros más allá nos montamos en el coche.
Hacemos la vuelta a casa despacio. Nos gusta ver el Caserío de Eulalio y el Corral de la Escolara. El Caserío de Cortés y la fuente de Resano. Los cipreses de Margalla.
En Tafalla todo está preparado para las Fiestas, pero en lo profundo del Saso los tres pozos recuerdan tiempos pasados de conversaciones, companajes y sudores.
En este enlace se puede ver el recorrido de Sergismundo que es el que nosotros hemos seguido hoy.
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