Domingo, 11 de Octubre de 2015
Otra vez la mañana se presenta incierta. Hay predicciones de agua, aunque no sea mucha, y toca mirar al cielo y pensar qué hacemos.
El caso es que tenemos una excursión que rodea la base de Las Zorreras. Me la pasó el otro día Sergismundo (este muchacho...). Hay dos abejeras en ruinas que merece la pena conocer.
Y entonces....
Como nos vamos a acercar hasta el Estremal en coche, echaremos el paraguas y un poco de ropa por si acaso vemos que empeora el día.
Son las 08,00 horas. Magán marca 15º y la farmacia 13º. Aunque nublado, parece que está "delgao".
Al tronar, salen los sapos a bailar.
Salimos con el coche, pasamos junto a la Somatilla y, a pocos metros de la Central, aparece el puente que cruza la autopista.
En una curva aparcamos.
Empezamos el recorrido caminando en dirección S.
Enseguida torcemos a la dcha. hacia el Plano.
Las piezas de maíz comparten el espacio con las últimas viñas que van quedando en Tafalla.
La cuesta se alarga buscando el Canto del Plano.
En el horizonte, un trozo de arco iris colorea las nubes plomizas.
Las primeras encinas y carrascas señalan la entrada en el monte.
El camino, ancho y en buen estado, sirve de muga.
En el lado de Tafalla la vegetación es tupida.
En cambio, en Olite, la roturación efectuada hace años para obtener parcelas produjo una desolación absoluta.
El terreno calizo y pedregoso se asemeja a un desierto.
Los mojones de buen porte jalonan el camino cada pocos metros y lucen en sus caras las iniciales de las dos poblaciones.
El camino continúa. Al N. el bosque y al S. la desolación.
09,00 horas. Balsa de la Muga. Comienza a llover.
En el último rincón de Olite con Tafalla, poco antes de llegar a la Cruceta, se encuentra esta balsa. Raro es el año que la hemos visto seca.
Rodeada de vegetación, las aneas se han enseñoreado de las orillas.
En el cruce de caminos continuamos de frente para bajar hacia el Saso.
Dejamos a la dcha. el camino que sube a la Balsa de Cabriteras y tomamos el siguiente.
Nos llama la atención ver aparcados varios coches en diferentes lugares.
Enseguida nos damos cuenta de la situación. Una cuadrilla de cazadores, con petos rojos y escopeta en mano, están agazapados en la orilla de un maizal.
Han salido a la caza del jabalí y lo que nos inquieta es que no hemos visto ningún triángulo avisando de la actividad.
09,25 horas. Primera abejera.
Solo queda una antigua pared de piedra que parece ser la que daba al N. y protegía el colmenar. La ruina es total.
Atravesando una pieza en rastrojo se llega a la segunda abejera.
En medio de este campo, una pequeña depresión indica que estamos ante un manantío ahora seco.
Los juncos y la abundante vegetación prosperan con el agua, que saldrá, cuando empiece el tiempo húmedo, a la superficie.
Rodeada de esparto, la segunda abejera es de construcción más moderna.
Queda en pie la mitad de la techumbre, pero las tejas son un peligro evidente.
Las piqueras de la fachada son alargadas y estrechas.
Subimos a los primeros pinos de las Zorreras y almorzamos. Ha parado de llover e incluso sale el sol. Está una mañana agradable.
Desde este punto podemos observar los movimientos de los cazadores en la pieza de abajo.
Algo más lejos, el Corral de Esteban se alinea con la Navascuesa para elevar la vista hasta Moncayuelo.
A nuestra derecha, el Caserío de la Chiquitina parece una casita que se ha escapado de un belén.
26 de Febrero de 1764. Compareció Gregorio Lizalde, guarda juramentado y manifiesta que es y este día y a lo que serían entre nueve y diez de la mañana, ha cogido un rebaño de ganado menudo de corderos, propio de Francisco Ziérbide, en una pieza de trigo y avena de Joseph Landa, en el término del Saso y que dicho ganado estaba tendido por dicha pieza y lo custodiaba un hombre por alias dicen "Culo baxo" (Fernando Maiora)(Tafalla del Reyno de Navarra)
Bajamos al camino que nos llevará al que viene del Plano.
En el cruce, los cazadores han colocado un triángulo avisando de la batida. Este camino es más transitado que el que hemos traído nosotros. Por eso no habrán considerado oportuno poner más avisos.
Subimos al Plano. A nuestra izda. el Alto del Predicadero y la Caseta del Plano.
A la dcha. Las Zorreras.
10,40 horas. Caseta frente a la balsa.
Una humilde caseta aparece a la izda. del camino. Echamos un vistazo.
En su interior, el suelo está cubierto por una capa de paja.
Una culebra de buen tamaño aprovechó para cambiar "la camisa".
En la balsa de enfrente, la vegetación casi impide ver el agua.
Continuamos por el camino principal.
11,00 horas. Antiguo comedero de buitres.
A la izda., entre encinos y arbustos, entra un camino viejo.
Dos postes de hormigón, que eran los marcos de la verja, continúan en pie.
El lugar es bonito, con buenos árboles.
Una vieja caseta servía para la observación de los buitres cuando venían a comer los despojos.
Salimos al camino y nos adentramos, por senda estrecha, en el bosque.
El lugar es fantástico. En fila de a uno, disfrutamos de lo que, posiblemente, sea lo más puro del Plano. Encinos, chaparros, enebros, ... todo está limpio, intacto.
Cuando salimos al camino que va a Santa Brígida no podemos dejar de mirar hacia la senda por la que hemos venido.
Una cuesta a nuestra izda. nos invita a bajar para llegar al último lugar que queremos visitar hoy.
En un pequeño cerro, entre hilagas y matorrales, están los restos de un antiguo venturero. Salvo que haya alguna abejera desconocida en las próximidades, la más cercana es la que visitamos el domingo pasado.
Atravesamos una pieza en barbecho y salimos al camino viejo que va de Berbinzana a Olite.
12,00 horas. Fin del trayecto. Al llegar al venturero, ha comenzado a llover. Para volver al coche, nos ponemos el chubasquero, el gorro y abrimos el paraguas. El día se ha puesto gris, de otoño. Las viñas se tiñen de ocre y los maizales han perdido su verdor a la espera de la cosecha.
En este enlace se puede ver el recorrido de hoy, que nosotros hemos seguido según el de Sergismundo.
Como nos vamos a acercar hasta el Estremal en coche, echaremos el paraguas y un poco de ropa por si acaso vemos que empeora el día.
Son las 08,00 horas. Magán marca 15º y la farmacia 13º. Aunque nublado, parece que está "delgao".
Al tronar, salen los sapos a bailar.
Salimos con el coche, pasamos junto a la Somatilla y, a pocos metros de la Central, aparece el puente que cruza la autopista.
En una curva aparcamos.
Empezamos el recorrido caminando en dirección S.
Enseguida torcemos a la dcha. hacia el Plano.
Las piezas de maíz comparten el espacio con las últimas viñas que van quedando en Tafalla.
La cuesta se alarga buscando el Canto del Plano.
En el horizonte, un trozo de arco iris colorea las nubes plomizas.
Las primeras encinas y carrascas señalan la entrada en el monte.
El camino, ancho y en buen estado, sirve de muga.
En el lado de Tafalla la vegetación es tupida.
En cambio, en Olite, la roturación efectuada hace años para obtener parcelas produjo una desolación absoluta.
El terreno calizo y pedregoso se asemeja a un desierto.
Los mojones de buen porte jalonan el camino cada pocos metros y lucen en sus caras las iniciales de las dos poblaciones.
El camino continúa. Al N. el bosque y al S. la desolación.
09,00 horas. Balsa de la Muga. Comienza a llover.
En el último rincón de Olite con Tafalla, poco antes de llegar a la Cruceta, se encuentra esta balsa. Raro es el año que la hemos visto seca.
Rodeada de vegetación, las aneas se han enseñoreado de las orillas.
En el cruce de caminos continuamos de frente para bajar hacia el Saso.
Dejamos a la dcha. el camino que sube a la Balsa de Cabriteras y tomamos el siguiente.
Nos llama la atención ver aparcados varios coches en diferentes lugares.
Enseguida nos damos cuenta de la situación. Una cuadrilla de cazadores, con petos rojos y escopeta en mano, están agazapados en la orilla de un maizal.
Han salido a la caza del jabalí y lo que nos inquieta es que no hemos visto ningún triángulo avisando de la actividad.
09,25 horas. Primera abejera.
Solo queda una antigua pared de piedra que parece ser la que daba al N. y protegía el colmenar. La ruina es total.
Atravesando una pieza en rastrojo se llega a la segunda abejera.
En medio de este campo, una pequeña depresión indica que estamos ante un manantío ahora seco.
Los juncos y la abundante vegetación prosperan con el agua, que saldrá, cuando empiece el tiempo húmedo, a la superficie.
Rodeada de esparto, la segunda abejera es de construcción más moderna.
Queda en pie la mitad de la techumbre, pero las tejas son un peligro evidente.
Las piqueras de la fachada son alargadas y estrechas.
Subimos a los primeros pinos de las Zorreras y almorzamos. Ha parado de llover e incluso sale el sol. Está una mañana agradable.
Desde este punto podemos observar los movimientos de los cazadores en la pieza de abajo.
Algo más lejos, el Corral de Esteban se alinea con la Navascuesa para elevar la vista hasta Moncayuelo.
A nuestra derecha, el Caserío de la Chiquitina parece una casita que se ha escapado de un belén.
26 de Febrero de 1764. Compareció Gregorio Lizalde, guarda juramentado y manifiesta que es y este día y a lo que serían entre nueve y diez de la mañana, ha cogido un rebaño de ganado menudo de corderos, propio de Francisco Ziérbide, en una pieza de trigo y avena de Joseph Landa, en el término del Saso y que dicho ganado estaba tendido por dicha pieza y lo custodiaba un hombre por alias dicen "Culo baxo" (Fernando Maiora)(Tafalla del Reyno de Navarra)
Bajamos al camino que nos llevará al que viene del Plano.
En el cruce, los cazadores han colocado un triángulo avisando de la batida. Este camino es más transitado que el que hemos traído nosotros. Por eso no habrán considerado oportuno poner más avisos.
Subimos al Plano. A nuestra izda. el Alto del Predicadero y la Caseta del Plano.
A la dcha. Las Zorreras.
10,40 horas. Caseta frente a la balsa.
Una humilde caseta aparece a la izda. del camino. Echamos un vistazo.
En su interior, el suelo está cubierto por una capa de paja.
Una culebra de buen tamaño aprovechó para cambiar "la camisa".
En la balsa de enfrente, la vegetación casi impide ver el agua.
Continuamos por el camino principal.
11,00 horas. Antiguo comedero de buitres.
A la izda., entre encinos y arbustos, entra un camino viejo.
Dos postes de hormigón, que eran los marcos de la verja, continúan en pie.
El lugar es bonito, con buenos árboles.
Una vieja caseta servía para la observación de los buitres cuando venían a comer los despojos.
Salimos al camino y nos adentramos, por senda estrecha, en el bosque.
El lugar es fantástico. En fila de a uno, disfrutamos de lo que, posiblemente, sea lo más puro del Plano. Encinos, chaparros, enebros, ... todo está limpio, intacto.
Cuando salimos al camino que va a Santa Brígida no podemos dejar de mirar hacia la senda por la que hemos venido.
Una cuesta a nuestra izda. nos invita a bajar para llegar al último lugar que queremos visitar hoy.
En un pequeño cerro, entre hilagas y matorrales, están los restos de un antiguo venturero. Salvo que haya alguna abejera desconocida en las próximidades, la más cercana es la que visitamos el domingo pasado.
Atravesamos una pieza en barbecho y salimos al camino viejo que va de Berbinzana a Olite.
12,00 horas. Fin del trayecto. Al llegar al venturero, ha comenzado a llover. Para volver al coche, nos ponemos el chubasquero, el gorro y abrimos el paraguas. El día se ha puesto gris, de otoño. Las viñas se tiñen de ocre y los maizales han perdido su verdor a la espera de la cosecha.
En este enlace se puede ver el recorrido de hoy, que nosotros hemos seguido según el de Sergismundo.
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