martes, 1 de noviembre de 2016

Un paseo por las Rocas




Domingo, 30 de Octubre de 2016.


Ya estamos en otoño. El cambio de hora, más que la fecha del calendario, marca para mí la nueva estación. Salimos a caminar de día pero el campo ya tiene otro color. 
Hace tiempo que no vamos a Romerales. ¿Cómo estará la balsa? Esta larga sequía la habrá vestido de blanco, dejando que el salitre muestre un vaso sin vida y árido. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 9º y la farmacia -40º. Va a ser interesante ver este termómetro cuando esté helando. El cielo está limpio y azul.

Octubre es el mes de historias, que dejó malas memorias. 

Tomamos el camino de Galloscantan. En el Caracierzo de la Celada las hileras de las viñas se han puesto el traje de otoño. En Margalla, el cementerio, solitario, espera el trajín de gente con flores, escobones y trapos para adecentar el reposo de los suyos. 
Montejurra, al fondo, recorta el horizonte y sus tres picos azules paracen sonreir a sus vecinos. 


El camino del Planillo es amplio y está bien cuidado.
En la hípica, un ruidoso transistor rompe la tranquilidad desgranando melodías pegadizas. 
La Laguna, saturada de carrizos, guarda sus aguas medio ocultas. 
El camino se pone cuesta arriba. Abajo, en el Prado de Rentería, una inmensa superficie de maíz está a punto para la cosecha. 
Las Fuentes de Porputiain, a las que les debemos una visita desde hace tiempo, se agazapan entre el pinar y los maizales. 
Curva a curva el camino llega a su mayor altitud.


09,00 horas. Alto del Planillo. El mojón de la cañada, el pino, y la base del vértice geódesico permanecen inalterables. Desde esta posición, a 470 m de altura, las vistas son magníficas. 
En el E. siguiendo el cresterío de la Carravieja, la vista se encuentra con Ujué. 



Descendemos buscando Valditrés. A medio camino, un cazador se acerca a su vehículo.

- Ahora ¿qué cazáis?
- Esta mañana nada -responde-, pero están autorizadas la paloma y la malviz.  Si oís solo un tiro, es malviz; pero si es una ráfaga, están a la paloma.

En la hondonada del valle, la mañana es apacible. Los campos, sedientos, han sido maquinados para recibir la simiente en cuanto vengan las lluvias. 



09.40 horas. La Cantera de Ros o de Malamadera, descarnada y abrupta, permanece solitaria. El paredón sigue siendo soberbio. Una caseta desvencijada próxima seguro que guarda viejas historias. 
Volvemos al camino principal y en el primer desvío a la izda. nos andentramos en el pequeño valle que es, para mí, uno de los rincones más bellos de Tafalla. 
Aprovechando una roca caliza plana, y al abrigo de los pinos, echamos un bocado. 
Continuamos caminando entre el pinar y los campos de labor. 
En la tierra caliza abundan ilagas y romeros. Los cristales del yeso reflejan el sol mañanero. 



10,20 horas. Laguna de Romerales. Para nuestra sorpresa tiene una buena cantidad de agua. La orilla de la balsa está blanquecina con tonos grisáceos. Los romeros de los cerros próximos se miran en la superficie. 
La rodeamos por la parte O. y seguimos por el centro de la pieza, donde empieza a brotar la sementera. 

17 de junio de 1863. De acuerdo a su legislación privatizadora, el gobierno autoriza a vender y a acotar las propiedades agrícolas en Romerales, Beratxa y La Pedrera, ante lo que el Ayuntamiento protesta, diciendo que las hierbas de esos términos son comunales, incluso en los terrenos de cultivo particulares. (J.M. Esparza)(Historia de Tafalla - Tomo I)


Antes de llegar al antiguo vertedero, nos paramos a contemplar Las Rocas. 
El día está luminoso. La hora de retraso que estrenamos hoy hace que la luz sea más intensa. 
Por la carretera asfaltada no nos encontramos con nadie. 
El Caserío de la Laguna está desierto. 


Hacemos una breve parada para contemplar la laguna. 
El griterío de las aves nos hace mirar al cielo. 
Tres manadas de grullas, en perfecta formación, se desplazan ruidosamente hacia el S. 
El invierno se acerca aunque nadie lo diría. 
Cruzamos la carretera de Miranda y tomamos el camino que va de frente. 
Por el primer desvío que lleva a la izda., ascendemos suavemente hasta su cota más alta. 
Descendemos. Estamos en la Cuesta de la Celada. 


Vamos llegando a la urbanización. Son las 11,30 horas. 
De los campos de fútbol se oyen gritos y pitidos de silbato. 
Por detrás de ellos se extiende Valmayor y la Falconera. 
Y al fondo se recorta Ujué y su sierra. 



En este enlace se puede ver el recorrido de hoy. 



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