Hoy es otra de esas mañanas raras. El día está desapacible, mis acompañantes tienen prisa y, encima, corremos el riesgo de pegarnos algún remojón.
Para estas ocasiones, lo digo siempre, tengo en la "reserva" varias excursiones cortas que el amigo Sergismundo me va pasando para, como dicen los del campo, "un día de aguas".
Hoy nos vamos a Mélida. Además de conocer y disfrutar del nogal que figura en el Catálogo de Monumentos de Navarra en el puesto 46, visitaremos los sotos de San Miguel y de Sequero en el río Aragón.
Son las 08,15 horas. El termómetro del coche marca 8º (los otros están estropeados). El cielo está negruzco, amenazante. Pero no llueve.
Agua de primavera, si no es torrencial, llena la panera.
En la zona de la Altarrasa de Pitillas el cielo está limpio, pero en la sierra de Ujué una cortina de agua nos hace mirar recelosos.
Aparcamos en Mélida y salimos a la carretera que viene de Santacara.
Poco antes de llegar al puente, tomamos el primer camino a la izda. y entramos a una zona de huertos.
Un vecino está arrancando varios cardos atados. Nos saludamos y seguimos.
08,50 horas. Nogal de Mélida.
Está solitario, en una orilla del camino. No hay cartel indicador ni panel explicativo. Una simple raya de pintura descolorida señala que estamos ante él. Consultamos nuestra base de datos y así sabemos que tiene 16 mt de altura y 1 m de diámetro en su base. No es uno de los árboles más espectaculares que figura en el catálogo pero, dada su ubicación, han considerado incluirlo.
Desandamos el camino y tomamos el primer desvío a la izda.
Nos detenemos ante el panel informativo que nos explica lo que vamos a disfrutar a partir de aquí.
Avanzamos paralelos al río y entramos en el Soto de San Miguel que, además, es Territorio Visón.
El paisaje que se abre ante nosotros es espectacular. La mañana sigue fría. De vez en cuando, algo de llovizna obliga a abrir el paraguas, pero merece la pena la excursión.
El soto es frondoso, húmedo y tranquilo. De las copas de los árboles, dos, suponemos, garzas, salen volando, agitadas por nuestra presencia intrusa.
Sergismundo en Wikiloc. El camino del Soto de San Miguel es bonito y discurre entre una frondosa chopera. Nos dirige de nuevo a la carretera que lleva a Santacara.
Cruzamos la carretera de Santacara cerca del puente y llegamos al Soto del Sequero. El camino se pierde a los pocos metros. Siguiendo la ruta de Sergio avanzamos entre vegetación hacia la arboleda cercana.
La tierra, húmeda por las últimas aguas, es como una alfombra gruesa que permiter dar un placentero paseo.
Sergismundo en Wikiloc. Si cruzamos la carretera y tomamos el camino que está enfrente, en teoría llegaríamos al Soto del Sequero, pero digo en teoría, porque el camino desaparece a los pocos metros, y el camino se torna casi intransitable debido a la vegetación.
No obstante, nosotros nos animamos y poco a poco llegamos al Soto del Sequero y a la llanura de inundación. Pero repito, no hay camino ni senda, y hay que avanzar como se puede entre la vegetación. (Los visones, si es que viven aquí, estarán muy tranquilos).
Caminar por este soto tiene su arte. Hay que cruzar una pequeña acequia, salvar varios árboles caídos, subir un par de taludes. Pero todo ello no hace más que enriquecer la excursión, mientras llegamos, sin prisa, al camino ancho que nos conducirá a la carretera.
10,00 horas. Debajo de un enorme árbol hay un tronco viejo y casi acartonado que nos sirve de asiento. Aprovechamos para echar un bocado.
Contemplamos la naturaleza que nos rodea y nos deja impresionados. En un lugar, aparantemente sin interés como parece Mélida, hay un rincón digno de visitarse
El camino continúa entre campos de labor y sale a la carretera que viene de Carcastillo.
Sergismundo en Wikiloc. Yo recomendaría finalizar la excursión una vez se llega a la carretera desde el Soto de San Miguel, y de ahí, por la carretera, en 10 minutos se está de vuelta al pueblo.
No obstante es una bonita excursión.
Por el arcén subimos lentamente hacia el pueblo.
Una fuente de importantes dimensiones, con su abrevadero, nos hace detenernos un momento.
Subimos hasta donde está aparcado el coche. Una señal invita a visitar el Mirador. Nos acercamos.
Dos hermosos paneles bien conservados explican las vistas de este privilegiado lugar.
El río Aragón hace un meandro amplio rodeado de vegetación y se aleja buscando a su hermano mayor el Ebro.
La mañana ha mejorado algo, pero sigue fría. Volvemos para casa con el buen sabor de boca de haber conocido un lugar diferente y bello, a veinte minutos de Tafalla.
En este enlace se puede ver el recorrido de Sergismundo, que es el que hemos seguido nosotros hoy.
Son las 08,15 horas. El termómetro del coche marca 8º (los otros están estropeados). El cielo está negruzco, amenazante. Pero no llueve.
Agua de primavera, si no es torrencial, llena la panera.
En la zona de la Altarrasa de Pitillas el cielo está limpio, pero en la sierra de Ujué una cortina de agua nos hace mirar recelosos.
Aparcamos en Mélida y salimos a la carretera que viene de Santacara.
Poco antes de llegar al puente, tomamos el primer camino a la izda. y entramos a una zona de huertos.
Un vecino está arrancando varios cardos atados. Nos saludamos y seguimos.
08,50 horas. Nogal de Mélida.
Está solitario, en una orilla del camino. No hay cartel indicador ni panel explicativo. Una simple raya de pintura descolorida señala que estamos ante él. Consultamos nuestra base de datos y así sabemos que tiene 16 mt de altura y 1 m de diámetro en su base. No es uno de los árboles más espectaculares que figura en el catálogo pero, dada su ubicación, han considerado incluirlo.
Desandamos el camino y tomamos el primer desvío a la izda.
Nos detenemos ante el panel informativo que nos explica lo que vamos a disfrutar a partir de aquí.
Avanzamos paralelos al río y entramos en el Soto de San Miguel que, además, es Territorio Visón.
El paisaje que se abre ante nosotros es espectacular. La mañana sigue fría. De vez en cuando, algo de llovizna obliga a abrir el paraguas, pero merece la pena la excursión.
El soto es frondoso, húmedo y tranquilo. De las copas de los árboles, dos, suponemos, garzas, salen volando, agitadas por nuestra presencia intrusa.
Sergismundo en Wikiloc. El camino del Soto de San Miguel es bonito y discurre entre una frondosa chopera. Nos dirige de nuevo a la carretera que lleva a Santacara.
Cruzamos la carretera de Santacara cerca del puente y llegamos al Soto del Sequero. El camino se pierde a los pocos metros. Siguiendo la ruta de Sergio avanzamos entre vegetación hacia la arboleda cercana.
La tierra, húmeda por las últimas aguas, es como una alfombra gruesa que permiter dar un placentero paseo.
Sergismundo en Wikiloc. Si cruzamos la carretera y tomamos el camino que está enfrente, en teoría llegaríamos al Soto del Sequero, pero digo en teoría, porque el camino desaparece a los pocos metros, y el camino se torna casi intransitable debido a la vegetación.
No obstante, nosotros nos animamos y poco a poco llegamos al Soto del Sequero y a la llanura de inundación. Pero repito, no hay camino ni senda, y hay que avanzar como se puede entre la vegetación. (Los visones, si es que viven aquí, estarán muy tranquilos).
Caminar por este soto tiene su arte. Hay que cruzar una pequeña acequia, salvar varios árboles caídos, subir un par de taludes. Pero todo ello no hace más que enriquecer la excursión, mientras llegamos, sin prisa, al camino ancho que nos conducirá a la carretera.
10,00 horas. Debajo de un enorme árbol hay un tronco viejo y casi acartonado que nos sirve de asiento. Aprovechamos para echar un bocado.
Contemplamos la naturaleza que nos rodea y nos deja impresionados. En un lugar, aparantemente sin interés como parece Mélida, hay un rincón digno de visitarse
El camino continúa entre campos de labor y sale a la carretera que viene de Carcastillo.
Sergismundo en Wikiloc. Yo recomendaría finalizar la excursión una vez se llega a la carretera desde el Soto de San Miguel, y de ahí, por la carretera, en 10 minutos se está de vuelta al pueblo.
No obstante es una bonita excursión.
Por el arcén subimos lentamente hacia el pueblo.
Una fuente de importantes dimensiones, con su abrevadero, nos hace detenernos un momento.
Subimos hasta donde está aparcado el coche. Una señal invita a visitar el Mirador. Nos acercamos.
Dos hermosos paneles bien conservados explican las vistas de este privilegiado lugar.
El río Aragón hace un meandro amplio rodeado de vegetación y se aleja buscando a su hermano mayor el Ebro.
La mañana ha mejorado algo, pero sigue fría. Volvemos para casa con el buen sabor de boca de haber conocido un lugar diferente y bello, a veinte minutos de Tafalla.
En este enlace se puede ver el recorrido de Sergismundo, que es el que hemos seguido nosotros hoy.
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