27 de enero de 2019
Después del, obligado, paréntesis de San Sebastián, hoy vamos a Sansoain.
Sergismundo, que no para, me pasó una ruta que llega hasta Guerinda, después de haber conocido la existencia de un menhir a través del blog de Julio Asunción.
A las 08:30 horas aparcamos junto al restaurante El Coto de la Valdorba. Damián, con la su galga Vera, ya nos está esperando. Saludamos a algunos cazadores de Tafalla.
- ¿Hoy qué cazáis?
- Lo que nos echen
El cielo está negruzco. En Alaiz una cortina de agua barre la sierra de O. a E.
La temperatura es de 4º. Aunque hay una gran claro hacia Montejurra, nos tememos que la mañana se puede complicar.
En el mes de enero, se hiela la ropa en el tendedero.
Nos abrigamos y salimos hacia el cementerio.
En el interior, las lápidas se cobijan junto a las paredes.
En la parte superior de las tapias, a modo ornamental, han colocado varias estelas discoideas que fueron apareciendo por las inmediaciones del pueblo.
Salimos a la pista y comenzamos a ascender.
El viento viene frío.
La naturaleza ha entrado en letargo.
Echamos la vista atrás y contemplamos Sansoain.
La antigüedad de la iglesia armoniza con el moderno conjunto hostelero.
Vera sale corriendo y, en un cantillo, comienza a olisquear y a restregarse.
Damián va corriendo y la aparta.
Nos muestra el motivo de la agitación de la galga.
Es un esqueleto de algún depredador.
La perra no lo iba a morder; solo intentaba impregnarse de su olor.
09:15 horas. Menhir de Oiangibela.
Salimos del camino y, junto al arbolado, descubrimos la enorme piedra.
Mide unos 4 m de largo.
Tiene varias marcas características de este tipo de monumentos.
A pesar del frío, permanecemos un rato observándola y disfrutándola.
Sergismundo en Wikiloc: Después de un rato, llegamos al menhir. Está tumbado en el suelo, y tiene más de 4 mts de longitud. Ahusado en uno de sus extremos, y con lo que parecen marcas de haber tenido algún labrado o inscripción. Muy curioso de ver.
En general, toda la Zona Media estuvo habitada desde la prehistoria, y cada vez salen a la luz más monumentos megalíticos.
Volvemos al camino.
Seguimos subiendo.
Los molinos del parque eólico mueven veloces sus aspas y nos avisan del vendaval que nos vamos a encontrar arriba.
09:45 horas. Guerinda. (886 mt)
El fuerte viento nos empuja hacia el vértice geodésico.
Las vistas desde esta altura son hermosas.
A nuestros pies se extiende San Martín de Unx. Un poco más lejos, la Laguna de Pitillas y al fondo, la Bardena.
La mañana no está para muchas florituras.
Las nubes han cubierto las cimas de Alaiz y bajan veloces y amenazantes hacia la Valdorba.
Continuamos la ruta y buscamos un abrigo en una ladera. Es hora de reponer fuerzas.
Protegidos del viento y esperando que nos empiecen a caer las primeras gotas, damos cuenta del almuerzo.
Vera mira con avidez nuestras manos, lo que obliga a su dueño a sujetarla para evitar males mayores.
Volvemos al camino.
Las nubes amenazantes han huido de Alaiz y se dirigen, como se suele decir, "hacia el pantano".
Al doblar una curva cerrada, la ruta nos indica una senda que más tarde se convertirá en camino.
Los caballos la transitan con frecuencia y las últimas lluvias, y sus pezuñas, hacen algunos tramos prácticamente intransitables.
Poco a poco el terreno se va despejando hasta que salimos al cruce de pistas por el que hemos pasado a la mañana.
11:30 horas. De nuevo en Sansoain.
La mañana no ha mejorado mucho. No nos hemos mojado, pero hemos tenido que soportar frío y viento.
Ha sido una mañana estupenda.
Conocer el menhir, disfrutar de las vistas en Guerinda y descender por el camino que, según dice Sergismundo, se llama Zorrolandia, ha sido un placer. Sin olvidar la buena compañía.
Las vistas desde esta altura son hermosas.
A nuestros pies se extiende San Martín de Unx. Un poco más lejos, la Laguna de Pitillas y al fondo, la Bardena.
La mañana no está para muchas florituras.
Las nubes han cubierto las cimas de Alaiz y bajan veloces y amenazantes hacia la Valdorba.
Continuamos la ruta y buscamos un abrigo en una ladera. Es hora de reponer fuerzas.
Protegidos del viento y esperando que nos empiecen a caer las primeras gotas, damos cuenta del almuerzo.
Vera mira con avidez nuestras manos, lo que obliga a su dueño a sujetarla para evitar males mayores.
Volvemos al camino.
Las nubes amenazantes han huido de Alaiz y se dirigen, como se suele decir, "hacia el pantano".
Al doblar una curva cerrada, la ruta nos indica una senda que más tarde se convertirá en camino.
Los caballos la transitan con frecuencia y las últimas lluvias, y sus pezuñas, hacen algunos tramos prácticamente intransitables.
Poco a poco el terreno se va despejando hasta que salimos al cruce de pistas por el que hemos pasado a la mañana.
11:30 horas. De nuevo en Sansoain.
La mañana no ha mejorado mucho. No nos hemos mojado, pero hemos tenido que soportar frío y viento.
Ha sido una mañana estupenda.
Conocer el menhir, disfrutar de las vistas en Guerinda y descender por el camino que, según dice Sergismundo, se llama Zorrolandia, ha sido un placer. Sin olvidar la buena compañía.
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