Domingo, 26 de enero de 2025
Aunque la mañana no está muy apetecible para salir al campo, hoy tenemos que caminar casi por obligación. Llevo todo el mes de enero en el dique seco por culpa de una pequeña molestia en un pie. Una tendinitis minúscula, pero que me ha impedido estar donde tengo que estar: en el campo o en el monte.
El fisio me ha dado permiso para hacer una caminata de unos 7/8 kms y yo, para estas cosas, soy muy obediente.
Son las 09:30 de la mañana. A mis acompañantes nos les apetecía madrugar con estos fríos y como la ruta es corta...
El termómetro marca 6º, pero la letra pequeña aclara que la sensación térmica es de -2º.
De enero a enero, buenas
tazas de caldo al puchero
Sopla un viento helador que nos obliga a abrigarnos convenientemente.
Antes de ayer, Agustín, entusiasta de las construcciones rústicas y hábil rehabilitador de las mismas, me habló de una caseta de piedra en La Laguna. El Voluntariado de Tafalla tiene la idea de rehabilitarla esta año, y eso despertó mi curiosidad.
El piso para andar es bueno. La distancia cumple con los requisitos del fisio y, además, me apetece un montón visitar el lugar.
Llegamos hasta la Cooperativa La Sarda y entramos en Galloscantan.
La balsa, debido al año hidráulico que llevamos, está llena como pocas veces.
El viento agita su superficie y transmite un ambiente de frialdad que hace que apretemos un poco el paso.
Pasamos por el puente que se construyó para cruzar la variante.
En sus orillas, unos mojones nuevos de cañada nos recuerdan que estamos en el viejo ramal de la cañada que viene del Salazar.
Tomamos una pista blanca. En el rincón de una pieza en Margalla, escondida entre la espesura de la vegetación, la vieja cruz de piedra de Pedro Zapatería datada en 1603, casi pasa desapercibida.
El verano pasado, enseñamos esta antigua cruz a unos arqueólogos. Quedaron entusiasmados. Nos dijeron que, mientras no se haga una catalogación rigurosa, sería conveniente taparla con tierra para evitar el deterioro de sus inscripciones. Tal como está hoy en día, la vegetación está sirviendo de protección de la cruz.
En 23 (de febrero de 1603) se enterró Pedro
Ezquer Zapatería en Sta María con missa, maitines y laudes. Se le dijeron
honrras y novena, dijo el Cabildo 32 misas rezadas, murió abintestatu darán
quenta Lucas de Esquíroz y Mariana Zapatería, su hierno e hija. (Del libro de difuntos de la Parroquia de Santa María de Tafalla)
Continuamos nuestra ruta.
Volvemos la vista atrás.
El pequeño cerro de Galloscantan se recorta en el fondo oscuro y amenazante del cielo.
Llegamos a una bifurcación. En su chaflán, una lápida de piedra con su cruz bien labrada divide los caminos.
Tomamos el de la dcha. que es el de La Celada.
Comenzamos a subir por la suave pendiente.
Salimos del camino para hacer la obligada visita a la finca de Isabel y Agustín.
En el buen tiempo, sobre todo cuando volvemos de El Plano, solemos sentarnos un rato y disfrutar de este bonito rincón. Limpio, cuidado y con muchos detalles de buen gusto.
Hoy está el día para pocas florituras. El frío bochorno nos golpea por todos los costados y en menos de un minuto estamos otra vez en el camino.
Echamos un vistazo al Carasol de La Celada. Desde nuestra posición se distingue el movimiento de tierras que ha permitido descubrir un importante yacimiento de la Edad del Bronce.
En el primer cruce de caminos, en la Zaga de La Celada, divisamos la carretera que va a Miranda de Arga. La llanura de La Laguna y su balsa nos ofrecen todo el esplendor de la naturaleza muerta del invierno.
10:40 horas. Cruzamos la carretera y el trazado del Tav y llegamos a la caseta.
La construcción, que sufrió el incendio que hubo en la zona hace unos años, presenta un aspecto lamentable.
Pero conserva una joya que cuando se rehabilite será la admiración de los visitantes.
El cabezal de la puerta es una piedra tosca y mal trabajada. En ella se puede leer: Año 1958 y tres grupos de iniciales que podrían corresponder a los nombres de sus constructores.
Se está bien aquí a pesar del viento helador.
Nos encontramos en el vértice de tres términos: La Laguna, La Celada y Don Galindo ¡qué más se puede pedir!
Hay que regresar.
Por el mismo camino, después de un tramo corto, tomamos el primero de la izda. Enseguida salimos a la carretera para entrar de nuevo al camino que está enfrente de El Planillo.
En una pieza de forma triangular que tiene el curioso nombre de "El Resto", contemplamos el cementerio vigilado de cerca por el Alto de las Cruces.
Un poco más adelante está la cruz de Zapatería y por el mismo trayecto de la mañana entramos en el pueblo.
Son las 11:10 horas y la distancia ha sido de 8,190 km.
He cumplido con lo recomendado y hemos disfrutado de una mañana fría de invierno saboreando la vieja construcción de la caseta de La Laguna.
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