domingo, 18 de octubre de 2009

Otra mañana en el Plano





Esto es una carta que envié a la revista La Voz de la Merindad y que la publicaron el día 1 de Octubre de 2009 en el nº 174.


El 9 de Agosto, con un calor agobiante, volvimos a la caseta del Plano. Desde Febrero, con un frío que pelaba, no habíamos estado por allí.
En estas mismas páginas conté lo que habíamos visto entonces. La situación ha cambiado algo…, pero a peor. Hay más basura. Puede ser que le descubriera a alguien un sitio nuevo para ensuciar… (mea culpa). El caso es que aquello no ha mejorado.
Cuando salió aquel escrito invernal, muchas personas se interesaron por el asunto y mostraron su preocupación. Seguimos teniendo motivos para estar preocupados porque, además de la estética, está el peligro de incendio. Las botellas hacen de lupa, los plásticos, cartones y bricks son un combustible perfecto. Por la leña no hay que apurarse. La pone el Plano. Y mientras tanto ¿qué hacemos? ¿Miramos para otro lado? Aunque es difícil encontrar alguno sin basura.
Al volver de la Caseta, nos encontramos con un grupo de cazadores que estaban al conejo. El Plano, no hace tantos años, ha calentado nuestras casas, alimentado nuestros rebaños. Del Raso se acarreaban carros de piedra para la cal, lo que permitía subsistir a no pocas personas. Hoy es un pulmón de Tafalla, lugar de esparcimiento para cazadores, paseantes, aficionados a la bicicleta, y, sin embargo, al sudoeste, hay un paraje que se está convirtiendo en vertedero.
Cuando queramos presumir de nuestro campo con algún forastero, tendremos
que llevarlo a los quejigos del Monte, a los caseríos del Saso, o por el Prado de Rentería, hasta Beratxa, pero nunca a la caseta del Plano, uno de nuestros mejores rincones, porque pensará que en este pueblo somos una manada de cafres. Y no lo somos. Lástima que algunos, como decía en Febrero, sean incapaces de llevarse sus propios residuos.

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