lunes, 5 de marzo de 2012

La caseta de Tin Tán



Domingo, 4 de Marzo de 2012
Hoy salimos Juanjo y yo solos al campo. Nuestras mujeres tienen otras obligaciones y nos han dado "suelta". 
Hace tiempo que tenía ganas de dar una vuelta por la parte más alta del Mocellaz (o Morcellar como se le conoce comúnmente), así que a las 08,00 horas salimos, dando la vuelta a los pinos de la Estación o de Ereta, para adentrarnos por el primer camino a la dcha. en el Juncal. 
El día está nublado y en calma y, aunque anuncian agua para mañana y pasado, echo el paraguas a la mochila... por si hace falta. 
Magán marca 9º y la farmacia 8º. 

08,45 horas. Llegamos a una roca de gran tamaño. Juanjo me dice que él, de chaval, jugaba aquí con sus amigos las tardes de verano. Es una pena que esté medio escondida entre los coscojos. Desde el camino que sube a Valgorra pasa inadvertida. Nos subimos a ella y contemplamos el paisaje a nuestros pies. Las cebadas se esfuerzan en verdear, pero el cielo se lo está poniendo difícil. El pequeño barranco que recoge las aguas de los cerros cercanos está lleno de carrizos y zarzas. El cangrejo autóctono que lo poblaba, ha desaparecido. 

Los rigores de la intemperie atacan con dureza la superficie de la roca dejándole unas marcas considerables. 
Desde la roca ascendemos. Por una zona sin caminos llegamos a algunas fincas pobladas de almendros. 

El muérdago se ha instalado en uno de ellos y poco a poco lo parasitará de tal forma que lo terminará matando. 
En la finca siguiente encontramos, amontonadas, centenares de garrafas de plástico con agua. Un poco más arriba creemos encontrar la explicación. Aunque seco, la balsa y el pequeño cercado de piedras parecen indicar la existencia de un manantío. 

El propietario sacará el agua de ahí y con las garrafas irá regando los almendros. 
Seguimos adelante hasta dar vista al canal. Son las 09,30 horas. Ha llegado la hora de almorzar. Mientras sacamos los bocadillos, comienza a llover débilmente. Tenemos enfrente los Altos de Guindilla y a su izda. la Caseta Redonda de La Navilla. Los molinos inmóviles, con las palas verticales, pinchan las nubes intentando provocar el aguacero. Valgorra está en silencio. Por la orilla del canal dos jóvenes pasan corriendo. En la paz de esta mañana lluviosa,  deseamos mojarnos, pisar charcos y ver correr los barrancos.
"Año 1718. Dicho día, Martín de Leoz, guarda manifiesta que el martes último, entre cinco y seis de la tarde cogió a tres muchachos que no sabe quienes son cortando vástagos de uvas en una viña de Martín de Jofre, en Mocellaz; que Sebastián de Ciordia y la viuda del Grandón dirán quién son" (Fernando Maiora)(Tafalla del Reino de Navarra).
Bajamos hacia el canal. Visitamos una caseta antigua y nos adentramos en Valgorra.
Al llegar a la finca de José Mari y Elena, le propongo a Juanjo que vayamos a buscar un antiguo manantial que está en el primer camino a la dcha.

Las zarzas han invadido todo el lugar. Junto a ellas hay un olivar antiguo y limpio. Es un regalo para la vista. Nos damos una vuelta por su interior. El calzado comienza a llenarse de barro. No llueve mucho, pero por algo se empieza. 

Salimos de nuevo al camino y decidimos seguir en dirección E. Distinguimos en un recodo una caseta bien construida. En el dintel hay una inscripción. "Tin Tán. 5 de Mayo de 1954. Viva la lealtad al oficio". 

No conocemos a otro Tin Tán que el de Olite que tocaba el bajo con la txaranga de El Empuje, así que suponemos que sería él quien hizo esta caseta. Además de músico y guarda de campo, seguro que tendría buenas manos para la albañilería. 

Salimos al camino junto a las caseta de los Maríos y volvemos en dirección a Tafalla. 
A las 11,00 horas cruzamos el canal. Va repleto de agua. Su nivel está más alto que la marca habitual. 
Por buen camino, en diez minutos, llegamos al nacedero de la Fuente del Rey. En un ricón de una amplia pieza, medio escondida, se encuentra la caseta. No tiene puerta. Las escaleras de la pared invitan a bajar. El fondo está seco aunque, si te paras a observar, entre los pedruscos se adivina algún destello de agua. 

Orillamos esta pieza y salimos a otra en la que se encuentra el pequeño estanque que recoge las aguas de un caño al que le han colocado una manguera. 

Seguimos por la orilla y llegamos hasta la otra caseta del nacedero. Está cerrada con un candado. La hemos visto alguna vez porque nos la ha enseñado el dueño de la finca. Es abovedada y bien construida. Una preciosidad. 
En el dintel, unos números bien grabados nos dan una fecha: 1845.
Seguimos descendiendo por el camino que baja de Valgorra. Llegamos al Juncal. A nuestro lado, Julio Cañas para la furgoneta y nos saludamos. Lleva prisa y casi no hablamos. 
11,45 horas. Por debajo de la autopista salimos a la Fuente del Rey.
Llueve intermitentemente. Poca cosa. Como no vaya a más, esta agua tampoco va a solucionar nada. 

La caseta de Tin Tán at EveryTrail
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