lunes, 18 de febrero de 2013

En el monte bajo de la Quitana




Ya tengo la rodilla curada. He pasado toda la semana con dolores intermitentes, pero como me dijo Diego que el domingo saliera al campo normalmente pues... ¡a obedecer!. 
El lunes cayeron las últimas lluvias de este sorprendente invierno, así que le dije a Juanjo que podíamos dar una vuelta por el Gurrutxo. Es mejor salir con el suelo medio seco porque los barrizales por la Quitana suelen ser antológicos.
Son las 08,00 horas. Magán marca 4º y la farmacia 2º. Apenas si anda viento y el día está despejado. Hace frío, pero la mañana invita a caminar. 
En el trayecto que va a casa de Rosa y Juanjo, como si fueran apariciones, nos  encontramos con alguna bruja desaliñada y cansada. En un portal un perro dálmata pela la pava con una osa que lleva los pies ennegrecidos por la marcha nocturna. El domingo de carnaval se ha retrasado una semana para no hacerlo coincidir con el de Ferias. 
Salimos a la carretera de Artajona, continuamos hasta una pequeña chopera que hay en la orilla izda. y tomamos el camino que asciende. 
Los campos de cereal y la viñas no tragan más agua. En las hondonadas hay charcos de grandes dimensiones. 
Poco antes de llegar a la orilla del canal, nos detenemos a contemplar el paisaje. En el hueco que dejan dos encinas se distingue el Gurrutxo. En el frente, un poco a la dcha., el corral de la Quitana y a la izda. las ruinas de las que no conseguimos saber el nombre. 
 
El agua del canal está tranquila. La raya de sus paredes indica que ha estado más alto otras veces. 
Por el camino que va en dirección N. nos acercamos hasta el siguiente puente y después pasamos por un cortado que abrieron para dar paso a las piezas de la otra orilla. 



Las lluvias aquí también han provocado desprendimientos. La tierra que parecía firme, ha cedido con tanta agua y ha arrancado, incluso, hasta la cerca de protección. 
Descendemos un poco hasta que, por la orilla de un par de piezas llegamos al Gurrutxo. 




09,00 horas. Lo que queda de la construcción, viendo los destrozos que ha ocasionado el agua en caminos y carreteras, se mantiene milagrosamente en pie. 
La hierba está empapada y no encontramos asiento en seco en el carasol, así que decidimos buscar otro sitio para almorzar. 
El espacio que ocupa el Gurrutxo nos aviva la imaginación. Pensamos en este lugar con bancos y árboles. Como el acceso desde la carretera de Artajona es fácil, sería bonito un "centro de interpretación de la naturaleza" con paneles que explicaran a paseantes, escolares y turistas, cómo se restauró el Gurrutxo, qué utilidad se le daba antaño y cuál es la flora y fauna de este reducto de monte bajo tafallés.
Soñar no cuesta nada.



Volvemos sobre nuestros pasos y cruzamos el canal. Cuando llegamos al camino que está entre los dos puentes nos adentramos en dirección O. 
Pasamos junto al corral de la Quitana, que envejece con dignidad al lado de  un joven pinar. 
09,40 horas.En la orilla del camino, donde terminan los pinos, encontramos una roca que nos va a servir de asiento para almorzar.




A pocos metros un viejo molón se siente abandonado. Tras años de duro trabajo, oxidado y viejo, lo han tirado junto a los pinos.



En el carasol se está bien. Hace frío y los charcos tienen una fina capa de hielo. Estamos a 510 metros de altitud y, como sospechábamos al salir, en el campo ha helado. 
Llega la hora de levantarse y lo hago con temor. Hasta ahora la rodilla no me molestado pero... al parar y con este frío, malo será que se haya resentido. 
Pues no. La cosa funciona de maravilla; este Diego Esquíroz mas que un fisio es un mago (sigo aprovechando para hacerle propaganda).
Nos vamos a las ruinas. El camino termina junto a una viña.
Por la orilla de otra pieza que está sembrada subimos hacia el montículo.


La viña emparrada no admite más agua. Los charcos se han adueñado de una parte de la plantación y ofrecen una imagen poco común. 
Al llegar a la orilla del montículo, no vemos las ruinas y volvemos por la pieza hacia atrás. 




Protegida por chaparros y una gran roca, descubrimos una pequeña cabaña con el techo hundido.





En su interior, en la superfice de una piedra lisa, alguien, probablemente el dueño, se entretuvo en grabar su nombre: Nicasio.
A Juanjo le sale la vena poética y nos regala otra de sus composiciones:

"La caseta de Nicasio
está cerca la Quitana, 
bien escondida entre campos
pues no hay caminos ni nada"-

Desde este lugar divisamos las ruinas que están un poco más hacia el E. Volvemos a cruzar la pieza y esta vez nos adentramos en el monte bajo para subir hasta la edificación. 






10,30 horas. Ruinas sin nombre. El día ha cambiado radicalmente. El cielo se ha nublado y de la parte de Miranda, entran con fuerza las nieblas que le sobran al Arga. Hace frío. 
En el O. el Caserío de Valdiferrer vigila las laderas. Debajo de nosotros se encuentra la abejera de Garbayo y un poco más lejos, a la izda., distinguimos la cruz de Corpus. Hacia allí que nos vamos. 
Un camino rodea el cerro donde están las ruinas. La niebla se para en mitad del paisaje. Los sembrados, verdes y ralos, suspiran por un poco de cierzo, frío y seco, que se lleve la humedad excesiva. Tres grajos pasan veloces por encima de nuestras cabezas. Juanjo nos lo recuerda: "Cuando el grajo vuela bajo, hace un frío del carajo". 






10,55 horas. Estamos en la cruz de Corpus Alegría. Junto a ella han plantado un pequeño laurel. A la placa, que tenía una errata que decía "Corpos" le han limado la parte superior de la última "o" y ya se lee "Corpus". 
El camino desciende por el término del Vaquero.
"19 de Septiembre de 1773. Francis Berico, guarda, manifiesta que antes de ayer en lo que serían las cinco y las seis de la tarde vio en viña de Juan Antonio Pabolleta, término de Baquero, a Vizente Pernaut, alias Moscón, que estaba con dos uvas en la mano" (Fernando Maiora)(Tafalla del Reino de Navarra)

Llegamos a un cruce de caminos y tomamos el de la dcha. Queremos llegar hasta la finca de Sebastián Guillén para hacer unas fotos a unas piedras labradas que tiene guardadas. Como no sabemos exactamente dónde se encuentra, pasamos de largo. Salimos a la carretera de Estella. 
Después de la rotonda de la cooperativa entramos en el pueblo.
Son las 11,30 horas. En media hora comenzará el desfile del carnaval y por la calle unos crucigramas, empujando silletas con niños, se apresuran para llegar a la Plaza por detrás de unas panteras rosas.

En este enlace se puede ver el recorrido de hoy:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=4011310

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