En el año 1599, los vecinos de Tafalla, asustados por la peste que asolaba ciudades próximas como Pamplona u Olite decidieron, según nos cuenta el Padre Beltrán, rodear la ciudad con un rollo de cera encarnada. Llevaron en procesión la imagen de piedra de San Sebastián. En Tafalla no se registró ningún muerto por la peste. De ahí viene el origen de la "Procesión de los Muros".
Así que a las 7,30 subimos a Santa María para participar, más de cuatrocientos años después, del rezo del rosario por las calles y la posterior misa.
Como los auroros, al término de la celebración, obsequian en el atrio con unos pequeños bocadillos de chistorra y vino, se nos hace más tarde para salir al campo.
Son las 10 de la mañana. Cuando hemos salido de casa Magán marcaba 14º y la farmacia 13º. Ahora la temperatura ha subido algún grado. El cielo está limpio de nubes. Viene un día estupendo para caminar.
Como en el Plano los cazadores estarán a la que "salta", propongo a mis acompañantes que bajemos por el Curtido hasta el Chorrón y las Fuenticas.
En las Badinas, se aprecian las consecuencias de la impetuosa tormenta del jueves. Hay zonas en las que se recogieron 80, 85 y hasta 90 litros en menos de una hora.
10,15 horas. Los campos están hermosos. A nuestra izda. una enorme finca está alfombrada de alfalfa. En el Canto del Plano la tierra conserva la humedad.
Cuando rebasamos la central eléctrica, las cepas altas y alineadas muestran sus frutos negros y prietos esperando que entran las máquinas a vendimiarlos.
Cruzamos el puente por encima de la autopista y, por el camino que atraviesa campos roturados, preparados para la siembra, llegamos a la carretera de Peralta.
11,00 horas. En la otra orilla las viñas se adueñan del terreno. Olite muestra con orgullo las plantaciones de este cultivo al que le ha sabido sacar partido con sus buenos y prestigiosos vinos.
En las instalaciones deportivas se oye el griterío de los chavales jugando. En el frontón la pelota de goma, produce un chasquido cada vez que la golpean.
Cruzamos la carretera que viene de Tafalla y bajamos, entre el Castillo y los Franciscanos, buscando el paso subterráneo del ferrocarril que nos llevará a la orilla del Cidacos.
Torcemos ligeramente a la dcha. y por la carretera que sigue recta, llegamos al puente y a la fuente.
11,20 horas. El Chorrón. Aunque hemos echado un tentempié en el atrio, nos sentamos a almorzar nuestros bocadillos.
"El que bebe del Chorrón deja en Olite el corazón". El día sigue bueno. La temperatura es agradable. Por los caminos vemos paseantes que van y vienen aprovechando la mañana.
Volvemos hasta la vía del tren. Seguimos en dirección norte y, otra vez cruzando el río, llegamos a la chopera donde se encuentran Las Fuenticas.
De sus tres caños baja abundante agua. La arboleda está limpia, como no la habíamos visto nunca; es un regalo.
Encaramos el camino en dirección N. Dos campos de tomates hacen que nos detengamos a contemplarlos. Nos hubiera gustado que los estuvieran recolectando, porque verlo hacer a máquina debe ser un espectáculo.
En las piezas donde el maíz se ha impuesto, las panochas muestran los frutos amarillentos. A izda. los maizales se extienden hasta confundirse con las choperas del Cidacos. Valmediano, reluciente por el sol, observa silencioso la transformación del campo. Y en el horizonte, azul y erguido, Ujué.
12,15 horas. Caserío de Solrío, también conocido como Caserío de Aldaz. El pozo, descubierto no hace mucho, tiene un quitamiedos a modo de barandilla. El caserío envejece solitario. Cerramos los ojos y nos lo imaginamos, por un momento, pintado y arreglado; incluso con ropa tendida en su balcón y algarabía de críos en la era.
"En 12 de Septiembre de 1715, Miguel de Aldava guarda, manifestó haber cogido a Bartolomé Subiza (a) Pulgarrón, cogiendo uvas en una viña moscatelar de Sebastián de Berico, en el término de Solrío, el miércoles pasado hizo ocho días a cosa de mediodía" (Fernando Maiora)(Tafalla, del reino de Navarra)
Con la Recueja a nuestra izda. pasamos por debajo del puente de la autopista. Dos operarios subidos en los andamios se afanan, paleta en mano, en arreglar los desperfectos que provocan el tiempo y el tráfico.
Junto a la finca de Los Cascajos, decidimos tomar el camino de la izda. que nos traerá al pueblo por Torreta.
Las zarzas están llenas de moras. De una higuera que "chupa" de la acequia, cojo un higo. Al abrirlo, su carne blanca y suelta se deshace en la boca. Hace poco me dijo alguien que los higos hay que comerlos debajo de la higuera. En casa, en una fuente de cristal, no es lo mismo.
Por debajo de la vía salimos a la plaza de toros y nos vamos a ver la presa.
13,00 horas. El agua salta turbia. Un pato (o pata) enorme está nadando plácidamente. Cuando me acerco a fotografiarla sale del agua y nos muestra, dándose un par vueltas, su colorido plumaje.
En las aceras de la Plaza de Cortés aún quedan restos de las aguas desbocadas el jueves.
Este es el enlace para ver el recorrido de hoy
http://es.wikiloc.com/wikiloc/spatialArtifacts.do?event=setCurrentSpatialArtifact&id=5397570#
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