lunes, 16 de diciembre de 2013

La ciudad sumergida










Domingo, 15 de Diciembre de 2013


Hace tres años que le estaba dando vueltas a subir desde el caserío de San Lorenzo hasta Guerinda. Me dijeron que hay una senda que sale del mismo caserío y también la encontré en Wikiloc (aunque quitaron el itenerario). Creyendo que las nieblas ya nos habrían abandonado, le propuse a Juanjo hacer hoy este recorrido. Es una excursión larga, algo más de 22 km, y aprovecharemos la circunstancia de que salimos solos para "desmelenarnos" un poco. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 2º y la farmacia 0º. Parece que está despejado, aunque al S., en la Pesquera, la niebla está agarrándose. 
Callejeamos un poco por la Placeta de los Auroros, calle de la Feria y las Pulgas. 
Al final de los Jardines comienza la zona de niebla. Pasamos junto a la Fuente del Rey y, por la Navilla, nos dirigimos a Valdelobos. Un cazador nos dice que no hay nada que hacer. La niebla está agarrada y lo de pegar tiros se pone difícil con este día. 



09,00 horas. Fuente de Valdelobos. Está en el barranco, junto al camino, y de su caño sale agua, así que: ¡a medir el caudal!. Jarra, cronómetro y… 20 l/minuto. 
La niebla no es muy espesa, pero planteará dificultades si entramos en terreno desconocido. 








El sol luce tenue hacia el O. En medio de su círculo, la cabeza de un generador eólico se recorta en su resplandor como si quisiera hacerle un eclipse. Lástima que en la foto no se aprecie la silueta. 
Decidimos seguir hasta San Lorenzo. Conocemos el camino y, en el peor de los casos, bajaremos a la carretera general y de Siete Fuentes volveremos para casa. 




09,45 horas. Fuente de Orrocegui. El aska está limpia. Del caño, no cae el agua tan alegre como otras veces, pero sale un buen chorro. Lo medimos: 12 l/minuto.
El camino de la izda. asciende suavemente junto a unas viñas. La niebla cada vez es menos densa. 

Llegamos a San Lorenzo y... ¡hemos tenido suerte! el día está despejado. Sacamos el almuerzo y contemplamos el cielo limpio por encima del Monte del Conde. Las nubes están agarradas en el cauce del Cidacos y tratan de invadir el monte de Pueyo sin conseguirlo.
Decidimos seguir con la idea de esta mañana: Subir desde aquí a Guerinda. 
Enseguida encontramos el camino que asciende. Es un camino viejo y en buen estado. Unos pocos metros más adelante, se convierte en senda y nos hace caminar en fila. 
El trayecto es cómodo. A algunos repechos, cortos, suceden falsos llanos que hacen llevadero el andar. 
La vegetación es exuberante. Este bosque se mantiene intacto, sin repoblaciones. Las laderas están llenas de encinas, enebros, escaramujos y chaparros. A nuestra dcha. unos chopos indican el barranco de Lasterbe. 
Poco antes de llegar al collado desde el que se divisa Sansoain, aparecen los primeros robles. De buen porte y hoja ancha, habitan en el caracierzo, la zona más fresca y fría. 




10,50 horas. Desde el collado la vista es magnífica. Tenemos a nuestros pies Sansoain. Detrás Bézquiz y a su dcha. Benegorri. Cierran el paisaje Alaiz, la Peña de Unzué y la Higa. 
Por la pista nueva que comunica el parque eólico con Sansoain, ascendemos tranquilamente hasta la cima.



11,20 horas. Guerinda. Estamos a 874 m de altitud. El día aquí arriba es espléndido. Disfrutamos de la vista de un pirineo limpio y nevado. En el S., el Moncayo está completamente blanco. En el NO, a San Donato, le quedan unos pocos neveros. Montejurra emerge de la niebla como un pequeño montículo. 
Comenzamos el descenso.


Pasamos junto a una subestación y, un poco más adelante, abandonamos la pista para entrar en el camino viejo que baja a la Cruz de los Mugas. 
El camino está deshecho, pero la vista merece la pena. Tenemos enfrente Ujué y, al N., la Peña de Izaga se deja ver por encima de Alaiz e Izco. Hay que hacer la bajada con precaución. Las rampas, malas para subir, hacen trabajar las piernas. 
Llegamos a la Cruz y orillando una pieza sembrada, salimos al camino. 
12,45 horas. Caserío de Pozuelo. Dos cazadores salen de la casa y, cuando les decimos la vuelta que hemos hecho, agitan la mano derecha mostrando su asombro.

"En la ciudad de Tafalla, a cinco de febrero de mil ochocientos diecinueve, Tiburcio Ursúa, guarda juramentado del término y monte de Pozuelo, quien mediante juramento que prestó al ingreso de este empleo, declara que andando custodiando el dicho monte en cumplimiento de sus obligaciones, encontró dentro de los límites de él, a lo que sería las once del día de ayer, cuatro del corriente, a el único sobrino de la conocida la Santiaga la Tripera" (Fernando Maiora)(Tafalla del Reino de Navarra).

Entramos en la niebla. El cambio de temperatura es intenso. El paisaje desaparece en la nada blanca. Tafalla, a la que veíamos desde las laderas de Santa Zita, ha desaparecido. Se la ha tragado la niebla. Entonces Juanjo me sugiere el título del escrito de hoy. 
En la finca de los Cañas están Julio y el hijo con dos amigos. Charlamos un rato. 
Bajamos a la Fuente del Rey y por el polígono entramos en el pueblo. 
13,30 horas. Le echo un vistazo al gps y me confirma lo que nos están diciendo las piernas. Llevamos andados 22 km. 
Pero… ha merecido la pena. 


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