lunes, 9 de diciembre de 2013

Santa Ágata en Ayesa




Viernes, 6 de Diciembre de 2013


Aprovechando el día festivo, salimos al campo. Hoy nos vamos fuera de Tafalla. A media hora de coche se encuentra Ayesa. El pueblo se cobija del cierzo en la ladera de Santa Ágata. 
En las Javieradas, pasamos cerca de este monte por el atajo que va de Eslava a Aibar y hace años que tenía ganas de hacerle una visita. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 6º y la farmacia 5º. El cielo está completamente despejado. Vamos a tener una mañana buena para andar. Aunque pasemos frío, las vistas desde allá arriba serán extraordinarias.


08,40 horas. Aparcamos junto a la Parroquia de San Andrés, en lo más alto del pueblo. El templo está cerrado. La puerta es de aspecto neoclásico. El entorno está limpio y cuidado. 
En el gps he descargado el recorrido que subió a Wikiloc un tal Ikandu del que ya he seguido otras rutas. 
Salimos en dirección E., junto al cementerio. 
La Val de Aibar está a nuestros pies. 
El camino, poco a poco, va ensuciándose de zarzas y matorrales hasta que termina en la ladera.
La ruta que seguimos nos obliga a adentrarnos en el pinar e ir ascendiendo de terraza en terraza hasta llegar a otro camino, despejado en amplia curva, que nos permite ver la cercana ermita.



Hay algunos puestos para la paloma y, en el barro de un pequeño charco, encontramos unas huellas desconocidas e inquietantes. 
Continuamos en dirección O. por buen camino. Estamos en la cresta del monte que hace de divisoria entre La Vizcaya y el Val de Aibar. 
En la ladera N. abundan los bojes. También admiramos algunos ejemplares de roble, lozanos a estas alturas del año. 
El S. está poblado por pinos de repoblación y chaparros. 
En el suelo se ven corros de rosada.


09,40 horas. Ermita de San Miguel. Estamos a 731 m de altitud. Está cerrada y ha sido rehabilitada. El tejado y las paredes están nuevos. 


Protegiéndonos del cierzo, nos sentamos en el carasol y sacamos los almuerzos. Una pequeña mesa de piedra y un banco nos sirven de descanso. 
Al NE el pirineo se ve cercano. Todas sus cimas están nevadas. Un poco más  cerca, Arangoiti luce presumido su antena recordándonos que el también es un monte importante en la sierra de Leyre. 
Al S. la cercana cima de Peña da paso al Moncayo totalmente blanco y, un poco más a la dcha., el santuario de Ujué asoma su torre almenada queriéndose unir a esta mañana fantástica de monte. 
Siguiendo el camino en dirección O. comenzamos a descender. Empiezan a aparecer las setas. 
Juanjo nos dice que los robellones son los últimos de la temporada. Están ya muy justos porque el hielo los machaca. 


Mientras llegamos al camino que sube de Ayesa al repetidor, él se mete por el monte buscando más ejemplares de níscalo. Consigue casi una docena. 
Salimos al camino ancho para vehículos. Une Moriones con Ayesa. 
Veo un cazador y me parece que está apostado tras unos bojes. Le hago señas para acercarme a él y viene a mi encuentro. Me explica que no está al jabalí como había pensado yo. Hoy no hay batidas en este monte. Está con un chaval y, al oír tiros, se han acercado hasta aquí para ver si salta algo. 
Volvemos a adentranos en el pinar. El repecho es duro y subimos despacio. Cuando llegamos a un pequeño llano pensamos que ya ha pasado lo malo y entonces comienza lo peor. 
Un repecho corto pero de gran desnivel nos separa de la cima. Subimos despacio y con varias paradas para "contemplar el paisaje".


11,10 horas. Estamos en la cima. Hay un poste repetidor. Junto a la valla que cierra la instalación, humildemente está colocado un buzón de la S. M. Alaitz de Tafalla.


Lo pusieron en 1993 y nos indica que estamos a 863 m de altitud.
Bajamos por la carreterilla que viene de Ayesa. 
Después de las penalidades que hemos pasado subiendo por el otro lado, bajar por este es un placer. 
La carretera tiene varias curvas hasta que, al llegar a la penúltima, tomamos el camino de frente.


11,50 horas. Ruinas de Santa Marina. De la antigua ermita no queda más que la planta y los muros a media altura. En el ábside, orientado al E., se conserva el pequeño altar de piedra y un modesto presbiterio del mismo material. El suelo aún mantiene restos de baldosas rojizas. 
Un camino de tierra baja al pueblo. Pasamos junto al nuevo depósito de aguas y entramos en Ayesa. Son las 12,20 horas


Dejamos a un lado una casa rural y subimos hasta la iglesia a coger el coche. 
Desde la carretera que lleva a Tafalla, saludamos de lejos al despoblado de Abaiz al que hicimos no hace mucho una visita. 
En el monte Indusi, hacia la mitad del alto de Lerga, los robles se han vestido de marrón. En la ladera del Txutxo el cierzo sopla helador. Volvemos para casa. 

Este es el enlace para ver el recorrido de hoy

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