lunes, 11 de mayo de 2015

Una abejera y un pozo en Tamarices






Domingo, 10 de Mayo de 2015


Lo bueno que tiene contar los paseos dominicales por el término es que, de vez en cuando, alguien te para y te dice: "No sé si conoces...". Al que suscribe, después de tantos años andando por los caminos y barbechos, se le ponen las antenas tiesas y contesta: "Seguro que no..., cuéntame".
La semana pasada me dijo un lector que, en el pinar de Tamarices que está junto al Corral de Escolara, hay una abejera antigua y un pozo. 
Como no la conocíamos, le dije a Juanjo que teníamos una interesante excursión para hoy. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 14º y la farmacia 12º. En el cielo, unas hilachas blanquecinas avisan de que hoy vamos a pasar calor. Un suave bochorno ventila las calles de forma casi imperceptible.

La parra y la higuera, verdean en primavera. 





Subimos hasta la cooperativa del cereal y nos detenemos un momento a contemplar la piedra que trasladaron desde la cercana ladera hasta el cruce del camino del cementerio.



En el Planillo, las cepas se empiezan a coronar de hojas verdes. Las cebadas y los trigos se mecen suavemente empujados por el suave viento. 
En el cruce de caminos, decidimos tomar el que asciende hasta lo más alto de Las Rocas. El suelo calizo está duro, áspero, pero la vista es magnífica. 



A nuestra dcha. el Corral del Vaquero nos mira impasible. 



Más allá, La Mariana envejece sin remedio recordando tiempos mejores.



Y por encima de ellos, el Caserío de Valdiferrer, blanco y altivo, observa y calla.



En el fondo del valle, a nuestra izda. las Fuentes de Porputiain siguen enviando agua a la dolina que nos oculta el cerro.



09,00 horas. Alto del Planillo o de Las Rocas. Estamos a 455 mts de altitud. Junto al solitario pino, la inscripción que recuerda a Manolo Iriso tiene unas rosas artificiales. 
El camino continúa en dirección O. Lo seguimos. En una vaguada, dos sabinas se han hecho fuertes en la dureza del terreno. Juanjo propone que sigamos de frente porque quiere pasar por la zona donde, en los otoños buenos, hay unos setales que le traen de cabeza. 
Abandonamos el pinar y salimos al camino de Valditrés. Caminamos hacia el S.




09,45 horas. Cantera de Ros. Decidimos entrar a echar un vistazo. Las paredes se han llenado de oquedades para nidos.
Estando aquí ¿Cómo no nos vamos a acercar hasta la fuente? 
Donde termina el camino, comienza una vegetación exuberante. Como conocemos el lugar, sabemos que el aska está junto a la pieza de al lado. La encontramos y damos con el caño de la fuente de Valditrés.



El agua mana con fuerza. No hemos traído el medidor, así que nos quedamos sin conocer su caudal. No podemos ver la balsa porque los carrizos forman una una pared impenetrable. 
Salimos de nuevo al camino.


10,10 horas. Corral de la Escolara. Es hora de reponer fuezas. Una pequeña roca nos sirve de asiento. Candaraiz se extiende ante nosotros. Al cercano Caserío de Eulalio le sigue el de Sánchez. Al otro lado de la carretera de Miranda, se asoma Gregorio el Grande. 
26 de Enero de 1819. Continúa la guerra contra los pastores que se han quedado en subasta las hierbas y aguas comunales. Siete pastores salacencos y roncaleses duermen en el corral de Alejandro Sagües, término de Candaraiz. A su lado tienen las escopetas cargadas, "tomadas a mano real" para poder defenderse, dada la animadversión que contra ellos manifiestan otros ganaderos de Tafalla, que han tenido que ir con sus ganados a otros pueblos. Desde la oscuridad del majadal, comienzan a dispararles. Una bala entra dentro de la cabaña y mata en el acto a Braulio Echeberri, un pastor de Ochagavía de veinte años. Los de afuera preguntan por el Tripón, que así se llama el pastor de Ochagavía, Juan Gabriel Azcoiti. También buscan a otro de Jaurrieta. Los de dentro no salen ni entregan las armas, tal y como les piden, pero tampoco disparan. Los de afuera siguieron haciéndolo. Al final les piden a los de dentro una hogaza de pan y, al enterarse que habían matado a uno, rezaron un credo por él y se marcharon. (J.M. Esparza)(Historia de Tafalla. Tomo I)

Bajamos hasta un pieza y, por su extremo occidental, la cruzamos. El barranco de Tamarices apenas lleva agua y es fácil vadearlo.



Nos encontramos junto a la primera fila de pinos y descubrimos la abejera. Nos encontramos en una especie claro en el bosque. Al fondo, protegidas por la ladera, las viejas construcciones están abandonadas.



En medio del claro se aprecia un pozo de poca profundidad que se ha secado.



Junto a él se encuentra el brocal. Una pieza de buen tamaño. 



Damos una vuelta por todo el paraje y descubrimos, con sorpresa, que en la abejera mejor conservada hay actividad. Las abejas entran y salen con asiduidad de uno de los nichos. 



En el interior todavía se conservan algunos cestos donde se instalaban los panales. 



El resto de las abejeras se haya muy deteriorado; prácticamente destruido.
Por algo parecido a una senda, nos introducimos en el pinar para rodearlo por dentro. 



Los animales que pueblan el lugar han hecho infinidad de cados aprovechando la poca dureza del terreno.
Salimos de nuevo al camino que sube de Valditrés a Candariz y, en las inmediaciones de la cantera, tomamos el camino de la dcha. para ir a Romerales. 
El camino discurre entre pinos y trigales. Se agradece cuando entramos en zonas de sombra. La mañana se ha puesto de calor y el sol cae a plomo. 



11,40 horas. Balsa de Romerales. El paisaje desde aquí es espectacular. La balsa está llena y los campos verdes que la rodean hacen que este sea uno de los espacios más bellos de Tafalla. 


Les hago una foto a mis acompañantes para que, como los Pajes, pasen a la "prosperidad".
Orillamos la balsa y, por la tría de un tractor que atraviesa una pieza de forraje, salimos al antiguo vertedero comarcal. 
Ahora toca pisar asfalto, pero no nos importa. El regusto del descubrimiento de la abejera y el pozo en Tamarices nos acompaña en el regreso. 



Pasamos junto al caserío y nos detenemos a contemplar la Laguna. En este tiempo, este es otro espectáculo digno de verse.  
En la carretera de Miranda decidimos ir a visitar la Fuente de Resano. Son las 12,30 horas



El caño no puede echar más agua. Desconocemos si son los riegos cercanos o alguna fuga del canal, pero lleva ya tiempo con unos caudales de agua extraordinarios. 
Volvemos a entrar por el camino que hemos llevado a la mañana. En el Caracierzo de la Celada sopla el bochorno. 
A las 13,00 horas entramos en el pueblo. Hace calor. La mañana ha sido fructífera. Tenemos intención de volver más veces a la Abejera de Tamarices. 

En este enlace se puede ver el recorrido de hoy.

3 comentarios:

  1. Bonito paseo, Javier. Gracias por acercarnos el paisaje tafallés a los ausentes.

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  2. Saludos Javier, restablecida Internet te comento aspectos de la abejera que muestras: En realidad son dos abejeras, la del lado oeste mas antigua y muy deteriorada. Son propiedad de Ricardo Marco Baigorri, vecino también de Tafalla; quien con su amabilidad y paciencia me mostró esta abejera, que la denomina "abejera de Romerales" y muchas mas. Como parece que tenéis intención de volver te apunto un par de curiosidades:
    En la pared de unión entre ambas abejeras podrás ver un curioso horno. En el lado oeste, entre la abejera vieja y el pozo que mencionas hay, o había dos ventureros: Formación de piedras con un vaso en su interior; servían para coger enjambres.
    Junto a la puerta de entrada de la abejera mejor conservada, asoman dos hornacinas?? y hay restos de paredes de algún otro tipo de edificio.
    Por el suelo, enfrente a la abejera hay muchas piedras talladas; podría ser un asentamiento romano???

    Saludos y adelante con tus salidas y comentarios

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  3. soy un apicultor aficionado y me encanta visitar las abejeras antiguas, con este blog he descubierto unas cuantas gracias a estos estupendos paseos, me gustaría agradecer vuestra labor de dar a conocer nuestro territorio, un saludo

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