martes, 12 de enero de 2016

Montes Julio y Lerga



Domingo, 10 de enero de 2016


Hace casi tres años que no subo al monte Julio y tenía ganas de dar una vuelta por los montes valdorbeses. También quería enseñar el lugar a mis acompañantes. Juanjo ha pateado mucho la zona en busca de setas, pero no conoce la cima. A ver si no llueve y podemos hacer la excursión. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 11º y la farmacia 9º. El cielo está cubierto y chispea un poco. 

Si en enero hay flores, en mayo habrá dolores. 

Aparcamos en la plaza de Olleta. Una lluvia fina e intermitente nos da la bienvenida. A la preciosa iglesia románica le están haciendo arreglos. Los andamios se abrazan a la torre, por encima de los nogales y chopos de la ribera del río. 
Empezamos a andar.



El viejo puente medieval está cerrado y eso nos obliga a dar una vuelta. 
Salimos del pueblo y encaramos una pista blanca que, unos pocos metros adelante, abandonamos. 
El camino viejo se pone cuesta arriba. La lluvia, en algunos momentos, para y nos permite andar mas desahogadamente. 



La subida es suave, lenta. Los molinos agitan lentamente sus aspas. De los cerros cercanos vienen sonidos de escopetas. 
Algunos perros, inquietos y curiosos, se acercan a olisquearnos. El cazador, escopeta al hombro, los llama y nos hace un saludo seco con la cabeza. 
Al llegar al camino blanco, tomamos la senda que sube hacia los molinos.
El tercero de ellos está plantado en la cima. 



09,50 horas. Monte de Lerga. 980 m de altitud. Un pequeño montón de piedras, a modo de hito, indica la cumbre. 
Ha parado de llover y hacemos una parada para contemplar el paisaje. 
La Peña Unzué y la Higa trazan una línea que termina en Izaga. En el O., Montejurra tiene una cortina de agua que amenaza con llegar hasta aquí. 
Inspirado por la vista de la Peña de Izaga, a Juanjo le sale uno de sus famosos ripios: 

                     Estar en Julio, en enero,
                     es cosa poco frecuente;
                     pero lo puedes hacer, 
                     con la Peña Izaga enfrente. 

Sin comentarios. 
Bajamos al camino principal. 
Tras un par de curvas divisamos el sendero que nos llevará a Julio. 
Un cazador está en la orilla. 

- Hoy ¿qué estáis, al conejo?
- No. A la perdiz... y si se ve alguna becada, pues también. 

El camino viejo que sube se pone bonito. Los bojes y los robles lo flanquean mientras el aroma intenso de bosque limpio y húmedo nos llena los pulmones. 




Un par de yeguas nos miran sorprendidas al otro lado de la alambrada.
Otra vez llueve. 



Hago una parada y le digo a Juanjo que he encontrado una trufa. Incrédulo se agacha y sonríe. Es un trozo de madera que da muy bien el pego. 
10,30 horas. Monte Julio. 



La cima esta rodeada de árboles y las vistas son nulas. Un pequeño poste sirve de información al visitante. Aprovechamos para almorzar. 
Juanjo me da unas notas que ha tomado de la Gran Enciclopedia de Navarra:

Monte. Elevación montañosa, con una altitud de 998 m, que se alza al norte de Lerga. Los materiales que lo conforman son areniscas, limos, arcillas alternantes, pertenecientes al Oligoceno - Mioceno (Chattiense - Aquitaniense). Las areniscas son de grano muy grueso y se han depositado en condiciones fluviales. (Tomo VI, pág 323)

La bajada, aunque es agradable, hay que hacerla con cuidado. 
La estrecha senda, cuando coge pendiente, provoca resbalones que terminan en culetadas. 


En la orilla del camino blanco hay dos grandes rocas. Parecen indicarnos el desvío para volver a Olleta. La niebla se ha echado encima de Lerga y sube, deshilachada, hasta nosotros. 
En la ladera del Julio se encuentra el despoblado del mismo nombre y que desde aquí no vemos. 
Juanjo también ha tomado notas de la Gran Enciclpedia Navarra.

Lugar desolado y antiguo. Distrito municipal de Ezprogui. Val de Aibar. 2 fuegos en 1845; 19 habitantes en 1852; 17 en 1887; 4 habitantes en 1930; 1 en 1940; nadie en 1950. 
Pasa a pertenecer al Patrimonio Forestal de Navarra (con Sabaiza, Usumbelz, Guetadar, Arteta, Loya, Gardalain e Irangoiti... forman la finca de Ezprogui de 3.465 ha (pino laricio de repoblación, pino silvestre y roble).
En 1802 era uno de los 7 lugares de la Vizcaya. 2 casas con 18 almas del mayorazgo de Mendinueta. Con las reformas municipales de 1835-1845, Julio pasó a formar parte del municipio de Ezprogui. (Tomo VI. pág 323).

En el primer desvío a la izda. continuamos para dar un giro de 180º. 
Orillamos un sembrado y nos llenamos de barro. 
El pequeño regacho que llevamos a la izda y que más abajo se convertirá en el río Sansoain, nos conduce hasta el final de una pieza sin salida. 
Volvemos unos metros para atrás y encontramos un paso, bastante malo, para cruzar el pequeño barranco. 




Ayudados de los bastones y con buen humor, conseguimos llegar a la otra orilla. 
El lugar es fantástico. La senda, poco a poco, se va haciendo más ancha. 
El pequeño regacho también crece y sus aguas cantarinas nos van a acompañar todo el trayecto. Salimos al camino de Uzquita. 




Las ruinas de un corral cierran una pequeña curva del camino.





Detrás de la fachada descubrimos que la ruina es total. 
Seguimos bajando. 
El día ha cambiado para mejor. Además de no llover, el sol comienza, tímidamente, a iluminar las laderas más altas. 
Al otro lado del río Sansoain divisamos las ruinas del Corral del Herrero. 



Y junto al camino, el Corral de Urteaga también se ha hundido.  
El río cada vez nos queda a mayor profundidad. 
12,20 horas. Debajo de una mole de rocas, hacemos una breve parada en la Cruz de Hierro. 



Leemos en internet:


Cruz monolítica situada en el camino de Uzquita. Tallada de arriba abajo en ornamentación barroca. Cruz calvario más que cruz de término. En su cuerpo lleva esculpidos los instrumentos de la pasión. 
Sin grada ni base, arranca el bloque de un conglomerado de cantos rodados unidos por mortero. La cruz cimera, esculpida en el mismo bloque monolítico, está rota en su casi totalidad y sustituida por una sencilla cruz de hierro con remates flordelisados. El cuerpo único de la cruz parece querer representar simbólicamente el pecado del hombre y la redención. 
Obra sin duda de algún mazonero popular de fines del siglo XIX. 
Antiguamente los vecinos acudían en procesión el día de San Marcos.


A las 12,30 horas entramos en Olleta. La mañana ha mejorado, aunque al final la lluvia no ha sido muy intensa y nos ha permitido disfrutar de la cima del Julio y del bonito valle que atraviesa el camino de Uzquita. 


Este enlace se puede ver el recorrido de hoy









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