Domingo, 25 de febrero de 2018
La mañana está fría. Hoy nos vamos a Aibar. Desde que leí las aventuras del guerrillero Félix de Ezperun, tengo ganas de dar una vuelta por Santa Cilia. Sergismundo me sugiere que empalme dos recorridos cortos de Ikandu: Olatz y Santa Cilia. Le vamos a hacer caso.
Son las 08,45 horas. Aparcamos el coche cerca del Camino de Santiago Aragonés. El termómetro marca -3º. El cielo está azul y el viento, aunque no muy fuerte, se mete por todos los huecos de la ropa obligándonos a empezar la marcha cuanto antes.
Abrígate por febrero, con dos capas y sombrero.
Abandonamos enseguida la pista embreada que se adentra en la Sierra de Izko, para entrar en el pinar.
El piso está duro. Los charcos helados, pero caminando en medio del bosque, nos sentimos al abrigo del aire.
La ladera está repoblada de pinos. Los bojes abundan en los claros por donde reciben el sol.
En el recorrido que hemos descargado en el gps, vemos que nos acercamos a una zona en fuerte repecho.
No han exagerado nada. Una cuesta corta pero dura nos obliga a interrumpir las conversaciones.
Por fin vemos el final y descansamos del esfuerzo.
El camino se suaviza.
En seguida salimos a terreno despejado y alcanzamos la primera cima del Olatz.
09,30 horas. Un pequeño vértice geodésico alberga un indicador. 873 m de altitud.
En este punto hacemos la primera parada para contemplar el paisaje.
El Arangoiti y el Pirineo nevado se recortan en el horizonte.
Cinco minutos más tarde llegamos a la segunda cima con otro vértice mayor.
Como estamos a mayor altitud, las vistas son todavía mejores.
Regresamos por el mismo itinerario, pero antes de entrar en el pinar, nos acercamos hasta un mirador con fotografía panorámica incluida y disfrutamos de la vista, desde Ujué hasta Petilla de Aragón.
El fuerte repecho de subida ofrece bastante dificultad en el descenso.
De nuevo en el aparcamiento, aprovechando un agradable carasol, echamos un bocado antes de emprender el segundo recorrido.
Un poste indicador
y un mojón indican la dirección a seguir para llegar a Monreal en el Camino de Santiago Aragonés. Lo abandonamos en pocos metros y cruzamos la carretera.
Una corta subida nos lleva a lo más alto.
11,00 horas. Santa Cilia. Un pequeño montón de piedras indican el lugar.
Desde aquí las vistas siguen siendo espectaculares.
(...) El comandante en jefe de la División ordena que salga la caballería de inmediato al camino que viene de Aibar, en donde pueden estar ya los franceses pernoctando. Recomienda especial cautela y protección. Puede tratarse de una emboscada.
Toda la infantería es despertada sin permitirles un descanso. Los voluntarios salen hacia el paso de Aibar.
Para llegar al collado por el que pasa la cañada real de Salazar a Murillo el Fruto, hay que ascender una calzada, que cruza un barranco, al igual que por otro en el lado contrario. El sitio sólo ofrece protección en el punto más alto del camino y, a su vez, este punto está dominado por dos crestas, Santa Cilia y Salajones, una a cada lado.
Ése es el lugar que elige el zorro de Idocin para sorprender al día siguiente a los gabachos (...) (Ignacio Alli Turrillas)(Guerra en la Foz - Lobos del Norte II)
(...) El comandante en jefe de la División ordena que salga la caballería de inmediato al camino que viene de Aibar, en donde pueden estar ya los franceses pernoctando. Recomienda especial cautela y protección. Puede tratarse de una emboscada.
Toda la infantería es despertada sin permitirles un descanso. Los voluntarios salen hacia el paso de Aibar.
Para llegar al collado por el que pasa la cañada real de Salazar a Murillo el Fruto, hay que ascender una calzada, que cruza un barranco, al igual que por otro en el lado contrario. El sitio sólo ofrece protección en el punto más alto del camino y, a su vez, este punto está dominado por dos crestas, Santa Cilia y Salajones, una a cada lado.
Ése es el lugar que elige el zorro de Idocin para sorprender al día siguiente a los gabachos (...) (Ignacio Alli Turrillas)(Guerra en la Foz - Lobos del Norte II)
Volvemos a entrar en el pinar y descendemos por una ancha pista hasta que el recorrido, incomprensiblemente, nos introduce entre el arbolado y nos hace caminar un tramo largo por terreno sucio de ramas y zarzas hasta que salimos de nuevo a la pista.
Un griterío nos hace mirar al cielo.
Media docena de bandadas de grullas vuelan en dirección N. raseando las copas de los árboles. Son cientos de aves.
11,40 horas. Merendero.
Está situado en la orilla de la Ruta de los Salacencos.
El tramo que vamos a seguir ahora es ancho, como eran las cañadas. Más abajo, en Cáseda, se juntará con la de los Roncaleses.
El descenso es agradable. El día ha mejorado por momentos y ya no sufrimos el frío intenso de la mañana.
Al llegar a un cruce, donde la Cañada de los Salacencos se aleja, torcemos a la izda. y paramos en una fuente.
11,50 horas. Está limpia y con buen caudal.
Echamos un trago de su fresca agua y... vemos el letrero que informa de uso no recomendable. Un poco tarde.
Volvemos a entrar en el Camino de Santiago Aragónes.
Una estrecha senda, jalonada de mojones, nos va acercando hasta la carretera.
12,20 horas. Llegamos al pequeño túnel que atraviesa la carretera y encontramos el coche.
Dos paseos bonitos, no muy lejos de Tafalla, para disfrutar de las vistas del pirineo desde Olatz y recorrer pequeños tramos del Camino Aragónes y de la Cañada de los Salacencos.
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