Domingo, 21 de julio de 2019
Después de meses y meses sin asomarme a este blog, me pongo otra vez en marcha.
Ha sido un tiempo duro y raro. Los pies me han dado guerra y he tenido que bajar el ritmo (y hasta parar) para ir recuperándome poco a poco.
Entre tanto ha surgido una colaboración con Zona Media Televisión y he dedicado estos últimos domingos a grabar varios programas en los que caminamos por nuestro término explicando lo que he ido descubriendo todos estos años.
"A pie y con dron" se titula la serie. Serán treinta y dos programas en los que trataremos, el equipo de ZMT y yo, de acercar a los espectadores los rincones más desconocidos o curiosos del maravilloso campo de Tafalla.
Son las 08:00 horas.
El termómetro marca 21º. El día viene fuerte, pero la mañana invita al paseo.
En julio beber y sudar, y en balde el fresco buscar.
Por el camino del Vaquero subimos despacio, contemplando los rastrojos de cebadas.
El campo está solitario y silencioso.
Al pasar junto a una finca cerrada, el perro nos echa dos o tres ladridos.
Se le nota desganado y aburrido de la rutina. Nos mira tristón y corre a refugiarse en la sombra.
Al llegar a la pista del canal nos detenemos un momento en la zona incendiada.
Una culebra en llamas, según dijeron los bomberos, cayó en la hierba seca desde la torre de alta tensión y provocó el fuego.
Pasamos junto a las hiedras y chaparros chamuscados.
El camino se va perdiendo.
La hierba alta se ha apoderado del poco transitado suelo.
09:00 horas. Cruz de la Corpus.
Rodeada de coscojas, permanece erguida desde hace cincuenta y un años.
Hacemos una breve parada y continuamos.
Al salir a un rastrojo, el cadáver de un zorro nos hace detenernos.
Las blancas costillas se abren paso entre la piel. La cola, que debió de lucir altanera, es ahora una pequeña piltrafa.
En diez minutos llegamos a la abejera de Garbayo.
Rodeada de almendros, la mayoría con frutos amargos, aguanta el paso del tiempo en el carasol del Almendrolar.
Un pastor tiene las ovejas por el rastrojo. Nos ve y se acerca.
- ¿Cuantas llevas? y añadimos
unas 400 ¿no?
Se ríe y nos dice: Seríais buenos para guardas, para poder engañaros. Llevo 1230. Es fácil de contar. Hacéis primero un grupo de 30 y extendéis la vista.
No nos lo podemos crer.
La conversación se alarga. Hablamos de términos, anécdotas, pozos...
Pero tenemos que seguir.
Seguimos por el rastrojo y bajamos al barranco de Valdiferrer.
De allí subimos hasta el Caserío.
Son las 10:00 horas. Hay que hacer una parada y almorzar.
La pared del serenao sigue hundiéndose sin remedio.
Junto a la balsa, ahora seca, buscamos unas piedras y nos sentamos.
Las vistas hacia el NE son fantásticas.
Entre los molinos se abre paso Ujué. A la izda. Guerinda, San Pelayo, Izaga, la Higa y la Peña de Unzué se recortan en el horizonte como en una fotografía panorámica.
Y al S. el Plano, El Saso y Moncayuelo.
29 de junio de 1491. Item en cuanto a la ordenanza que habla si ganado alguno fuera hallado entre cargas, fajos o pieza comenzada a segar, que haya degüello, y añadieron mas, que el guarda pueda degollar y más: que el ganadero enmiende el daño al señor. Gracián de Hualde por si, y en nombre de todos los ganaderos protestó diciendo que si había degüello que no enmendarían el daño. (J.M. Jimeno Jurio)(Merindad de Olite III. Documentación del archivo municipal de Tafalla-2)
Damos una vuelta por el caserío.
A la sombra de los cipreses y pinos que lo protegen del cierzo, se encuentra el pozo.
La visita es obligatoria. Sus dimensiones y su estado de conservación merecen la pena.
Por el camino que va paralelo al barranco descendemos un tramo y tomamos el primero que entra a la izda.
10:40 horas. Corral de la Mariana.
Hace tiempo que no pasábamos por allí. El hundimiento de parte del tejado nos sobrecoge. La pequeña ventana, de estilo gótico, soporta la ruina y parece implorar una solución que, lamentablemente, pensamos, no llegará.
Cinco minutos mas tarde, dejamos el camino principal y nos desviamos a la dcha. para echar un vistazo al Corral del Vaquero.
La balsa está a rebosar. El pastor nos ha dicho que se llenó con las últimas lluvias. Otros años tenían que llevar hasta allí el agua en una cisterna.
Volvemos al camino y ya hacia el pueblo.
El calor aprieta.
Los rastrojos y las ilagas de los cerros no ayudan a refrescar el ambiente.
11:10 horas. Granja del Churrero.
Pasamos junto a ella. Está vacía.
Después de una corta cuesta, descendemos hasta la carretera de Estella.
Por las aceras en sombra, la temperatura es menor.
Pero a pesar del calor, siempre es un placer pasear por el Almendrolar, Valdiferrer y el Vaquero.
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