lunes, 30 de diciembre de 2019

Fin de año entre encinas y robles


























Domingo, 29 de diciembre de 2019


La última excursión del año la hemos hecho a la Valdorba. 
Tenía guardada una ruta de Sergismundo en Mendívil. 
Con el coche, salgo sin apenas visibilidad. El termómetro marca -2º. Veremos lo que se puede hacer. 
Al rebasar Barasoain, se abre un paisaje limpio, con el cielo azul y la imponente sierra de Alaiz de fondo. 
Ha sido un acierto elegir esta ruta. 
A las 08:30 horas, llega Damián con dos galgas: Vera y otra de un hermano. Salimos del pueblo. 

La primavera pasa ligera, al revés que el invierno, que se hace eterno.

La mañana aquí también está fría, pero el sol radiante ilumina los campos y los montes. 



Salimos del pueblo y enseguida llegamos al camino que va paralelo a la autopista. 
El tráfico es escaso y no resulta molesto.





Justo antes de llegar al puente que cruza la autopista, se encuentran los dos robles a los que Juanjo llama "el padre y el hijo".
Caminamos un pequeño trozo por la otra orilla de la autopista y torcemos a la dcha. para llegar a la zona de las encinas. 
Hemos estado varias veces por aquí, aunque siempre venimos desde el otro extremo.


Merece la pena conocer esta hilera de encinas. 
Son siete ejemplares magníficos. Cada uno, diferente, y todos parecidos. 
Por su porte y la variedad de sus formas, es un conjunto de árboles que sorprende aunque se haya venido otras veces. 


Y al terminar la fila, un sendero increíblemente bien cuidado pone la guinda a esta maravilla. 






Al salir de este lugar mágico, llegamos a la ermita de San Gregorio, que, además, es el cementerio de Oricin. 
Un poco más adelante, pisando asfalto, llegamos a un viejo lavadero reconstruido.





Es una bonita construcción a la que hay que bajar para apreciarla como se merece. 




El agua fluye con fuerza en su exterior. 
Volvemos a la ermita y desde allí tomamos el sendero por el que habíamos venido. Por estrecha senda, llegamos al Campo de Aeromodelismo 
09:30 horas. Cuenta con algunas mesas y bancos y, aprovechando el sol que luce intensamente, mirando a la Peña de Unzué, almorzamos.
Llega un coche y su ocupante descarga varios artilugios. 
Los coloca en la campa.





Son unos aros y alguna banderola de vivos colores.  
Cuando nos marchamos, nos acercamos a él y nos cuenta que coloca todo esto para hacer prácticas de vuelo con el dron:
"Antes venían con pequeños aviones de gasolina, pero ahora ya no los usan. Los drones se mueven con baterías eléctricas y es todo más limpio."
Seguimos nuestra ruta. 
Nuestra idea es visitar el gran roble que está medio escondido. 






El regacho, que en verano apenas lleva agua, hoy hace imposible pasar al otro lado, así que nos conformamos con admirarlo desde esta orilla. 
Llegamos al primer bosquete de robles.



Es un lugar hermoso. Pequeño y limpio. Vera, la galga, tiene frío y se dedica a correr a una velocidad impresionante. 




Del suelo, Damián recoge varias bellotas ya germinadas. 






El siguiente bosquete es bonito, pero sin el encanto del anterior. Damos una vuelta por su interior y seguimos la ruta. 
Por senda y pista, llegamos a nuestro siguiente objetivo. 
11:25 horas. Fuente del Yesal.
Estamos debajo de Solchaga. 






La fuente, totalmente reconstruida, es un espacio abierto y amplio. 







De su caño, sale un chorro con poca fuerza pero constante. 
Encima de la fuente se encuentra la Encina (con mayúscula). 



Un árbol emblemático en este paraje.
Avanzamos en dirección a Mendívil. 
A pocos metros de aquí, se encuentra otra encina, todavía más espectacular que la anterior. 



Le han colocado un par de mesas con bancos para aprovechar su sombra en los calores estivales. 

El actual es el más lejano de las casas, de todos los cementerios del Valle. Al E. del pueblo, encuadrado en un lugar de la naturaleza hermoso. Con muchos pinos y un carrascal natural. Los pinos con epidemia (...)
Dicen en el pueblo que uno de los que trabajaron en su obra, el Señó Gervasio, decía: "lo hay de estrenar yo, lo hay de estrenar yo". Y como se murió rápido, lo estrenó. (P.M. Flamarique)(Historias, sueños y leyendas de la Valdorba - Cuaderno tercero)

12:00 horas. Llegamos a Mendívil. 
Es un pueblo limpio y con las casas bien conservadas. Callejeamos un rato. 
Damián se encuentra con un conocido. Nos dice que, si queremos ver la iglesia, él tiene las llaves. 
Cruzamos la carretera general por el puente elevado y nos acercamos al templo. 






Es pequeño y está totalmente rehabilitado. 
Nuestro acompañante nos explica que el edificio es de dos épocas. 



La parte trasera, la más antigua, románica.







Y la parte del presbiterio, con la imagen de San Miguel, a quien está dedicada, gótica.
Regresamos al pueblo y nos despedimos. 
A la altura de Pueyo, la niebla hace su aparición y cada vez se espesa más. 
En Tafalla, sin sol, el día es invernal. 
Nosotros hemos disfrutado de una mañana soleada y cómoda. 
Los robles y las encinas nos esperan para una próxima visita. 

En este enlace se puede ver el recorrido de Sergismundo que es el que hemos seguido nosotros hoy. 



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