domingo, 5 de abril de 2009

Molinos de Valgorra



Domingo 5 de Abril de 2009






Hemos salido de la Plaza a las 8 de la mañana, como todos los domingos.
Hoy tenemos un poco de prisa para volver porque a las 12 es la Procesión de Ramos y queremos acudir.
El día ha salido bueno. Hay unas pocas nubes y, aunque está de cierzo, en cuanto empecemos a andar vemos que nos sobrará ropa.
Vamos a rodear Valgorra por arriba, siguiendo los caminos de los molinos.
Por Martínez de Espronceda cruzamos por el túnel de la vía del tren y, dejando a nuestra izquierda la ermita de San José, pasamos el puente de la autopista y cogemos el primer camino a la izda. que sube hacia Valgorra.

No han dado las 8,30 y llegamos al alto del camino en el que se encuentra una pequeña piedra labrada con una inscripción del año 1732 que habla de dos hermanas. Dice una leyenda que volvían del campo y les sorprendió una fuerte tormenta. En ese punto cayó un rayo y las mató a las dos.
Parece ser que esto no está documentado en ningún sitio, así que queda al criterio del lector si será verdad o no.
Nosotros, a ese sitio, siempre le llamamos "las dos hermanas". No es un topónimo.

A las 8,30 pasamos por el Portillo del aire. Dos perricos salen a recibirnos. Deben de estar tan aburridos que ni nos ladran.

Tomamos el primer camino a la derecha que asciende, sin dar respiro, hasta los molinos de la Carravieja.

Vamos cinco en el grupo: Templao, José Luis, Juanjo, Goyo y yo.
Desde allí arriba se domina todo el valle. Por el camino que desciende nos vamos al caserío de Pozuelo.

El campo está precioso, aunque los labradores dicen que hace falta que llueva.

En la hondonada, cuando el camino va a ascender, se encuentra la fuente. Echa un buen chorro de agua. El invierno ha sido húmedo y las reservas tienen que estar fuertes. En el aska hay mucha alga. No es bueno. Indica que el agua no está todo lo limpia que debería. Con todo, Juanjo dice que no puede resistir ver una fuente y no echarse un trago. Y se lo echa.

Son las 9,15 horas y llegamos a Pozuelo. Tomamos nuestro pequeño tentempié y apuramos las cantimploras de agua. Hace calor.

Para volver al pueblo, en lugar de coger el camino que baja directamente hasta la Fuente del Rey, tomamos el camino que asciende porque queremos seguir por el resto de los molinos que dan vista a la Valdorba. Subimos y resoplamos. Llegamos a los molinos. Contemplamos el paisaje. A la derecha San Pelayo. Al fondo la Higa, entre nubes. Delante, como enmarcándola, la Sierra de Alaiz y la Peña Unzué.

Bajamos para coger el camino que nos lleva a casa. Antes hacemos una parada, casi obligatoria, en la caseta redonda de La Navilla. Descendemos, y cuando son las 10,30, llegamos a la fuente del Rey.



No hay comentarios:

Publicar un comentario