sábado, 1 de mayo de 2010

Los Doce en el siglo XIX


Este escrito lo publicaron en el nº 187 de La Voz de la Merindad de fecha 15 de Abril de 2010.
LOS DOCE EN EL SIGLO XIX

Cuando Los Doce salgamos hacia Ujué en la noche del 30 de Abril, se habrán cumplido 404 años de peregrinación, interrumpidos únicamente por guerras o situaciones políticas difíciles. Aunque se mantiene fiel a los principios para los que fue fundada, la Hermandad de Los Doce ha sufrido los cambios lógicos de la sociedad y de las costumbres.

El relato que a continuación se reproduce, publicado en 1867, nos sumerge en la Tafalla de la segunda mitad del siglo XIX. Y si queremos jugar con la imaginación, podemos ver entre esos doce hermanos a Felipe Gorriti, que estuvo en Tafalla entre 1859 y 1867, entonando su “Regina coeli laetare”.

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EL APOSTOLADO DE LOS DOCE DE TAFALLA A UJUÉ
El día 1.° de Mayo acuden por la tarde individualmente estos hermanos a la iglesia que más les place, a confesarse, siéndoles obligatorio el cumplimiento de este acto, si no en la misma ciudad, en el momento de su llegada a Ujué.

Por la noche, entre once y once y media acuden al templo de Sta. María los Apóstoles, uniformes como los cruceros, con un farolito y un báculo, sin cruces, y así reunidos en la capilla de S. Juan Bautista permanecen hasta dar las doce el reloj, hora en que elevan á Dios una breve oración, y, en seguida, precedidos de su capellán que representa al Divino Maestro guiando a sus discípulos, emprenden la marcha. Cruzan grave y silenciosamente la ciudad uno en pos de otro, y al llegar al término de S. José y sitio llamado Pozo Redondo, entre el río Zidacos y la estación de la vía férrea, se detienen unos minutos. Origina esta detención la plática que pronuncia el padre espiritual que los acompaña, después de cuyo acto, que tiene lugar ante el numeroso concurso que sale de la ciudad a despedir a sus devotos conciudadanos, estos continúan su marcha hacia Ujué, cruzando la aspereza de los montes, sierras y barrancos durante una noche oscura, las más veces lluviosa, sin serles permitido pronunciar ni una palabra: solamente en caso de grave peligro se permite a cada hermano articular un Ave María Purísima en demanda de auxilio, el cual le presta el más inmediato y todos si el caso lo reclama.

Al llegar a Ujué confiesa el que no lo ha verificado el día anterior, y todos comulgan después de asistir a la misa que celebra su capellán, toman por vía de desayuno una porción de chocolate, durante el cual se les permite hablar y descubrir el rostro: dejan mandadas las misas que cada uno tiene por devoción y emprenden su camino de regreso a Tafalla del modo que se dijo a su salida.

Como a tres cuartos de legua de Ujué está situado un corral, donde por antigua costumbre se detiene el Apostolado y le está preparado un buen almuerzo que se verifica con el orden debido y la mayor armonía entre todos.

Prosiguen luego su marcha y al llegar á las puertas de S. Martín de Unx se descalzan los 12 hermanos y con los pies desnudos caminan las dos leguas que median hasta Tafalla, en donde precisamente han de entrar a las 12 en punto del día.
Un gentío inmenso que sale a esperar a sus devotos hermanos, los acompaña y penetra con ellos en la iglesia de monjas Recoletas de la Purísima Concepción, en el cual pronuncia una sentida plática el capellán que los conduce, encareciendo la ejemplar abnegación y constancia en sus hermanos, describiendo brevemente la historia de los importantes servicios prestados por estos a la religión y a la humanidad, desde los primeros tiempos de su congregación, y recomendando a todos los fíeles la imitación de las virtudes y sacrificios de sus conciudadanos. Concluye el orador y se reparte entre los 12 un panecillo llamado de los Apóstoles, con lo cual se da el acto por terminado.

Los individuos que ingresan en esta hermandad se imponen la obligación de hacer la anterior visita a la Virgen de Ujué durante diez años, pasados los cuales quedan jubilados, y son cubiertas sus vacantes por los inscritos que se hallan en turno.

Todos los hermanos activos y jubilados concurren con hachas de cera a las procesiones de Semana Santa, sin serle obligatorio vestir la túnica más que a los doce Apóstoles, de entre los cuales se nombran ocho, cuatro para conducir en hombros el paso de la cena, en el día de Jueves Santo, y los otros cuatro para relevarse durante la carrera procesional, y del mismo modo se verifica la conducción del santo sepulcro en la procesión del Viernes Santo.

Finalmente, durante el año se celebran algunas funciones de iglesia dedicadas a varios santos, costeadas por la hermandad, sorteándose entre sus individuos el santo a quien cada uno tiene que rendir culto en su día.


GLORIAS NAVARRAS...... HISTORIA COMPENDIOSA DEL ORIGEN DEL ANTIGUO REINO DE NAVARRA, BIOGRAFÍAS Y HECHOS CÉLEBRES DE SUS REYES, FUNDACIÓN DE SUS PRINCIPALES CIUDADES, VILLAS Y MONUMENTOS, E HISTORIA DETALLADA DE PAMPLONA DESDE SUS PRIMITIVOS TIEMPOS, CON OTRAS VARIAS NOTICIAS DE INTERÉS
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