domingo, 23 de mayo de 2010

La Gariposa - Corral Nuevo - Corral de los Toros



Ayer le llamé al Templao para preguntarle por su pierna izda. Me dijo que está "estacionario". El dolor no remite, pero tampoco va a más. Toca esperar. Quiso saber dónde iremos hoy. Le digo que a la Gariposa. Me desea, con sana envidia, que pasemos buena mañana.
A las 7,30 cantan los auroros debajo de casa la aurora de Pentecostés. Hoy es un día grande. Por la mañana al campo y luego, con Los Doce, a la inaguración del refugio, misa y comida en San José con las familias.


Son las 08,00 horas. Magán marca 15º y la farmacia 14º. Voy a la plaza y allí me está esperando Juanjo. De los demás no se sabe nada. Salimos. Me pregunta adónde vamos. Le digo que al Corral de la Gariposa. No lo conoce. Le va a gustar. Subimos por los jardines hasta Rekarte. La presa baja bonita. El resto del cauce es un horror. Seguimos teniendo la esperanza de que cuando terminen las obras dejarán un rincón arreglado. Distinto a como era, pero agradable. Son las 08,15 horas.

Seguimos. Dejamos atrás el molino de Macocha y la antigua Macocha la pequeña. A las 08,25 horas llegamos a la bifurcación de caminos. Tomamos el de la izda. que termina en Valdetina y en 15 minutos llegamos a un desvío a la izda. del camino pricipal, justo cuando comienza el encinar en el cerro. Asciende suavemente. A las 08,50 horas llegamos al Corral de la Gariposa "El primer componente ha sido identificado con el vasco "gari" = trigo. Nombre actual de un corral y corraliza, del que no he visto citas documentales, ni siquiera en los catastros del siglo XIX. Tiene 3.238 robadas, su corral tiene cubierto (166 m2), serenado (341 m2) y majadal" (J.M.Jimeno Jurio. Toponimia histórico-etnográfica de Tafalla) El entorno está poco transitado. La hierba alta y los cardos se han adueñado del terreno. A Juanjo le sorprende gratamente la edificación. En las puertas y en las esquinas las piedras son de sillería.


Está vacío. En el interior observamos las ventanas y troneras orientadas al N. En invierno las taparían, pero cuando llegasen las calores, por su orientación, las ovejas y corderos respirarían aliviadas el cierzo de las noches de verano. Nos quedamos un poco admirando el paisaje. Desde esa altura el piedemonte tafallés, similiar al de la Valdorba, es un regalo para la vista. Los campos están exultantes y las filas de robles y encinas que rodean las piezas, le dan al terreno una pátina antigua, imposible de ver en otras zonas del término. Juanjo me dice que volveremos en invierno. A él le intrigan los montones de piedras y las, aparentemente, rocas que nos solemos encontrar en los cerros. Siempre piensa que hay algo más que está enterrado. ¿Dólmenes, antiguos poblados, ...?


Nuestra idea es ir a Tajubo y llegar a la fuente de Valdetina.
A las 09,10 horas salimos a un camino principal. Subimos por él hasta llegar a una puerta metálica que lo cierra y decidimos volver sobre nuestros pasos y llegar al Corral Nuevo, enfrente del Caserío del Monte.
Abandonamos el camino y, para ir lo más recto posible, orillamos varias piezas de trigo y cebada. El calor aprieta. A la sombra de unos quejigos paramos un momento y almorzamos un poco. Seguimos. Orillando sembrados para hacer el menor mal posible nos acercamos a las inmediaciones del Corral Nuevo. Unos metros antes de llegar a él hay un pequeño pozo con agua. En sus paredes vemos que alguien ha hecho un trabajo de restauración, incluso con algo de mortero. ¡Qué bien! No todo va a ser vandalismo y dejadez. Son las 10,15 horas.
Bajamos en dirección hacia la carretera y antes de llegar a ella torcemos a nuestra izda. y por ese camino que desciende llegamos, a las 10,45 horas al Corral de Los Toros. "Por aquella época (1859), a fines de Septiembre o primeros de Octubre, los toros que se adquirían para las fiestas de Agosto eran capados en el corral antiguo del monte. Acudía mucha gente, que toreaba a la víctima después de la operación cruenta.
Este año uno de los toros hirió en el cuello gravemente al capador que se llamaba Arrula. Arrula que era hombre de muchos años no tuvo tiempo de subir a la tapia cuando soltaron al toro y sufrió una horrible cornada en el cuello, de la que curó.
El toro quedó para cabestro y desde entonces le llamaban Arrula, el toro Arrula. Lo toreaban todos los años y, a pesar de tener las puntas de los cuernos serradas, imponía respeto y nadie se atrevía a torearlo de capa" (Escenas de la vida tafallesa. Angel Morrás).

Seguimos descenciendo por el camino que nos llevará a la carretera de Artajona. 11,05 horas, y a las 11,25 horas entramos en el pueblo.

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