domingo, 30 de mayo de 2010

Por el barranco del Abaco

Habíamos hablado alguna vez Juanjo y yo de seguir el cauce del barranco del Abaco, desde su nacimiento hasta la desembocadura en el Cidacos.

El sábado pasado, una sobrina mía se fue con el novio al pirineo a hacer un descenso de barrancos y eso me dio una idea. Nosotros hoy, en lugar de descender, ascenderemos el Abaco. Desde el Cidacos hasta el Monte.

El sábado le hice la llamada obligatoria a mi amigo el Templao. Me dijo que va poco a poco. Se ha hecho análisis y le han salido bien. En cuanto a andar, le han mandado tranquilidad. Me dice que, a nada que se vea bien, comenzará a andar por el pueblo. No quiere perder sus buenas costumbres. Le digo lo del Abaco y me cuenta una anécdota que relataré mas abajo.


Son las 8 de la mañana. Magán marca 16º y la farmacia 15º. Hemos quedado en la plaza y salimos Juanjo, Goyo y yo. Por la carretera general llegamos enfrente de los últimos talleres, junto a la rotonda sur. Esta tarea de "aproximación" nos ha robado 30 minutos. Son 08,30 horas y estamos en la desembocadura. Tenemos, casi encima, la ermita de San Gregorio. El sitio es fantástico y la vegetación, desbordante, ha creado un espacio sombrío y frondoso que nos invita a contemplarlo. El barranco baja con agua. No mucha, pero lleva agua.
Salimos. Cruzamos la carretera general y lo vemos aparecer nuevamente detrás de la fábrica de los chinos. Seguimos por su orilla izda. en dirección N. Pasamos junto a los campos de fútbol de las eras. Ha empezado la Copa del Torneo Ciudad del Cidacos. Los jugadores se esfuerzan y pelean cada balón. Después de pasar nosotros se oye un sonoro "cagüen... tal" que, disculpándolo, comentamos que habrá sido una jugada de gol tan clara, fallada, que bueno...
El barranco se vuelve a esconder debajo del asfalto y del hormigón. No lo volveremos a ver hasta pasado el polígono de la carretera de Artajona. Caminamos sobre él. Atravesamos toda la nueva urbanización. La rotonda del 1043. Llegamos a "la Moraleja" y nos plantamos en el mini parque infantil que está encima de su cauce.
Estamos en las Casas Baratas. Recordamos las ríadas. "La más importante, que nosotros recordamos, la del mes de Julio del año 1935. Una gran tormenta de granizo y piedras de gran tamaño. Arrasó viñas, huertas y el campo en general, llevándose todos los fajos de las piezas y eras (...) En la zona del barranco Abaco, como hemos indicado, inundó y destrozó viñas, huertas y eras, llevándose toda la mies depositada en las mismas, trillos y aperos. En la zona del árbol del Gitano, arrastró a un hombre, salvándose agarrado a un fajo de mies. (...) (Retazos de historia tafallesa)(José Menéndez).

Cruzamos la carretera, junto a la rotonda, y por la trasera del polígono llegamos otra vez a dar vista al barranco. Continuamos un poco, sin perderlo de vista, y en el primer camino a la izda., debajo de un chopo enorme que parece un álamo temblón tomamos nuestro refrigerio. Son las 09,30 horas. Comentamos la transformación del barranco. Todo cubierto ha venido a solucionar los problemas de inundaciones. Las dos últimas, de las que hablaremos otro día, fueron el 27 de Junio de 1977 y el 9 de Octubre de 1979. Pero hay una pregunta sin respuesta ¿cómo estará el barranco en la zona que no se ve? Si se produce una tormenta como las citadas ¿el cauce estará limpio para tragar todo lo que le venga?

Salimos nuevamente a la carretera. Las orillas están impracticables. Descubrimos una lápida a nombre de Juan Sagardoy que indica que murió en ese punto alcanzado por una chispa. Este hombre era tatarabuelo de mi mujer. Falleció a finales del siglo XIX. Hemos pasado cientos de veces por ahí y es la primera vez que la vemos. Seguimos carretera arriba y llegamos al túnel de La Lobera. En ese punto el barranco atraviesa la carretera de Artajona y se adentra en la zona de las balsas. Este paraje es precioso. Tanto es así que hace unos cuantos años, El Templao mandó una instancia al Ayuntamiento solicitando que esa zona se convirtiese en un espacio de esparcimiento acuático. Ni le contestaron.
10,25 horas. Llegamos al Caserío del Monte. No queremos subir hasta la balsa Lucas, que es, más o menos, donde comieza el Abaco porque se nos hará tarde para volver. "Es el "abaco", "labaco" o "barranco del Abaco" por antonomasia. Baja del Monte Alto, contiguo y paralelo al camino (carretera) que va a la villa del Cerco. En las inmediaciones de la ciudad cruza perpendicularmente el camino de Larraga (carretera de Estella) y recibe por su derecha al barranco o "Labaco Bustal"; atraviesa una zona de viviendas modernas (actual calle del Abaco) y desagua en el Zidacos en las inmediaciones del cabezo de San Gregorio" (Toponimia histórico-etnográfica de Tafalla)(J.M. Jimeno Jurío).
0,35 horas. Como Goyo no vino la semana pasada, le enseñamos el Corral Nuevo y el pozo. Desde aquí vemos la cuenca del Abaco. Todas las aguas bravas que bajan del Buskil cuando entra el Viento Negro junto con las que bajan también de los altos de La Lobera, provocan los desastres que históricamente ha sufrido esa parte de Tafalla. Me contaba ayer el Templao que estando su padre en una pieza que tenían aquí en el Monte, se puso el cielo negro y tuvo que subir las caballerías a una pieza de un Churrero, que estaba en un alto. Como no le dió tiempo más que a desatar el ganado, los aparejos se quedaron en su pieza. Bajó tal riada que al día siguiente encontraron todos los enseres en las inmediaciones de San Gregorio.
Salimos del Corral Nuevo y buscamos, como el domingo pasado, el Corral de los Toros. Por el camino que desciende llegamos a la carretera de Artajona. Asistimos, estupefactos, al paso de motos y más motos. Jamás habíamos visto tantas juntas. Por lo visto era una concentración motera y había mas de 280 motos. A las 11,35 horas entramos en el pueblo. ¨

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