domingo, 13 de febrero de 2011

La Lagunilla de Cascarruejos






Retomo mi blog. El domingo pasado nos fuimos al caserío de San Lorenzo, pero unas situaciones a las que es mejor no darles vueltas, me quitaron el ánimo para escribir.

Esta semana pasada me habían llegado noticias de que el Templao estaba otra vez con vértigos, por eso, cuando hablé con él ayer no me sorprendió lo que me dijo. Al parecer, por el tratamiento que le han puesto, tiene que "chupar" durante quince días banquillo. Una pena. Le llamé a Juanjo con la idea de que nos acompañaran nuestras "respectivas". Se puso Rosa y le expliqué el plan: Iremos a la Lagunilla de Cascarruejos, en la Sarda. Le pareció una idea estupenda. A nuestras mujeres también les gusta salir al campo, y deberíamos de organizar más salidas con ellas.







El 15 de Junio de 2010, en el nº 191 de la revista La Voz de la Merindad, salió un pequeño reportaje de esta laguna (aunque ellos le llaman la Laguna de La Sarda). Nosotros no la conocíamos y nos picó la curiosidad. Si no te aproximas en coche, no da tiempo para llegar hasta casi la muga de Larraga. Los pinares de Valditrés y Tamarices son bastante extensos y se anda mal para ir y volver en una mañana.
Son las 08,00 horas. Magán marca 4º y la farmacia 2º. Con el coche, recogemos a Rosa y Juanjo en su casa y lo aparcamos en Valditrés. La mañana está fría, pero por la calle vemos los últimos juerguistas que se retiran a dormir después de una noche, larga, de Ferias. Cada vez nos parecen ¡ay! más jóvenes. Nosotros vamos con parkas, guantes y la calefacción del coche y ellos en camiseta y ellas con unas faldas tan cortas, que parece una madrugada de julio.
A las 08,10 horas llegamos a Valditrés. La hierba está blanca y el camino duro. Miro el termómetro del coche y marca -1,5 º. A los de las camisetillas y las minis, si estuvieran aquí, les daría igual.
Vamos en dirección SE. La mañana, a pesar del frío, es magnífica. Apenas hay viento y los sembrados verdean a pesar de la sequía. Al fondo de nuestro camino vemos que la niebla está agarrada en la hondonada del Arga. El montículo de Candaraiz retiene la niebla y en Valditres y en todo el Prado de Rentería el día está despejado. Entramos en las inmediaciones de la Cantera de Malamadera o de Ros. Vemos que en la dirección contraria a la que traíamos viene un pequeño regacho con agua.


Decidimos seguirlo y llegamos a una pequeña balsa. Avanzamos un poco más y descubrimos el origen del agua.




08,30 horas. Estamos en la fuente de Valditrés. Por fin la hemos encontrado. Tiene un caño bastante estropeado, seguramente por el salitre del agua. Las distintas barrancadas la han ido dejando a nivel del suelo pero se ve claramente el abrevadero.





Contamos por pasos y nos salen unos veinte metros de longitud. La fuente echa agua. Medio caño. Nos sorprende. En Valgorra, la de la Teja y la del Cura, ya están secas.
Volvemos sobre nuestros pasos. Dejamos atrás la cantera y tomamos, en la bifurcación, el camino de la dcha. que nos introducirá en las piezas de Tamarices. En lo alto de Candaraiz se asoman los caseríos de la Escolara y de Eulalio. Nos hacen un guiño, mientras sujetan la niebla. Siguiendo en dirección E., parecen decir, vais bien, enseguida encontraréis los Cascarruejos.
El camino muere en una pieza y vamos orillando los sembrados.




Casi todos los cerros están repoblados de pinos.





El pino Alepo fue una solución a primeros de siglo pasado para sujetar estos suelos tan calizos y, por lo tanto, pobres. Hay una masa forestal importante. Alegra la vista y relaja la mente. El término de La Sarda se abre ante nosotros en toda su extensión.




A lo lejos, en la orilla de la carretera, el caserío, como un testigo mudo, ve pasar los vehículos en dirección a Tafalla y se guarda para él historias de ferias de antes, tan distintas, pero tan importantes como ahora.



09,15 horas. Lagunilla de Cascarruejos o de La Sarda. Tiene agua. No mucha. Es una balsa amplia. La zona húmeda ya luce carrizos. Van a hacer falta unas buenas aguas para llenarla. Antes de que finalice Abril volveremos por allí. Si en lo que queda de invierno y en primavera abundan las lluvias, será un espectáculo verla. "En el ángulo SO. del término de La Sarda, contigua a Candaráiz y al E. de la Cañada Real- La delimitación de la corraliza de la Sarda, hecha en 1820 para su venta, se inicia comenzando el corte desde la Lagunilla que se nombra de Cascarruejos al barranco de Tamarices. Desaparecida recientemente por roturación" (J.M. Jimeno Jurío)(Topominia histórico-etnográfica de Tafalla)

Un todoterreno blanco que se alejaba por el camino que sale a la carretera, nos ve y da la vuelta. Llega donde nosotros. Es el guarda Javier Tapia. Nos ha visto y le ha picado la curiosidad. En broma, levantamos los brazos para mostrarle que no llevamos escopetas. Nos dice que una cuadrilla había solicitado permiso para dar una batida al jabalí en el Caserío de la Laguna pero que no llegan. Le decimos que igual tiene que ir a buscarlos a la discoteca. Hablamos un rato del campo, de la balsa. Estas conversaciones valen su peso en oro.

09,35 horas. Se ha hecho hora de almorzar. Paramos un poco en un carasol. Cuando vamos con las mujeres le echamos un poco de cuento a la cosa y llevamos unas latas de sardinas, algo de queso, o sea, que disfrutamos de su compañía y del almuerzo.

Salimos. Atravesando una pieza y orillando otra nos situamos casi enfrente del caserío de La Sarda. En el cantillo por donde pasamos nos encontramos a Julio Ibáñez. Está quitando piedras de la pieza. Nos dice que hay mucha sequía. La tierra sembrada necesita agua. Para esta tarde anuncian lluvia, pero aquí... ya veremos.



Nos vamos y seguimos por la orilla de los pinos y del campo hasta que llegamos al camino que sube, por detrás, a la torre de Beratxa. Son las 10,45 horas. Paramos un momento. Juanjo saca los prismáticos e intenta localizar la caseta alta, similar a la torre, que está encima del Corral de los Toros. No es posible; hay varios cerros que la tapan. Nos estamos quedando fríos. Decidimos volver. Iniciamos el descenso hacia el coche. La senda está marcada. Todavía quedan algunos hitos de la cañada. La pendiente se pronuncia y llegamos al prado. Son las 11,15 horas. Nos montamos en el coche y el termómetro marca 7,5º. La rosada ha desaparecido pero, en los sombríos de las balsas que hemos visto, el hielo tardará algo mas en irse.





Lagunilla de Cascarruejos at EveryTrail
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