domingo, 17 de julio de 2011

En el corral de La Aquitana



Está visto que no hay manera de subir a la Valdorba. Unos días por una cosa y otros por otra nos quedamos a disfrutar del término de Tafalla. Habíamos pensado subir hoy a Iracheta, pero ayer tuve un golpe malo en un dedo del pie. Temí sufrir una rotura, aunque no fue así. Para colmo, las prediciones meteorológicas no eran muy buenas. Fuerte temporal; vientos y lluvias que se han quedado en agua de borrajas.
De igual modo que el domingo pasado nos adentramos en Valdelobos, hoy vamos a entrar en la Aquitana o Quitana.
El viernes le llamé al Templao. No estaba. Se ha ido un par de días con sus parientes los Ruiz a Cantabria. Descienden del Valle del Pas e iban a visitar a algunos parientes que todavía quedan en aquellas tierras. Su hija Marina me dice que se encuentra bien, pero no cree que vuelva a hacer salidas tan largas con nosotros.
Son las 08,00 horas. Magán marca 17º y la farmacia 15º. El cielo está muy nublado. Chispea un poco. Nos acercamos a casa de Rosa y Juanjo para salir desde allí. Yo dudo un momento por si nos pilla alguna mojadura, pero Juanjo nos anima a que vayamos, pues ¡adelante!.
Rebasamos el polígono de la carretera de Artajona y comenzamos a subir por el camino del Vaquero y Quitana. La poca lluvia que caía, ha cesado y no volverá en toda la mañana.



08,20 horas. Llegamos a un cruce de caminos. Tomamos el de la dcha. El de la izda. desciende hacia algunas fincas cerradas para subir luego hasta la cruz de Corpus Alegría.
Por este camino vamos directos al canal. A nuestra dcha. se asoma, maltrecho pero digno, el Gurrutxo. Las piezas están en rastrojo. El campo amarillea y los insectos se han cobijado empujados por el frío cierzo. Son las 08,50 horas. Por el orillo de una pieza nos acercamos hasta el Gurrutxo. Las piedras, descarnadas y viejas, saben mucho de siegas y vendimias. No va a llover, pero el día está para pocos sudores.


Al otro lado del canal, un pastor cuida un inmenso rebaño de ovejas. Los animales rebuscan en el rastrojo la verde hierba que no puede salir por la falta de lluvias. Nos paramos un poco en el Gurrutxo. Es urgente hacer algo allí. Es una joya de nuestra arquitectura rural que de ningún modo, la ignorancia y el desinterés pueden dejar que se venga abajo definitivamente.
Desde esa posición, en dirección norte, bajamos a otra pieza para llegar al camino que asciende desde la crta. de Artajona. Cruzamos el canal y seguimos por ese camino para dar una vuelta por el otro lado. El rebaño está en el mismo lugar. Las cabras se encaraman en los árboles de la isleta de la pieza y buscan los brotes verdes y tiernos. Tienen patas y mandíbulas fuertes. El macho, nos observa al pasar y muestra una cornamenta retorcida, nada aconsejable si hiciera por nosotros. El pastor está lejos, jugueteando con los perros. Levantamos la mano y nos devuelve el saludo. Lástima no estar más cerca para hablar un rato con él.


Vamos camino adelante. En una curva vemos, casi enfrente, el caserío de Valdiferrer. No queremos llegar allí. En la pieza de abajo, dos corzos adultos van corriendo buscando la protección de la espesura. Nunca habíamos visto a estos animales por aquí. Tienen que cruzar el canal y muchas veces pierden la vida. Hasta ahora, el guarderío rural de Navarra ha contabilizado al menos once corzos muertos en el Canal. Comenzamos a descender hasta llegar a otro camino principal. Si continuáramos por él, llegaríamos a la balsa, que en este tiempo tendrá el agua corrompida, y al cruce del camino que sube hasta el caserío.
Enseguida tomamos un camino a la izda. que nos vuelve a introducir en La Quitana.
Por suave pendiente llegamos a una pieza. Tenemos delante el corral y allí vamos.


Son las 10,00 horas. Corral de la Aquitana. Buscando el abrigo del cierzo nos sentamos y sacamos el almuerzo. Miramos en dirección E. Desde aquí parece como si Tafalla se hubiera deslizado desde Valgorra. No distinguimos Pozuelo, pero la vista, poco a poco, se va elevando hasta el Alto de Guerinda. A la izda. San Pelayo y más allá la sierra de Alaitz. A Ujué nos lo tapan los Altos de la Carravieja. Y un poco más a la dcha., vemos Valmayor y los pinares de Valmediano, uno de nuestros sitios preferidos. Somos afortunados de poder disfrutar de este paisaje. Estamos en un lugar que, aparte de los cazadores, poca gente conoce y frecuenta. El corral está abandonado. En sus alrededores sólo hay tierras duras de cereal y alguna repoblación de pinos, pero en esta fría mañana de julio sientes que eres parte de todo esto.

Desde el corral desciende un camino que va hacia el canal. Bajamos en dirección S. y lo cruzamos por otro puente. El cauce tiene abundante agua. Continuamos bajando. A nuestra dcha. una viña emparrada luce todo su verdor. Es la única que vemos por aquí. No nos extraña. El negocio del vino ya no es negocio y los labradores tienen que buscar lo que "sale a cuenta".
Seguimos caminando hasta empalmar con el camino por el que hemos subido a la mañana. Bajamos un poco y llegamos de nuevo a la crta. de Artajona.
A las 11,00 horas entramos en el pueblo. En las Casas Baratas celebraron ayer sus fiestas del barrio, hasta con fuegos artificiales.
Al despedirnos de Rosa y Juanjo, como mi pie apenas me ha molestado, casi nos "prometemos" que el domingo que viene iremos, por fin, a Besagatz en Iriberri.

En el corral de la Aquitana at EveryTrail
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