Tradicionalmente, los clubes navarros de montaña acuden el domingo anterior a la Nochebuena a San Miguel de Aralar a celebrar el día del Montañero (Mendigoizaleen eguna). Este año les ha tocado mucha nieve. En mis tiempos de la S.M. Alaitz nos tocó de todo; días primaverales en pleno Diciembre y nevadas nada más salir de Huarte Araquil.
Nosotros, a partir de este año, también vamos a tener una cita fija.
El domingo anterior a la Nochebuena iremos a los Altos del Planillo a visitar al tío Manolo. En "los santos lugares" que decía él, pusimos una piedra con su nombre tallado y una espiga.
Son las 08,00 horas. Magán marca 4º y la farmacia 3º. Llegamos a casa de Rosa y Juanjo para salir desde allí. Nos dicen que el termómetro que tienen en la terraza marca 2º.Subimos hacia la cooperativa agrícola. El día amanece despacio. Hacia el S. está despejado, pero en el N. unos nubarrones negros amenazan con lluvia o nieve. Decidimos seguir. En el Caracierzo de la Celada las viñas retuercen sus dedos implorando abrigo. Comienza a caer una lluvia fina. No nos echa para atrás.
A las 08,30 horas llegamos a la carretera de Miranda y la cruzamos. Entramos en El Planillo. Para de llover y ya no lo hará en toda la mañana. En el suelo no hay mucho barro. Comenzamos a subir y abandonamos la pista de concentración para continuar por la dcha.
El viejo camino de herradura serpentea entre romeros, tomillos e ilagas.
A las 09,00 horas llegamos al alto.
La base de hormigón, lavada por la lluvia, muestra claramente sus letras. "DFN. Respetad".
Nos acercamos al cortado y allí está la piedra que, a modo de lápida, colocamos a primeros de Noviembre. Alguien ha plantado un pequeño pino junto a ella.
Contemplamos un buen rato el paisaje. A nuestros pies se extiende el Prado de Rentería. Sembrado de alfalfa y cebada, da serenidad al paisaje duro de calizas y arbustos. Hacia el N., en Urbasa y Andía, la nieve se ha adueñado del paisaje. La Peña de Unzúe se ha puesto un gorro blanco en su cima, anunciando la próxima Navidad. La sierra de Alaiz y la Valdorba serrana se suman con sus laderas a esta especie de gigantesco belén. Nos parece increíble poder disfrutar de algo tan sencillo y cercano.
Decidimos continuar. El camino comienza a descender y, antes de meternos en el pinar, por un pequeño portillo, bajamos al camino que va a Valditrés.
Aprovechamos unos registros del riego como mesas y sacamos los bocadillos. Son las 09,30 horas y ha llegado el momento de almorzar. Estamos al abrigo del cierzo y la pared rocosa que tenemos enfrente impone.
Nos vamos a Valditrés. Juanjo tiene interés en visitar la Laguna de Romerales para ver si le ha entrado agua. Dejamos a nuestra dcha. la cantera de Ros y tomamos el primer camino a la izda.
Hace frío, el cielo está plomizo y, sin embargo, lo que nos rodea es inigualable.
A las 10,15 horas llegamos a Romerales. La balsa tiene agua. No pensábamos que tuviera tanta.
Siempre lo digo. En esta época, tanto El Saso como Romerales son zonas que hay que visitar, esté el tiempo como esté.
Los campos verdes, la balsa con agua y los cerros repletos de romero, forman un conjunto que vale la pena conocer.
Por la orilla del sembrado subimos hasta el camino que nos saca al vertedero. Con tierra buena han formado un pequeño montículo. Creemos que dentro de poco harán una repoblación y el paisaje se unificará.
Como dice Juanjo: Dentro de unos mil años harán excavaciones arqueológicas y estudiarán nuestra forma de vida, tan primitiva y a la vez consumista.
Ahora toca caminar por carretera. A las 10,45 horas llegamos al Caserío de la Laguna. Nunca hay nadie cuando pasamos por aquí, salvo unos perros malhumorados y chillones. Tengo ganas de ver otra vez el pequeño tentadero que hicieron en su interior.
Debajo del caserío, La Laguna está completamente seca. Nos parece increíble después de ver la de Romerales, ¿por qué está así?.
Salimos a la carretera de Miranda y llegamos a la fuente de Resano. Echa un chorro abundante, como en pleno invierno. No resisto la tentación y me echo un trago.
Por la orilla de la carretera nos dirigimos hacia el pueblo. El agua que sobra de la fuente, ruidosa y alegre, se encamina hacia la Laguna. Van a hacer falta muchos litros para llenarla.
Volvemos a tomar el camino junto al cementerio. Al pasar por Gallos Cantan, algunos caminantes, bien abrigados, llevan flores a sus familiares en Margalla.
"Lindia: Enfermedad del trigo, conocido también como tizón: Pablo Estorgia pagó este agosto de 1757, doce robos de trigo por la pieza de Gallos Cantan, es muy puerco y tiene mucha lindia, dice que la ha dado la pieza, no vale a 4 reales" (Fernando Maiora)(Tafalla, del reino de Navarra)
Son las 11,30 horas. Entramos en el pueblo. El día ha empeorado. La nieve de los montes trae el viento frío. Nos despedimos en la "Moraleja" y nos deseamos feliz Navidad.
Este es el enlace para ver el recorrido.
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