martes, 27 de diciembre de 2011

Navidad en el Tajubo





Este año, como ha caído Navidad en domingo, se nos ha trastocado un poco el calendario. Quedamos en salir hoy. Haremos una vuelta corta porque a las 12 queremos estar en San Pedro para celebrar la festividad de San Esteban. La Coral Tafallesa canta la pastorela y, en esa iglesia, la acústica es perfecta. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 1º y la farmacia -1º. Al contrario que el año pasado este mismo día, no anda aire y el frío se soporta bien. 
Inma y Rosa no conocen las ruinas que hay encima del Corral de los Toros y queremos enseñárselas. 
Comenzamos a subir por la carretera de Artajona. El paseo es incómodo. Aunque no hay un tráfico abundante, de vez en cuando viene de frente algún coche que nos obliga a orillarnos. 
La rosada tiñe de blanco las zarzas que cubren el Barranco del Abaco. 
A las 08,45 horas llegamos junto al túnel del canal en La Lobera. Un camino que sube en dirección N. nos invita a cruzar el canal para llegar en 15 minutos al Corral de los Toros. 





La soledad es absoluta. El día está claro y limpio. El sol se empieza a adueñar del campo pero, en las sombras, el frío nos obliga a llevar guantes y gorros. Nos detenemos un momento a contemplar el edificio y recordamos las conversaciones con "Pastoril", cuando el Templao y yo volvíamos del Buskil y él estaba en plena faena con su rebaño. 






Un poco más arriba, entre robles, enebros y encinas, nos acercamos a las ruinas de la enigmática construcción. Son las 09,15 horas.  Aún sigue en pie.  Cuanto más la vemos, más sorprendente nos resulta. Por más vueltas que le hemos dado a la documentación que poseemos, no hemos encontrado nada sobre su origen. 






La puerta y las esquinas están construidas con piedra de sillería. Aunque desmochada, tiene una altura considerable. ¿Era una torre de vigilancia o simplemente un refugio de pastores? Tenemos la esperanza de dar un día con algún dato. 





Volvemos a salir al camino junto al Corral de los Toros y subimos hacia el N. Llegamos a una enorme piedra lisa. Estamos en el Tajubo. "Zootopónimo . Variante de Tajugo; Tejón. Tajugo. Se oyen las formas: Tajubo, tajudo y tajugo. Paraje en el Monte Alto, al E. del camino al Portillo del Sastre, hasta la muga de Pueyo (N. y E.). Terreno repartido entre las Corralizas de los Toros y de la Gariposa. Nombre moderno, debido a la presencia de tejones". (J.M. Jimeno Jurío)(Toponimia histórico-etnográfica de Tafalla) 






Desde aquí el paisaje en el NE es una maravilla. La Peña de Unzué y la Higa, azules, miran de reojo a la Peña de Izaga que se alza junto a ellas, digna y lejana. San Pelayo, con sus apenas 962 mts. de altura les cuenta historias antiguas de navidades felices en los pueblos vecinos. De las chimeneas de Amatriain, Artariain y Orisoain se escapan aromas de cardos, corderos asados y turrones  de almendras. 
El desconocido y olvidado Tajubo, como queriendo reivindicarse, nos muestra  la suavidad de sus campos, inmensos y verdes.





En un carasol sacamos los bocadillos. Son las 09,30 horas. Nos sentamos junto a unos coscojos. De su interior, como si se tratara de un reloj de cuco, sale un petirrojo. Gordo y confiado, nos mira con curiosidad. Está a poco más de un metro y ni se inmuta. Las plumas rojas de su pecho dan color al verde oscuro de los chaparros. El Tajubo no tiene acebos, pero el pajarico le da un toque entrañable a este rincón. Salta sobre nuestras cabezas y nos mira desde el sembrado. Intento acercarme para sacarle una foto pero le vienen las dudas sobre mis intenciones y se adentra en la maleza. 
Ya he dicho que llevamos un poco de prisa. Nuestra intención era llegar hasta el corral de La Gariposa. Tomamos un camino y comprobamos que nos saca de nuevo al Corral de Los Toros. En lugar de volver, seguimos hacia el pueblo. 
La temperatura ha subido. 





El camino, ancho y arreglado, nos lleva cómodamente entre campos de cereal hasta la orilla del canal. Lo cruzamos por un puente y comentamos lo turbia que está el agua. 
Este camino nos saca a la carretera. Volvemos a pisar asfalto. El tráfico se ha incrementado. Afortunadamente, tenemos la mitad de trayecto que a la ida.

A las 10,30 horas entramos en el pueblo por la zona de las Casas Baratas. Es día festivo en Tafalla. El comercio está cerrado y los pocos transeúntes que vemos son madrugadores o trasnochadores. Depende de la edad.   

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