Valdetina y Turrustaldia son dos fuentes de Pueyo a las que solemos ir con frecuencia. Las hemos conocido con caudales imponentes, como ahora, y secas como este año pasado y algunos otros.
Hace mucho que no vamos a hacerles una visita y tengo ganas de disfrutar de ellas tras este otoño-invierno tan lluvioso.
Son las 08,00 horas. Magán marca 7º y la farmacia 5º. El cielo está prácticamente despejado. Salimos abrigados porque el cierzo, aunque suave, viene frío. El descenso del termómetro se ha hecho notar.
Por el casco antiguo tafallés, salimos a las Siete Calles y subimos hasta el antiguo matadero municipal.
Tomamos un camino que parece abandonado para llegar, por detrás del Instituto, a Recarte.
Junto al edificio nuevo han puesto una verja que hace imposible seguir; tenemos que volver sobre nuestros pasos.
Por una senda, sobre el cerro donde existió un antiguo horno de tejas, salimos a la antigua fábrica de El Caserío.
08,30 horas. En la presa de Recarte el agua corre veloz. En el remanso, acaricia las orillas como si fuera un gesto de despedida. Entramos en un tiempo de estiaje y el río, a pesar de lo que ahora vemos, volverá a su imagen del verano.
Al llegar al chaflán de la finca de Zubiri, tomamos el camino de la izda. Vamos en dirección N. con el sonido bullicioso del barranco de Valdetina a nuestra dcha.
Pasamos junto al cruce que sube a la Gariposa; no lo tomamos.
09,00 horas. Más adelante, otra bifurcación a la izda. nos adentra entre encinas hacia un campo abierto. En el borde de una gran pieza en barbecho, nos paramos un momento. Tenemos a nuestra izda., tapada por la vegetación, la Gariposa.
El terreno está rodeado de encinas y robles. Estos han echado la hoja y su verde vivo y fresco nos permite distinguir, en la lejanía, los robles de las encinas, cuya hoja perenne aparece más oscurecida.
Bajamos de nuevo al camino principal. Las cepas, inclinadas sobre los alambres, se han coronado de hojas verdes y tiernas.
Junto al camino que baja de Pueyo hacia la fuente, una enorme extensión de colza destaca sobre el verde de los campos.
Por sendero estrecho, salimos a la balsa y a la fuente.
09,30 horas. Fuente de Valdetina. De sus dos caños no puede salir más agua. Hacemos la medición del caudal: 47 litros por minuto.
Han limpiado la balsa. Este precioso rincón es un lugar que hay que conocer y visitar. En sus mesas, debajo de los plátanos, almorzamos contemplando las aguas limpias y tranquilas.
Nos asomamos al barranco que baja del Monte. Trae mucha agua.
Volvemos por el camino por el que hemos venido.
De vez en cuando nos encontramos con paseantes que se dirigen a la fuente. Enfrente del letrero "Baldetina-Tafalla", sale un camino que va por debajo de la Solanoa y sus tres imponentes molinos. Lo seguimos para ir a Turrustaldia.
10,30 horas. En la orilla dcha. hay una pequeña cruz de piedra que recuerda a Eulogio Olcoz fallecido en 1878. El lugar está cuidado y limpio.
El camino, serpenteando, comienza a descender. Detrás de una curva reconocemos el plátano de buen porte que da sombra a la fuente. Hacia allí nos dirigimos.
En diez minutos llegamos a la Fuente de Turrustaldia. Da gusto verla. De su caño en forma de gancho sale un agua fresca y limpia que invita a echar un trago. Medimos el caudal: 23 litros por minuto. Junto al abrevadero, una piedra de molino hace de mesa. Del desagüe, el agua salta con fuerza al barranco imaginando las peripecias que le esperan hasta llegar al Cidacos, donde podrá divertirse con las carpas y barbos.
Junto a olivos, viñas y plantas aromáticas, el camino desciende suavemente buscando el de Macocha.
Las intensas lluvias han hecho mella en las laderas del pinar y del río. En algún punto hay incluso peligro.
Abajo, el Cidacos se esconde entre la vegetación y sale de nuevo mostrando orgulloso su cauce.
"10 de Julio de 1886. La tempestad del día 7 arrojó en alguno términos en Peralta un fuerte aguacero que produjo daños de consideración en los campos. Y no son estos y los del Carrascal, de que ayer hablamos, los únicos en que la tormenta ha dejado sentir sus desastrosos efectos. En Tafalla, Artajona y otros puntos no cayó piedra, pero la lluvia fue tan abundante que el agua arrasó los campos arrastrando mieses segadas y destruyendo las plantas en extensos trozos de terreno. El desbordamiento del Cidacos inundó las huertas de Tafalla, donde el agua aisló algunas casas, sin que por fortuna haya que lamentar desgracias personales". (Lau-buru. Diario de Pamplona)
El día invita a salir a pasear. Con algunos conocidos nos paramos a hablar un rato.
11,30 horas. Presa de Pericueta. La hemos visto este verano tan desolada y seca que no podemos pasar de largo sin hacerle una visita. Entre huertos nos asomamos a la orilla del río. La presa intenta retener el agua, pero esta le pasa veloz por encima, ignorándola.
Pasamos junto al Molino de Macocha. En su campo los plásticos negros protegen de la luz a los espárragos. Algunos hacen fuerza intentando salir.
Estamos otra vez junta a la presa de Recarte. Por la Panueva entramos en el pueblo. En los Jardines los bancos están vacíos. El día solo está bueno para andar.
En este enlace se puede ver el recorrido de hoy.
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