lunes, 23 de junio de 2014

El pozo de Jurío





Sábado, 21 de Junio de 2014


El sábado que fue domingo, como dice Juanjo. Este domingo no podemos andar, así que hemos decidido adelantar la excursión un día. 
Aprovechando el filón que han supuesto los descubrimientoa de "Sergismundo", hoy nos vamos a ver el Pozo de Jurío. Está muy cerca del Caserío de Valdiferrer y desconocíamos su existencia. 
Son las 08,00 horas. Magán y la farmacia coinciden: 22º. El cielo está completamente limpio. Hace calor. Aunque para la tarden anuncian tormentas. 

        Las lluvias de San Juan, ahogan el trigo y aguan el vino

Al terminar el polígono industrial de la carretera de Artajona, entramos por el camino en el Vaquero. 
Las piezas de cebada están cosechadas. El trigo, casi a punto, necesita unos días más para terminar de perder el verdor. 
En las orillas del camino los escaramujos han perdido la flor y los botones verdes de los futuros "tapaculos" comienzan a engordar. 
Tomamos el primer camino a la izda. y salimos a la carretera de Estella. Nada más pasar la serrería de Martínez, tomamos el que entra a la dcha., que lleva a la granja del Churrero. 




Unos olivos centenarios nos dan la bienvenida. Sus troncos retorcidos y gruesos impactan al verlos de cerca. 



08,35 horas. Cruzamos el canal, que en este tramo está enterrado, y bajamos a ver el Corral del Vaquero. Una parte está medio en ruinas, aunque otro edificio parece mejor conservado, como si estuviera preparado para guardar maquinaria. 


Unos pocos metros más adelante, el Corral de la Mariana se hunde sin remedio. Abandonado y sin apenas techumbre, sobrevive en una especie de isleta ofreciendo al paseante su imagen lastimera y triste. 


En el Almendrolar salvamos el barranco de Valdiferrer cruzando un pequeño puente y comenzamos, en suave ascensión, la aproximación al caserío. 
El camino se abre paso entre grandes piezas de cereal. El trigo en esta zona tiene un color tostado, "sarraceno" me dice Juanjo. Las espigas ladean la cabeza obligadas por el peso del grano. Son días críticos en el campo. Las temibles tormentas pueden dar al traste con el trabajo de todo un año. 


09,00 horas. Caserío de Valdiferrer. En el caracierzo, a la sombra de los cipreses y acacias, está el pozo. Apetece la sombra y el poco oreo que anda. Sacamos los bocadillos y reponemos fuerzas. Todavía nos queda un rato de caminata. 
Rodeando el caserío, en el cruce que baja a la carretera de Estella, continuamos de frente. El camino se aleja para, dando un vuelta, volver en dirección E. Entramos en una zona de pinar. 


Estamos próximos a la muga con Artajona. Desde aquí se divisa el pueblo acurrucado bajo el Cerco.  
Le cuento a Juanjo una historia curiosa de estos parajes que me llegó por medio de Angel Esparza.

"En una de las casetas de piedra que abundan por el término, vivió un hombre que se llamaba Bordonaba. Este individuo, no se sabe bien por qué, decidió "retirarse del mundanal ruido" y vino a vivir por aquí. Sobrevivía como podía y agradecía las visitas de labradores y pastores. El padre de Angel, cuando tocaba ir a trabajar a una pieza que tenían por allí, lo visitaba y le daba alguna cosa. 
El tal Bordonaba se hizo popular y le sacaron una jota:

           Si vas a Valdiferrer
           pregunta por Bordonaba.
           Pero llévate de todo,
           porque él no tiene de nada". 



09,45 horas. Pozo de Jurío. Está en el cruce de caminos que unen Valdiferrer y la Aquitana. Medio escondido, es imposible verlo si no sabes que está ahí. Hemos pasado por ese camino montones de veces y no nos hemos enterado. Apartando alguna piedra, se puede apreciar el pozo. Tiene agua. No queremos enredarlo demasiado y lo dejamos como está. Con haberlo localizado nos basta. 



Continuamos en dirección N. A la dcha. del camino encontramos una antigua colmena marcada por Sergio en su recorrido. 
En la ladera del montículo, al abrigo del cierzo, se conserva bastante bien. 
Seguimos en la misma dirección. Entramos en un terreno frondoso. No vemos el agua, pero adivinamos que es una zona de aguas por la vegetación. 


Al terminar una pieza, en la ladera, hay una abejera de considerable tamaño y en buen estado de conservación. Subimos a verla. 


Todavía están las tapas al pie de los nichos. 
Seguimos por el camino y, al llegar a una curva a la dcha., en el fondo de una pieza, hay otra abejera como la anterior, aunque peor conservada. 
Orillamos la pieza y subimos a verla.


El techo está medio hundido, pero una sólida construcción con grandes piedras sujeta lo que queda de cubierta. 


Junto a ella hicieron un pozo de aljibe para el abastecimiento de agua. 
Volvemos al camino y entramos en La Lobera.  


Comenzamos a descender y damos vista al canal que viene del túnel. Lo cruzamos y, por su orilla izda., comenzamos a bajar suavemente.


11,00 horas. A nuestra izda., entre campos amarillos y monte bajo, emerge el Gurrutxo, que a duras penas se mantiene en pie.  
Junto a una caseta, un hermoso peral presume mostrando sus frutos. 
Hay varias bifurcaciones, pero seguimos siempre por el camino de la izda. 



Entre campos de trigo y cebadas cortadas, entramos en el pueblo. Son las 11,30 horas
Otra bonita excursión en la que hemos descubierto el Pozo de Jurío y las abejares de la Aquitana. 








1 comentario:

  1. Qué buena descripción!!
    Gracias por acercarnos estos rincones de Tafalla.
    Seguimos aprendiendo.
    Aitor

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