lunes, 13 de junio de 2016

Cuevas de Alaiz y de Diablozulo





Domingo, 12 de junio de 2016


El pasado 4 de abril estuvimos en la cueva de Diablozulo. Le dije a Sergismundo que tenía que ir por allí. Y como hace casi siempre, no sólo fue, sino que planteó un recorrido que ampliaba, y mejoraba, el mío. Me lo envió y, como Damián Muruzábal me tiene dicho que cuando prepare algo por la Valdorba o Alaiz, le avise, pues hoy hemos quedado junto al castillo de Tiebas para ir a las dos cuevas. 
Son las 08,00 horas. Magán marca 16º y la farmacia 14º. El cielo está blanquecino tirando a gris. Son nubes altas que, conforme avance la mañana, dejarán paso al sol. 

En junio hay día para casar, enviudar y volver a casar. 


Para la 08,30 horas ya estamos aparcados y con las mochilas a la espalda. Vera, la galga, tiene ganas de correr, pero hasta que no salgamos del pueblo tiene que ir atada.


Entramos en el camino de Santiago y echamos un vistazo a la zona de la cueva. Seguiremos por las sendas próximas a la cantera. 


Caminamos por la estrecha senda descubriendo los hitos de la ruta jacobea. 
Llegamos a un punto en el que hay que coger una pequeña senda que sube a las palomeras. 


Aquí se acaba lo bueno. La pendiente es fuerte. La senda, bien marcada, conduce a los puestos. A partir del último, el sendero está más difuminado y obliga a prestar mucha atención. Nosotros llevamos el recorrido descargado en el Gps y eso nos garantiza que subiremos sin pérdida. 
Entramos en el bosque. Los bojes y robles forman una especie de túnel, sombrío y fresco. 
09,15 horas. Cueva de Alaiz. 


Dos moles enormes de roca caliza cierran el entorno. 


A la izda., lo más parecido a una cueva, cierra la pared.
Sergismundo lo describe muy bien en Wikiloc. 

Al llegar a la Cueva de Alaitz, lo primero que impresiona es el silencio. Al salir de la senda cerrada al claro da la sensación de entrar en un sitio cerrado. No estamos en una cueva propiamente dicha, sino en un gran abrigo creado por las rocas, orientado al suroeste, y protegido de lluvias y cierzo. Se han encontrado restos del Magdaleniense (última fase del Paleolítico Superior). Para los que nos somos expertos en la materia, de hace más o menos 10000 años. Tiene dos partes diferenciadas, un poco separadas entre sí, con varias rocas que facilitarían la construcción de empalizadas, paredes y techos para cobijarse.  
Gracias a los restos de sílex encontrado y cenizas de hogueras, han deducido que estuvo habitada por cazadores que desde la boca de la cueva dominaban una extensa zona.  

Descendemos por el mismo sendero hasta las palomeras y salimos camino de Santiago. 


Caminamos en dirección E. Cinco peregrinos franceses vienen hacia nosotros. 

- Bon jour - nos dicen sonrientes 
- Buenos días. ¿A Puente?
- Oui - 
- Buen Camino - les deseamos. 

Caminan rápido. Casi con prisa. 
Poco antes de llegar a Guerendiain, otros dos peregrinos nos saludan moviendo la cabeza. 


10,20 horas. En la iglesia de San Juan, como la última vez, almorzamos a la sombra del porche. 
Antes de subir a Diablozulo, damos una vuelta por el pueblo. Merece la pena. Las casas están muy cuidadas y en cada rincón hay una talla de madera o de piedra, una galera restaurada o cualquier otro ornamento que embellece el lugar. 


La fuente del peregrino, según dice una placa, fue restaurada hace veintitrés años. 
Hace mes y medio que estuvimos por aquí y hemos encontrado un cambio notable. En las esquinas de las casas hay instaladas cámaras de vigilancia y carteles que lo advierten. Todo indica que los amigos de lo ajeno vienen por aquí a algo más que a contemplar la hermosura del pueblo. 
Volvemos a la senda que sube a la cueva. 



Subimos despacio por terreno despejado y nos detenemos de vez en cuando a contemplar la Cuenca de Pamplona. 
Al llegar al cruce de caminos, vemos con preocupación que han puesto una pequeña indicación señalando el camino contrario. Continuamos por el de la izda. y en pocos minutos llegamos.



11,00 horas. Cueva de Diablozulo. 



Damián ha traído una linterna y entramos en el interior. La temperatura baja bruscamente. 



Nos quedamos en la primera sala de la cueva donde se encuentran unas toscas estalactitas. 

Dice Sergismundo en Wikiloc:

La Cueva de Diablozulo sí es una cueva. Después de una breve bajada, avanzamos por distintas galerías hasta un momento en el que paramos. (Más abajo explico por qué). En el interior hay mucha humedad, y encontramos estalactitas, estalagmitas y otras formaciones, que si bien no son de gran relevancia, tienen su importancia. También estuvo habitada. En su interior se han encontrado restos de enterramientos de la Edad del Bronce, que están expuestos en el Museo de Navarra.

La cueva tiene unos recovecos que indican que tiene más profundidad, pero no continuamos. 
Sergismundo en Wikiloc lo deja bien claro:

Otro aspecto a reseñar de la Cueva de Diablozulo, y es el motivo por el que detuvimos nuestro avance, es la presencia de una colonia estable de murciélagos, que habita la cueva, y estaban presentes sobre todo en la última sala de la cueva. Prudentemente nos detuvimos y los dejamos tranquilos. El murciélago es una especie que está en regresión, y no es conveniente ni molestarlos ni interferir en su hábitat. Es preferible visitarlos al caer la tarde, puesto que empiezan su actividad y no se les despierta. Tampoco es conveniente entrar a la cueva en invierno. En esta estación ellos hibernan, y es cuando más vulnerables son.

Bajamos . 
Al llegar al cruce de caminos, tomamos el de la dcha. porque queremos que Damián contemple el roble que está en las cercanías.



El ejemplar es magnífico. Le sorprende gratamente y me dice que ese sí que es un roble de buen tamaño en comparación con el de San Pelayo. 
Bajamos hasta la cantera abandonada. Tenemos dos opciones para el regreso a Tiebas: Volver por la ruta jacobea o bajar al canal y tomar una pista blanca. 
Nos decidimos por la primera opción. 



El sol ya pega fuerte. El sendero que va por la falda de la sierra es sombrío y fresco. Caminamos ligeros, disfrutando del bosque. 




12,30 horas. Tiebas. Al pie del castillo nos despedimos. Hemos disfrutado de una mañana estupenda de monte a sólo veinte minutos de Tafalla. Un lugar que, si lo respetamos, merece la pena conocer. 


En este enlace se puede ver el recorrido de Sergismundo, que es el que hemos seguido nosotros hoy. 

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