lunes, 20 de junio de 2016

La Peña Jenáriz (Miranda de Arga)



Domingo, 20 de junio de 2016


En el librito que editó en el año 2000 el Consorcio de la Zona Media para difundir 20 paseos por la comarca, hay uno que siempre me ha llamado la atención: La Peña Jenáriz en Miranda de Arga. El itinerario se balizó y se catalogó como el SL NA-177. Hoy está totalmente abandonado. 
Por casualidad me encontré un recorrido del grupo de montaña Aitonak de Pamplona. Lo modifiqué según mis necesidades, porque ellos viajan en autobús, y lo guardé para hacerlo algún día.
Hoy es ese día.
Son las 08,00 horas. Magán marca 13º y la farmcia 12º. En el cielo hay mucha nube aunque no está previsto que llueva. El cierzo sopla "fresquito" así que, por si acaso, echo ropa en el coche.

Por Santa Margarita, la lluvia más que dar, quita. 

A las 08,20, aparco cerca del Humilladero y salgo del pueblo. Le doy los buenos días a un señor que está sentado al abrigo de la construcción y él me desea "una buena mañana". 
El camino es ancho y bueno. Los vehículos lo transitan para acercarse a las piezas. 


Me detengo un instante y contemplo Miranda vigilada por el imponente torreón.


Unos metros más adelante, diviso por vez primera la Peña Jenáriz. En su cima, el blanco vértice geodésico devuelve la luz del sol y destaca en la oscura mancha del arbolado. 
El camino va subiendo suavemente, pero sin descansos, entre campos de cebadas y trigos. 


Una vez rebasada la solitaria antena, hay que tomar una senda estrecha que sube al cerro. 


09,20 horas. Junto a la cima (557 m) se encuentra la ermita de El Ángel. Solitaria, al borde de la descarnada ladera, no tiene cubierta y, aunque restaurada, se observa que en ella ya no se realiza ninguna actividad.



El interior está limpio y poco transitado. Una piedra sobre una tosca base constituye el antiguo altar.  
Se está bien dentro del recinto. Sus paredes ofrecen un agradable abrigo frente al viento. 
Vuelvo sobre mis pasos y desciendo por la senda que he subido. 
Tomo otro sendero, igual de empinado o más que el anterior, y subo a la loma que tengo enfrente. 



Las vistas desde aquí son espectaculares. 
Salgo a otro camino blanco y comienzo a subir. 



Las barrancadas profundas terminan en los campos de labor. 

  
10,00 horas. Peña Jenáriz (552 m).



El vértice geodésico no ofrece ninguna información de nombre ni altitud. 
Aprovecho el abrigo de su mole para sacar el almuerzo y reponer fuerzas. 
En el N. la sierra del Perdón mira de frente a Alaiz, la Higa e Izaga. Al O., Montejurra se inclina con su sombrero de tres picos. Unas negras nubes van cubriendo el cielo. No traen agua, pero enfrían la mañana. 



Unos metros adelante, junto al rincón de una pieza, descubro un pequeño poste. El único vestigio del SL N 177. El abandono del recorrido es absoluto. 
Caminando por la cresta, entre el cortado y las fincas de cereal, la senda se introduce entre los pinos para salir, a ratos, a campo libre. 



10,30 horas. Jenáriz 2. Los de Aitonak le llaman así a este montículo. Tiene 6 m menos de altitud y han colocado sobre él un pequeño hito. 
Continúo sendero adelante hasta llegar al cruce de caminos. 


Alguna pieza de cebada ya ha sido cosechada. 
Un cartel llama mi atención. 


En el reverso de una tablilla alguien ha puesto los puntos sobre las íes. 



No me doy por aludido y me acerco a echar un vistazo hasta una palomera cercana. 
Vuelvo al cruce y comienzo a bajar hacia Miranda. El camino es de herradura, pero está bueno para andar. 



Paso junto a un colmenar. Estoy de suerte con esta mañana fría. Si hiciera el calor habitual de junio, las abejas andarían rondando por todos lados.
Salgo a un camino blanco y enseguida tuerzo a la izda. para ir a visitar un corral. 



10,55 horas. Corral de Las Valles. No hay nadie aunque se aprecia actividad. Las puertas están abiertas y la construcción bastante deteriorada, pero los excrementos de las ovejas dan fe de que el corral está en uso. 
Continúo bajando. El terreno se despeja. Las encinas y carrascas dan paso a extensas piezas de trigo y colza. 



11,20 horas. Ermita del Cristo. Es el Humilladero del que he salido por la mañana. Está muy bien conservado. En su puerta alguien ha colocado media docena de rosas. El señor que estaba sentado en uno de sus bancos ya no está. 



Me acerco a mirar en su interior. La puerta tiene un sólido candado. La luz del día permite admirar la talla del Cristo. Parece ser que, dada la cercanía al pueblo, se celebra de vez en cuando alguna misa.



Desde el coche, al llegar a la plaza del ayuntamiento, disfruto de la fachada monumental del Palacio de los Colomo, actual Ayuntamiento. Un magnífico edificio de los siglos XVII-XVIII.


En este enlace se puede ver el recorrido de hoy. 


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