domingo, 16 de octubre de 2011

En la soledad de Solrío







Hoy tampoco vamos a seguir con la vuelta a las mugas. Rosa y Juanjo no pueden venir, así que la posponemos a otro día. A Tafalla se espera que venga mucha gente. Es el día del Nafarroa Oinez y toda la zona del Plano y el Curtido está ocupada con sus áreas. Inma y yo buscamos la tranquilidad del campo y nos vamos hacia el E. En el Prado de Solcanto seguro que no encontramos a nadie y disfrutaremos de una mañana agradable en este raro otoño.








Son las 08,00 horas. Magán marca 12º y la farmacia tiene el termómetro apagado. Estar siempre discrepando agota mucho y se le habrán fundido los plomos. El cielo está encapotado, pero no hay riesgo de lluvia. Va a hacer buen día, aunque ahora la mañana está fresca.

Bajamos hacia la rotonda del 1043. Está todo vallado así que en lugar de ir por la orilla del barranco del Abaco, salimos a la carretera, junto al campo de fútbol, y cruzamos para ver la presa de los Frailes.






A lo largo de los siglos, según cuenta Jimeno Jurío, ha tenido varios nombres: Presa de Sant Andrés, Presa de Jus la iglesia de Sant Sebastián, Presa del río de los frailes, Presa de San Francisco y la denominación actual.

Tiene un gran remanso de agua. No salta, como ninguna de las del Cidacos, pero está limpia. Antes de hacerse la depuradora, solíamos ir a verla y, sobre todo en verano, sus aguas negras y el hedor que despedía, invitaban a permanecer poco rato allí. Las aguas fecales de todo el pueblo tenían su salida en las Adoberías y allí se estancaban esperando las ríadas del invierno.

Salimos nuevamente a la carretera. Cuando pasamos debajo del puente de la autopista, tomamos el camino de la izda. y nos adentramos en Gerón. Tenemos a un lado la Ermita de San Gregorio y a nuestra dcha. las viejas cuadras de Garro.








Como el primer camino a la izda. que siempre tomamos tiene la cadena echada con un letrero que indica "camino particular", seguimos por el principal y cuando vemos la pasarela sobre el Cidacos, orillamos una pieza y llegamos al río. Son las 08,45 horas. El puente metálico es estrecho. Como el río está casi seco, la altura parece mayor. Agarrándonos a las siergas que hacen de barandado, cruzamos a la otra orilla.








"Arquilla. Término denominado El Arquilla; La Arquilla; Larquilla. Forma predominante durante los siglos XVI y XVII. Paraje en regadío, cruzado por una "cequia vecinal" (Año 1530). Topónimo en desuso y olvidado. Designó un paraje al S. del término, contiguo al de Olite, entre el río Cidacos y "la cequia mayor de so el río". Absorbido por el de Solrío. Abundaba el viñedo" (J.M. Jimeno Jurío)(Toponimia Histórico-Etnográfica de Tafalla).




Por una pequeña senda salimos a una pieza que ahora es un maizal. Está alto y tupido. Hemos conocido este campo con cebada y con esparragueras. El canal ha traído este nuevo cultivo. Nos movemos en dirección N. Por su orilla, parece como si camináramos por una selva frondosa. Salimos al camino.








Tenemos enfrente los pozos del Escal. Junto a ellos hay una hermosa plantación de pimientos. En dirección S., por buen camino buscamos un lugar en el que cruzar la vía. Lo hacemos y mientras continuamos por la orilla de una acequia profunda, buscando un lugar por donde atravesarla, viene un tren de mercancías. El ruido es estremecedor; estamos a un par de metros de la vía. Va veloz en dirección a Olite y levanta unos remolimos de aire que nos obligan a pararnos.










Al cruzar la acequia se abre ante nosotros todo Solrío, con el caserío enmarcado por el pinar de Valmediano. A nuestra espalda, la megafonía instalada en el Curtido y Margalla lanza canciones al viento. Donde estamos la soledad es absoluta. A las 09,30 horas llegamos al caserío. Destartalado y sucio tiene un atractivo difícil de explicar. Caserío de Solrío o de Aldaz.

Cuando era chaval recuerdo a D. Florencio Aldaz, que llegó a ser magistrado del Tribunal Supremo en Madrid, con su bigote y su delgadez. A pesar de su posición social era un hombre rocero. Se paraba con la gente y le gustaba conversar un rato con todo el mundo.

En un molón de piedra nos sentamos a almorzar. La mañana no termina de espabilar. Al S., el castillo de Olite se recorta en el cielo gris. Un helicóptero sobrevuela el Plano. La música cada vez se oye más fuerte. En Solrío la calma es total. El campo, labrado, espera suplicante las lluvias. El corral está cerrado, sin ganado. No hay actividad en este domingo otoñal que engaña disfrazado de verano.










Salimos en dirección N. para tomar el primer camino a la dcha. Atravesamos el Prado de Solcanto. Ya lo he contado otras veces. Las obras de la concentración han supuesto el arreglo del camino y su saneamiento. Lentamente ascendemos hasta el Portillo de Valmediano. El paisaje, aunque conocido, nos sorprende una vez más. Valmayor en la hondonada y en un pequeño cerro, el Corral de la Garganta. Inma no lo conoce y nos vamos allí. Cruzamos el prado de S. a N. y, antes de salir a la crta. torcemos a la izda.








A las 10,25 horas llegamos al corral. Ya no hay ruido de esquilas, ni se oye la voz cantarina de Emiliano "Chambe". Le cuento a Inma que en la era en la que nos encontramos, en los año 70, como Los Doce ya no podíamos almorzar en el Caserío de Femate por miedo a algún derrumbe, hicimos aquí nuestra parada "reconstituyente" durante dos o tres años. Después pasamos al refugio de la Carravieja que se demolió hace un par de años.












Bajamos al camino que va paralelo al barranco de la Garganta. Un conejo muerto está sirviendo de festín a moscas y hormigas.














Atravesamos un par de rastrojeras y llegamos al Caserío de Fernández (o de Valmayor). Son las 10,45 horas. Damos una vuelta alrededor de los edificios y visitamos la balsa.






Vemos, con estupor, que alguien provisto de un hacha se ha dedicado a dejar constancia de su condición de cafre. Nos indignamos ante la estupidez de algunos.

"En 9 de Noviembre de 1853, el guarda Ortigala declara, que el domingo último a las 9 de la mañana prendó a Antonio Limón con una alforja de uvas que traía de una viña de D. Gerónimo Salvador en el Pontarrón, citado por la audiencia el 10 de Noviembre comparece y dice, que las dos uvas las compró a un sujeto que no conoce, el guarda insiste en la denuncia y para su comprobación presenta una declaración del vedor de campos Agustín Huarte de fecha 8 del actual, por la que resulta que habiendo pasado en compañía del mismo guarda a la viña de D. Gerónimo Salvador, vio faltaban treinta y nueve uvas manuelas llevadas de personas" (Fernando Maiora)(Tafalla, del reino de Navarra).

Salimos por camino que sube al Pontarrón y llegamos a la crta. de San Martín. Al cruzar el puente de la autopista, vemos un espectáculo que no se ve casi nunca. Una fila de coches de varios kilómetros espera pacientemente para poder entrar en Tafalla por la salida sur. Hoy viene mucha gente a Tafalla y, como pasa casi siempre, todos a la vez.

A las 11,15 horas entramos en Tafalla. La Avenida de Sangüesa es un río de personas. Como vamos en la misma dirección, nos confundimos entre la multitud.
En la soledad de Solrío at EveryTrail
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